Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. Tercera ley de Clarke.
Siempre he sido muy reacio a escribir en Internet acerca de computadoras, porque cuando yo empecé a usar la Red, a finales de los 90, la inmensa mayoría de los usuarios era gente del ramo. El contenido divulgativo sobre computadoras no era necesario para ellos, y el contenido profundo estaba más allá de mi alcance.
Pero poco a poco la Internet ha ido siendo más y más accesible para otras profesiones, y hoy está llena de abogados, músicos, estudiantes, amas de casa, historiadores… montones de personas que sí podrían aprovechar un artículo divulgativo.
Así que hoy vamos a empezar una serie divulgativa sobre tecnología de los computadores.
Mi intención con esta serie es que el ordenador deje de ser una cosa mágica, compuesta de transistores y microchips, que solo maneja ceros y unos, a ser una cosa… comprensible.
Evidentemente, lo estudiaremos desde un punto de vista académico, muy simplificado, pero espero que al acabar puedas decir en tu mente: “está bien, no sé exactamente cómo funciona el Buscaminas, pero ahora sé que no es mágico; entra dentro de mi cabeza que si le dedicara el tiempo suficiente acabaría entendiéndolo”. Como efecto colateral, espero que por el camino te des cuenta de lo increíblemente tonto que es un ordenador: solo hace lo que le pedimos que haga.
Vamos a empezar muy abajo, por el transistor, construyendo bloques cada vez más complejos hasta llegar a las aplicaciones, pasando por la CPU, el sistema operativo, los lenguajes de programación,… Además, vamos a intentar que esos bloques sean autocontenidos, de modo que si te atascas en uno de ellos, o si simplemente no te interesa, puedas saltártelo sin dejar de entender el resto de la serie. Es posible que en los primeros capítulos veas cosas que ya hemos tratado en otras series, sobre todo la de Lógica de Macluskey, pero prefiero hacerlo autocontenido aunque se repita un poco. Trataremos de abordarlo desde otro ángulo para que no se haga muy repetitivo.
Ni que decir tiene que si te dedicas a esto, o lo estás estudiando o lo has estudiado, esta serie será de poco interés para ti (aunque estoy seguro de que algo sí aprenderás, siempre se aprende algo). El objetivo de esta serie no es el estudiante de informática o telecomunicaciones, sino esas personas, inteligentes y curiosas, que siempre han querido saber cómo funciona el ordenador, pero cuya vida académica o profesional ha ido por otros caminos.
Por el mismo motivo tendremos que hacer simplificaciones abyectas. Algunas hasta el punto de que lo que contemos no funcione en realidad. Cuando me sea posible, y me acuerde, trataré de poner una nota mencionando cómo es en realidad, pero no siempre tendré el conocimiento para hacerlo; y, aún teniéndolo, a lo mejor alguna vez creo que la pérdida por confundir al profano no compense la ganancia por contentar al experto. Los lectores que sepáis sobre ello sois bienvenidos a ampliar ese contenido en los comentarios, pero por favor, tened en cuenta siempre quién es el lector objetivo. Si eso te hace salir sarpullidos, mejor cambia de texto y elige otro más profesional, en lugar de enfadarte porque este no te cuenta las cosas como son realmente.
A ver que tal se nos da.