Queda cada vez menos para que esta serie, en la que analizamos una a una las caras nacionales de las monedas del euro, llegue a su fin. En el artículo anterior estuvimos en el segundo país más pequeño del mundo, el Principado de Mónaco; hoy interrumpiremos brevemente esta racha de países diminutos. Viajamos por última vez al norte de Europa: hablemos del Reino de los Países Bajos.[1]
El país
El Reino de los Países Bajos es un país un tanto complicado. Antiguamente era una federación integrada por dos países: los Países Bajos europeos propiamente dichos[2] y las Antillas Neerlandesas.[3][4] Ambos países compartían relaciones exteriores, defensa y ciudadanía, aunque las Antillas Neerlandesas no pertenecían a la Unión Europea. En el año 1986, Aruba decidió salir de las Antillas Neerlandesas, constituyendo un país aparte —pero aún dentro del Reino de los Países Bajos—. Finalmente, en 2010 y tras la celebración de un referéndum, las Antillas Neerlandesas fueron disueltas: Curazao[5] y San Martín[6] decidieron seguir los pasos de Aruba y separarse, mientras que el resto de islas —Bonaire, San Eustaquio[7] y Saba— pasaron a formar parte integral de los Países Bajos europeos, como municipios especiales u openbare lichamen, «entidades públicas». En conclusión, el Reino de los Países Bajos se encuentra hoy formado por cuatro países, Aruba, Curazao, San Martín y los Países Bajos: Aruba utiliza el florín arubeño y Curazao y San Martín siguen utilizando el antiguo florín de las Antillas Neerlandesas, así que solo los Países Bajos europeos usan el euro. A este país es al que me referiré a partir de ahora.
Los Países Bajos se encuentran en el norte de Europa, haciendo frontera con Bélgica al sudoeste y con Alemania al este, y abriéndose al mar del Norte por el norte, valga la redundancia. Su capital es Ámsterdam[8] —aunque la sede del gobierno se encuentra en La Haya[9]— y su forma de gobierno es la monarquía parlamentaria, por lo que el jefe de Estado es un rey o, en este caso, una reina: Su Majestad Beatriz I de Orange-Nassau,[10] desde la abdicación de su madre en 1980. De hecho, ella misma ha anunciado recientemente que abdicará el 30 de abril, dejando el trono a su hijo, Guillermo Alejandro de Orange-Nassau.[11] Por su parte, la jefatura del Gobierno la ostenta, desde 2010, el primer ministro Mark Rutte.
La división territorial de los Países Bajos consta de doce provincias: Groninga, Frisia, Drente, Transisalania, Güeldres, Utrecht, Flevolanda, Holanda Septentrional, Holanda Meridional, Zelanda, Brabante Septentrional y Limburgo.[12] La zona más influyente de los Países Bajos es la región de Holanda, hoy dividida en dos provincias, razón por la que, erróneamente, suele llamarse «Holanda» al país entero. Por otra parte, y como curiosidad, el país de Nueva Zelanda se llama así en honor de la provincia neerlandesa de Zelanda, ya que sus descubridores eran neerlandeses.
Los Países Bajos fueron la última de las naciones fundadoras de la Comunidad Económica Europea en 1957, y digo «la última» porque ya hemos visto todas las demás: Alemania, Bélgica, Francia, Italia y Luxemburgo. Es el segundo país con más renta per cápita de la Unión Europea, después de Luxemburgo, y el más desarrollado, según el Índice de Desarrollo Humano de la ONU.
Antes del euro: el florín neerlandés
Breve contexto histórico
La historia de la moneda neerlandesa, el florín,[13] es una de las más largas de la Unión Europea. El florín (símbolo: ƒ) se remonta al siglo XVII, a 1680, cuando las entonces Provincias Unidas comenzaron a acuñar una nueva moneda de plata. Esta moneda tomaba su nombre de otra, emitida entre los siglos XIII y XVI por la República de Florencia: el fiorino d’oro o «florín de oro», que pronto se extendió por toda Europa y tuvo una importantísima repercusión en la economía de la época. Parece lógico, debido al gran éxito del fiorino, que los neerlandeses se fijasen en él a la hora de inaugurar un nuevo sistema monetario. Y parece que la fortuna les sonrió: cuando el florín —dividido en 20 stuivers— comenzó su andadura debía convivir con otras monedas de plata que ya existían antes de él, como el tálero y el ducado; pero con el tiempo las acabó sustituyendo.
