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Aníbal Barca y la segunda guerra púnica (II)




Aníbal Barca y la segunda guerra púnica (II)

En la entrega anterior vimos quién era Aníbal, su origen, sus rivales y sus primeras hazañas. Como es costumbre, si no lo leyeron los invito a que lo hagan, porque de lo contrario no comprenderán cómo es que estamos a punto de comenzar junto a Aníbal su primer gran batalla con Roma.

Para que no queden dudas, todas las fechas mencionadas se asumen que son antes de Cristo por lo que omitiré poner a.C. Solo cuando la fecha sea después de Cristo lo indicaré con d.C.

Pues bien, ¡comencemos ahora con la primera gran batalla entre ambas potencias!

Batalla del río Trebia

Luego del pequeño enfrentamiento en Ticino, y estando ya muy claro el plan de Aníbal de llegar a Roma, el senado romano envía al otro cónsul, Tiberio Sempronio Longo, junto a un ejército consular, a reforzar las tropas del otro cónsul, Escipión padre, que se encontraba del otro lado del río Pó, cerca del río Trebia.

En aquella época un ejército consular estaba al mando, como dice su nombre, de un cónsul. Consistía en 2 legiones de romanos (de la ciudad y de las granjas) más 2 legiones de los aliados itálicos, es decir del resto de las ciudades que Roma había conquistado. A su vez estaba acompañado por un pequeño destacamento de caballería. Como cada Legión consistía teóricamente en 4.800 hombres, diremos que un ejército consular constaba de aproximadamente 20.000 infantes.

Caballería de Aníbal

Caballería de Aníbal

Volvamos a nuestra historia. Estamos en diciembre del 218, Aníbal conocía muy bien a ambos cónsules; Escipión (padre), meticuloso y cauto, ya había probado en Ticino un poco de la táctica del cartaginés. Longo, por otro lado, era impetuoso, con hambre de gloria y de dejar su nombre en la historia (cosa que hará, pero no de la forma que el desearía). Conociendo esta debilidad del cónsul, Aníbal decide que Longo será su próxima víctima. Para lograr eso decide tender una trampa el día que aquel cónsul tenga el mando del ejército. Cuando dos cónsules unen ejércitos, se turnan los días de mando. Cosa curiosa, pero recordemos que la Roma republicana tiene auténtico terror de otorgar demasiado poder a una sola persona por mucho tiempo. Lamentablemente, la consecuencia es que lo que hace un cónsul un día es deshecho por el otro al día siguiente, por celos. Pese a las advertencias de Escipión a Longo, éste va a dejarse llevar por su ímpetu.

Aníbal decide, la noche anterior del día de mandato de Longo, enviar a su hermano Magón junto a 2.000 jinetes a esconderse en los bosques cerca de la orilla del río Trebia, mientras que el campamento romano estaba del otro lado. Al día siguiente, Aníbal envía un pequeño grupo de avanzada a provocar a los romanos. Longo muerde el anzuelo, y sale decidido a ponerle fin a las aventuras del cartaginés. Aquel día nevaba; el ejército romano sale del campamento sin haber desayunado, cruza el helado río y se pone en formación de batalla, 38.000 infantes y 4.000 jinetes con el río a sus espaldas. Aníbal lo esperaba con 29.000 infantes, 11.000 jinetes (aunque 2.000 estaban escondidos) y un número de elefantes indeterminado. Posiciona en una línea a los aliados Galos en el centro y sus mejores tropas a los costados, es decir los Iberos y los Libios. En los flancos coloca la caballería y los elefantes. Comienza la batalla de forma pareja, aunque la caballería de Aníbal derrota la romana y esto obliga a los romanos a que retrocedan hacia el río. Algunos incluso ya lo están cruzando cuando Magón sale de su escondite y ataca a los ya moralmente derrotados romanos. Esto fue demasiado para ellos, 20.000 soldados, entre romanos y aliados itálicos, mueren. Como vemos aquí, la clave en ésta y en casi todas las batallas de esta guerra estuvo en la superioridad numérica en la caballería cartaginesa sobre la romana.

