En el artículo anterior hice una pequeña explicación de la concepción Inductivista de la ciencia. El fundamento de esta teoría es que todo nuestro conocimiento proviene de la experiencia, utilizando los sentidos somos capaces de recibir información de la naturaleza y crear a partir de ella enunciados de carácter individual. Estas afirmaciones sobre el mundo se pueden generalizar para generar enunciados universales como: Los metales se dilatan, los planetas giran alrededor del sol, los electrones tienen carga eléctrica… La veracidad de la ciencia se fundamenta en la objetividad de la observación y la lógica de la inducción. En este artículo voy a hacer una crítica del papel que desempeña la observación.
Como vimos cualquier observador que haga un uso normal de sus sentidos puede hacer enunciados sobre el mundo. A estos enunciados los llamaremos hechos; por ejemplo: el cobre es conductor de la electricidad, el sodio puro reacciona de forma violenta con el agua, el espectro de una lámpara de hidrógeno es discontinuo, etc.
Los hechos deben cumplir las siguientes características para poder ser aceptados:
- Los hechos se dan a un observador cuidadoso y sin prejuicios utilizando los sentidos
- Son totalmente anteriores a la teoría e independientes de ella.
- Los hechos son una fuente confiable para el conocimiento científico.
Empezaré analizando el primer punto. A partir de ahora trataré únicamente el sentido de la vista, no seria difícil adaptar el discurso para el resto de sentidos pero, como la vista es el que más se usa en la práctica científica y en nuestra vida cotidiana, me centraré en ella.
Una descripción simple de la vista seria la siguiente: los humanos ven utilizando los ojos; éstos están compuestos por una pantalla (retina) y una lente. La luz procedente de un objeto se propaga a través del medio hasta la lente donde se refracta para que se forme una imagen en la retina. Allí una serie de células se encargan de transformar la luz incidente en impulsos eléctricos hasta nuestro cerebro. Los empiristas consideran que los hechos son iguales para todas las personas, para ellos el funcionamiento de la vista es como el de una cámara de vídeo. Si una combinación idéntica de rayos de luz impacta sobre los ojos de dos observadores diferentes, se formará una imagen idéntica en su retina y por lo tanto se enviará la misma información al cerebro; Verán exactamente lo mismo.
Pero esto es bastante discutible. Dos observadores no necesariamente tendrán las mismas experiencias porque dependen de sus expectativas. Nosotros mismos podemos hacer la prueba mirando atentamente las siguientes imágenes:
En la primera imagen se puede ver una mujer joven… y, si nos fijamos, un saxofonista. Yo al principio solo veía la mujer, me costó mucho ver el hombre pero ahora me pasa todo lo contrario, por mas que me esfuerzo siempre se me aparece el hombre. En la segunda imagen se puede ver un cubo. Seguro que todo el mundo ha visto mil veces una imagen parecida, es evidente quese puede ver el cubo desde arriba o desde abajo. Pero esto es curioso, porque la imagen formada en nuestra retina y por lo tanto la información que llega a nuestro cerebro siempre es la misma, pero aun así no vemos lo mismo. Así pues, nosotros no somos como una cámara de fotos, nuestras experiencias dependen del “estado interno” de nuestras mentes.
Estoy seguro de que la mayoría no ha puesto en duda mis afirmaciones. Nosotros estamos acostumbrados a ver mujeres jóvenes con el pelo largo, para nosotros la imagen de un hombre tocando un instrumento musical es familiar, también hemos visto muchas veces representaciones tridimensionales de objetos, por eso no hemos interpretado las imágenes como manchas o líneas sobre una superficie videmensional. Se han hecho experimentos similares con tribus africanas cuya cultura no incluía la costumbre de dibujar objetos en perspectiva. Ellos no consideraron cubos, sino líneas que forman un dibujo plano. Si nos fijamos un poco, nosotros también lo podemos interpretar así, las líneas forman cuadrados y triángulos que están juntos como un puzzle.
