Regístrate | Conectar
El Tamiz Libros Recursos Series Únete 9 Users Online
Skip to content

Los sistemas receptores 01: Un poco de anatomía para una navegación confortable

El título de esta entrada es lo suficientemente aclaratorio. Tras la introducción de hace unos días, y para no perdernos durante las descripciones de los diversos sistemas sensoriales que sirven al sistema nervioso, descripciones que necesariamente precisan de menciones anatómicas, vamos a dedicar esta entrada de la serie sobre “Los sistemas receptores” a introducir un recorrido a vista de pájaro -no por su perspectiva externa, sino por lo poco detallado y general- de la estructura del sistema nervioso. Comencemos.

El sistema nervioso, como es lógico imaginar, está repartido por todo el organismo. Es preciso vigilar y comandar cualquier parte de nuestro cuerpo con un objetivo primordial, que es el de conseguir mantener el equilibrio químico vital de cada una de nuestras células y del conjunto general. Hay que acercarse a la comida, huir del peligro, aproximarse a la posible pareja y alejarse de los deshechos. Para ello el sistema nervioso adopta una arquitectura que podríamos diferenciar en varias partes, con un sentido lógico de intercomunicación.

Resulta muy didáctico el profundizar en esta arquitectura a partir de observar lo que ocurre durante el desarrollo embrionario. A fin de cuentas, el órgano tan complejo que nos parece ser el cerebro, su tamaño globular, sus circunvoluciones externas, sus núcleos escondidos, sus interconexiones internas, todo provienen de una sencilla estructura inicial que es muy fácil de entender porque tiene todas sus partes dispuestas de una forma muy elemental, casi podríamos decir “todo a la vista”. Por eso propongo iniciar por ahí.

Vayamos entonces a un embrión humano en el momento en que se está cumpliendo su tercera semana de edad. Es una especie de plánula alargada, con tres capas celulares superpuestas y una serie de orificios internos dispuestos según un eje longitudinal, el que al fin será el eje fronto-caudal del individuo adulto.[1] A uno de estos orificios tubulares se le conoce como tubo neural, y de él derivará todo el sistema nervioso central. Vamos a centrarnos en este tubo cerrado por ambos extremos, una especie de globo alargado con unas delgadas paredes celulares que desarrollarán toda la complejidad y riqueza del tejido neural. El interior quedará siempre hueco y relleno por lo que se conoce como líquido raquídeo, un buen amortiguador de golpes y presiones internas a la vez que suministrador de nutrientes o basurero de residuos.

Sigue leyendo ›

  1. En esta serie a veces distinguiremos anatómicamente las partes del cerebro según su posición física con respecto a un eje longitudinal. En el sentido del mismo distinguimos la parte frontal y su opuesta la caudal. La parte ventral y la dorsal tienen su explicación según el desarrollo a partir del embrión: en general lo dorsal “mira” a la parte más hacia la superficie del cerebro y la ventral lo contrario. También distinguiremos la parte lateral de la medial: lo lateral creo que es claro y lo medial será la parte interna -hacia dentro del cerebro- con respecto a lo lateral. []

Resolviendo “Cifras y Letras” (y… IV?)

Hace ya cinco años largos[1] que publiqué tres artículos explicando mi antigua fascinación por el concurso televisivo “Cifras y Letras” (originalmente Des chiffres et des lettres, ya que es un concurso inicialmente originado en Francia), y qué soluciones había ido creando para que un programa informático pudiera encontrar de forma óptima o casi óptima la solución para los problemas de cifras. Y había yo quedado muy satisfecho porque, tras interesantísimas discusiones con los lectores, había llegado, creía yo, a una solución elegante y óptima, o todo lo cerca de óptima que puede ser la solución a un problema NP-duro, como cruzki, un inveterado seguidor del Cedazo, tuvo a bien explicarnos.

