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Historia de un ignorante, ma non troppo… Concierto para piano y orquesta número 1, de Piotr Ilich Tchaikowsky




Éste de hoy es el artículo número 75 de esta serie ignorante sobre música clásica, serie que comencé a escribir hace ya casi diez años. Muchos de los grandes compositores han pasado por estas páginas, o mejor dicho, han sido destripados en estas páginas, que sin embargo siempre han contado con el apoyo de vosotros, queridos lectores de El Cedazo. Beethoven, Bach, Tchaikowsky, Mahler, Shostakovich, Vivaldi, Mendelssohn, Mozart, Wagner, Rodrigo, Debussy, Camilo, Gorecki… autores de todas las épocas y de casi todos los estilos.[1] Y obras de todos los géneros; desde el gran oratorio coral, como lo es la Pasión según San Mateo al Réquiem contemporáneo, el de Goodall; desde la sonata de piano clásica hasta un gran concierto moderno para piano y orquesta; desde el concierto barroco hasta la música más contemporánea, obras de una gran brillantez y otras reflexivas hasta la congoja… y muchas, muchas obras sinfónicas.

Eso sí, sin orden ni concierto, según me iba apeteciendo o, más bien, según iba encontrando videos adecuados, o al menos no demasiado desastrosos, en youtube… Ah, el buen youtube. ¡Cómo ha cambiado desde 2009!

Pues sí, en los primeros años de vida de esta serie el gran problema que tenía era localizar un video o conjunto de videos que contuvieran más o menos decentemente la obra seleccionada, porque el tamaño máximo permitido en youtube era de diez minutos… ¡y ya podéis imaginaros que muy pocas obras de música clásica caben en diez minutos! El personal subía videos, tampoco muchos, con obras en ocasiones excelsas, pero cortados de cualquier modo, lo que hacía imposible seguir la obra de ninguna manera. Buscar obras decentes que estuvieran más o menos bien subidas y que al escucharlas no nos rechinaran los dientes era una labor realmente ardua.

Afortunadamente, el youtube de la época tenía acuerdos con algunas orquestas, como la de la Universidad de Davis, California[2] que sí subían sus conciertos íntegros, en un solo video. La Novena Sinfonía de Beethoven, Carmina Burana de Orff o el Réquiem de Verdi contaron con los videos de la Universidad de Davis, y no quedaron nada mal.[3]

Pero fuera de ahí… era muy complicado encontrar obras que estuvieran bien partidas o, mejor, que sus movimientos cupieran enteros en los dichosos diez minutos. Dos ejemplos de los que sí cabían fueron la Octava Sinfonía, Inglesa, de Dvorak y la Pequeña Serenata Nocturna, de Mozart, cuyos movimientos tienen menos de diez minutos, y por tanto cabían en un video. Y desde luego, obras que son miniaturas que caben enteras en esos diez minutitos de nada, como lo es la Balada si Joc de Ligeti. Pero lo normal era que algún movimiento tuviera que ser troceado en dos o más partes… y ahí la habilidad del subidor-partidor era fundamental para no desgraciar (más) la obra.

En algún momento del año 2010 youtube aumentó el tamaño máximo permitido de los videos a quince minutos… no es que fuera mucho, pero ya permitió al personal subir cosas más decentes, como por ejemplo el Concierto Andaluz para cuatro guitarras, del maestro Rodrigo, y, por fin, en 2011 ya permitió subir videos de cualquier tamaño, alegrando la vida a este pobre e ignorante escriba. Aunque, eso sí, algunos de los enlazados en los artículos ya no están. O muchos. Se han borrado, bien porque infringían derechos de autor, bien porque el dueño los ha eliminado o incluso, aunque los videos siguen existiendo, por algún motivo hay usuarios que no pueden acceder a ellos, a saber por qué causa… Eso sí, seguro que ahora se encuentran sin dificultad grabaciones mejores que aquellas sin el menor esfuerzo… ¡y enteras!

Ahora, diez años más tarde, todo ha cambiado. El mundo ha cambiado, Internet ha cambiado, la forma de relacionarse con otros usuarios ha cambiado… y nosotros seguimos aquí, publicando de vez en cuando un artículo dando a conocer, en la medida de nuestras humildes fuerzas, alguna que otra obra musical que nos parece sublime.

Y para obra sublime, sublime… la de hoy, el Concierto para piano y orquesta número 1 en si bemol menor de Tchaikowsky, seguramente el concierto de piano más conocido e interpretado del repertorio, más que el Emperador de Beethoven, que el de Schumann o que el número 3 de Rachmaninoff, por citar sólo algunos de los más famosos conciertos para piano y orquesta.

En 2012 publiqué un artículo hablando del Concierto número 2 del gran Piotr Ilich, escrito casi a la vez pero mucho menos conocido que el número 1, el de hoy, pero también bellísimo, sobre todo ese encantador segundo movimiento, Andante non troppo, que es en realidad un movimiento de triple concierto de violín, violonchelo y piano… Me pareció entonces que el famosísimo número 1 no necesitaba presentación, era taaaan conocido…

Bueno, hoy desfaceremos el entuerto.