Aparte de nuestras expectativas, también influyen nuestras bases culturales, nuestro conocimiento y educación. Una radiografía ilustrará esta última cuestión:
Yo que no tengo ni idea de medicina, con muchas dificultades puedo distinguir las costillas y la columna vertebral. Con un poco de imaginación se intuye el corazón, por lo menos a mi me lo parece. Pero si un médico mira esta imagen, seguro que ve muchísimas más cosas que yo. Podría decirnos sin ningún esfuerzo el nombre de varios huesos, órganos o incluso síntomas de patologías. De hecho hay una mancha blanca en la parte superior derecha que tiene una forma mas o menos redonda — según Wikipedia, es un cáncer. Por lo tanto, lo que vemos en esa imagen depende de varios factores como nuestra formación en medicina, el número de radiografías que hayamos visto, nuestras habilidades diagnosticando enfermedades, etc.
En el primer punto se afirma que el observador ha de estar libre de prejuicios. Es un poco absurdo pensar esto porque, si fuese así, una persona totalmente ignorante en biología tendría mas posibilidades de hacer un descubrimiento científico mirando por un microscopio que un biólogo. Es todo lo contrario, si se quiere hacer una contribución a la biología lo primero que se ha de hacer es aprender mucho y mirar muchas veces por un microscopio, si se quiere diagnosticar una enfermedad exactamente lo mismo. Por lo tanto, queramos o no, siempre estamos condicionados por experiencias y conocimientos previos.
Con todo esto no quiero decir que las imágenes creadas en nuestras retinas no tengan ninguna influencia sobre lo que vemos; sí la tienen, porque no podemos ver lo que queremos. Pero una parte fundamental de lo que vemos depende totalmente de nuestro estado mental y por lo tanto es subjetivo y diferente para cada persona. Tampoco se trata de interpretaciones diferentes de una misma imagen. Los observadores únicamente están en contacto con sus experiencias y estas no están dadas ni son invariantes, como hemos visto son diferentes para cada observador.
El segundo punto es bastante ridículo. Las percepciones no son suficientes para hacer una contribución a la ciencia, es necesario poseer el entramado conceptual adecuado para aplicarlas correctamente. Por ejemplo: son imprescindibles conocimientos en física y astronomía para interpretar correctamente las percepciones que tenemos cuando miramos el cielo y también necesitamos conocimientos para formular enunciados públicos que aporten algo interesante a la ciencia. Afirmar lo contrario seria darle carácter científico a la simple admiración de un conjunto de puntitos que se mueven por el cielo. Este “entramado conceptual” hace referencia al estado actual de la ciencia, la religión, podríamos decir que la cultura en general. Es una cuestión mas importante de lo que parece porque siempre que realizamos una observación nos fundamentamos en las teorías existentes.
El enunciado observacional “El hidrógeno arde hasta que se termina el oxígeno” presupone que existen unas substancias con unas características comunes que agrupamos bajo el concepto gas. También presupone que en el proceso de combustión esta implicado el oxigeno. Pero si esta observación la realizase un antepasado mio del siglo XVII el enunciado no estaría fundamentado en la química moderna, posiblemente sería algo así “El aire arde hasta que absorbe todo el flogisto que puede albergar“. En este enunciado aparece la palabra aire. Su significado es diferente al actual porque el concepto gas no apareció hasta el siglo XVIII cuando Joseph Black preparó por primera vez el dióxido de carbono. Además, la combustión se interpreta como la transferencia de una substancia invisible e inmaterial.
De la misma forma, si queremos conseguir hechos relevantes para contribuir a la meteorología, necesitamos recurrir a conocimientos previos para saber que es interesante medir la temperatura del aire pero no la longitud del pelo de alguien que pase por allí.
