No, no es Joaquín Rodrigo, para mí, no. Para mí es simplemente “el maestro Rodrigo”. Desde mi niñez he oído hablar encomiásticamente en la radio o en la tele del “maestro Rodrigo”, o he leído sobre el “maestro Rodrigo”… de hecho no hace tanto tiempo que conozco que es Joaquín el nombre de pila del “maestro Rodrigo”, el autor del archifamoso Concierto de Aranjuez, el arriesgado compositor que sacó a la guitarra española de los tablaos y los saraos flamencos y la redescubrió como un instrumento solista que reclamaba su sitio en la salas de conciertos, uno de los más eximios compositores españoles del Siglo XX… o, mejor dicho, uno de los más eximios compositores del Siglo XX. Sin más.
Podría fácilmente haber dedicado este artículo de tan ignorante serie al Concierto de Aranjuez, que me encanta… pero ciertamente también me carga un poco, de tan conocido y tan interpretado que es, y tan oído que lo tengo. Se ha utilizado tanto como fondo musical en películas, en documentales, en series, anuncios y demás producciones, que no parece que haya nada que contar de él que no se conozca ya… Incluso el francés Richard Anthony compuso, a finales de los años sesenta, una exitosísima cancioncilla poniéndole una almibarada letra al segundo movimiento del concierto, o mejor, a un trozo del segundo movimiento, canción que la mayoría de vosotros conoceréis: Aranjuez, mon amour, así en francés y todo, que era el idioma en que estaba grabada originalmente. Luego se hicieron versiones en español y en no-sé-cuántos idiomas más… Aquí tenéis un video antiquísimo en un elongado formato donde podéis ver y oír más o menos a Richard Anthony cantando la cancioncilla de marras, mitad en francés y mitad en español… Supongo que el auténtico creador de la música, el maestro Rodrigo, ganaría algún dinero con tanta copia vendida y tantas semanas en los Cuarenta Principales o como se llamaran entonces la listas de éxitos, pero muchísimo menos que Richard Anthony y que su discográfica, desde luego.
Así que, en vez del incombustible Concierto de Aranjuez, en este artículo hablaré del Concierto Andaluz para cuatro guitarras… que no es moco de pavo, ni mucho menos, como comprobaremos en un ratito.
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