En el año 1806, Napoleón entra en Batavia —que así se llamaban los Países Bajos entonces— e instaura una monarquía, el Reino de Holanda, con su hermano Luis en el trono.[14] Como Luis no cumplió con las expectativas de Napoleón, éste acabó absorbiendo el Reino de Holanda en 1810, con lo que empezó a circular allí el franco francés. No sería hasta la caída del régimen de Napoleón, en 1816, que el recién restaurado Reino Unido de los Países Bajos reinstaura su antiguo florín, y en 1817 lo decimaliza: deja de estar dividido en 20 stuivers para dividirse en 100 cent.
Este florín primitivo se asentaba sobre un patrón bimetálico, con equivalencias con el oro y la plata. Este patrón fue sustituido en 1848 por un patrón plata, y en 1875 por un patrón oro,[15] que fue eliminado a principios del siglo XX con la Primera Guerra Mundial. Y a partir de ahí, el valor del florín dependería de la situación política del país: durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania ocupa los Países Bajos e introduce su moneda, el Reichsmark o marco imperial, con una equivalencia ƒ 1 = 1,5 ℛℳ. Por su parte, cuando la guerra acaba y los Aliados entran en el país, lo fijan al dólar, a ƒ 3,62 = $ 1.
Por fin, cuando en 2002 el euro entró en circulación, lo hizo a una tasa de cambio de 1 € = ƒ 2,20371.
Las monedas del florín neerlandés
Como siempre, antes de mostrarte la serie neerlandesa del euro, vamos a admirar las monedas que los holandeses llevaban en sus bolsillos antes del 1 de enero de 2002.
Curiosamente, el símbolo empleado para el florín en las monedas no es «ƒ», sino «G», por el holandés «gulden». Y mi alienada mente ingenieril no puede por menos que maravillarse por la placentera homogeneidad de las monedas neerlandesas: todas ellas llevan el valor facial en el reverso, acompañado por una trama geométrica tanto más complicada cuanto mayor sea el valor de la moneda, y todas llevan en el anverso el retrato de la reina Beatriz, junto con el texto «BEATRIX KONINGIN DER NEDERLANDEN», es decir, «BEATRIZ REINA DE LOS PAÍSES BAJOS». ¿Simplonas? No, sencillas. Y, a veces, en la sencillez está la elegancia.
Observa que, bajo los valores faciales, he escrito otra palabra: es el nombre coloquial con el que se conocía a cada moneda antes de la entrada del euro. Quisiera llamar especialmente la atención sobre la moneda de 5 cent, denominada stuiver, igual que aquella antigua moneda que valía la veinteava parte de un florín antes de su decimalización. El nombre stuiver se ha exportado, incluso, a la actual moneda de 5 euro cent. En cuanto a la moneda de ƒ 2½, llevaba el sobrenombre de rijksdaalder, que era una de las monedas que circulaban en la zona antes de la aparición del florín, y equivalía, precisamente, a dos florines y medio. Menuda memoria tienen los holandeses.
Los euros neerlandeses
Los diseños de los euros neerlandeses no difieren mucho de los de los antiguos florines: valor facial en el reverso —cara común— y retrato de Beatriz I en el anverso —cara nacional—. Esta es la serie:
Como ves, una vez más, no hay gran cosa que comentar sobre las monedas de los Países Bajos, que son muy similares a las que vimos para Luxemburgo. Las monedas bimetálicas conservan, a grandes rasgos, el diseño de los antiguos florines: la efigie de la reina Beatriz aparece cortada por la mitad para hacer sitio al texto, que se sitúa en vertical. En las demás monedas, aparece el retrato completo, con un fondo de puntos en el que apenas pueden distinguirse las estrellas de la Unión. Igual que vimos con el retrato de Enrique I, en las monedas de Luxemburgo, aquí el retrato de Beatriz I tampoco aparece con trazos realistas, sino de forma muy geométrica, tal y como ya aparecía en las antiguas monedas de florín. El responsable de este diseño, tanto para el florín como para el euro, fue el diseñador neerlandés Bruno Ninaber van Eyben (1950-), que muestra con orgullo su obra en su página web.
