Regístrate | Conectar
El Tamiz Libros Recursos Series Únete 10 Users Online
Skip to content

El euro: Ciudad del Vaticano




Han pasado ya tres años desde que comencé a escribir esta humilde serie, con un artículo sobre la historia del euro y el camino que llevó hasta él. Hoy llegamos al broche final, con el último país que nos queda por visitar. No se acaba del todo, porque todavía escribiré un artículo más como «actualización» —ya que toda esta serie está escrita con el punto de vista de 2011 y han cambiado muchas cosas desde entonces—, pero sí es, en cierto modo, una conclusión. En el artículo anterior visitamos un país diminuto y casi desconocido: la Serenísima República de San Marino. Hoy nos vamos al extremo y entraremos en el país más pequeño del mundo, aunque bastante más conocido que el anterior. Bienvenido al Estado de la Ciudad del Vaticano.[1]

Mapa

Localización del Estado de la Ciudad del Vaticano en Europa. (Bosonic dressing/CC BY-SA 3.0 Unported)

El país

BanderaEscudoEl Vaticano es, como dice la introducción, el país más pequeño del mundo, con solo 0,44 kilómetros cuadrados de superficie. Se trata de una de las tres únicas ciudades-estado que sobreviven en la actualidad, junto con Mónaco y Singapur, pero en este caso es una curiosa especie de «ciudad dentro de una ciudad»: el Vaticano está totalmente rodeado por la capital de Italia, Roma. No obstante, está amurallado en su totalidad, excepto una pequeña fracción: la Plaza de San Pedro, que es la única porción abierta de la frontera ítalo-vaticana. El jefe del Estado es, desde 2013, Su Santidad el papa Francisco,[2] originario de Argentina, mientras que el jefe de Gobierno recibe el nombre de gobernador del Estado Vaticano y es, desde 2011, Giuseppe Bertello.

El hecho de que el Vaticano sea la «sede central» de la religión católica, y que su jefe de Estado sea el papa, hace que la organización de este país sea muy curiosa. Para comenzar, se considera que la Ciudad del Vaticano es una monarquía electiva, la única del mundo que sobrevive hoy en día: al contrario que en las democracias, sólo se realizan elecciones, mediante cónclave, cuando el puesto queda vacante —circunstancia que se conoce como sede vacante— por renuncia o fallecimiento del titular. Además se trata de una monarquía absoluta: el jefe de Estado tiene plenos poderes en los ámbitos ejecutivo, legislativo y judicial, según la Ley Fundamental del Estado de la Ciudad del Vaticano —la «constitución» del Vaticano—. Por último, se considera que el Vaticano es una teocracia, la única de Europa: el líder gubernamental es, además, líder religioso, y las políticas del gobierno están en línea con los mandatos del catolicismo. Otra curiosidad más: junto con el italiano, el idioma oficial de la Ciudad del Vaticano es el latín. ¿Quién dijo que el latín era una lengua muerta?

Debido al carácter tan especial de este país, la Ciudad del Vaticano no pertenece a ninguna organización supranacional. No solamente no pertenece a la Unión Europea, sino que ni siquiera pertenece a la ONU: en esta organización tiene un estatus de observador, lo que significa, aproximadamente, que tiene voz pero no voto.

Antes del euro: la lira vaticana

Breve contexto histórico

Justo en el artículo anterior hemos hablado de la lira sanmarinense y de lo paralela que era su historia con la de la lira italiana. En esta ocasión pasará algo parecido, pero la historia de la lira vaticana nos dará pie para viajar por la historia reciente de ese país tan singular que es la Ciudad del Vaticano.

Situémonos: Roma, capital de los Estados Pontificios, junio de 1866. Nos encontramos en pleno clímax del Risorgimento, del que hemos hablado largo y tendido en el artículo anterior: el recién estrenado Reino de Italia, en pleno proceso de unificación, estaba a punto de declarar la guerra al Imperio Austríaco para añadir Venecia a su ya larga lista de territorios ocupados. Un año antes, en 1865, Italia entraba a formar parte de la Unión Latina, de la que también hemos hablado, ajustando su moneda, la lira, a los estándares comunes de dicha asociación. El papa Pío IX ve, con gran acierto, que la Unión Latina tiene futuro, así que también decide ajustar el sistema monetario de los Estados Pontificios a dichos estándares. Mediante edicto del 18 de junio de 1866, la moneda del papado, el escudo pontificio, es sustituida por una nueva moneda, la lira pontificia, a razón de 1 escudo = 5,375 liras. La nueva moneda era, por tanto, intercambiable 1:1 con la lira italiana.

