Aunque pueda parecer difícil de creer, el calentamiento global producido por la combustión de productos fósiles fue predicho hace mas de cien años, confirmado hace cincuenta, y sólo hace diez que estamos pensando en prepararnos para quizá tomar alguna medida al respecto.
Esta entrada trata de reflejar el seguido de acontecimientos históricos que permitieron a la comunidad científica percatarse del incremento de la temperatura terrestre debido a la acción humana; no es mi intención ni describir el efecto invernadero, ni presentar soluciones a este fenómeno del que tanto oímos hablar últimamente. Primero, y aunque creo que ya lo hizo Pedro, me gustaría diferenciar claramente un par de conceptos. Se entiende por Cambio Climático unas variaciones en la temperatura terrestre compuesta por momentos cálidos y glaciaciones. Éstas son naturales y se han producido durante toda la historia. Entendemos por calentamiento global el hecho que en la Tierra la temperatura media esté aumentando de forma acelerada a causa de la modificación humana de su atmósfera.
El mismo año en que Einstein celebreó su 29 aniversario (1908), la editorial Hirschel publishing house publicaba un tostón de artículo de 1026 páginas donde un tal Steve August Arrhenius acuñó por primera vez el término efecto invernadero. Arrhenius proponía que no sólo el vapor de agua provocaba el efecto invernadero (fenómeno comprobado) sino que el anhídrido carbónico también producía el mismo efecto. Sin embargo, sus cálculos y suposiciones eran un poco distintos de las actuales.
Entre otras cosas, suponía que la mayor parte del CO2 de origen antropocéntrico sería absorbido por los océanos (esto no es así, absorben más o menos una tercera parte del que actualmente liberamos). Sin embargo, Arrhenius veía con buenos ojos el calentamiento global: él imaginaba todo Siberia como un inmenso campo de cultivo, las playas alemanas cálidas como las españolas y un mundo con un clima estupendo. Sin embargo, no tuvo demasiada repercusión, a nadie le importaba lo que sucediera en un futuro lejano, el mundo se estaba preparando para la primera guerra mundial. Arrhenius se estaba adelantando 50 años.
Su publicación pasó 35 años en la estanteria de alguna biblioteca hasta que Callendar retomó su teoría y la adaptó a los conocimientos de aquel entonces. Realizó las correciones en lo referente a la absorción de CO2 por parte de los océanos, y estimó que la temperatura del planeta aumentaría 0.03ºC por año. Hoy sabemos que durante la segunda mitad del s. XX lo hizo 0.05ºC: ciertamente, Callendar no estaba tan equivocado. De todas maneras, este físico especialista en vapor actuaba por intuición, nadie sabía hasta que punto el CO2 podía absorber la radiación solar.
La solución llegaría 5 años mas tarde con la aparición de la espectrofotometría de infrarrojos, que permitiría cerciorarse de la capacidad del dióxido de carbono de absorber radiación infrarroja, contribuyendo así al efecto invernadero.
Unos añitos mas tarde (15), la organización meteorológica mundial empezó a plantearse estudiar la veracidad de las locas teorías de Arrhenius y propuso empezar a estudiar los niveles de CO2 en la atmósfera. Sin embargo, tuvo que ser un científico independiente quien empezara tan ardua tarea. Charles Keeling y su equipo empezaron a medir los niveles de CO2 de la atmósfera en dos lugares distantes del planeta: Mauna Loa y la Antártida, dando como resultado el ya demasiado mítico gráfico del incremento exponencial de CO2. El mundo disponia ya en 1958 de la prueba que necesitaba. ¿A qué esperaba?
Nos encontramos en la década de los ’60, un mundo convulso, dos superpotencias luchan por determinar qué sistema económico perdurará y cuál cederá. No había transcurrido mucho tiempo desde la muerte de Stalin, y el gobierno de la U.R.S.S. estaba mas decidido que nunca a demostrar que su sistema era más eficiente y mejor. (Incluso mandó al primer hombre al espacio Yuri Gagarin para ganar la carrera espacial al capitalismo). Como podéis entender, ésta no es la mejor época para plantearse que la quema del petróleo (base de la energia y por ende del crecimiento económico) era perjudicial para las generaciones futuras.
Fue en 1974 cuando la OMM decidió por fin crear un grupo de expertos sobre el calentamiento global (aún no era llamado IPCC, era algo mas pequeño y mucho menos ruidoso) para que evaluaran las consecuencias del ya aceptado calentamiento global. Sus conclusiones eran como poco alarmantes, pero debían ser debatidas.
Y es en ese punto donde debemos poner el contador a cero. En el año 1985 en Villach (Austria) se reunen las Naciones Unidas y el Consejo Internacional Para el Medio Ambiente, que concluyen que el calentamiento global comportará para finales del siglo XXI un incremento del nivel del mar de entre 20 y 120 cm y un aumento de la temperatura media del planeta de entre 1.5 y 4.5ºC. Esto provocaría un revuelo internacional que empezó con la creación del IPCC (Panel Intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático, que por cierto el 31 de Agosto cumplió los 20 años) y culminó con la redacción del protocolo de Kioto en 1997. Lógicamente, por el medio sucedieron factores igualmente importantes, como el Protocolo de Montreal (1987) o la Cumbre de la Tierra (1992).