Como siempre, hay ciertos elementos que se repiten de una moneda a otra:
- Las doce estrellas presentes en la bandera de la Unión Europea.
- La marca de ceca, correspondiente a la Koninklijke Nederlandse Munt, la Real Casa de la Moneda Neerlandesa. Ya vimos en los artículos de Eslovenia y Luxemburgo cuál es la marca de la Koninklijke Nederlandse Munt: el caduceo, un bastón alado con dos serpientes ensortijadas. Puede verse a la derecha del año, en las monedas de céntimos, o bajo las palabras «KONINGIN DER», en las monedas grandes.
- La marca del director de ceca. Es visible a la izquierda del año, en las monedas de céntimos, o bajo la palabra «NEDERLANDEN», en las bimetálicas. La Koninklijke Nederlandse Munt ha tenido, desde la entrada en circulación del euro, cuatro directores de ceca, con cinco marcas:
- 1999: Chris van Draanen. Marca: un arco y una flecha.
- 2000: Erik J. van Schouwenburg (interino). Marca: un arco y una flecha, diferenciados por una estrella.
- 2001: Robert Bruens. Marca: uvas y hoja de vid.
- 2002: Maarten T. Brouwer (interino). Marca: uvas y hoja de vid, diferenciadas por una estrella.
- 2003 en adelante: Maarten T. Brouwer. Marca: barco de vela.
- El año de acuñación, empezando desde 1999.
- El identificador de país. No aparece un identificador como tal, pero sí puede leerse el nombre del país en el título de la reina Beatriz: Koningin der Nederlanden, es decir, «Reina de los Países Bajos».
Además, el canto de la moneda de 2 € es especial. No es ni Tipo 1 ni Tipo 2, sino que consta del lema nacional, igual que en el caso de Alemania: «GOD ★ ZIJ ★ MET ★ ONS ★», que significa «DIOS ★ ESTÉ ★ CON ★ NOSOTROS ★». Esta referencia tan explícita a Dios es un caso excepcional en las monedas europeas, que siempre han intentado ser lo más laicas posible; no obstante, esta inscripción ya se mostraba en los florines desde el siglo XIX, y el último intento de retirarla de las monedas se topó con una fiera oposición popular.[16]
Las monedas conmemorativas
Monedas conmemorativas de dos euros
Los Países Bajos no han sido muy prolíficos en lo que a monedas conmemorativas de 2 € se refiere. Únicamente han sido emitidas tres monedas, de las cuales dos se corresponden con las emisiones conjuntas «Tratado de Roma» (2007) y «10 años de la Unión Económica y Monetaria» (2009).
La tercera, emitida en 2011, se acuñó con motivo del 500 aniversario de la publicación del Elogio de la locura, escrito por Erasmo de Róterdam. El Elogio de la locura es una sátira en la que Erasmo, por boca de la Locura —o la Estulticia, dependiendo de la traducción—, va haciendo una crítica, más o menos feroz, pero siempre sarcástica y cargada de ironía, de la sociedad y la religiosidad de su tiempo, crítica que, en muchos casos, es trasladable a la actualidad. Realmente, parece ser que Erasmo no le prestó demasiada atención a esta obra —la escribió relativamente rápido, pues estaba enfrascado en otros escritos que él consideraba más serios e importantes—, pero, para su sorpresa, el Elogio se convirtió rápidamente en una de sus obras más populares: antes de su muerte ya había sido traducida del latín al alemán y al francés, y pronto lo sería también al inglés.
En cualquier caso, en la moneda aparece, precisamente, Erasmo de Róterdam escribiendo su libro, junto con un retrato de la reina Beatriz I. Curiosamente, en todas las monedas neerlandesas aparece el retrato de la reina Beatriz, incluyendo las de coleccionista —como se verá en la siguiente sección—. Desconozco si hay alguna ley que obligue a ello, como pasaba en Luxemburgo, pero no lo creo: Luxemburgo modificó los diseños de las emisiones conjuntas para incluir el retrato del gran duque Enrique, mientras que los Países Bajos no lo han hecho. Más bien, me inclino a pensar que tiene que ver con la elevada popularidad de la monarquía holandesa: según las últimas encuestas, la reina Beatriz contaba con una popularidad entre los ciudadanos neerlandeses del 80 %.