Basílica de San Pedro

Fotografía nocturna de la basílica de San Pedro, vista desde la plaza homónima. (Yevgueni Pivovárov/CC BY 3.0 Unported)

Pero la lira pontificia duró poco. En Italia existía la concepción general de que la capital del nuevo reino no debía ser Florencia, como era en aquel momento, sino Roma. Por ello, una vez ganada Venecia, el Reino de Italia posó la vista en el único territorio de la península itálica que quedaba por conquistar: los Estados Pontificios. Estos permanecieron independientes unos años gracias a la protección del Imperio Francés, que había enviado a una guarnición de soldados a defender el territorio del papado. Pero en 1870 estalla la Guerra Franco-Prusiana: Napoleón III necesita a todos sus soldados y saca sus tropas de Roma. Pocos meses después Francia es derrotada en la batalla de Sedán, el Imperio Francés colapsa y el Reino de Italia tiene una oportunidad de oro para entrar en Roma. Y la aprovecha sin dudar. Los Estados Pontificios desaparecieron y, con ellos, la lira pontificia.

Pero Pío IX se negó a reconocer la autoridad de Italia sobre sus terrenos, y se encerró en la basílica de San Pedro y sus edificios anejos. Durante 50 años, ni él ni ninguno de sus sucesores salió jamás del recinto amurallado del Vaticano por si, en su ausencia, las tropas italianas lo conquistaban. Los papas se autodenominaron, durante este tiempo, «prisioneros del Vaticano», y las relaciones entre la Santa Sede e Italia en este período fueron, evidentemente, pésimas.

Pero esta enemistad era harto incómoda para ambas partes —sobre todo teniendo en cuenta que, según su constitución, Italia era oficialmente católica—, así que en 1929, ya bajo la dictadura de Mussolini, se firmó el Tratado de Letrán. Mediante este tratado Italia, además de ceder al papado una jugosa compensación económica por los territorios conquistados, reconocía la independencia de un diminuto país dentro de Roma: la Ciudad del Vaticano. Se diseñó, además, un acuerdo monetario mediante el cual el Vaticano tendría una moneda propia, ligada de nuevo 1:1 a la lira italiana.

Había nacido la lira vaticana.

Y, con ella, las cosas fueron exactamente igual que en Italia y San Marino: monedas exactamente idénticas, idéntica inflación. E idéntico ámbito de circulación, pues las monedas vaticanas podían emplearse como medio de pago en toda la península itálica: Vaticano, San Marino e Italia. Lo mismo sucedía con las liras italianas y sanmarinenses. Antes de la introducción del euro, en 1998, el Consejo de la Unión Europea encargó a Italia la tarea de elaborar un nuevo acuerdo monetario con la Ciudad del Vaticano, tal y como se pidió también con San Marino. En virtud de este nuevo acuerdo el euro también entró en circulación en el Vaticano el 1 de enero de 2002, con una tasa de cambio igual a la italiana: 1 € = ₤ 1 936,27.

Las monedas de la lira vaticana

He aquí la serie de liras vaticanas correspondiente a 1992, excepto la de L. 1 000, que es de 1997. Todas las imágenes proceden de Global Coins:

Denominación

Imagen

L. 10

L. 20

L. 50

L. 100

L. 200

L. 500

L. 1 000

Volvemos a encontrarnos con las mismas características que en San Marino y, anteriormente, en Italia: las monedas de 500 y 1 000 liras son bimetálicas, las de 20 y 200 liras son de bronzital —abreviatura de bronzo italiano, «bronce italiano», que es un tipo especial de bronce empleado tradicionalmente por la ceca de Roma—, la de L. 10 es de aluminio y las de L. 50 y L. 100 son de acmonitalabreviatura, una vez más, de acciaio monetario italiano, «acero monetario italiano»—.

Te habrás fijado en que quien aparece en las monedas no es Francisco, sino el papa que ocupaba la sede de san Pedro cuando el euro entró en circulación: Juan Pablo II (1920-2005). Así pues, va a haber tres series de las que hablar: el Vaticano es el país que más series diferentes ha emitido, junto con Bélgica.

Los euros vaticanos

Serie de Juan Pablo II (2002-2005)

No esperes un chorro de imaginación en los euros de la Ciudad del Vaticano. A continuación puedes ver una imagen de la primera serie, la de Juan Pablo II:[3]

Primera serie

Los 8 valores del euro: caras nacionales vaticanas de la 1.ª serie. (Imagen: Wikipedia, editada por Saúl Iglesias)

Juan Pablo II

Fotografía de Juan Pablo II en el año 2004. Observa el solideo sobre su cabeza. (Dominio público)

En todas ellas aparece el papa de origen polaco, cuyo nombre de nacimiento era Karol Józef Wojtyła,[4] portando sobre su cabeza el solideo que corresponde a su cargo. Hay varios elementos comunes: para empezar, el año de emisión, comenzando en 2002; sobre este, la marca de ceca del Istituto Poligrafico e Zecca dello Stato (IPZS), una «R» mayúscula, y en el anillo exterior, las doce estrellas y el identificador nacional: «CITTA DEL VATICANO», «Ciudad del Vaticano» en italiano.[5] También pueden verse la marca del diseñador de la moneda, el ingeniero civil romano Guido Veroi (1926-2013), y la firma de la grabadora, la también romana Uliana Pernazza (1959-): «GV • UP INC.». En cuanto al canto de la moneda de 2 €, es el Tipo 2, típico de los países de la península itálica.