Difícilmente se puede defender que la ciencia empieza con la observación. Los enunciados observacionales siempre se hacen utilizando el lenguaje de una teoría existente.
Las teorías, aparte de ser la base que utilizamos para construir los enunciados científicos, también juegan un papel muy importante en la experimentación. Un experimento bastante famoso fue el que realizó Henry Cavendish para determinar el valor de la constante de gravitación universal. Utilizó una balanza de torsión, un artilugio compuesto por una vara horizontal colgada del techo por su punto medio con dos esferas en las puntas. El científico cogió dos bolas grandes de metal y las movió simultáneamente hacia las pequeñas esferas para que fueran atraídas por las bolas grandes. A partir de las propiedades del hilo y del angulo de reflexión de un pequeño rayo de luz que revotaba en la balanza, consiguió calcular de forma muy precisa la constante. No quiero extenderme mucho con los detalles, en las fuentes aparecen dos enlaces donde está bastante bien explicado.
Lo que nos interesa es que Cavendish, cuando hizo el experimento, se preocupó de instalar la balanza de torsión dentro de una habitación para impedir que el viento perturbara el experimento, además tuvo en cuenta otros factores como el peso de las esferas, la constante de torsión del hilo, el angulo de reflexión de la luz, etc. Pero en cambio hay una serie de factores que no consideró en absoluto. Por ejemplo, el color de sus calzoncillos, el estado de salud del rey de Inglaterra, o la hora y el día de la semana en que se realizó el experimento. Cavendish sabía que estos factores no tienen ninguna influencia, porque el conocimiento de la época así lo indicaba. Por lo tanto, las teorías son una parte fundamental de las observaciones y determinan el diseño de los experimentos.
Así pues, la idea que los hechos preceden la teoría y sirven para crearla es una idea bastante tonta.
El tercer punto afirma que los hechos son fiables. No es cierto, porque los hechos están sujetos a la corrección y son falibles. Estas dificultades vienen dadas por varias razones: la primera hace referencia a la forma en que recurrimos al conocimiento establecido para juzgar si una observación es correcta o no. Por ejemplo: “La Tierra es estacionaria” es un hecho observacional. Nadie la ha visto moverse nunca, además si uno salta cae en el mismo sitio… pero desde una perspectiva moderna sabemos que el hecho observacional es falso, porque comprendemos perfectamente las leyes de la inercia. Así pues, las revoluciones científicas no solo traen cambios en las teorías, sino también en lo que se pensaba que eran los hechos observables.
El segundo argumento se fundamenta en la tecnología que disponemos. Los enunciados observacionales pueden variar (su veracidad o falsedad) si se produce un avance tecnológico. La invención del telescopio fue una pieza clave en la revolución científica del siglo XVII. Según la teoría aristotélica, todo lo que existe esta dentro de una gran esfera, en la superficie interna de la cual hay, fijas, las estrellas. Su interior esta constituido por dos zonas claramente diferenciadas: en el centro hay una región pequeña, la terrestre, formada por una mezcla de fuego, agua, tierra y aire. La Luna pertenece a la otra región que esta llena de una substancia pura, inalterable, incorruptible, divina (el éter). La Luna tiene todas estas características, por eso es una esfera perfecta. La observación lo confirma, a simple vista el contorno de la luna es totalmente liso. Pero gracias al telescopio se pudo mirar más de cerca y entonces se vio claramente como la Luna tenía montañas y valles como la Tierra, los hechos observacionales se corrigieron.
Además estas razones no se limitan a la observación, también son aplicables a los experimentos. Los experimentos son muy útiles para aislar los procesos que se investigan y eliminar los efectos de otras cosas. La tarea de un buen investigador es preparar la situación de tal manera que se minimicen los efectos de las cosas no deseadas. Pero esto depende del desarrollo del conocimiento (para seleccionar los factores pertinentes, como el ejemplo anterior de Cavendish) y de la tecnología disponible. Así pues pueden ser desestimados o volverse irrelevantes por avances en la comprensión o en la tecnología. Esto no quiere decir que no sean objetivos, lo son en la medida que se pueden probar por procedimientos directos y públicos pero son falibles.