Monedas de coleccionista
Los Países Bajos han emitido 22 diseños diferentes para sus monedas de coleccionista, pero el número total de monedas diferentes es más del doble: 46 monedas. Esto se debe a que, con cada motivo, la Koninklijke Nederlandse Munt emite siempre dos o, en ocasiones, tres valores distintos. Un ejemplo vale más que cualquier explicación: en el año 2004, con motivo del nacimiento de la princesa Catalina Amelia —hija primogénita del príncipe Guillermo Alejandro—, se emitieron tres monedas: una de 10 €, otra de 20 € y otra de 50 €, pero todas ellas con el mismo diseño.
Así pues, hablemos de valores y metales, como hacemos siempre en esta sección. El primer valor es el de las monedas de 5 € de plata 950 ‰:[17] una en 2003, 2005, 2007 y 2008; dos en 2004, 2009 y 2010, y tres en 2006 y 2011. Y a cada una de estas monedas le acompaña, siempre, una de 10 € de oro 900 ‰, en las mismas cantidades —más una emitida en 2002—. Como excepciones, hay tres monedas de 10 € de plata esterlina, emitidas en 2002, 2004 y 2005, y dos monedas de 20 € de oro 900 ‰ acompañadas por otras dos de 50 € del mismo metal, en los años 2004 y 2005.
En todas estas monedas aparece el retrato de Beatriz I de los Países Bajos, como ya dije previamente. No obstante, hay una diferencia fundamental con Luxemburgo: en las monedas luxemburguesas los retratos del gran duque eran siempre más o menos similares, y todos ellos relativamente convencionales. Por el contrario, los retratos de las monedas neerlandesas son casi todos diferentes y, en muchos casos, realizados con innovadoras técnicas de grabado. Para muestra, un botón: observa la moneda de aquí al lado. Está dedicada a los más prominentes arquitectos neerlandeses, y el retrato de la reina aparece al jugar con los grosores de las letras que componen los nombres de dichos arquitectos, escritos en espiral. La imagen es más elocuente que cualquier descripción. En la página web de la KNM solamente hay una selección de las monedas de coleccionista más recientes, pero investigando en Google Imágenes podemos llevarnos auténticas sorpresas.
Pero el tema de las monedas de coleccionista neerlandesas no acaba aquí. La KNM tiene por tradición emitir, cada año, sus ducados de plata y ducados y dobles ducados de oro,[18] que llevan acuñándose como moneda de coleccionista desde el siglo XIX, y como moneda de curso legal desde mucho antes. Estos ducados no llevan valor facial, y de hecho, en la actualidad no son de curso legal —es decir, no puedes pagar nada con ellos, al contrario de lo que sucede con las monedas de coleccionista ordinarias—, sino que se emiten exclusivamente para coleccionistas e inversores, y son tremendamente populares en los Países Bajos. Dentro de dos artículos, cuando lleguemos a San Marino, veremos algo parecido con sus scuti.
Cambios futuros
Para terminar este artículo, hay que decir que falta muy poco para que cambie el diseño de la serie de euros de los Países Bajos: la reina Beatriz abdicará a finales de este mes, por lo que comenzará una nueva serie de euros cuyo protagonista será el rey Guillermo Alejandro, de momento solo príncipe.
Pero, aunque Beatriz I no hubiera decidido abdicar y la primera serie continuase indefinidamente, hubiera sido necesario realizar ciertos cambios antes o después. La razón es que en ninguna de las monedas aparecen correctamente las estrellas de la Unión Europea: en las bimetálicas aparecen formando un semicírculo en la parte izquierda del anillo exterior, mientras que en las restantes monedas casi no son visibles, y además también están mal colocadas —si te fijas, verás que no se corresponden con las posiciones de los números en un reloj, que es como deberían estar situadas—. Todo esto contraviene a las Recomendaciones de la Unión, así que los Países Bajos están obligados a subsanar estos defectos en la segunda serie —de la cual, con total seguridad, podré informar en el último artículo de esta serie, la «actualización»—.
Y esto es todo de momento. En el próximo artículo veremos las monedas del último país de la Eurozona perteneciente a la Unión Europea. Los que me leéis desde España ya conoceréis de sobra esas monedas, pues han pasado muchas veces por vuestras manos. A los demás, espero que el artículo os resulte igualmente interesante. Viajaremos, entonces, a la República Portuguesa. Hasta entonces.