Pero, al contrario de lo que puede parecer a primera vista, estas monedas no son todas iguales, sino que siguen el patrón de diseños «3-3-2» que también nos hemos encontrado en Alemania, Chipre, Eslovaquia, España, Francia, Malta, Mónaco y Portugal. La diferencia entre las monedas se encuentra en el anillo exterior: el identificador de país se localiza en la parte superior para las monedas pequeñas, a la izquierda en las de oro nórdico y en la parte inferior en las bimetálicas. En el lado opuesto se encuentran las doce estrellas, que como ves no siguen las directrices de la Unión Europea: no están colocadas en las doce posiciones del reloj, pero aún no había sido publicada la norma que obligaba a ello.

Serie «Sede Vacante» (2005)

Con la muerte de Karol Wojtyła se produjo la primera sede vacante de la era euro y, a pesar de que el Vaticano ya había emitido la serie de 2005 con el papa Juan Pablo, se decidió emitir una nueva serie el mismo año dedicada a este interregno. Esta es la imagen de la segunda serie, que convertía al Vaticano en el primer país en emitir una segunda serie de euros:

Segunda serie

Los 8 valores del euro: caras nacionales vaticanas de la 2.ª serie. (Imagen: Wikipedia, editada por Saúl Iglesias)

Sí, todas son —una vez más— iguales. El motivo que ocupa el centro de la moneda es un escudo de armas, perteneciente al cardenal riojano Eduardo Martínez Somalo (1927-). Y la pregunta inmediata es, ¿qué hace el escudo de armas de un cardenal español en una moneda de la Ciudad del Vaticano? ¡Y en una serie ordinaria, ni más ni menos, no en una moneda conmemorativa!

La explicación es la siguiente: tras el fallecimiento o renuncia de un papa, alguien tiene que quedarse al cargo del país —y de la Iglesia— hasta que uno nuevo sea elegido. Esa persona es el camarlengo, nombrado por el papa. Cuando Wojtyła falleció, la jefatura interina del Estado de la Ciudad del Vaticano pasó al camarlengo de entonces, Eduardo Martínez Somalo, y su escudo de armas se acuñó en las monedas.

Escudo de Martínez Somalo

Escudo del cardenal Martínez Somalo en su época como camarlengo. Ahora ya no posee ese cargo, por lo que su escudo ha perdido el conopeo y las llaves de san Pedro. (SajoR/CC BY-SA 2.5 Generic)

Este escudo de armas es bien sencillo, como dicen que debe ser cualquier buen escudo: en la mitad izquierda —la «diestra» del escudo— tres flores de lis blancas sobre fondo azul, y en la mitad derecha —la «siniestra»— dos bandas blancas sobre fondo rojo.[6] Lo complicado no es el escudo sino sus «adornos»: para empezar, esa especie de sombrero, el galero, del que penden dos ristras de quince borlas, es el accesorio estándar para los escudos de cardenales. Detrás del escudo se puede ver una cruz doble, propia de los arzobispos —Martínez Somalo era arzobispo titular de Tagora—. Por encima, las dos llaves cruzadas, símbolo de san Pedro como guardián del Cielo, y esa especie de «sombrilla» llamada conopeo son los accesorios adjudicados al camarlengo. Bajo el escudo se puede ver —si tienes muy buena vista— una cinta con el lema de Martínez Somalo: Caritas et veritas, «amor y verdad».

Sobre el diseño aparecen, en la parte superior y mal colocadas de nuevo, las doce estrellas, y bajo él el identificador de país, «CITTA′ DEL VATICANO». Más adentro, rodeando el escudo, aparece el texto «SEDE VACANTE» y el año de emisión en números romanos, «MMV» por 2005. El canto de la moneda de 2 euros también es Tipo 2.