Creo que llegados a este punto es evidente que la ciencia no descansa sobre cimientos seguros. Los resultados observacionales son tan falibles como las teorías que presuponen.
Las razones me parecen bastantes convincentes y creo que son suficientes para echar por los suelos una parte fundamental del empirismo y de la concepción inductivista de la ciencia. Como hemos visto, la observación no es objetiva ni segura, todo lo contrario; Depende de la experiencia, del conocimiento, la cultura y las expectativas del observador. Además, el estado del conocimiento siempre es anterior a la observación, guía la búsqueda de hechos y condiciona la posterior creación de teorías. Finalmente, los hechos son falibles y varían con el tiempo.
Como vimos en el artículo anterior, el inductivismo se fundamentaba en la objetividad de los hechos, luego aplicaba un procedimiento lógico (la inducción) para conservar la seguridad de las observaciones. La base de este método es insostenible, en la siguiente entrega veremos si por lo menos la inducción se aguanta por algún sitio.
Fuentes:
Experimento de la balanza de torsión
Alan F. Chalmers: ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?
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{ 12 } Comentarios
Un post para pensar.
Sin embargo, grandes dudas me acechan. Por ejemplo, en el principio de todo, alguien debió darse cuenta de que las estrellas se movían, algunas describían círculos, otras aparecían o no según la época del año, otras describían trayectorias más extrañas, y alguna otra, por fin, estaba sorprendentemente quieta, y nunca se movía de su sitio.
A partir de aquí alguien elaboraría una teoría (dragones, osos cavernarios, dioses, demonios o lo que fuera) para intentar explicarlo, pero los hechos estaban ahí y la teoría vino después. Por cierto, independientemente de la teoría en vigor en cada momento, todo el mundo usaba la Estrella Polar para localizar el Norte, indicio de que aunque la teoría no fuese perfecta, servía lo suficiente en el mundo real como para resolver problemas reales, y ser útil, y por tanto, usada.
Luego, observaciones más detalladas fueron falsando la teoría, y obligando a formular nuevas teorías, que a su vez fueron falsadas y llevaron a otras nuevas… Eso es la ciencia, ni más ni menos.
Y si “eso” tiene unos cimientos débiles, como bien nos cuentas, Awaca… pues no se me ocurre qué hay que tenga unos cimientos menos débiles que eso. Espero tus nuevas entregas, a ver si me sacas del embrollo.
Saludos
Me surge una duda. ¿Nos referimos a la observación científica? Porque entiendo que el resultado de una medición o de un experimento depende poco de la distorsión de la percepción del observador. Igual estoy mezclando las cosas…
Me ha parecido un artículo muy bello que trata de forma muy elegante un tema muy complejo. ¡En hora buena!
Comentando un poco el artículo coincido con lo que dices, basicamente enuncias y explicas hechos, pero yo creo que si bien el edificio de la ciencia tiene pies de barro, como dices, es un edificio suficientemente sólido y que goza de buena salud. Sólido porque las teorías has sido probadas más que suficientemente para saber que … ¡están equivocadas! sabemos que tanto la mecánica cuántica como la relatividad y casi cualquier otra teoría, como la evolución, no son perfectas, aún falta más. De ahí que diga que goza de buena salud.
Pero efectivamente no estamos a salvo de que una nueva teoría deje atrás modelos como el atómico, que hoy en día parece irrefutable.
@ Kartoffel
La observación “en general” no es muy “objetiva” en cuanto sea una persona la que la realice. Si alguna vez haz estado en un laboratorio con sistemas de medición “analógico” sabrás perfectamente de lo que hablo.