Escipión padre logra reagrupar a los supervivientes y se retira. Frente al éxito de Aníbal muchas tribus galas se alían con él. Aníbal decide entonces esperar a que termine el invierno. Los pocos elefantes que sobrevivieron mueren a excepción de uno.

Batalla del río Trebia

Batalla del río Trebia (Wikipedia)

Batalla del Lago Trasimeno

En el 217 Roma envía a los 2 nuevos cónsules (Gemino y Flaminio) cada uno al mando de un ejército consular a detenerlo. Hábilmente avanza Aníbal por Italia, esquivando ambos cónsules, pasando por unos pantanos. Allí contrae una infección en un ojo que le provoca la pérdida del mismo.

Aníbal decide que es tiempo de enfrentar a Flaminio (el más impulsivo de los dos) antes de que una su ejército de 30.000 hombres con el de Gemino. Flaminio evita el enfrentamiento abierto por lo que Aníbal empieza a arrasar con la tierra de la zona provocándolo. Flaminio pierde la paciencia y empieza a darle caza. Aníbal planifica su trampa…

Avanza por la costa del lago Trasimeno y esconde sus 50.000 hombres en la ladera de la montaña, mirando al lago. Más adelante, en la costa, envía un pequeño contingente a que arme un campamento y prenda fogatas (para simular que está todo su ejército acampando allí). Los romanos vuelven a morder el anzuelo: Flaminio ve el supuesto campamento cartaginés y decide atacarlo por la costa en medio de una densa neblina. En ese instante las hordas de Aníbal bajan de la montaña y sorprenden a los romanos por el costado, estos no tienen tiempo de ponerse en formación de batalla. Con el lago a sus espaldas y los cartagineses enfrente, el pánico reinó en las filas romanas. Fue una masacre: 15.000 romanos muertos, otros 10.000 hechos prisioneros y el restante huyó. Muchos murieron ahogados en el lago mientras huían. El cónsul Flaminio también muere. Aníbal solo perdió un poco más de 2.500 soldados.

Batalla del Lago Trasimeno (Wikipedia)

Batalla del Lago Trasimeno (Wikipedia)

Lago Trasimeno - imágen satelital NASA

Lago Trasimeno - imágen satelital NASA

Quinto Fabio Máximo

La consecuencia de esta última victoria provocó que el senado, preso del pánico, tomara una drástica decisión: ¡nombrar un dictador con plenos poderes por 6 meses! Medida ésta utilizada únicamente en casos extremos. Recordemos que Roma odia darle poder a una persona ya que ésta podría saborearlo y perpetuarse en el mismo, pero la situación ameritaba una mano firme y con decisión. El honor recayó sobre Quinto Fabio Máximo, quizás una de las pocas personas sensatas, ya que su primera medida fue evitar a toda costa el enfrentamiento directo con Aníbal, porque sabía que serían nuevamente derrotados. En vez de aquello rearmó el ejército y se propuso atacar y hostigar las líneas de aprovisionamiento del ejército cartaginés, una maniobra inteligente pero que muchos romanos calificaron de cobarde y deshonrosa, e incitaban a Máximo a enfrentarlo en una batalla decisiva. Pero Máximo se mantuvo firme en sus convicciones y lentamente hizo sangrar al ejército de Aníbal, quien buscaba desesperadamente una batalla final con Roma, ya que las provisiones se agotaban (como bien comprendió Fabio Máximo: eran su punto débil).

Mientras tanto, Roma en el 217 decide enviar a Publio Cornelio Escipión (padre) a unirse con su hermano Cneo en Hispania para intentar aniquilar al hermano de Aníbal, Asdrúbal. El objetivo de la campaña era privar a Aníbal de los suministros enviados desde Hispania. La idea era buena y comenzó de forma exitosa, pero los Escipiones son finalmente derrotados y muertos en el año 211. Esto fue producto de una traición de algunas tribus hispanas que eran aliados de los romanos.

Pero volvamos al año 217. Aníbal siguió arrasando todo terreno que se encontraba en su camino, con intención de provocar la ira en el senado y de paso mantener activo y bien alimentado a su ejército. Máximo sabía que la intención del cartaginés era enfrentarlo con su propio Senado. El Senado no lo soportó más, y cuando expiraron los 6 meses de la dictadura nombraron como cónsules a Lucio Emilio Paulo y a Cayo Terencio Varrón, dos personas con hambre de gloria e impetuosos como los antecesores…  la decisión fue fatal.