No es una serie muy entretenida, como puedes ver. Y, a pesar de ello, espero que me creas si te digo que esta es la serie más curiosa y rara de toda la historia del euro. Para empezar, fue una serie escasísima: la tirada fue de unas irrisorias 60 000 unidades para cada denominación, lo cual es poco incluso para las costumbres vaticanas.[7] Además, dado que en 2005 el Vaticano aún no estaba obligado por ley a poner sus monedas en circulación, estas fueron vendidas directamente a coleccionistas, con lo que es virtualmente imposible que te encuentres una de estas monedas por ahí.[8]

Pero hay más circunstancias que convierten a esta serie en única. Por ejemplo, se trató de la primera —y única— vez que un país emitió dos series de monedas el mismo año. Y, entrando más en el terreno de la curiosidad, estas son las únicas monedas de euro que llevan el año en números romanos y no en cifras arábigas. Esto sigue la costumbre del Vaticano, que tradicionalmente ha fechado sus monedas en números romanos —como puedes ver en las liras vaticanas—, pero cuando entró el euro comenzaron a escribir los años en números modernos… excepto en esta serie.

Todas estas circunstancias excepcionales han convertido esta inusual serie en una de las más valoradas por los coleccionistas: los precios en eBay, por ejemplo, rondan los 40 € para cada moneda por separado, y 500 € para la serie completa en cartera oficial. Y esto no se volverá a repetir jamás, mientras no cambie la ley: desde 2012 no se puede emitir una nueva serie para períodos de interregno o gobiernos provisionales, incluida la sede vacante. Ahora solo se pueden emitir monedas conmemorativas con este motivo.

Y otra curiosidad nos la encontramos en las marcas. La marca de ceca, la «R» del IPZS, aparece a la derecha, y el diseño de las monedas está firmado por Daniela Longo, cuya firma, «D. LONGO», aparece en la parte inferior izquierda del diseño. Hasta ahí, normal. Lo curioso son las marcas de los grabadores. Porque sí, hay varias.

Curiosamente, a pesar de que todas las monedas llevan el mismo diseño, no todas están grabadas por la misma persona: hay cuatro grabadores, cada uno con su marca, que grabaron dos monedas cada uno. Eso sí, ya hemos hablado de todos ellos en los artículos sobre Italia y San Marino, así que posiblemente te suenen:

  • Las monedas de 1 y 20 céntimos están grabadas por Maria Angela Cassol (1956-), que firma «M.A.C. INC.».
  • Las monedas de 2 y 50 céntimos están grabadas por Luciana De Simoni (1957-), que firma «LDS INC.».
  • Las monedas de 5 céntimos y 1 euro están grabadas por Ettore Lorenzo Frapiccini (1957-), que firma «ELF INC.».
  • Por último, las monedas de 10 céntimos y 2 euros son obra de Maria Carmela Colaneri (1963-), que firma como «M.C.C. INC.».

Serie de Benedicto XVI (desde 2006)

Dos semanas después del fallecimiento de Juan Pablo II, y tras un cónclave de dos días, resultaba elegido en cuarta votación el alemán Joseph Aloisius Ratzinger, que eligió el nombre pontifical de Benedicto XVI.[9] Como emitir tres series de monedas durante el mismo año parecía algo excesivo, la tercera serie del Vaticano tuvo que esperar ocho meses, hasta 2006. Esto convirtió a la Ciudad del Vaticano, una vez más, en el primer país en emitir una tercera serie de euros, cuya imagen puedes ver aquí debajo.

Tercera serie

Los 8 valores del euro: caras nacionales vaticanas de la 3.ª serie. (Imagen: Wikipedia, editada por Saúl Iglesias)

Al estilo de la serie de Juan Pablo II, los motivos son idénticos, cambiando únicamente la disposición de algunos elementos externos. Analicémoslos, pues.

Para comenzar, el pontífice —que también aparece representado con el solideo puesto— no aparece de perfil, como Wojtyła, sino en ¾, de modo que se le ve prácticamente toda la cara. Esto da como resultado un diseño mucho más moderno, menos tradicional, tal vez para ayudar a hacer más cercano a un papa que carecía del carisma de su predecesor. Este diseño pertenece a Daniela Longo, igual que el de la serie «Sede Vacante», y los grabadores son los mismos que los de aquella:

  • De Simoni (LDS INC.) para las de 1 y 2 euro cent.
  • Frapiccini (ELF INC.) para las de 5 céntimos y 1 euro.
  • Colaneri (M.C.C. INC.) para las de 10 euro cent y 2 €.
  • Cassol (MAC INC.) para las de 20 y 50 euro cent.

En este caso las estrellas de la Unión Europea ya aparecen bien colocadas, en las doce posiciones del reloj. También podemos ver el año de emisión y la marca de ceca, la «R» del IPZS, a la derecha del retrato. Lo que cambia de una moneda a otra es el identificador del país —que también consiste en el lema «CITTA′ DEL VATICANO»—: en las monedas cobrizas aparece por encima del retrato, en las medianas por debajo y en las grandes por encima también, pero interrumpido por la cabeza de Ratzinger.