Actualmente las mediciones las hacen aparatos electrónicos relativamente más fiables, aunque al final siempre hay una persona que puede interpretar esos datos como se le cante o según que intereses. De hecho es posible que lo que mida no sea ni siquiera lo que “quiere” medir y cosas así.
@Macluskey
Es sensato pensar que el origen de la ciencia es la observación, no lo discuto, pero lo que es insostenible es decir que esta es objetiva, segura e independiente de las bases culturales ya sean teorías científicas, religiosas o mitos de las cavernas. La concepción Inductivista le da unas características a la observación que no tiene y esto es importante porque si la supuesta “superioridad” de la ciencia se fundamenta es estas cualidades, mal vamos… A la creación de las teorías le pasa tres cuartos de lo mismo, se hacen unas chapuzas considerables que veremos en la siguiente entrega.
Todo esto lo digo basándome en la teoría Inductivista, hay otras concepciones mas recientes que han intentado superar estas dificultades con mayor o menor fortuna. Una de ellas es el Falsacionismo, precisamente nació para intentar prescindir de la Inducción y crear otra lógica del método científico.
Esto es cierto pero siempre desde dentro del Falsacionismo, no tiene nada que ver con lo que he explicado hasta ahora.
Esto es muy interesante porque muchas de las conclusiones que he expuesto son insalvables (la observación no es objetiva, las teorías no son certezas absolutas, los enunciados universales son injustificables…) y la cosa ira en aumento. Estas dificultades se irán asumiendo y agravando hasta la destrucción total del método científico. Una de las forma de salvarlo todo por los pelos es pensar en la utilidad de la ciencia (satelítes en Júpiter, trasplantes de corazón, estrella polar…) y decir que otras actividades humanas no producen los mismos resultados. Pero la cosa no esta tan clara porque si yo deseo encontrar el sentido de la vida o ser feliz, quizás la ciencia no sea demasiado útil. Además muchas civilizaciones se han desarrollado perfectamente sin usarla … la verdad es que no lo se.
@ Kartoffel Tienes razón, no he pretendido cargarme por completo los experimentos. Lo que quería decir es que estos tienen ciertos problemas y pueden ser desechados o quedarse anticuados y no servir para nada. De todas formas un investigador intentará evitar todo esto y construir experimentos sin utilizar teorías existentes o procedimientos subjetivos.
No he prestado mucha atención al experimento porque la teoría Inductivista no le da demasiada importancia. Es extraño porque el experimento es una parte central de la práctica científica y parece como si hubiera estado olvidado de la filosofia de la ciencia. Pero recientemente ha aparecido una escuela llamada Experimentalismo que intenta fundamentar la ciencia en la experimentación. Dicen que los resultados experimentales vienen dados por el mundo y no por las teorías y por lo tanto son una base sólida para el conocimiento científico.
@cruzki @Awaca gracias por las respuestas, creo que ya entiendo lo que queréis decir
Alucinante el artículo.
Lo de que la ciencia goza de buena salud me ha dado que pensar también. Tengo la sensación de que la ciencia ha avanzado a pasos agigantados desde el descubrimiento del fuego y que poco a poco cada vez habrá menos cosas que descubrir… y eso que nos quedan la relatividad, la cuántica y el dominio de los elementos, pero cuando realmente se destape el pastel, quizá veamos que nada tiene sentido, que en realidad estamos solos y que todo ha sido producto del azar.
@Awaca: Pues me siguen quedando muchas dudas. Muchas. Y gordas.
Si seguimos por el camino que nos estás mostrando, acabaremos como Descartes, dudando de todo. Menos mal que D. René, al final, hizo el “Gran Descubrimiento de la Humanidad”: aquello de que “Si dudo, pienso, y si pienso, existo”.