El protocolo de Kioto es un pólemico tratado, que busca estabilizar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los principales países que los producen. Y digo polémico porque no entró en vigor hasta el año 2004, cuando fue ratificado por Rusia (para entrar en vigor era necesario que lo firmaran suficientes paises como para representar mas de la mitad de las emisiones mundiales). Entre otras cosas, incluye tasas de emisión para los países de más de 100 gases de efecto invernadero. Lamentablemente, no está siendo respetado por la mayoría de países que lo ratificaron.
Las reuniones en que el IPCC expuso (y seguirá haciéndolo) sus conclusiones, se denominan UNFCCC (Convención Macro de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático). Concretamente, se celebró la tercera en Montreal donde también acudieron China, los EE.UU. e India. Y se empezó a negociar un nuevo tratado de Kioto. Desgraciadamente, no se llegó muy lejos. Otro intento se produjo en Diciembre de 2007, aunque la necesidad de pacto de la Unión Europea propició un mal acuerdo.
Y en este punto nos encontramos. Si bien es cierto que se han conseguido grandes logros con las reuniones intergubernamentales (no olvidemos que Costa Rica e Islandia acordaron ser 100% renovables en 2012, y están muy cerca de lograrlo), tampoco se llegó a un compromiso importante con los grandes emisores (China, los EE.UU. e India). Aunque cada vez existe una mayor conciencia ambiental (imprescindible), queda un gran recorrido por hacer y mucha historia por escribir. Entre todos podemos determinar como seguirá este artículo alguien dentro de 50 años.
The Historia del calentamiento Global: De Arrhenius al IPCC. by Xavier-Andoni Tibau Alberdi, unless otherwise expressly stated, is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 2.5 Spain License.
{ 6 } Comentarios
En este tema la gran pregunta es ¿qué pasará? He leído mucho sobre el cambio climático: teorías de que se avecina una glaciación, teorías de que aumentará mucho la temperatura, etcetc… ¡¡Pero nadie se plantea qué hacer para corregirlo!!
Está muy bien explicado, a pesar de que alguna “v” se ha deslizado en lugar de una “b” (¿a quién rayos se le ocurriría ponerlas juntas en el teclado?).
Ahora, estamos impacientes porque nos cuentes cuáles van a ser presumiblemente las consecuencias… aunque quizá ya sabéis que mi opinión es que este es un problema que no va a llegar a mayores: antes de que sea realmente serio, se acabará el petróleo, la energía dispoinble disminuirá, y se emitirán muchas menos toneladas de CO2, porque, entre otras cosas, habrá muchos millones menos de humanos para hacerlo. Espero que tan triste panorama tarde mucho en pasar, pero no creo que haya solución factible.
Enhorabuena, Belerofot.
@ Macluskey,
Mi culpa, que era mi trabajo corregirlo y se me escapó — corregido. Si ves alguna más, ya sabes
Antes de todo eso desaparecerán Amsterdam, Valencia, la mitad de Barcelona, Nueva Orleans… oh, oh… croe que Nueva Orleans ya va de camino…
@Gencianal, El problema no es plantearse algo para corregirlo, como puedes leer hace cien años que se conoce el problema y ciertamente se han planteado que hacer para corregirlo. Se sabe que hacer, el problema es el panorama internacional. Ningún país esta dispuesto a perder dinero. Y los unicos que entre comillas quieren mejorar la situación son los europeos, pero eso es porque tienen el mayor porcentaje de las patentes de energias renovables .
@Macluskey, Disculpa la ortografia nunca ha sido mi fuerte. Ciertamente el IPCC ha presentado ya cuatro documentos al respeto pero debes entender que lo poco que podemos preveer depende absolutamente de las emisiones de CO2, y estas dependen del panorama internacional, nadie sabe con certeca cuanto carbon quemara China o la India mañana. (NOTA: el carbón es el combustible fosil mas usado). Un dia puedo escribir un articulo sobre las conculusiones del cuarto informe, pero como bien cide nuestro compañero @Manuko, una cosa esta clara, a corto plazo la temperatura aumentará (lo que conlleva menos lluvias y mas torrenciales) como también lo hará el nivel del mar (recordatorio a algún frances o Holandes: Vuestro país tiene mas del 50% de su terretorio a menos de un metro del nivel del mar).
Por otro lado las consequencias a largo plazo de un aumento de un nivel de CO2 atmosférico no estan claras. Hay pruevas que hablan de una glaciación (en los registros del hielo artico, donde se puede medir el nivel del mar, antes de una glaciación los niveles de CO2 se disparan), cosa que concuerda con la teoria de que se aturen las corrientes marinas que reparten la temperatura. En canvio otros solo auguran sol a los russos.
@ Belerofot FireFox incluye un magnifico corrector ortográfico que me salva el culo miles de veces cada día.
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De Arrhenius al IPCC: historia del calentamiento global…
En 1908, la editorial Hirschel Publishing House publicaba un tostón de artículo de 1026 páginas donde un tal Steve August Arrhenius acuñó por primera vez el término efecto invernadero. Arrhenius proponía que no sólo el vapor de agua provocaba el efecto…
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