Pues bien, hace unas pocas fechas Valero, en un comentario, desmontó de un plumazo parte de mi sesuda teoría para la resolución del problema, haciéndome ver en concreto que descartar una posible fórmula cuando produzca un resultado intermedio fraccionario podía acarrear no encontrar solución a un problema que en realidad sí que la tiene… Y, claro, un Viejo Informático cascarrabias y terco como una mula, como es mi caso, no podía dejar así las cosas, así que vuelvo al tema una vez más, y espero que ésta sí sea la última, para determinar el método-más-o-menos-óptimo para resolver los problemas de cifras de “Cifras y Letras”.

Pero antes, un poco de historia para los que no estuvieran por aquí en 2011… o los que sí, pero que no se acuerden, como sería mi caso… ;)

Sigue leyendo ›

  1. ¡Cómo pasa el tiempo, rediez! []

Los sistemas receptores 00: Introducción

La mente humana no percibe ningún cuerpo externo como si existiera realmente, excepto a través de las ideas de las modificaciones de su propio cuerpo“.

Benedicto Spinoza[1] en su obra “Ethica” publicada en 1677.

En esta serie sobre los sistemas receptores me propongo analizar los sistemas corporales receptores de las señales que, en líneas generales, necesita el organismo para interactuar con su medio. Son sustanciales en sí mismos, ya que son los mensajeros en los que nuestro director de orquesta vital, el cerebro, confía para poder realizar sus funciones. Funciones que a todas luces se nos ocurren trascendentales para nuestra supervivencia.

Como dice el neurólogo Rodolfo Llinás, el cerebro es una caja negra. En el camino de la evolución de los artrópodos hacia los animales vertebrados, el exoesqueleto de los primeros se fue dando la vuelta para posicionarse en el interior del cuerpo al que da sustento. Menos… pues sí, el cerebro que quedó encerrado en una caja ósea: el cráneo. Tiene su sentido, ya que, así, el que puede considerarse como el órgano principal para mantener nuestro delicado equilibrio químico vital quedaba en una posición de máxima protección frente a acciones que venían del exterior. No sólo esto, ya que, a su vez, fisiológicamente está parcialmente aislado de lo que pueda venir a través del sistema circulatorio, que lo alimenta y lo limpia, gracias a una serie de células gliales que llevan a cabo la función de frontera hemodinámica. Aclaramos que las células gliales son las grandes olvidadas de la población encefálica, en donde parece que sólo hay que tener en cuenta a las superestrellas, las neuronas. Por cada neurona hay diez gliales. Pero no es momento de hablar de ellas.

Volvamos a nuestra caja negra. El encéfalo queda, pues, encerrado en su jaula de aislamiento en donde no tiene más interfaz con el medio exterior que la que le viene a través de las señales que le envían los receptores sensoriales. Bien como señales eléctricas a través de los nervios craneales o periféricos -que actúan a nivel de la médula-, o como señales químicas que le vienen a través del torrente circulatorio o de la linfa. Es en esta circunstancia anatómica donde encuentro la gran trascendencia, la asombrosa importancia, de nuestras antenas sensoriales. Sin ellas el cerebro “encerrado” no podría llevar a cabo sus maravillosas y vitales funciones. Sigue leyendo ›

  1. Filósofo de raíces sefardíes portuguesas, país de donde había sido expulsada su familia que recaló en la Holanda del siglo XVII. Nació en Amsterdam en 1632 ciudad en la que creció en el seno de una familia de mercaderes y donde desarrolló su pensamiento libre. Con el tiempo sus ideas provocaron que sus correligionarios judíos le expulsaron de la sinagoga y de su pueblo. Gran pensador cuyas tesis, rechazadas de plano por la sociedad de su momento, son consideradas por muchos como las precursoras que sentaron la base del pensamiento ilustrado del siglo siguiente. []

Biografía de lo Humano: El pdf

Hola a todos.

Se acabó hace unos días la serie ”Biografía de lo Humano”. Desde el 15 de noviembre de 2015 hemos estado analizando cómo pudo devenir nuestra condición de humanos racionales, previsores y demás cosas que hemos repasado juntos en este largo año. Diríamos que todo aquello que nos hace tan diferentes, creemos ufanos, como individuos y como especie… y que nos hacen tan capaces de lo mejor y lo peor.

