15 de septiembre de 2008. Los cimientos del sistema financiero tiemblan resistiendo a duras penas la potente sacudida sísmica provocada por el colapso de Lehman Brothers. En tan sólo unas horas el pánico devora las ganancias de las bolsas de todo el mundo y seca la liquidez que hasta entonces inundaba los mercados. La desconfianza prende entre bancos, aseguradoras e inversores. ¿Quién esconde bajo sus alfombras más hipotecas basura? ¿Quién será el siguiente en caer? Literalmente, la economía de todo el planeta se paraliza. Las agencias de calificación se apresuran a suspender a entidades que poco antes se jactaban de lucir una triple A en su currículum. Mientras tanto, los bancos centrales tiran de manual y hunden los tipos de interés al tiempo que anuncian a bombo y platillo inyecciones de liquidez masivas. Cualquier cosa, lo que sea, con tal de frenar el terror que hace presa de ciudadanos, empresas, bancos, inversores y estados, y que amenaza con acabar con el sistema.
Días antes, la administración norteamericana decidía mostrarse inflexible frente al riesgo moral, una suerte de insana sensación de impunidad que empuja a las entidades financieras de mayor peso a asumir riesgos excesivos, en la creencia de que, en el mejor de los casos, les reportarán rápidos y cuantiosos beneficios, y en el peor, si el riesgo se materializa, papá estado acudirá a rescatarlos bajo el supuesto de que son demasiado grandes para caer. Lehman Brothers servirá de escarmiento: será el chivo expiatorio de la administración para transmitir su nuevo mensaje de firmeza.
El 14 de septiembre de 2008, Bank of America y Barclays, que se postulan como compradores de Lehman a condición de que el estado avale la operación, reciben una comunicación fulminante. El gobierno se niega a brindar a Lehman el mismo trato de favor que dio a Bear Stearns unos meses antes. Ni la administración avalará la compra con dinero público, ni la Fed concederá un préstamo de emergencia para sanear las cuentas de Lehman antes de la adquisición. Si compran a Lehman tendrán que responsabilizarse en solitario de sus activos basura. Ante la inclemencia del gobierno, Barclays y Bank of America abandonan. Lehman caerá.
El impacto es tan brutal que pone en cuestión la decisión del gobierno norteamericano. Lehman ha sido la primera ficha en caer de otras muchas que podrían seguirle en un catastrófico efecto dominó. A la administración estadounidense le tiembla el pulso y dos días después salva in extremis a AIG, la mayor compañía de seguros del mundo. Sin embargo, la incertidumbre y el caos, el miedo y la desconfianza, tardarán en desaparecer.
La Crisis Subprime ha puesto de manifiesto, como quizás ninguna otra desde la Gran Depresión, las miserias del sistema financiero. Su origen, desarrollo y gestión, pero sobre todo el sistema que la ha incubado, están plagados de lagunas y contradicciones, de omisiones, de irregularidades, de intereses cuya legitimidad es cuestionable. A juicio del autor, la Crisis Subprime y la crisis de deuda posterior son un accidente del propio sistema, una consecuencia de su deficiente diseño, una especie de abnormal program termination que revela la escasa solvencia del sistema que nos rige.
El reto es, pues, modificar el sistema para que crisis como la actual no tengan cabida en él. No basta con un lavado de cara o con la aplicación de un parche. Es precisa una solución radical en el sentido de actuar contra la raíz del problema, que no es otra que las reglas de juego que gobiernan al propio sistema. La crisis es el síntoma, no la enfermedad. Es el sistema el que puede calificarse de subprime.
El Universo Subprime es una serie de El Cedazo dedicada a analizar las fisuras del sistema financiero y a describir el papel que gobiernos, bancos centrales y otros agentes económicos juegan en él. Partiendo de la ortodoxia, pero manteniendo siempre alto el espíritu crítico, pretende hacer pedagogía sobre el sistema financiero, mostrando tanto sus virtudes como sus miserias, e intentando arrojar luz sobre sus rincones más oscuros. Todo ello sin perder de vista el lema de El Cedazo: antes simplista que incomprensible.
Actualmente la serie está activa y cuenta con los siguientes artículos publicados:
Preludio. Big Bang y Big Crunch de una odisea financiera.
Bloque I. Autonomía, Transparencia y Comunicación de los Bancos Centrales.
Capítulo 1. El Cuarto Poder.
Capítulo 2. Fundación…
Capítulo 3. En el “Lado Acomodaticio”.
Capítulo 4. El fin… ¿justifica los medios? (I).
Capítulo 5. El fin… ¿justifica los medios? (y II).
Capítulo 6. La Ley del Péndulo.
Bloque II. Macroeconomía y Política.
Capítulo 7. Macroeconomía Cósmica.
Capítulo 8. La Gallina de los Huevos de Oro.