Las monedas conmemorativas

Monedas conmemorativas de dos euros

Al igual que San Marino, el Estado de la Ciudad del Vaticano es muy activo en lo que a monedas conmemorativas se refiere, habiendo emitido también una cada año desde 2004. E igual que el resto de países, el Vaticano debe cumplir con el principio de neutralidad religiosa,[10] por lo que no esperes ver en estas monedas nimbos, crucifijos ni ningún tipo de símbolo explícitamente católico, a pesar de que la mayoría de eventos conmemorados sí están relacionados, evidentemente, con el catolicismo. Veámoslos:

Monedas conmemorativas

Monedas conmemorativas de 2 € emitidas por la Ciudad del Vaticano hasta 2011.

  • 2004: 75.º aniversario de la fundación del Estado de la Ciudad del Vaticano. Diseñador: Guido Veroi (VEROI). Grabadora: Luciana De Simoni (L.D.S.INC.). Como ya vimos en la introducción de este artículo, el Vaticano fue fundado tras la firma de los Tratados de Letrán en 1929. En 2004 se cumplieron, por lo tanto, setenta y cinco años desde la firma, y la Santa Sede conmemoró el evento con esta moneda. En ella aparece un mapa de la Ciudad del Vaticano, en el que se pueden ver las murallas que la rodean y una miniatura de la Basílica de san Pedro y la plaza homónima, rodeada por la imponente columnata de Bernini. En la parte superior se lee el texto «75º ANNO DELLO STATO» y las fechas 1929 y 2004.
  • 2005: XX Jornada Mundial de la Juventud. Diseñadora: Daniela Longo (LONGO). Grabador: Ettore Lorenzo Frapiccini (ELF INC.). En el año 2005 se celebró la vigésima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en la ciudad alemana de Colonia, y este fue el primer viaje oficial del recién elegido Benedicto XVI… curiosamente, a su país natal. Tuvo lugar a mediados de agosto, y se reunieron en la ciudad con este motivo más de un millón de personas de todo el mundo. En la moneda aparece la catedral de san Pedro y santa María de Colonia, gótica, que estuvo en construcción durante 650 años. La estrella fugaz que sobrevuela el templo hace referencia al lema de esta JMJ: «Hemos venido a adorarlo», fragmento del Evangelio según san Mateo que relata la llegada de los magos de Oriente a Belén siguiendo una estrella.
  • 2006: 500.º aniversario de la Guardia Suiza Pontificia. Diseñadora: Orietta Rossi (O. ROSSI). Grabadora: Maria Carmela Colaneri (M.C.C. INC.). Aunque la Ciudad del Vaticano carece oficialmente de ejército —la defensa de su territorio corresponde a las Forze Armate italianas—, sí posee una pequeña fuerza militar conocida como la Guardia Suiza Pontificia, cuya misión principal es la protección personal del papa y, durante los períodos de sede vacante, del Colegio Cardenalicio. El cuerpo de la Guardia Suiza fue creado el 21 de enero de 1506 por el papa Julio II, quien pidió a los nobles de la Confederación Suiza un destacamento de soldados para su protección. Hoy conocidos mundialmente por sus alegres uniformes —creados a principios del s. XX según modelos de Miguel Ángel—, su formación tiene poco que ver con su vetusta apariencia: estos soldados siguen siendo seleccionados del servicio militar suizo,[11] y están entrenados no solo para el empleo de espadas y alabardas, sino también armas de fuego semiautomáticas, subfusiles, fusiles de asalto, etc. Si vis pacem, para bellum. En la moneda aparece un Guardia Suizo jurando su cargo con su gesto característico: colocando los dedos pulgar, índice y medio de la mano derecha según los tres ejes del espacio, simbolizando la Santísima Trinidad.
  • 2007: 80.º aniversario del papa Benedicto XVI. Diseñadora: Daniela Longo (LONGO). Grabadora: Maria Carmela Colaneri (MCC INC.). Nacido el 16 de abril de 1927, Joseph Ratzinger cumplía en 2007 ochenta años, que fueron conmemorados mediante la emisión, el día de su cumpleaños, de esta moneda de 2 €. En ella, además de su perfil y el identificador nacional, aparece la frase en latín «BENEDICTI XVI P.M. ÆTATIS ANNO LXXX», que significa literalmente «80 años de edad del Sumo Pontífice Benedicto XVI».