Llevando al límite los razonamientos de la filosofía de la ciencia, incluso eso es imposible. Podría ser que “yo creo que estoy dudando, pero en realidad no lo hago porque todo está escrito de antemano”, o cualquier otro razonamiento, que nos llevaría a descartar incluso la base del pensamiento cartesiano. Porque ¿cómo SÉ que estoy dudando, nada más que por una personalísima observación sobre mis propios procesos mentales? ¿Cómo puedo buscar una fuente externa para VALIDAR que es cierto que “estoy dudando”?
Sinceramente, no estoy de acuerdo con la propia existencia de la filosofía de la ciencia. La ciencia se hace, y sus postulados funcionan o no funcionan. No necesita de ningún filósofo que nos diga si el proceso es correcto o no: los resultados nos lo confirman(Ojo: es mi humildísima opinión). Imaginaos que Einstein se levanta un día con una “inspiración divina” que le dice que e=mc2, sin tener ni idea de cómo se llega a tal cosa. Pues sea cual fuere el proceso, resulta que es cierto que e=mc2, y si no, que se lo pregunten a los pobres civiles de Hiroshima. De hecho, algo así pasó con el propio Einstein: propuso la existencia del cuanto, y eso fue lo que le llevó a obtener el Nobel (y no la Relatividad, manda güebs) pero luego se opuso con todas sus fuerzas a las consecuencias de su propio descubrimiento, y luchó (sin éxito) para desmontar la teoría cuántica.
La penicilina cura, y creo absurdo pensar que la observación es personal y puede estar equivocado: donde había millones de muertos por tuberculosis y otras enfermedades, ahora no los hay. Esto es un hecho absoluto, indiscutible y no está abierto a interpretación alguna. A ver quién es capaz de mantener que Fleming estaba errado en sus observaciones de que el penicillium notatum mataba al bacilo de Koch. Lo miraba con sus ojitos, lo vio, lo refrendó, hizo mil experimentos, otros lo hicieron… y millones vivieron.
La ciencia evoluciona cada día. Teorías se fundan y se desmontan constantemente. Pero algunas explican lo que pasa correctamente, otros las prueban, las desmenuzan, las refinan… y luego los objetos de la vida cotidiana nos lo confirman.
Ya me he enrrollado, y eso que no quería…
En fin, como decía al principio, un tema para pensar, sí señor…
Felicidades
@Macluskey
No creo que los filósofos intenten decir a los científicos como deben trabajar, no pretenden crear una receta de cocina que el buen investigador ha de seguir. Lo que intentan es caracterizar la ciencia desde fuera, ver en que consiste el progreso y establecer un criterio de demarcación, es decir, poder distinguir la ciencia de lo que no lo es. Además todas estas “construcciones mentales” se han de adaptar a la historia y explicar las revoluciones y los procesos de cambio menores. No tengo ningún interés en defender a los filósofos, seria el primero en cargármelos (metafóricamente hablando) si fuese oportuno, pero es interesante ver como responden a esas cuestiones.
Deduzco que estas en contra del método, un método ahistórico (desde Galileo a la actualidad) y universal que contenga una serie de normas que todas las ciencias deben respetar para ser consideradas ciencias. Por lo tanto el científico ha de tener total libertad para poder crear la teoría como le de la gana, como si le viene por inspiración divina. Creo que tienes razón en esto, pero así no se puede distinguir la ciencia del resto de actividades. Creo que es imprescindible establecer un método (no uno sino varios, por ejemplo uno para la física otro para la biología, etc.) para tener una base fundamentada en lo que sea (el experimento por ejemplo) porque sino caemos en la trampa de no encontrar ninguna diferencia entre todas las empresas intelectuales humanas que hay. No es que me asuste esta consecuencia, es que seguramente no es del todo cierta.
Dices que la ciencia funciona (ejemplo de E=mc2) -de acuerdo, ¿pero como todo no?- El lenguaje también, sirve para comunicarnos y funciona, sino prueba de ir a un bar y pedir un café: te lo traen. Pero no es ciencia y no creo que nadie este dispuesta o defender lo contrario. La economía funciona (mas o menos últimamente) estudia el intercambio y la producción de los bienes. Tiene una base teórica sólida y es capaz de hacer predicciones. Pero aun así no se si caracterizarla de ciencia, por lo menos hay notables diferencias si la comparamos con la física.
