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Los dioses de Pegāna – De la creación de los Mundos

Tras el relato de Skarl el tamborilero, he aquí la segunda historia de Los dioses de Pegāna. Espero que, brevísima como es, os haga sonreír un poco, suspirar levemente o ambas cosas. Como siempre, yo me callo y dejo hablar al buen Plunkett:

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Entendiendo la declaración de la renta (y V)

Hoy terminamos la serie de artículos dedicada a la declaración de la renta. Hasta ahora hemos visto para qué servía, el detalle de una declaración de ejemplo, un caso práctico en la tercera parte y unos supuestos cada vez un poquito más avanzados en la cuarta. En este último capítulo terminaremos con estos casos avanzados, y con la serie.

Como el anterior, ha sido un trabajo conjunto entre J y Macluskey, por más que en el pie de artículo solo aparezca J.

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Informática: esos locos, con sus locos cacharros – Presentación

Buenas.

Siguiendo el consejo de Macluskey, me he decidido a escribir una pequeña serie relacionada con lo que más entiendo y de lo que sobrevivo, la informática. Ya sé que esto suele ser un tema aburrido para los que no son informáticos y, si es demasiado técnico, hasta para los que son informáticos, por lo que voy a tratar los temas de manera algo superficial y poco técnica, para mayor comprensión popular de la gente que no ha visto estos asuntos en su vida, aunque le puedan sonar de algo. Además, no pondré código fuente, si es lo que estabais temiendo.

También debo decir que alguna opinión personal aparecerá por aquí, si bien espero que sean pocas y razonadas.

Es evidente que, al ser un tema centrado en tecnologías de informática, podrá resultar completamente aburrido para gente que no tenga el más mínimo interés en estas cosas pero, como decía mi abuelo, “a caballo regalado no le mires el dentado…” que ya sé que no tiene nada que ver con esto que estoy diciendo, pero es que a mí siempre me ha hecho gracia este refrán.

Así, a bote pronto, la temática que tendrá la serie será:

Los dos primeros temas son controvertidos como el que más, y tienen siempre seguidores y detractores, que van desde lo superficial a lo enfermizo. No es este mi caso, yo tengo las ideas claras respecto a ellos, y trato de elegir siempre lo más conveniente para cada caso, lo cual tampoco es fácil y no siempre se acierta.

Espero poder empezar con estos temas cuanto antes para que me podáis ir dando vuestra opinión al respecto.

Un saludo a todos, y hasta pronto.

Los dioses de Pegāna – De Skarl el tamborilero

Tras la introducción a la serie dedicada a los mitos de Lord Dunsany, hoy empezamos a conocer más de cerca a uno de los dioses del panteón de Pegāna, Skarl. Como dije en la introducción, no hay análisis, no hay texto que interprete la “poesía en prosa” de Dunsany, sólo la historia, la historia desnuda, breve y primitiva.

Como siempre, gracias al ínclito Macluskey por pulir mi traducción; espero que la disfrutéis y os entre el gusanillo por leer otras.

DE SKARL EL TAMBORILERO

Cuando MANA-YOOD-SUSHAI hubo creado a los dioses y a Skarl, Skarl hizo un tambor y empezó a tocarlo como si no fuera a parar nunca. Entonces MANA-YOOD-SUSHAI, porque estaba cansado tras crear a los dioses, y por el sonido de Skarl, se sintió soñoliento y se durmió.

Y los dioses se quedaron callados al ver que MANA descansaba, y el silencio reinó en Pegana salvo por el tambor de Skarl. Skarl se sienta en la niebla a los pies de MANA-YOOD-SUSHAI, sobre los dioses de Pegana, y allí toca su tambor. Algunos dicen que los Mundos y los Soles son simplemente los ecos del tambor de Skarl, y otros dicen que son sueños que surgen de la mente de MANA debido a la música de Skarl, igual que uno sueña cuando su descanso es perturbado por el sonido de una canción, pero nadie lo sabe, porque ¿quién ha oído la voz de MANA-YOOD-SUSHAI o visto a su tamborilero?