  • 2008: Año Paulino. Diseñador: Guido Veroi (VEROI). Grabadora: Luciana De Simoni (L.D.S. INC.). El papa Benedicto XVI declaró, en junio de 2008, el Año Paulino, año jubilar en honor a san Pablo de Tarso o Saúl de Tarso, en el que se concedería indulgencia plenaria a todo aquel que, entre otras cosas, peregrinara a la basílica de san Pablo extramuros, considerada una de las cinco iglesias más antiguas de Roma.[12] El motivo de este año jubilar fue la celebración del 2 000.º aniversario del nacimiento de san Pablo, quien según los historiadores habría nacido entre los años 7 y 10 d. C. La escena representada en la moneda simboliza la «caída en el camino de Damasco»: Pablo, siendo todavía judío y no cristiano, se dirigía a Damasco para perseguir y encarcelar a los incipientes cristianos de aquella ciudad,[13] pero por el camino una luz deslumbrante lo cegó y lo hizo caer de su montura. Pasó tres días sin ver, comer ni beber, y en Damasco se hizo bautizar y recobró la vista, convirtiéndose a la religión que antes había perseguido.[14] En cuanto a la moneda, a la derecha del diseño aparece la inscripción latina «ANNO SANCTO PAVLO DICATO», que significa «año dedicado a san Pablo».
  • 2009: Año Internacional de la Astronomía. Diseñadora: Orietta Rossi (O.ROSSI). Grabadora: Maria Carmela Colaneri (M.C.C. INC.). En los albores del siglo XVII, en 1609, sucedieron dos acontecimientos que marcaron profundamente la historia de la Astronomía. Por un lado, Johannes Kepler publicaba Astronomia nova, un espaldarazo considerable al sistema heliocéntrico, en el que además se publicaban por primera vez las dos primeras leyes que llevan su nombre. Por otra parte, Galileo Galilei construía y utilizaba, por primera vez, un telescopio para observar el cielo. Estos dos hechos clave fueron los que fomentaron, 400 años después, que la Unión Astronómica Internacional decidiera nombrar a 2009 el Año Internacional de la Astronomía, una declaración apoyada por la UNESCO. En la moneda del Vaticano que celebra este evento aparece un fragmento de La creación del Sol, la Luna y los planetas, fresco de Miguel Ángel ubicado en la Capilla Sixtina, junto con un astrolabio, un telescopio antiguo y otro moderno. Una composición que, sin duda, apoya la pretensión de la Iglesia de conciliar el avance científico con la visión católica de la Creación.
  • 2010: Año Sacerdotal. Diseñador: Guido Veroi (VEROI). Grabador: Ettore Lorenzo Frapiccini (E.L.F. INC.). En 2009, e invadiendo parcialmente el año 2010, Benedicto XVI convocó un nuevo año jubilar, con ocasión del 150.º aniversario del fallecimiento de Jean-Marie Baptiste Vianney (1786-1859), más conocido como san Juan María Vianney, patrón de los párrocos. Juan María Vianney vivió en unas circunstancias extraordinariamente difíciles para un cura: la Francia post-revolucionaria. Tras ordenarse sacerdote, en 1821, fue enviado como párroco al diminuto pueblecillo de Ars-sur-Formans, muy cerca de Lyon, y su llegada supuso una auténtica revolución: diez años después de su llegada a la aldea ya era tan famoso que la gente acudía a Ars no sólo de toda Francia, sino también desde el extranjero. El bueno de Juan María se pasaba todo el día confesando a las largas colas de feligreses que se formaban en la vieja iglesia del pueblo, y así lo hizo hasta su muerte en 1859. Su fama y su vida ejemplar le valieron la canonización, por parte de Pío XII, en 1925, tan solo 66 años después de su muerte. Y esta ejemplaridad sacerdotal está muy bien simbolizada también en la moneda vaticana de 2010: se trata de una ilustración de la alegoría del «buen pastor», en la que un pastor rescata a su cordero de las fauces de un león.[15]
  • 2011: XXVI Jornada Mundial de la Juventud. Diseñadora: Orietta Rossi (O.ROSSI). Grabadora: Maria Carmela Colaneri (M.C.C. INC.). Si la de Colonia fue la primera JMJ de Benedicto XVI, la última fue la de 2011, celebrada en la capital española: Madrid. Era la segunda vez que una JMJ se celebraba en España, después de Compostela 1989, y la participación fue muy superior a la de la edición alemana: en torno a dos millones de personas, una cantidad no registrada desde Roma 2000 y que sería superada de nuevo en Río 2013. En la moneda que conmemora este acontecimiento aparecen representados tres jóvenes: uno sostiene el logotipo de esta edición, la corona crucífera, otro porta la bandera de la Ciudad del Vaticano[16] y un tercero sostiene un banderín con el escudo de España,[17] lo que convierte a esta moneda en la primera —excluyendo las monedas de coleccionista— en la que aparece el escudo de España desde que desapareció la peseta.
Conmemorativa de 100 euros

Moneda conmemorativa de 100 € de oro de 22 quilates, emitida por la Ciudad del Vaticano en 2010 (MMX) conmemorando el fresco de Miguel Ángel, El Juicio Final.