Piotr Ilich Tchaikowsky

En 1866, Tchaikowsky ((Ahora se suele escribir Chaikovski en trascripción del ruso original, pero en la gran mayoría de discos que tengo del compositor de Votkinsk aparece como Tchaikowsky, que es como se escribía cuando yo era joven, así que así lo escribo yo… soy tan ignorante…)) tenía en su poder una medalla de plata y un flamante diploma del Conservatorio de San Petersburgo… pero a cambio no tenía un céntimo ni un trabajo que le reportara ingresos. Cuando Anton Rubinstein, director del Conservatorio, le recomendó a su hermano Nikolai, director del recién abierto Conservatorio de Moscú, como profesor de armonía, Piotr Ilich aceptó encantado. Y allí, en Moscú, entre clase y clase, compuso muchísima obra, sinfonías, música de cámara, Romeo y Julieta… pero ningún concierto. No fue hasta 1874 cuando por fin se avino a componer éste, su primer concierto para piano y orquesta.

Ya en 1875, cuando tenía terminada la parte del piano pero aún no la orquestación, Tchaikowsky consideró necesario mostrar su concierto a su mentor y gran pianista Nikolai Rubinstein… y su veredicto fue demoledor: era una obra imposible de ejecutar, sin valor alguno, los pasajes eran tan plúmbeos que era imposible mejorarlos, la composición era insignificante y banal… Parece que no le gustó mucho. Ni poco. Sin embargo, al ver la cara que debió poner el sensible Tchaikowsky, le llevó a una habitación y, a solas, le comentó que, aunque el concierto era simplemente imposible de tocar, si modificaba de arriba abajo una serie de pasajes y lo hacía en un cierto plazo, de todos modos él mismo, magnánimo, estrenaría el concierto.

Sin embargo Piotr Ilich, que ocho años después de enseñar y componer en Moscú ya no era un joven impresionable, le contestó que no iba a cambiar ni una sola nota y que de todos modos iba a imprimir el concierto tal y como estaba una vez acabada la orquestación. Si lo hizo por orgullo, porque estaba convencido de la bondad de su obra o porque se barruntaba que en el desprecio de Nikolai había algo más que una simple evaluación imparcial de la obra, por envidia o por lo que fuera, eso nunca lo sabremos.

El caso es que, una vez terminado, Tchaikowsky envió su concierto a Hans von Bülow, posiblemente el mejor pianista de la época, que sí que aceptó la obra, tildándola de “llena de ideas originales, nobles y pujantes, con un estilo adulto y distinguido…”. Von Bülow se llevó el concierto a América, donde tenía una gira, y estrenó la obra en Boston el 25 de octubre de 1875… con un gran éxito. De pronto se convirtió en lo que es hoy en día: un icono de la música de todos los tiempos, y elevó de inmediato a su autor a la gloria universal, de donde nunca se ha bajado. Y en cuanto a Nikolai Rubinstein, una vez coronado por el éxito el concierto, aclaró sus diferencias con el compositor y lo introdujo en su repertorio de forma habitual. Parece que al final no era tan “intocable”[4] como lo era un año antes…

No voy a comentar mucho sobre el concierto en sí, analizado muchas veces por los mejores críticos musicales. Únicamente voy a citar el hecho de que los compases iniciales, los bellísimos y superconocidos compases en los que los metales entonan cuatro poderosas notas descendentes seguidos de un tutti de toda la orquesta, esos compases que hacen absolutamente reconocible el concierto para todo el mundo… pues ese motivo es completamente ajeno al resto del concierto: sólo se repite dos veces en el principio y nunca más vuelve a aparecer, y además ese pasaje no está en la tonalidad del concierto, si bemol menor, sino en re bemol mayor. Curioso, siendo como es un motivo realmente impactante y reconocible, que Tchaikowsky no lo usara en ningún otro momento de la obra.

Bueno, vamos ya con la obra de hoy, el concierto para piano y orquesta número 1 de Tchaikowsky. Vamos a disfrutarlo con una interpretación de enorme calidad: la de la pianista argentina Martha Argerich con la Orquesta de la Suisse Romande, a las órdenes de Charles Dutoit, en una grabación de 1975.

El concierto se compone de tres movimientos, como suele ser habitual en los conciertos para instrumento solista y orquesta:

Primer movimiento: Allegro non troppo e molto maestoso – Allegro con spirito, que comienza, obviamente, al principio del video;

Segundo movimiento: Andantino semplice – Prestissimo, que comienza en el minuto 20:40; y

Tercer movimiento: Allegro con fuoco, que comienza en el minuto 27:10.

He aquí el video. Que lo disfrutéis.

Por si acaso tenéis problemas con la reproducción del video embebido, que yo las tengo de vez en cuando, aquí dejo el enlace directo.