Batalla de Cannas

A estas alturas, Aníbal se encuentra en Cannas, y los romanos empiezan a juntar legión tras legión, dando comienzo ahora una de las más grandes batallas de la antigüedad, y una de las más grandes derrotas de Roma.

Roma nunca había puesto en una batalla tantos soldados. Ocho legiones romanas sumadas a otras ocho legiones aliadas (del resto de Italia) sumando 80.000 infantes! Apoyados por 6.400 jinetes. Aníbal contaba solo con 40.000 infantes y 11.000 jinetes. Nuevamente aquí estuvo una de las claves, en su caballería, superior a la romana en calidad y cantidad. Otro aspecto importante era que la infantería cartaginesa eran ya curtidos guerreros hispanos, libios, galos y africanos con mucha experiencia y excelente moral. En cambio las tropas romanas eran novatas en su mayoría.

Estos, en vez de formar las legiones de forma tradicional en un frente amplio y no profundo, prefirieron armar un frente más angosto y más profundo con la caballería protegiendo los flancos, como es costumbre. En teoría el embiste de ese colosal ejército destruiría el centro cartaginés. No era un mal plan si enfrente tenías un general común y corriente. Pero enfrente estaba Aníbal.

Aníbal decide poner en el centro a las tropas íberas y galas, y a los costados su fuerte infantería africana, formando así una medialuna con el centro más adelantado. La caballería cartaginesa se ubicaba a los costados. Visto desde el aire, la disposición africana sería muy poco ortodoxa.

El plan de Aníbal es que el centro resista el embiste y vaya retrocediendo poco a poco. Mientras, su caballería atacaría a la romana. En un momento dado se cerraría la trampa. Los flancos cartagineses avanzarán en diagonal, envolviendo a los romanos atacándolos por los costados. Luego de que la caballería romana sea aniquilada por la suya, ésta dará media vuelta y atacará la retaguardia romana. Increíblemente los hechos se acontecieron exactamente como Aníbal lo planificó.

Batalla de Cannas. Fase Inicial

Los romanos, al ver que el centro cartaginés cedía, aumentaron más aún la fuerza del ataque, descuidando los flancos (ya no protegidos por su caballería). A su vez los flancos cartagineses atacaron los costados de la inmensa mole romana (uno de sus puntos débiles),  masacrando todo a su paso. Para aumentar la confusión la caballería cartaginesa hacia lo suyo a su espalda, provocando que los romanos se apretaran más y más por todos lados y no pudieran maniobrar.

El resultado fue una masacre total. 50.000 vidas romanas fueron perdidas en una sola batalla, unos 10.000 hechos prisioneros, los restantes huyeron despavoridos. Aníbal perdió apenas 8.000 soldados. Varrón logró escapar hacia Roma, avergonzado. En Roma no lo reprenden, comprenden los fracasos y no castigan a los generales; en cambio la costumbre en Cartago es que los generales suelan ser ejecutados luego de una derrota.

Batalla de Cannas. Fase Final.

Los invito a hacer una pausa y mirar este documental sobre la batalla de Cannas.

History Channel – Batallas decisivas – Cannas: Parte 1 y Parte 2

Luego de Cannas, aventuras en Italia

Luego de la victoria, Aníbal manda a su hermano menor Magón (quien estuvo a su lado siempre) para que consiga apoyo y refuerzos de Cartago. Con el fin de lograr impresionar al senado cartaginés Magón les muestra a los senadores cientos de anillos de oro de romanos (de senadores, etc) muertos en las batallas libradas como muestra de sus victorias. El senado queda asombrado pero termina enviando refuerzos a Hispania ya que si a Aníbal le va tan bien en Italia, para qué necesita refuerzos, más aún cuando Roma pareciera estar casi aniquilada. La negativa a enviarle refuerzos a Aníbal estaba motivada por celos de los demás aristócratas cartagineses liderados por Hanón el Grande, quien odiaba a la familia Barca, y además para reforzar las tropas de Asdrúbal ante el desembarco de los hermanos Escipiones en Hispania. Para esto es a Magón quien envían a Hispania a juntarse con su hermano Asdrúbal, donde vencen y dan muerte en 211, como ya dijimos, a los Escipiones.