Cuando se dice observación se hace referencia a la adquisición de información utilizando los sentidos. Fleming fue un poco más allá y realizó experimentos como los que planteas (el penicillium notatum mataba al bacilo de Koch, millones de personas vivas), si solo lo hubiese visto, pues independientemente de su convicción, la cosa no seria segura.
No discuto en absoluto que los experimentos conforman una base sólida para la ciencia, siempre y cuando las ciencias sean experimentales, porque sino tenemos un problema. Pero en definitiva, aunque haya un cambio muy radical en la teoría el experimento sigue siendo válido.
Y a todo esto hay que sumarle el papel de la teoría, la demarcación, el problemas de la realidad y nuestras formas de acceder a ella… creo que la filosofía de la ciencia tiene un largo camino por recorrer.
@Awaca: Estoy casi, casi de acuerdo con todo lo que dices.
Una cosa no me cuadra, sin embargo: cuando dices que “…Por lo tanto el científico ha de tener total libertad para poder crear la teoría como le de la gana, como si le viene por inspiración divina. Creo que tienes razón en esto, pero así no se puede distinguir la ciencia del resto de actividades…”, no estoy de acuerdo.
El científico puede parir una teoría como le dé la gana, pero la diferencia con el resto de pseudociencias es que para que la teoría sea aceptada TIENE QUE FUNCIONAR, es decir, hacer predicciones sobre hechos medibles, y que estas se cumplan. La Teoría Standard predice la existencia de un montón de partículas, con sus características, se han encontrado casi todas, pero… sigue siendo considerada una Teoría sin confirmar, pues aún no se han descubierto ciertas partículas (como el últimamente famoso bosón de Higgs) que son necesarias para “cerrarla”. En cambio, en las pseudociencias, un guru te dice que para aumentar el chi hay que comer repollos cocidos con grasa de rinoceronte blanco, y se queda tan pancho, el tío. Total, como no hay forma de medir el famoso “chi”, a ver quién puede rebatir su afirmación…
…y lo de referirte a “la Ciencia Económica”, ¡¡has estado bien, con la que está cayendo!!. Pero yo puedo aseguraros que la Económía no es una Ciencia: No Funciona, y con hechos probados: ¡Yo No Soy Rico!!. Y si sus predicciones se cumplieran, todos seríamos ricos, lo que es una Falacia, claro.
Apasionante debate. Enhorabuena, Awaca; espero nuevos posts para seguir debatiendo… y aprendiendo.
Yo decía eso pensando en la ausencia total de un método universal e inmutable. Si lo consideramos así, la ciencia es exactamente lo mismo que la religión, la pseudociencia o lo que sea porque no tenemos ningún conjunto de criterios que aplicados a X nos digan si X es ciencia. Como somos incapaces de encontrar diferencias entonces son lo mismo.
Pero esto no quiere decir que no haya un conjunto de reglas que podamos aplicar a la física, otro conjunto para la medicina y así para cada actividad que consideramos científica. Esta es una forma de salir del paso y intentar solucionar la incapacidad de crear un método universal. Pero es un problemas abierto que a su vez implica toda una serie de dificultades… no hay una respuesta clara y concisa, por lo menos yo no se darla. De todas formas hay algunos que han pasado de todo y han aceptado las conclusiones del primer parágrafo, creo que se llaman Estudios Sociológicos de la Ciencia, pero no me hagas mucho caso en esto porque no he leído nada al respecto.
Saludos.
Normalmente soy reacio ha hacer correcciones ortograficas, por que yo soy un desastre en ese sentido, pero me parece que videmensional esta mal.
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