La Biografía de la Vida 12. La reproducción sexuada
En la entrada anterior de esta serie sobre la Biografía de la Vida comentábamos como las eucariotas se originaron muy atrás en el mundo precámbrico al desgajarse su rama de la rama de las Archaea. El árbol filogenético de las eucariotas fija dos líneas principales: la Unikonta -un sólo flagelo-, por aquello de que muchos disponen solamente de uno de estos apéndices, y la Bikonta con dos. Entre los primeros se encuentran las amebas, hongos y animales, mientras que en los segundos están las plantas y otros grupos.
A su ancestro común se le denomina el LECA: Last Eukaryotic Common Ancestor por similitud al LUCA, común ancestro de todos los seres vivos. Gracias al análisis[1] de proteínas que las más antiguas arqueas han transmitido a las eucariotas, se ha determinado que el LECA tendría que ser más parecido a un Bikonta que a un Unikonta. Es decir, sería un ser unicelular con núcleo y dos flagelos. En 2015 se descubrió en el fondo del océano Ártico un nuevo tipo de arqueas cuyo genoma procariota, por lo que se sabe hoy en día, es el más parecido al eucariota. Se trataría de las Lockiarchaeota que podrían ser por tanto la imagen actual del LECA.
Es difícil de valorar cuándo debió aparecer LECA, ya que las células son blandas y tienen muy pocos elementos que puedan dejar un resto fósil. Muchas arqueas de la actualidad no disponen de paredes celulares (sólo membrana citoplasmática) y hay que suponer que así eran las más primitivas, de forma que estos organismos raramente han dejado fósiles reconocibles. Esto no quiere decir que el registro fósil del Precámbrico no pueda dar pistas sobre la evolución de las eucariotas. Y como anunciamos al acabar la entrada anterior vamos a ver cómo nos lleva mucho más adentro en la profundidad de la edad del planeta.
- Aparece en esta publicación de la revista PNAS de octubre de 2014. [↩]