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La memoria – 2) Por qué aprendemos y cómo lo hacemos

En el artículo anterior hablábamos acerca de las funciones de las neuronas y su capacidad para crear ciertas proteínas por efecto electroquímico. No obstante, tales proteínas – llamadas neurotransmisores – no se crean de forma espontánea, sino a partir de estímulos internos y externos. Esto nos introduce en el proceso del aprendizaje y es el tema de hoy.

Ensayo y error.

Algunos neurotransmisores son capaces de comandar redes neuronales enteras, y la condición para que funcionen ajustadamente es el aprendizaje. Mientras ese comando no se ajuste completamente, al ensayar cualquier nueva tarea cometeremos errores. Pero el ensayo y el error es lo que finalmente ajusta el comando. A consecuencia de ello comenzará a operar el hábito, es decir, la capacidad de ejecutar un acto cualquiera pensando solamente en lo indispensable y dejando todo lo demás por cuenta de una especie de “programa” que quedó automatizado por debajo de la consciencia con la práctica frecuente, o sea mediante varias repeticiones atentas consecutivas.

Las repeticiones deben ser atentas porque, como veremos después, la atención juega un papel muy importante en la rapidez y seguridad con que la memoria retiene información.

El cerebro tiene capacidad para automatizar pensamientos, intenciones y actos. Esto habilita una eficiencia mayor del pensamiento y las acciones conscientes.

Cada vez que, por ejemplo, haces un movimiento y lo repites, se va reforzando un mecanismo necesario para comandar ese movimiento desde las neuronas hasta las terminaciones nerviosas en las fibras musculares. En los primeros intentos, se contraerán músculos que no deberían intervenir, provocando una torpeza rígida que más tarde irá desapareciendo. Cuanto mayor sea la atención para dominar esos efectos indeseables, más rápidamente se aprenderá a hacer correctamente el movimiento. Llegará finalmente el momento en que bastará en que pienses en hacer el movimiento para que lo puedas ejecutar sin necesidad de pensar, en “cómo” lo haces.

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Historia de un Viejo Informático. Los mainframes de IBM.

A principios de los ochenta aproveché una buena oferta y salté a otro Banco Nacional.

El cambio supuso una mejora económica (pequeña) y un nuevo y apasionante proyecto.

El ordenador de este nuevo Banco (nuevo para mí, quiero decir) era un IBM 3081 nuevecito, con dos procesadores (¡nada menos!) y 16 Mb de memoria.

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Disculpas por la caída

Para los usuarios de El Cedazo que no leáis El Tamiz habitualmente, hemos tenido un problema estúpido con el PHP del servidor, con lo que la página ha estado caída casi todo el día de hoy. ¡Disculpad las molestias! Podéis leer el aviso aquí.

Eso que llamamos “Tiempo” – La Crítica de Kant

Immanuel Kant (1724-1804).

Immanuel Kant (1724-1804).

En nuestro recorrido por las distintas concepciones acerca de la naturaleza del tiempo, a lo largo de la historia, nos remontamos en el siglo XVIII, en la antigua Prusia, donde un hombre aparentemente común, rutinario y de vida muy tranquila, transformaría nuestro modo de conocer el mundo: Immanuel Kant (1724-1804).

Habitualmente usamos la palabra conocimiento creyendo saber bien lo que significa. Decimos “yo conozco esto”, “conozco aquello”… el lema de El Cedazo es “Comparte conocimiento”… Pero ¿qué es el conocimiento? ¿Conocemos el conocimiento? ¿Todo nuestro conocimiento lo adquirimos en la experiencia, es decir, lo que nos muestran nuestros sentidos sobre el mundo? ¿O existen conocimientos apartados de toda experiencia, que nos permiten justamente la facultad de conocer?

A todo esto, surge la pregunta: ¿el tiempo, es un conocimiento que sacamos de la experiencia?, ¿o está en nosotros a priori (previo a los conocimientos que obtenemos con los sentidos)? ¿Es el tiempo mismo, la facultad de conocer? Kant fue el primero en reflexionar sobre estas cuestiones tan fundamentales, que llevan a planteamientos muy interesantes como, por ejemplo, si es lógicamente posible o no que el tiempo no exista; si hay conocimientos que no impliquen tiempo o están todos sometidos bajo éste necesariamente; entre otras cosas, que verdaderamente dan mucho que pensar. En este artículo pretendo explicar de forma lo más accesiblemente posible, de qué se trata esto.