Más de un año se merecía una recopilación. Por pura comodidad de lectura y como una especie de “crionizar” for ever el trabajo. Si me seguisteis hace un año cuando os contaba mi aventura editora con la serie ”La Biografía de la Vida“, podéis recordar que el esfuerzo me supuso llegar a la triste conclusión de que no merecía la pena (no me sentía con fuerzas para salvar los obstáculos… además de lo caro que salía). Así que creo que entenderéis que con esta serie ni me lo haya planteado.

Sin embargo, creo que el producto que os ofrezco es igual de serio y con un formato en pdf apto para ser leído sin gafas -creo- en cualquier ebook. Yo tengo un Kindle y vista cansada… y lo leo. Y no veas en una tablet o pc. Mérito de la letra creo: Times new roman 16. Y mérito de la plataforma que me ha permitido el milagro de compartirlo (no digo cual, pero al abrir el enlace que propongo más abajo lo veréis enseguida). Un aviso: al final de cada capítulo encontraréis las referencias de las notas del propio capítulo, creo que es una solución más cómoda que poner todo el listado al final.

Espero que os sea útil y que lo disfrutéis. Hoy, día en que escribo esto, es fin de año 2016, 31 de diciembre, las 17:35… así que dejadme que lo considere como un regalo de fin de fiesta. Consideradlo, pues, mi humilde regalo de Reyes a todos los lectores de El Cedazo.

Sin más que decir, ahí va el enlace: Biografía de lo Humano ¡¡¡EL PDF!!! Hasta hace unos pocos días la plataforma ISSUU, en donde está embebido el pdf, permitía la descarga del documento. Desgraciadamente sus nuevas políticas comerciales lo han prohibido. No obstante sí se puede seguir consultando el documento y como la presentación es más que aceptable mantengo el enlace.

Chulo ¿no? Bueno, a mí me lo parece… todos los padres creen que los mocosos de sus hijos son los más aptos… ¡qué los mas aptos! ¡LOS MÁS IDÓNEOS, LOS PERFECTOS! … para un anuncio de pañales.

¡Nos leemos en la siguiente serie! Y bien digo nos leemos, pues necesito vuestros comentarios.

Lo que se preguntan sus alumnos de 3º de la ESO – XXV: ¿Por qué no nos podemos chupar el codo?

La entrada de hoy va a ser muy escueta. Siguiendo el orden de la lista de preguntas a la que hemos de tratar de dar respuesta, hemos llegado a una de ellas a la que no soy capaz de cogerle el puntillo del interés, interés que indudablemente debe tener cuando fue escogida como una pregunta interesante realizada por un alumno de 3º de la ESO, o al menos interesante para él . Es como si me dijeran: “explica el porqué no puedes aplaudir -en realidad sería por analogía “orejear”- con las orejas”.

Pero nuestro compromiso es responder a todas las preguntas efectuadas por los chicos y chicas según se han visto propuestas en el blog del profesor Lorenzo Hernández. Así que allá vamos…

Una imagen vale más que cien palabras (Imagen de la red, CC BY)

Sigue leyendo ›

Lo que se preguntan sus alumnos de 3º de la ESO – XXIV: Todo lo que vemos alrededor nuestro ¿los demás lo ven igual?

Interesante pregunta la que se hace el alumno de nuestro profe favorito. Porque hoy es un bonito día para disfrutar de nuestra vida. Y… ¿qué sería de nuestra vida si no tuviera el escenario adecuado en donde desarrollar la trama de la existencia personal? Cierro los ojos y ahí están presentes los sonidos que ocupan un infinito, los olores que incitan mi imaginación, la temperatura de la atmósfera, las texturas del aire que me abanica, la humedad de la boca transportando una paleta de sabores…

Estoy dormido. Me despierto. Abro los ojos y todo parece alcanzar una explicación. Ante mí están los objetos que incitaban a mis sentidos en la oscuridad. Ya sé por qué mi vida dispone de anclas con las que afianzar su existencia. El Cosmos que se me ha desvelado en todo su esplendor al pasar al estado de vigilia es todo lo que tengo. El Cosmos y mi yo consciente.