Como ves, no figuran las dos emisiones conjuntas de las que tanto hemos hablado —«Tratado de Roma» y «10 años de la Unión Económica y Monetaria»—. Tampoco figuraron en el artículo anterior sobre la república del Titano, ya que ninguno de los dos países pertenecen a la Unión Europea y, por ello, no están obligados a participar en dichas emisiones.

Monedas de coleccionista

Hasta 2011, el Estado de la Ciudad del Vaticano ha emitido 46 monedas de coleccionista: los valores faciales han sido de 5 € y 10 €, en plata esterlina, y de 20 €, 50 € y 100 €, en oro de 916 milésimas o 22 quilates. Además, la Ciudad del Vaticano es deliciosamente previsible con las monedas de coleccionista: emite una de cada valor facial cada año, comenzando todas en 2002 excepto las de 100 €, que se comenzaron a emitir en 2008. Solo se han saltado esta norma dos veces: en 2005, en que emitieron una moneda adicional de 5 € con motivo de la sede vacante de aquel año, y en 2011, en que emitieron otra moneda adicional de 5 € para celebrar la beatificación de Juan Pablo II. Además, excepto en 2003 y 2005, todos los años dedican una de sus monedas de plata al Día Mundial de la Paz: la de 5 € en 2006, 2007, 2009 y 2011 y la de 10 € en 2002, 2004, 2008 y 2010. Por último, mencionar que estas monedas, al contrario que las de circulación, sí siguen la tradición del Vaticano e incluyen el año siempre en números romanos; además, se indica también siempre el año del pontificado del papa en activo: «Anno VI – MMX» querrá decir que estamos en 2010, en el sexto año del pontificado del papa en cuestión.

Cambios futuros

El 28 de febrero de 2013, en un gesto casi sin precedentes, Joseph Ratzinger renunciaba al ministerio petrino y se convertía en el primer papa emérito en siglos, lo que provocó un nuevo cónclave en el que resultó elegido Jorge Mario Bergoglio, Francisco.[18] Esto significa que muy pronto veremos aparecer una nueva serie de euros vaticanos, de la que Francisco será protagonista. De esa nueva serie y de muchas otras cosas hablaremos en el siguiente artículo.

Porque, a pesar de que este iba a ser el último artículo de la serie, hay que tener en cuenta que comencé a escribirla a principios de 2011. Estamos ya en 2014, y en estos tres años han cambiado muchas cosas que han quedado por contar. Es por ello que escribiré, próximamente, un artículo de actualización en el que veremos todos esos detalles que se nos han ido quedando en el tintero, o esas novedades que han surgido a lo largo de estos años: nuevos países (Andorra, Letonia y, próximamente, Lituania), una nueva serie de billetes, nuevas emisiones conjuntas y muchas cosas más.

Si te interesa, ya sabes: nos vemos pronto.


  1. En latín: Status Civitatis Vaticanæ; en italiano: Stato della Città del Vaticano. []
  2. Su nombre real es Jorge Mario Bergoglio. []
  3. En latín: Ioannes Paulus II; en italiano: Giovanni Paolo II. []
  4. Léase «károl iúsef voitíwa». []
  5. En realidad, la palabra «ciudad» debería escribirse «CITTÀ» y no «CITTA′». La moda italiana —incorrecta— de escribir los acentos como apóstrofos y no encima de la letra correspondiente procede de la época de las máquinas de escribir, que no disponían de acentos para colocar sobre las letras mayúsculas. A pesar de todo, esta costumbre sigue siendo habitual en algunos contextos, como las monedas. []
  6. Evidentemente, los colores se representan con el código heráldico ya visto en Francia o Austria: rayado horizontal para el azul, rayado vertical para el rojo. []
  7. Las emisiones normales suelen rondar las 85 000 unidades, que es muy poco pero ya es más que 60 000. []
  8. No fue hasta 2009 que la Comisión Europea emitió una Recomendación en la que se aconsejaba a los países que pusieran la mayoría de las monedas emitidas en circulación, y esta Recomendación no se convirtió en Reglamento hasta 2012. []
  9. En latín: Benedictus XVI; en italiano: Benedetto XVI. []
  10. Este principio ha causado algún que otro problema… pero no en el Vaticano, sino en otro país. Lo veremos en el artículo de actualización. []
  11. Deben reunir ciertas condiciones, entre las que se encuentra el ser un varón, soltero y católico practicante. []
  12. Las otras cuatro son la basílica de san Juan de Letrán, la basílica de san Lorenzo extramuros, la basílica de santa María la Mayor y la basílica de san Pedro en el Vaticano. []
  13. Según la Biblia y en las propias palabras del santo, Pablo era especialmente tiquismiquis, persiguiendo a los cristianos «hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres» (Hch 22:4). []
  14. En realidad, el cristianismo no existía aún como religión independiente, así que la palabra «convertirse» no es exacta, pero podemos expresarlo así. De hecho, este pasaje se conoce como la «Conversión de san Pablo». []
  15. «El buen pastor da su vida por las ovejas» (Jn 10:11). []
  16. Curiosidad: la bandera de la Ciudad del Vaticano es la única del mundo, junto con la de Suiza, cuya forma no es rectangular, sino perfectamente cuadrada. []
  17. No, no es la bandera de España: el escudo está demasiado arrinconado. Claro que era la única forma de que cupiera en la moneda. []
  18. En latín: Franciscus; en italiano: Francesco. []