Ya sea la estación invierno o sea verano, sea por la mañana en los mundos o sea de noche, Skarl sigue tocando su tambor, pues los designios de los dioses aún no se han cumplido. A veces el brazo de Skarl se cansa, pero sigue tocando su tambor de modo que los dioses puedan realizar el trabajo de los dioses, y de modo que los mundos puedan seguir existiendo, puesto que si dejara de tocar un instante MANA-YOOD-SUSHAI se despertaría… y no habría ya dioses ni mundos.

Pero, cuando finalmente el brazo de Skarl deje de tocar su tambor, el silencio sorprenderá a Pegana como el trueno en una cueva, y MANA-YOOD-SUSHAI dejará de descansar.

Entonces Skarl se echará el tambor a la espalda y caminará hasta el vacío entre los mundos, porque se tratará del FIN, y el trabajo de Skarl habrá terminado.

Tal vez surgirá otro dios a quien Skarl sirva, o tal vez perecerá; pero a Skarl no le importará, porque habrá completado el trabajo de Skarl.

Puedes seguir con la siguiente historia: De la creación de los Mundos.

Historia de un ignorante, ma non troppo… Carmina Burana, de Carl Orff

Tras varios artículos dedicados a algunos de los mejores Conciertos para piano que en el mundo son, hoy cambiamos completamente de tercio para repasar una de las piezas más conocidas del repertorio: la Cantata Carmina Burana, Cantiones Profanae,[1] de Carl Orff.[2]

Carl Orff

Nacido a finales del Siglo XIX, Carl Orff es conocido hoy en día, casi en exclusiva, por su Carmina Burana. Su famosísima, interpretadísima y versionadísima Carmina Burana. El primer poema de la cantata, el ubicuo O Fortuna, es conocido, estoy completamente seguro, por todos vosotros, aunque no supierais ni el nombre de la pieza, ni de qué forma parte, ni mucho menos que su autor es un tal Carl Orff…

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  1. Canciones Profanas []
  2. Los enlaces son a la Wikipedia española, pero aquí somos, a lo que se ve, muy parcos en palabras, así que apenas hay información. Recomiendo navegar a la Wikipedia inglesa, que tiene mucha más información y de mucha mayor calidad. Eso sí: en inglés. []

Cómo volar (III) – Por los suelos

La radio. Generalidades.

Muchos pilotos novatos lo que peor llevan es lo de la radio. Los equipos de radio para comunicaciones aeronáuticas que montan las avionetas antiguas del aeroclub no destacan precisamente por la calidad del sonido. Si le sumamos el ruido del motor y del aire que se escucha dentro de la cabina, hace que entender lo que te están diciendo al principio cueste mucho. La cosa mejora bastante usando auriculares que reducen el ruido ambiente. Pero cuando eres novato y tienes que atender a la vez a los controles, los instrumentos, el tráfico y llevar el avión por donde tú quieres, la radio se convierte en un incordio que encima no se entiende nada.

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Los dioses de Pegāna – Introducción

Al leer los magníficos artículos de sebacine sobre cosmogonías, antropogenias y similares, me ha venido a la cabeza repetidas veces la obra de un escritor muy poco conocido –al menos en mi experiencia– en los países hispanohablantes, Edward Plunkett, Barón de Dunsany, más conocido simplemente como Lord Dunsany. Tanto he pensado en los mitos de Dunsany y en lo poco conocidos que son que no he podido evitar intentar compartirlos con vosotros, con la colaboración de Macluskey, que revisará mis traducciones para corregir expresiones artificiales y hacer del texto algo más fluido en lo posible.

Pero, antes de nada, ¿quién diablos es Lord Dunsany, qué mitos creó y por qué son interesantes para El Cedazo?

Lord Dunsany

No voy a contaros aquí su biografía, porque no viene al caso, pero para que os hagáis una idea, Lord Dunsany nació en Londres en 1878 pero vivió casi toda su vida en el castillo de su familia (de la más rancia nobleza irlandesa) cerca de Tara. Durante su vida escribió muchísimo, tanto historias cortas como poesía, obras de teatro, novelas, etc. De hecho, su estilo cambió mucho a lo largo del tiempo, de modo que si leéis otras cosas suyas escritas después de lo que pretendo mostraros aquí, tal vez no tengan demasiado que ver ni en los temas tratados ni en la forma de tratarlo.