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Nuevo sistema de mensajes en el tablero de administración

Brevísima entrada para avisar a los usuarios registrados de que acabo de instalar una extensión que nos permite tener un sistema de mensajes en la sección administrativa de El Cedazo. Así podemos comunicarnos de forma parecida al e-mail, pero desde la propia página. Debería ser útil si tengo que avisar a alguien de algo en un artículo, si tenéis que avisar a alguien de algo, etc., sin necesidad de conocer la dirección de correo de nadie y para que los mensajes nuevos aparezcan cuando alguien se conecta, de modo que no se los pierda antes de escribir una entrada o cosas así.

Ya hay un par de mensajes esperándoos cuando os conectéis (acabo de hacer una prueba, y ahora mismo haré otra), con lo que debería ser obvio lo que pasa cuando hay mensajes nuevos. Para escribir uno podéis ir, en la barra lateral, a Herramientas -> Admin Msg Board. No olvidéis, si no es para todo el mundo, seleccionar primero que es privado, y después a quién se lo queréis mandar.

Se trata de una extensión nueva y puede que tenga fallos. Ya veremos cómo va la cosa, y si nos resulta útil.

La memoria – 1) Las funciones de las neuronas

Antes que nada, quiero decir que esta serie que hoy empieza se debe al estímulo que recibí desde un hilo del Foro de El Tamiz. Dedico por eso esta serie a quienes me animaron a escribir y espero cumplir con las expectativas.

El sistema nervioso funciona con una nanotecnología creada por la naturaleza.

Las ideas son, en cierto modo, un resultado de la memoria. Si tu cerebro no percibe algo, tampoco lo recordará (lógico) pero tampoco podrás pensar en lo que tu cerebro nunca registró. O sea, para pensar es necesario recordar. Veamos entonces como es que el cerebro registra la información que le llega.

Los datos se registran en la memoria en forma de ciertas proteínas que tienen determinadas “formas” y son capaces de encajar – o no – unas en otras, como llaves en diferentes cerraduras. Esas proteínas son los neurotransmisores. Cuando encajan, se produce la transmisión neuronal, pues esas proteínas actúan en las sinapsis (así se llama al punto de contacto en las terminaciones nerviosas). Esa es la “llave” para que la información fluya o no entre las neuronas. El resultado puede ir desde una emoción desatada o una ocurrencia brillante, hasta el acto de realizar un trabajo aprendido. Si mueves no más que un solo dedo, hay neurotransmisores que te permiten recordar como moverlo y por eso piensas moverlo y lo haces.

Imagina un par de cables, pero cada uno de ellos cortado en algún punto. Sin embargo, ambos cables parten de un lugar que llamaremos A y terminan en otro lugar que llamaremos B. Si en cada punto donde los cables se cortan pones un interruptor cerrado, la corriente podrá pasar como si no estuvieran cortados. Pero si en uno de los dos hay un interruptor cerrado y en el otro uno abierto, la corriente eléctrica llegará hasta B con una información diferente que si en cambio la electricidad llega por ambos cables a la vez, o quizá primero por uno y luego por el otro alternadamente. Esquemáticamente, así es como funciona el sistema nervioso.

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Historia de un Viejo Informático. El Método de trabajo en Proceso de Datos en la década de los setenta.

Como comentaba en la “entrada anterior”, el mercado de software apenas existía en los años 70 y 80 del siglo pasado. El software básico se compraba al fabricante de la máquina (Sistema Operativo, Compilador, Sort, etc), había algún software de propósito general de fabricantes independientes (Bases de Datos, algún programa de gestión de ficheros, y poco más), y casi ningún Software de Aplicación (lo que ahora se llama pomposamente un “ERP”, es decir, la Contabilidad, la Nómina, etc.).

En una palabra, todos los programas de gestión de las empresas estaban hechos ex profeso para las propias empresas, y casi siempre por personal de las propias empresas.

Muy pocas empresas se dedicaban a ofrecer servicios profesionales en subcontratación, y las que lo hacían, era para incorporar al analista o programador al equipo del cliente y trabajar codo con codo con ellos durante una temporada, generalmente larga (lo que después se llamó “bodyshopping” (qué nombre más horroroso…pero qué bien define la actividad, pardiez). O sea, casi no se contrataban proyectos “llave en mano“, que es lo habitual en nuestros tiempos.

Eso quería decir que los Departamentos de “Proceso de Datos” (nombre que casi todas las empresas usaban en la época; con el tiempo, los nombres se fueron complicando y cambiando según las modas del momento) de las empresas o instituciones tenían personal propio y dedicado que escribía los programas para resolver las necesidades de esas empresas o instituciones.

Y… ¿Cómo se trabajaba en el Pleistoceno de la Informática?