- En holandés: Koninkrijk der Nederlanden. [↩]
- En holandés: Nederland. [↩]
- En holandés: Nederlandse Antillen. [↩]
- Más antiguamente, también pertenecía a esta federación la Guayana Holandesa, hoy país independiente llamado Surinam. [↩]
- En holandés: Curaçao. [↩]
- En holandés: Sint Maarten. [↩]
- En holandés: Sint Eustatius. [↩]
- En holandés: Amsterdam. [↩]
- En holandés: ’s-Gravenhage o, en forma corta, Den Haag. [↩]
- Su nombre completo es Beatriz Guillermina Armgard de Orange-Nassau y Lippe-Biesterfeld. [↩]
- Su nombre completo es Guillermo Alejandro Nicolás Jorge Fernando de Orange-Nassau y Amsberg. [↩]
- En holandés, las provincias son: Groningen, Friesland, Drenthe, Overijssel, Gelderland, Utrecht, Flevoland, Noord-Holland, Zuid-Holland, Zeeland, Noord-Brabant y Limburg. [↩]
- En holandés: gulden, pronunciado «júlde». [↩]
- Tal y como hizo en España en 1808, colocando a «Pepe Botella», su hermano José I. [↩]
- Ya hablé sobre los patrones metálicos en el artículo sobre la Unión Monetaria Latina. [↩]
- También hay que precisar que esto fue en el año 1953, y que las cosas podrían haber cambiado mucho desde entonces… pero bueno. [↩]
- También llamada, como ya sabes, plata esterlina. [↩]
- En holandés: dukaten, en singular dukaat. [↩]
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{ 6 } Comentarios
Hola, gracias por este completo artículo
Yo visité Curazao en el 2009 (por lo visto antes de separarse) y recuerdo sus florines, es más, me traje a casa algunos, pero el fin de semana los estuve buscando y ya no los encontré
Saludos
@Juan Carlos, gracias a ti por los comentarios
Son bonitas, las monedas de florines de las Antillas Neerlandesas… A mí me llama la atención particularmente la moneda de 50cent, cuadrada.
Hola
Justamente por eso me decidí a buscarlas, porque recordaba una moneda algo “extraña”. Ahora, viendo en la Wikipedia (http://en.wikipedia.org/wiki/Netherlands_Antillean_guilder) ya las recuerdo bien.
Por cierto (pregunta que casi todo niño hace ), ¿Existe alguna ley / tratado que obligue a que las monedas sean redondas? (O que los billetes sean rectangulares,? aunque por otro lado, a algunos de éstos si los he visto casi cuadrados)
Saludos
@Juan Carlos: No creo que exista ninguna ley sobre la forma de las monedas… Es decir, a nivel de cada país, cada uno tiene sus leyes, y la mayoría de países tienen monedas redondas. Pero sí hay países que tienen monedas con otras formas: la de 1 centavo de Belice, ondulada; las de 10 poisha y 5 taka de Bangladés; la que acabas de ver de 50 cent de las Antillas Neerlandesas, cuadrada… incluso de de 50 peniques británica, con forma de heptágono de Reuleaux (con los lados redondeados). De todos modos, que las monedas sean redondas tiene muchas ventajas, por ejemplo para que puedan rodar bien en las máquinas que aceptan monedas, así que la mayoría de países hacen sus monedas redondas
En cuanto a los billetes, jamás en mi vida he visto alguno que no sea rectangular. Como mucho, los de Kirguistán, que son casi cuadrados, pero nada más raro http://www.monnaiesdumonde.net/prestashop/1128-thickbox/kyrgyzstan-3-banknotes-set-1993.jpg
Los Países Bajos, igual que Luxemburgo: la efigie del monarca ha de salir en las monedas. Aunque el gobierno holandés aprobó una enmienda para dejar exentas de esta ley solamente a las monedas de 2 euros conmemorativas de emisión común. Ya tengo ganas de ver las nuevas monedad que se acuñen con el nuevo monarca. No es que espere gran cosa, pero quiero ver si realmente el nuevo rey mira al lado contrario al de su madre y si Holanda coloca las estrellas al modo de la bandera europea. Un saludo. PD: Repunante, tamién ye mui asturiano.
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