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El Universo Subprime – El fin… ¿justifica los medios? (y II)

No hay en el mundo fortuna mayor, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella. Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de las tinieblas.

H. P. Lovecraft, La llamada del Cthulhu.

H. P. Lovecraft.

Howard Phillips Lovecraft, padre del terror cósmico materialista. Fuente: Wikipedia.

15 de marzo de 1937, H. P. Lovecraft fallece en un hospital de Providence, la misma ciudad que lo vio nacer. Atrás quedan la soledad, frustración y pobreza que habían caracterizado los últimos años de su vida, por otra parte los más fecundos literariamente hablando. Le sobrevive su obra, una vasta colección de cuentos de terror recuperados por un grupo de sus incondicionales, el Círculo de Lovecraft, que se consagra a su divulgación.

A menudo, los personajes lovecraftianos son seres desgarrados, cautivos de ancestrales maldiciones, o consumidos por la locura tras atisbar la insignificancia del ser humano en la infinitud de un universo dominado por fuerzas tenebrosas que acechan vigilantes desde los intersticios de la realidad, aguardando el tiempo en que han de venir. La perspectiva es tan ineludible y aterradora que más vale cerrar los ojos y olvidar, holgándose en una plácida y confiada ignorancia. La curiosidad, la exploración, la investigación… la ciencia en definitiva, son pecados capitales en la cosmogonía de Lovecraft.

Sin embargo, si algo caracteriza al hombre es precisamente su sed de conocimiento, así que lo siento por los dioses primigenios y sus inevitables designios, pues más tarde o más temprano serán ellos los que queden relegados al olvido. O eso espero (glub, espero que Cthulhu no lea esto).

Muy bien, pero ¿qué tiene que ver esto con la Fed (Reserva Federal) o con el BCE (Banco Central Europeo)? Bueno, lo admito, más bien poco. En todo caso, cogiéndolo con alfileres, podría aventurarse un paralelismo entre la secular aversión de los bancos centrales por la transparencia, por un lado, y el oscurantismo secundado por Lovecraft, por el otro. De hecho, seguramente Lovecraft sería un buen banquero de inversión: las crisis económicas son terribles e inevitables (¿seguro?) y frente a ellas mejor cerrar los ojos (no regular la banca, por ejemplo, tal y como quieren los bancos de inversión de Wall Street para seguir extendiendo sus viscosos tentáculos a través de los resquicios del sistema financiero).

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Mitos, Leyendas y otros Desvaríos – La Creación del Hombre (segunda parte)

Recuerden que ésta es la segunda parte del artículo “La Creación del Hombre” así que si no leyeron la primera parte, es conveniente que lo hagan antes de leer este artículo. 

Bien. Nos habíamos quedado con el Mito de Pandora narrado en Trabajos y Días de Hesíodo. Versión en la que no se hace mención a la famosa caja, así que les narraré ahora esa versión brevemente, complementándola con otras versiones e interpretaciones para que el relato resulte más consistente. 

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Entendiendo la declaración de la renta (IV)

Hemos dedicado ya tres artículos a la declaración de la renta. En el primero veíamos para qué servía, y presentábamos los datos de un matrimonio contribuyente de ejemplo. En el segundo veíamos en detalle su declaración del año 2008. Y en el tercero vimos dos casos que por su singularidad quisimos tratar aparte.

Vamos a dedicar esta cuarta parte a una serie de elementos que tienen repercusión en la declaración de la renta, y que, aunque no son tan comunes como los que hemos visto hasta ahora, son también de aplicación a muchísimos contribuyentes, y que hemos tratar poco a poco al final de la serie.

Además, para este artículo contamos con la participación estelar de Macluskey, que hasta ahora ha participado como editor de los artículos en esta serie, pero que ahora sale a la palestra a tomar el peso. Así pues, aunque en el pie del artículo ponga que es de J, es en realidad un trabajo conjunto entre ambos[1]. Ya sabéis que Macluskey es un viejo informático, pero sobre todo, viejo, y ha tenido a lo largo de su larga vida diferentes cuitas y peleas varias con Hacienda…

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  1. Lo cual ya es mucho decir, pues Macluskey ha aportado buena parte del contenido y J le ha dado forma para integrarlo en el resto de la serie. []