Aníbal envía emisarios a Roma, seguro de que volverán con algún tratado donde le declaran vencedor o algo similar. Pero la ciudad no ofrece un tratado de paz; cualquier otra ciudad de la época se hubiera declarado vencida y firmado algún tratado. Pero no, Roma no es cualquier ciudad, Roma nunca se da por vencida ni aún vencida!.

Aníbal, sorprendido por lo tercos que son los romanos en no declararlo vencedor, decide para sorpresa de muchos no asaltar la ciudad. Él considera que con tan pocas fuerzas no tiene con qué asediarla y bloquearla. Una opción es forzar a que pasen hambre, aislándola, pero probablemente su propio ejército pasaría hambre antes que Roma. A su vez, tampoco considera acertado tomarla por asalto ya que, además de no disponer del equipo necesario, le informaron que todo Roma tomó las armas para defender con sangre su ciudad. Miles y miles de ciudadanos y esclavos (con la promesa de ser libres) son armados, dispuestos a vender cara su libertad. Mientras tanto, la maquinaria bélica de Roma sigue, increíblemente, produciendo nuevas legiones.

De todas formas, sigue siendo objeto de debate entre los historiadores por qué no atacó Roma, o mejor aún, qué hubiera sucedido si se hubiera aventurado a hacerlo. A modo de anécdota, Roma fue varias veces saqueada: Los Galos en el siglo V AC y el visigodo Alarico la asedió y la saqueó en el 410 DC, aunque no se trataba de la misma Roma. Cuando Aníbal decide no atacar Roma, su general de caballería númida, Maharbal, irritado le dice: “sabes obtener victorias, pero no sabes qué hacer con ellas”.

Aníbal sigue hacia el sur conquistando ciudades. Filipo V de Macedonia firma una alianza con Aníbal, pero no le envía refuerzos, ya que tiene sus propias guerras que pelear en Grecia contra la liga Etolia (federación de ciudades de aquella zona de Grecia) y automáticamente al aliarse con Aníbal le declara la guerra a Roma, dando comienzo a lo que se conoce como la Primera Guerra Macedónica, que finaliza en tablas. A su vez Capua, la segunda ciudad en importancia en la península itálica, pasa al bando africano. De todas formas, no logra Aníbal un apoyo masivo, muchas ciudades aún le temían a Roma (por su crueldad) y antes de aliarse con Aníbal prefieren mantenerse neutrales.

La guerra pasa incluso a Sicilia donde una fuerza cartaginesa logra que Siracusa y varias ciudades pasen al bando cartaginés. Luego de duros combates el cónsul Marcelo logra recuperar Siracusa para los romanos luego de un sitio de dos años ya que Siracusa contaba con dispositivos geniales para su defensa creados por Arquímedes. La ciudad cae y Marcelo no puede evitar que los soldados la saqueen, en uno de los desafortunados hechos de la historia un soldado romano ejecuta a Arquímedes. Los cartagineses seguirán en Sicilia hasta el año 210.

Los romanos se recuperan y siguen armando legiones, agotando sus recursos al máximo. Éstas son enviadas a recuperar el control de la región, aplacando levantamientos galos e itálicos. Algunas ciudades clave de Italia, como Capua, son asediadas y finalmente recuperadas (escarmentando a los ciudadanos por haberse aliado con los cartagineses!). Aníbal avanzó nuevamente hacia Roma para aliviar la presión de los romanos sobre Capua , pero no logró atraer la atención de los romanos, por lo que la dejó librada a su suerte, concentrándose en buscar un puerto en el sur desde donde pudiera recibir refuerzos de Cartago.

Hispania

Mientras tanto, en Roma, Publio Cornelio Escipión (hijo) pide al senado que le envíen con un pequeño ejército a conquistar Hispania y así cortarle los recursos que le llegan a Aníbal desde allí. El senado accede, sin mucha esperanza en el joven Publio.