Para acabar, esta obra se ejecuta con cierta frecuencia, pues es una de las obras básicas para toda orquesta y todo solista que se precie, así que es factible poder disfrutarla en directo… yo lo he hecho muchas veces, pues se programa en Madrid (y en casi todas partes) casi cada año y, de verdad, en directo es algo maravilloso. Cierto que es difícil encontrar a un solista que toque con tanto sentimiento como lo hace Martha Argerich, pero por muy bien grabado que esté el concierto y muy bueno que sea vuestro reproductor… no hay nada como el directo. Nada.

Disfrutad de la vida, mientras podáis. A ser posible, escuchando música.

  1. Los que me seguís sabéis que no soporto el dodecafonismo ni la mayoría de “ismos” que surgieron en la parte central del siglo XX, así que obras de esas no hay ni una. []
  2. Una orquesta amateur o casi amateur donde me imagino que por entonces tocaría algún sobrino de algún capitoste de youtube, o algo así, cuando youtube no había sido aún comprada por Google. []
  3. Ahora se encuentran, desde luego, versiones muchísimo mejores de todas estas obras, pero en 2009 eran maravillosos. []
  4. Porque no se podía tocar. []

Sobre el autor:

Macluskey ( )

Macluskey es un informático de los tiempos heroicos, pero no ha dejado de trabajar en Informática y disfrutar con ella hasta la fecha. Y lo que el cuerpo aguante. Y además, le gusta la música...
 

{ 6 } Comentarios

  1. Gravatar Marcelo | 11/04/2019 at 02:02 | Permalink

    Como lo he disfrutado , este concierto no podía faltar . me imagino que por las razones arriba explicadas no lo traías , así que el concierto 2 para piano de Rachmaninov no puede esperar tanto ya (no lo he visto en el catálogo, a no ser que se me haya escapado) . discrepo de tu argumento cuando dices que algunas obras son tan conocidas y criticadas por tantos expertos como para traerlas aquí … no conozco otro sitio en la web como este .

  2. Gravatar Guille Toda | 15/04/2019 at 09:50 | Permalink

    Gracias por estos años de ilustrarnos. Llevo recomendando esta serie y la de “historia de un viejo informático” a todo el mundo que veo un poco interesado, pero nunca me había parado a escribir un comentario de agradecimiento. Te leemos muchos, y nos gusta mucho ^^

  3. Gravatar Andrés | 22/04/2019 at 01:26 | Permalink

    No hace mucho que lo he descubierto y aún no he tenido tiempo de leerlo al completo pero me encanta tu sitio web. Hasta ahora solo he leído la serie completa de artículos sobre la teoría de juegos y acabo de comenzar a leer esta interesante serie que dedicas a determinadas piezas de música clásica. Además de informático desde hace muchos años, también soy aficionado a la música (y también sin conocimiento alguno). Como este es mi primer comentario no puedo dejar de darte las gracias por tu trabajo divulgativo y aprovechar también para apoyar la petición que te hace Marcelo para que nos deleites con tus comentarios sobre el Concierto para Piano n. 2 de Rachmaninov y, ya puestos en modo pedigüeño, el Concierto para Piano en SOL de Ravel. En mi humilde opinión, es uno de los conciertos para piano más bellos y lo he echado en falta en tu catálogo,

  4. Gravatar Macluskey | 23/04/2019 at 08:28 | Permalink

    Gracias, amigos, por vuestros amables comentarios.

    Ya sabéis que voy comentando obras conforme me va surgiendo por uno u otro motivo: que haya escuchado la obra recientemente, que la haya descubierto o que haya encontrado una buena versión para enlazar.

    Todo llegará, amigos, todo llegará… ;)

  5. Gravatar Agus pianista | 21/05/2019 at 10:55 | Permalink

    Acabo de descubrir tu serie “ignorante, ma non troppo” y me encanta dar con alguien que trata la música clásica con tanta veracidad y respeto. Iré, poco a poco, leyendo todos los artículos.

    La obra de Tchaikowsky es impresionante y Martha Argerich, en su época buena, maravillosa. Tuve la suerte de verla hace poco en directo, por desgracia no tuvo su mejor día.

  6. Gravatar Macluskey | 22/05/2019 at 04:53 | Permalink

    Gracias, Agus, por tus palabras. Siendo como eres pianista, no esperes encontrar aquí directrices ni referencias a técnicas ni descripciones de las obras al estilo de las que muchas veces se encuentran en los programas de mano de los conciertos… ¡no sé ni una palabra de música!

    Efectivamente, lo de “ignorante” del título de la serie no es una pose para parecer interesante, sino que es la pura realidad.

    Las partituras me parecen estar escritas en chino capuchino. No sé qué diferencia a un do mayor de un sol sostenido menor ni si se parecen o no ni cómo suenan. Etc. Y cuando he intentado averiguarlo comprando algún libro de “iniciación” a la música, sniff, no he entendido ni una palabra. No sé cómo se escriben esos libros ni para quién, pero para legos, desde luego, no. Así que sigo siendo un ignorante. Uno que conoce muchísimas obras, de las que unas me gustan más y otras menos, y lo mismo pasa con las versiones, que unas me gustan más y otras menos, aunque pocas veces sepa decir por qué.

    Pero… eso sí, cómo me gusta hablar de música!!!

    Saludos

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