¿Ves tu lo que yo veo? Estarás de acuerdo conmigo en que es un hermoso amanecer. Precisamente el del 26 de junio de 2015 en la ciudad inglesa de Normanton (Crédito: Michiko Smith, fair use)

Todo lo que observo con mis sentidos, con todos ellos, sin olvidar mis poderes de raciocinio, me ayudan a interactuar en mi vida con el medio donde me encuentro y con los demás. Está claro que, por lo general y en ausencia de enfermedades, drogas o ideologías recalcitrantes, no tengo problemas en entenderme con mi medioambiente y mis vecinos. Sé que estos tienen una mente que creo funciona como la mía. Debe ser así, pues creo que reaccionan ante idénticas situaciones de la misma manera como lo hago yo… chillan si les cae una cucaracha encima, sonríen si ven a un cachorro, abren los ojos ante un ruido inesperado. Las mentes de todos los humanos son iguales: la misma maquinaria, los mismos procesos, los mismos códigos de interpretación.

Sigue leyendo ›

Biografía de lo Humano 24: A modo de epílogo

A lo largo de todas las entradas de esta serie sobre la Biografía de lo Humano hemos realizado un amplio recorrido por aquello que pudo condicionar, favorecer o impulsar de forma irremisible lo que nosotros, humanos, creemos que nos hace diferentes al resto de los seres vivos: nuestra racionalidad fluida y predictiva.

Así, planteamos los tres puntales que soporta esta emergencia cerebral y a la postre social y cultural: Las capacidades o inteligencias cerebrales, las relaciones sociales y las pasta aglutinadora que supo ser el lenguaje.

Cerramos como empezamos, con el “triángulo” de lo Humano

Vimos también cómo fue evolucionando con el tiempo el cuerpo del humano y su anatomía, viendo cómo dos hechos surgidos del azar fueron las palancas primordiales del milagro de la esencia de lo “humano”: la bipedestación, el ponerse de pie, y el desarrollo del tamaño cerebral, acompañado de unas cada vez más potentes y complejas relaciones neuronales.

Sigue leyendo ›

Lo que se preguntan sus alumnos de 3º de la ESO – XXIII: ¿Por qué los camellos y los dromedarios tienen chepas?

Seguimos avanzando en esta serie por la lista de preguntas que plantea el profesor Lorenzo Hernández y que a su vez ha recibido de sus alumnos de 3º de la ESO. Hoy toca enfocar la curiosidad en la siguiente cuestión: ¿por qué los camellos y los dromedarios tienen chepas? Está bien lo de las chepas… aunque normalmente decimos que estos animales tienen jorobas. Y así continuaremos.

Camellos y dromedarios son unos animales mamíferos pertenecientes a un trío de especies diferentes de la familia Camelidae: Camelus bactrianus, Camelus ferus Camelus dromedarius. Los tres tienen un origen común, un antecesor que corría por las praderas norteamericanas durante el Eoceno (entre hace 56 y 34 millones de años). De él también provienen las vicuñas, las alpacas, las llamas y los guanacos que a día de hoy habitan en Sudamérica.

A la izquierda un ejemplar de Camelus bactrianus y a la derecha de Camelus dromedarius (Wikimedia, imagen e imagen, CC BY-SA 3.0)

Nuestros amigos Camelus, el camello y el dromedario, viven actualmente en las llanuras áridas de África, Asia e incluso en Australia. Quizás tuvieron que emigrar desde su geografía de origen, las zonas de las grandes praderas, hasta esos territorios inhóspitos, empujados por sus depredadores naturales. La evolución fue conformando sus anatomías y fisiologías de forma que se seleccionaron aquellas que eran más eficientes para la supervivencia y reproducción en los territorios áridos y secos de los desiertos. Básicamente, la selección natural cotizó todo lo relacionado con la defensa frente al calor y la deshidratación. Y precisamente en eso juega un papel fundamental la joroba.