Publio Cornelio Escipión (Wikipedia)

Publio Cornelio Escipión (Wikipedia)

Publio llega a Hispania, reorganiza el ejército que quedó allí y, ante el asombro de todos, decide avanzar directamente hacia Cartago Nova, ¡la capital cartaginesa en Hispania!. En Hispania los cartagineses tienen 3 ejércitos, pero todos están lejos de la ciudad, por lo que no llegan a socorrerla. Le da asedio con éxito y toma la ciudad, capturando un enorme botín. Además, arrebata de ésta forma la base más importante de los ejércitos enemigos en Hispania. Las tribus de Hispania se rebelan contra los cartagineses y toman bando por Roma… más tarde en el tiempo se darían cuenta de que los romanos eran todavía más crueles que los cartagineses.

En la Batalla de Baecula (208) vence a Asdrúbal Barca, quien logra salvarse con parte de su ejército y se va hacia Italia siguiendo camino similar al de Aníbal. En la Batalla de Ilipa (206) vence a Asdrúbal Giscón (general y noble cartaginés)  y a Magón Barca. Aquí se define la contienda en Hispania a favor de Roma. Publio Cornelio Escipión logró lo imposible, infligir varias derrotas y expulsar de Hispania al poderoso e invencible ejército cartaginés. Esta campaña la veremos con más detalle cuando hablemos exclusivamente de Escipión.

En el norte de la península itálica los romanos interceptan a Asdrúbal Barca en el río Metauro (207), lo derrotan y le dan muerte. Luego Le cortan la cabeza y se la envían a Aníbal como regalo. La pérdida de su hermano le hirió profundamente, además Asdrúbal traía consigo refuerzos y material de asedio que nunca pudo llegarle.

Magón, luego de ser derrotado, se recluye a su vez en Gádir (la actual Cádiz) donde, luego de un pobre intento de recuperar Cartago Nova, es expulsado a la vuelta por los propios ciudadanos de Gádir, que se pasan a los romanos. De allí se dirige, en el 205, previo paso por las islas Baleares, a Génova, con un pequeño ejército de 15.000 hombres. Allí logra desembarcar y abrir con éxito otro frente a los romanos. Desde esa posición logra ejercerles presión, obligándoles a que le dediquen varias legiones para controlarlo, incluso en el 204 recibe unos 6.000 hombres como refuerzo desde Cartago, pero no le servirán de mucho, ya que luego será llamado junto a Aníbal a defender Africa, como veremos más adelante…

Finalizamos aquí la segunda entrega. Aníbal logró una serie de aplastantes victorias sobre los romanos. Cannas es la obra maestra del genio cartaginés. Aníbal logró coordinar con éxito los movimientos de su ejército (tarea harta difícil en esa época) frente a un rival que casi lo doblaba en número. Pero a pesar del éxito, Aníbal fracasó en doblegar la voluntad de guerrear de Roma, ésta nunca bajó los brazos y sigue convencida de la victoria final. También vimos como Roma tomó la iniciativa en Hispania bajo el genial liderazgo del joven Escipión y como veremos, digno rival de Aníbal… ¡En la próxima entrega la guerra pasa a África!


Sobre el autor:

chapu77 ( )

entusiasta de la Historia y la astronomía pero decidió trabajar de ingeniero informático.
 

{ 10 } Comentarios

  1. Gravatar Macluskey | 03/12/2009 at 06:41 | Permalink

    Qué puedo decir… Un artículo excelente, excelente.

    Chapu, te estás superando cada día. Una fantástica descripción de una de las batallas más famosas de la antigüedad… en la que Aníbal vio cómo resulta más difícil conservar el territorio que ganarlo… y si no, que se lo pregunten a las fuerzas occidentales en Irak o en Afganistán.

    Enhorabuena.