Sobre el autor:

Saul_IP (Saúl Iglesias Prieto)

Con 22 años, soy estudiante de Ingeniería Química, me gusta casi todo tipo de música (sí, la clásica también, ¡viva Bach!), los coches antiguos y coleccionar cosas, en especial monedas de euro. Llegué a El Cedazo a través de El Tamiz, del que soy un fan incondicional desde 2008.
 

{ 7 } Comentarios

  1. Gravatar Macluskey | 22/02/2014 at 10:56 | Permalink

    ¿Humilde serie?

    No se ha escrito nada mejor sobre las monedas y billetes de euro desde que se fundó la moneda única. ¡Gran trabajo, Saúl!

    Ahora esperamos ansiosos la actualización… ¡Hasta han cambiado los billetes…!

    Saludos

    Mac

  2. Gravatar Juan Carlos | 25/02/2014 at 03:47 | Permalink

    Ha sido un gran viaje, muchas gracias por mostrarnos -a los no europeos- la historia y el presente de esta gran moneda: el Euro.

    Saludos

  3. Gravatar Sergio B | 25/02/2014 at 04:24 | Permalink

    Una serie fantastica, si senor, casi para que entren ganas de coleccionarlas todas. Me ha saltado una duda, a saber cuando se escribio este articulo exactamente, pero no habran mas monedas de sede vacante y de papa pepe?

  4. Gravatar Saul_IP | 03/03/2014 at 02:56 | Permalink

    Muchas gracias a todos por los elogios. Me alegro de que la serie os haya resultado interesante; creo que el artículo próximo también lo será (eso espero :P )

    @SergioB: De «Sede Vacante» salió una moneda conmemorativa de 2 € en 2013. La serie de Francisco ya ha sido publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea para 2014, pero las monedas aún no se han acuñado (por no mencionar que las imágenes publicadas en el DOUE son pésimas, además de incorrectas: los metales de la moneda de 1 € figuran al revés, como en la moneda de 2 €). Yo sigo esperando a que aparezca alguna imagen decente para poder poner en el artículo de actualización :)

  5. Gravatar Sergio B | 04/03/2014 at 05:42 | Permalink

    Gracias Saul por la informacion, siempre habia pensado que las monedas nuevas del ano se acunaban con anterioridad al nuevo ano, o al menos la cantidad que se vaya acunando mensualmente. Aunque igual eso dependa del pais, por que yo recuerdo monedas nuevas nada mas empezar el ano, igual el vaticano se tiene que esperar al no tener ceca.

  6. Gravatar Mmonchi | 22/03/2014 at 12:28 | Permalink

    Mientras escribías la serie se han incorporado Letonia y Andorra al club de países con euros, y tanto Bélgica como Países Bajos han modificado los suyos por los cambios de reyes. Creo que da para algún artículo más.

    Y como te entretengas mucho te va a pillar Lituania, que se incorpora en 2015. Ya mismo.

    Creo que todavía podremos disfrutar de la serie un poco más. :-)

  7. Gravatar Saul_IP | 10/04/2014 at 05:29 | Permalink

    @Mmonchi: Efectivamente, aún hay bastante de lo que hablar. En la Actualización final, que espero terminar de escribir en breve, hablaré de todo eso: Letonia, Andorra, Bélgica, Países Bajos, el Vaticano —que también ha cambiado sus caras nacionales, tras la renuncia de Benedicto XVI—… Incluso hablaré de Lituania, aunque no se haya incorporado todavía: ya se conocen unas cuantas cosas interesantes. Y también hablaré de los nuevos billetes, nuevas normativas… Creo que lo encontrarás interesante ;)

Escribe un comentario

Tu dirección de correo no es mostrada. Los campos requeridos están marcados *

Al escribir un comentario aquí nos otorgas el permiso irrevocable de reproducir tus palabras y tu nombre/sitio web como atribución.