Sigue leyendo ›

Biografía de lo Humano 23: Los últimos 10.000 años

Al final de la entrada anterior de esta serie proponía dejar el Paleolítico. Allí comentaba cómo, con las salvedades necesarias, el hombre había entreabierto las puertas de la dialéctica, la estética, la ética y la trascendencia.

A partir de hace más o menos 10.000 años, durante el Neolítico, época que es la base de la entrada de hoy, estos catalizadores estimularon la maquinaria cerebral, de forma que se produjo una revolución cultural cuyas consecuencias cambiarían el natural curso evolutivo de la vida sobre el planeta. Permitiría llevar al Homo sapiens hacia posiciones desde las que domina, o lo intenta, su medio ambiente, llegando a ser parte decisiva en su propia selección natural. Me refiero a la domesticación de animales y vegetales.

Sin embargo, esta revolución no apareció de forma espontánea en un breve plazo temporal. Se necesitó un periodo de preparación, durante el cual unos grupos de nómadas recolectores-cazadores iniciaron su proceso de sedentarización. Esto sucedió en fechas próximas a hace unos once a ocho mil años en el levante mediterráneo, sobre territorios de los actuales Israel, Jordania y Siria. Se trataba de la cultura Natufian, como exponente de lo que se encontró en el yacimiento israelí de Uadi-en-Natuf.

Restos de las paredes de una cabaña natufiense (Wikimedia, CC BY-SA 2.5)

Sigue leyendo ›

Historia de un ignorante, ma non troppo… Tercera Sinfonía de Gustav Mahler

Las sinfonías deben ser como el mundo, deben contenerlo todo”.

Vosotros, amables lectores de esta pretenciosa serie musical, lo sabéis ya, porque la he citado cada vez que el genio bohemio[1] ha aparecido por estas páginas, con su Quinta Sinfonía, su Primera (Titán), y su Segunda (Resurrección). Pues ya veréis cómo esta sinfonía de hoy, la Tercera, la más larga de todas ellas y una de las obras más largas del repertorio actual (más de hora y media, normalmente entre 100 y 105 minutos), demuestra perfectamente la intención del autor, porque dentro de ella encontraremos de todo: poderosas entradas del metal junto con susurrantes temas al violín, épica, amor, chabacanería, solemnidad, melancolía… Sí, no cabe duda, esta sinfonía es como el mundo: lo contiene todo.

Esta frase que, aparentemente, el músico bohemio dijo a Sibelius cuando se conocieron, resume la percepción de Gustav Mahler, el gran ecléctico, acerca de la composición de sus sinfonías: diez completas (contando como una sinfonía más al Canto de la Tierra) y el primer movimiento de su décima que forman la parte mollar de su producción. De hecho, además de sus sinfonías, Mahler apenas compuso seis ciclos de canciones basadas en poemas alemanes populares o contemporáneos, ciclos de los que, además, tomó prestado material para sus sinfonías, un cuarteto compuesto en su etapa de estudiante del que sólo se conserva el primer movimiento y… nada más. Parece increíble que con tan escasa producción sea Mahler probablemente el autor más admirado de nuestros tiempos. Y eso que durante prácticamente cincuenta años, desde su muerte en 1911 hasta la década de 1960, fue olímpicamente ignorado por casi todos los directores y grandes orquestas de la época (aunque, ciertamente, no de forma tan intensa como lo fue Johann Sebastian Bach tras su muerte). Aunque la verdad es que durante su vida tampoco puede decirse que sus obras triunfaran. Su Primera Sinfonía, Titán, tuvo serias dificultades para ser comprendida.[2] La Segunda, Resurrección, más de lo mismo; de la que hoy comento, la Tercera, ¿para qué vamos a hablar…? Sólo la Octava, la de los Mil, tuvo un éxito arrollador en su estreno, sólo unos meses antes del fallecimiento del compositor. Sigue leyendo ›

  1. Parece que la localidad donde Mahler nació, Kaliste, era más bien de la Moravia austriaca; de hecho el idioma natal de la familia Mahler era el alemán, no el checo. []
  2. Un crítico llegó a decir que era “la más aburrida obra sinfónica que la nueva época ha producido”… Sin comentarios. []