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¿Qué es la ciencia?: El Falsacionismo

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Karl Popper (crédito: Wikipedia)

Karl R. Popper (1902-1994) ha sido un autor muy influyente en la filosofía del siglo XX; su obra mas destacada es La lógica de la investigación científica donde expone las tesis fundamentales del falsacionismo. Popper nació en Viena y permaneció en esta ciudad hasta que el nazismo ascendió al poder, momento en el que tuvo que emigrar a Nueva Zelanda debido a su origen judío. Durante su juventud simpatizó con movimientos políticos de izquierda que más tarde abandonaría totalmente para defender tesis liberales, cosa que le dio una gran popularidad, sobre todo a causa de sus artículos de opinión aparecidos en la prensa. Durante su etapa como profesor de física y matemáticas mantuvo cierta polémica con el Círculo de Viena, un conjunto de intelectuales neopositivistas que se reunían en la Universidad de Viena durante los años 20. Entre ellos se encontraban Rudolf Carnap, Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, cuyas tesis son bastante parecidas a las inductivistas. Ellos pensaban que el único conocimiento científico posible es el empíricamente comprobado y regido por las normas de la lógica. Todo el conocimiento que no reúna estas características, como la religión o la metafísica, lo consideraban no significativo, es decir, sin sentido.

Popper siempre fue muy próximo al círculo pero nunca formo parte de él; de hecho es considerado un crítico respecto algunos de sus temas centrales, especialmente la inducción. Como vimos en el artículo anterior, la inducción es un procedimiento que intenta crear enunciados universales utilizando una reiteración de experiencias. El problema fundamental es que las leyes universales hacen referencia a un número infinito de sucesos, mientras que nuestras experiencias siempre serán finitas. Por lo tanto, es imposible asegurar la veracidad de un enunciado universal. Desde este punto de vista, el fundamento del método científico inductivo, el que presenté en el primer artículo, es difícil de justificar utilizando la  lógica, psicológicamente tampoco se puede defender y además no describe de forma correcta los procesos de cambio y evolución de las teorías ni el proceder de los científicos.

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Percepción Visual – La Psicología de la Forma

optDesde hace mucho quería hablar de este tema tan fascinante, que es la psicología de la percepción visual. ¿Qué procesos psicológicos rigen en nuestra interpretación de las formas y figuras que observamos? ¿Qué explicación hay detrás de las imágenes de “doble sentido”, las “figuras imposibles”, y las “ilusiones ópticas”? ¿Existen ‘reglas’ o ‘patrones’ que establezcan nuestra asimilación de las formas?

En esta miniserie de tres o cuatro artículos, exploraremos las conductas psicológicas, propias del ser humano, al momento de realizar una interpretación de las imágenes que observa, y cómo influye en ese proceso factores como experiencia previa, ámbito cultural, entre otras cosas. Escudriñaremos el porqué de las ilusiones ópticas más impactantes, y usaré ilustraciones y esquemas en todos los casos necesarios, porque precisamente de eso se trata. Además haremos algunos experimentos con figuras, y como todos aquí me apegaré al lema “Antes simplista que incomprensible”. Así que, sin más preámbulo, comencemos hablando sobre la Psicología de la Forma.

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Historia de un Viejo Informático. El equipamiento informático en la década de los setenta

En la entrada anterior os he contado cómo eran los estudios de Informática en los tiempos del cólera. En ésta que toca hoy, os contaré cómo fueron mis comienzos en el mundo laboral.

Efectivamente, en 1975 comencé a trabajar de programador en un gran Banco. Como Becario, forma de contratación que ya era normal en la época, aunque al acabar el año inicial de beca, me hicieron un contrato fijo (en la época no existía el contrato temporal, al menos no como ahora). Mi primer sueldo fue de casi veinte mil pesetas netas (unos 120 Euros) al mes… por quince pagas y media. Una fortuna. De hecho, mi primer sueldo era casi igual que el de mi padre en aquellos tiempos, a pesar de sus diez o doce trienios, que en el funcionariado representaban una parte muy importante de la paga. ¡Y ni siquiera había acabado la Carrera, que aún estaba en Cuarto!

El equipamiento del Banco era realmente impresionante: Dos ordenadores NCR Century 200 , con nada menos que 32 Kbs de memoria cada uno, dos discos cada uno, tres unidades de cinta magnética (dos de 1600 bpi y la otra de 800 bpi, que se utilizaba como entrada de datos), lector de tarjetas perforada y una impresora realmente rápida cada ordenador. Además, la instalación tenía un switch que permitía asignar discos o cintas físicamente conectados a un ordenador, al otro, por lo que en caso de necesidad un ordenador podía correr un programa con seis cintas magnéticas y cuatro discos simultáneamente. Que yo sepa, nunca tuvimos tal necesidad, pero en fin.

Ahora voy a hacer un poco de arqueología informática, y describir con algún detalle los elementos más importantes que componían a la bestia.

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