  2. Gravatar Pedro | 03/12/2009 at 07:02 | Permalink

    Totalmente de acuerdo con Mac. El primero estaba bien, pero este es excelente; entretenido, didáctico y te deja con ganas de más :)

  3. Gravatar J | 04/12/2009 at 08:23 | Permalink

    “Los aficionados hablan de estrategia, los profesionales hablan de logística”.

    http://www.nato.int/docu/review/2008/09/BOOKREV09/ES/index.htm

  4. Gravatar chapu77 | 04/12/2009 at 12:18 | Permalink

    @Mac y @Pedro: muchas gracias! me alegro les haya gustado

    @J: gran verdad. Nunca mejor dicho en esta guerra. Mas aún lo veremos con detalle con la serie de Escipión

  5. Gravatar sebaprover | 04/12/2009 at 02:20 | Permalink

    Excelente artículo. Fácil de leer y muy entretenido. Muy bueno el mapita de la batalla del Lago Trasimeno! :D

  6. Gravatar sebacine | 04/12/2009 at 07:41 | Permalink

    Si, totalmente de acuerdo con los anteriores comentarios. Interesantisimo y ya estoy esperando el proximo. Perdón pero como siempre molesto con una pequeña errata, en el párrafo 6 dice “consequencia”.

  7. Gravatar chapu77 | 04/12/2009 at 08:57 | Permalink

    Corregido… gracias!

  8. Gravatar jaime reguart | 10/12/2009 at 12:01 | Permalink

    Esta historia me recuerda al momento actual: globalización a escala mediterránea versus a escala mundial. Imperialismo, monopolio comercial, …las reacciones son las mismas. No tenemos solución. Una buena narración Chapu.

  9. Gravatar Mazinger | 10/12/2009 at 11:27 | Permalink

    Enhorabuena por los dos artículos Chapu, no sólo por la emoción que destilan, sino por ampliar las disciplinas sobre las que se escribe en El Cedazo: has inaugurado la sección de Historia. Las descripciones de las batallas me han gustado mucho, en especial la de Cannas.

    Mi aproximación a la historia proviene, fundamentalmente, de la lectura de novelas históricas (aunque lamentablemente algunas tengan más de novela que de historia). Según leía, recordaba algunos de los épicos Episodios Nacionales de Pérez Galdós, principalmente Bailén y Zaragoza, en las que las batallas, permítaseme la exageración, prácticamente se viven.

    “…En Roma no lo reprenden, comprenden los fracasos y no castigan a los generales; en cambio la costumbre en Cartago es que los generales suelan ser ejecutados luego de una derrota…”

    Esta frase entronca con algo que precisamente estoy leyendo ahora. El uso de sistemas de severos castigos y generesas recompensas como método para disciplinar las tropas no era algo privativo de los cargagineses. En China, durante el período de los Reinos Combatientes (400 y pico a 221 a.c.) también se empleaban muy duros castigos para los destacamentos que fracasaban en la lucha contra el enemigo. De algún modo se intentaba usar el instinto de supervivencia de los individuos para provecho del ejército. ¿Cómo? Haciendo que los soldados sintiesen más temor por los castigos (que podían incluir el exterminio de toda su familia) en caso de fracaso, deserción o huida que por la muerte en combate. De esta manera se “animalizaba” a los hombres y se conseguía un grupo disciplinado, maleable y efectivo, en términos militares.

    Durante este período de los Reinos Combatientes y el anterior de la Primavera y Otoño en China, el género de la ciencia militar se extendió ampliamente. De esa época proviene el clásico “El arte de la guerra” de Sun Zu (Mestro Sun), un libro de obligada lectura no sólo para militares sino también para ejecutivos agresivos. El arte de la guerra bebe de las fuentes del Taoísmo y defiende como meta para el ejército “el no ser”, entendido como la adaptación total a las circunstancias en las que se desenvuelve el enemigo: armamento, terreno, estrategia… Aníbal hace gala de este modo de pensar.

    Buen artículo Chapu, espero los siguientes.

  10. Gravatar Chapu77 | 10/12/2009 at 03:01 | Permalink

    @ jaime reguart: Si, hay muchos paralelismos con este conflicto. Esperemos que el presente no termine mal.

    @Mazinger: Me alegro te haya gustado. Interesante tu comentario sobre los castigos a los destacamentos que fracasan. A modo de anécdota, el senado romano envió a los sobrevivientes de Cannas a Sicilia, lo mas lejos posible para que no contagien con su pesimismo. Escipión los alistó para su invasión a Africa. Con respecto a los castigos a los generales, se esperaba que ante la derrota un general romano debía morir heroicamente, o sobrevivir para reorganizar un ejército para la revancha. Pero nunca debe declararse vencido.

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