Este artículo es el segundo de la miniserie que, dentro de la apasionante serie sobre música clásica de El Cedazo de la que soy el afortunado autor, está dedicada a los concerti grossi que el músico eslovaco Peter Breiner arregló sobre melodías de los Beatles.
En el primero de ellos escuchamos un concierto arreglado al estilo de uno de los principales compositores del barroco: Georg Friedrich Händel, realizado con la base de cinco famosísimas canciones de la banda de Liverpool: She loves you, Lady Madonna, Fool on the hill, Honey Pie y Penny Lane. En éste de hoy escucharemos otro concerto grosso arreglado por Peter Breiner sobre otras cinco no menos famosas canciones de los Beatles, pero esta vez el arreglo está hecho siguiendo el estilo de otro de los compositores sagrados del barroco: el veneciano Antonio Vivaldi.
El artículo anterior fue corto. El de hoy lo será más aún… sí, efectivamente, casi es una vergüenza para mí publicar un artículo tan cortito… pero tampoco hay mucho que decir. Bueno, podría escribir miles y miles de palabras sobre The Beatles, o mejor aún, podría copiar y pegar miles y miles de palabras sobre ellos que podría encontrar en cientos o miles o cientos de miles de páginas distintas. No lo voy a hacer; el que quiera datos, que ponga “Beatles” en su buscador favorito y que se prepare a leer horas y horas.
Tampoco voy a hablar hoy de Vivaldi, tiempo habrá cuando le toque el turno a alguna de las maravillosas obras del pelirrojo cura veneciano en esta serie. Así que vamos directamente al video, con fotos diversas del cuarteto de Liverpool para amenizar lo realmente importante, que es la música.
Únicamente comentar que el concierto de hoy está configurado como un concerto grosso para violín solista, cuerda y continuo, ese invento del barroco por el que un grupo de instrumentos (normalmente clave, cello o viola da gamba y contrabajo) son los que marcan el ritmo y dan profundidad musical a la composición. En una palabra, lo que se hace con el bajo en los modernos conjuntos y, mayormente, lo que hacía Paul McCartney con su bajo cuando formaba parte de los Beatles. A todos aquellos que conozcáis los más famosos concerti grossi de la historia de la música, es decir, Las Cuatro Estaciones, del propio Vivaldi, este concierto os las recordará muchísimo, ya lo veréis…
Vamos allá, pues, con este Concerto Grosso sobre temas de los Beatles a la manera de Vivaldi.
A diferencia del concierto del artículo anterior, esta vez Peter Breiner no ha etiquetado los diferentes movimientos con lo de Allegro, Adagio, etc, sino sólo con los nombres de las canciones, aunque de todos modos diré cuál es la función de cada uno en la lógica casi inmutable del concierto barroco…
Comienza el Concerto con una Obertura, que es lo habitual, y comienza con fuerza, con uno de los temas más rockeros del grupo, y que desde luego llegó al numero 1 en las listas de todo el mundo: A hard day’s night, claramente un Allegro, canción de 1964 y que formó parte del álbum del mismo nombre, compuesta por John Lennon y acreditada a Lennon-McCartney. Recordad la costumbre de Paul McCartney y John Lennon de firmar conjuntamente sus canciones, independientemente de que fueran efectivamente compuestas por el uno o por el otro o por ambos a la vez, que solía ser lo normal. Por cierto, esta canción formó parte, naturalmente, de la banda sonora de la película del mismo nombre, rodada como una especie de documental sobre un par de días en la vida de los Beatles, y que fue catalogada en su momento por la revista Time como una de las 100 mejores películas de la historia (!!).
Termina la marcha rockera/barroca y sigue, a partir del minuto 2:35, un movimiento más lento, pero no mucho, posiblemente, un Allegro ma non troppo: la balada Girl, canción de 1965 compuesta mayormente por John Lennon, aunque acreditada como siempre a Lennon-McCartney, y que apareció en el álbum Rubber Soul.
Girl finaliza en el minuto 5:05, y da entrada a un Adagio, típico en cualquier concierto barroco que se precie, realizado sobre una de las mejores canciones melódicas de los Beatles: And I love her, compuesta sobre todo por Paul McCartney, aunque acreditada, cómo no, a Lennon-McCartney, y publicada en 1964 también dentro del álbum A hard day’s night.
La meditativa declaración de amor termina en el minuto 8:10 y da entrada a un nuevo número 1, configurado como un Andante: Paperback writer, canción de 1966 y compuesta sobre todo por Paul McCartney, aunque acreditada, aunque no os lo creáis, a Lennon-McCartney.
Y por fin en el minuto 11:40 comienza el último movimiento del concierto, un rápido Allegro molto o quizás un Presto, basado en un nuevo número 1: Help!, de 1965, de Lennon-McCartney y que fue parte de la banda sonora de la película de su mismo nombre, considerada por muchos como el primer videoclip de la historia… ¡y encima pagamos por verla en el cine!
Y tras esta desesperada petición de ayuda el concierto termina, al estilo de Vivaldi, desde luego.
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El próximo día habrá un tercer Concerto Grosso sobre canciones de los Beatles, arregladas por Peter Breiner para convertirlas en eso: un concierto barroco. Hasta entonces.
Disfrutad de la vida, mientras podáis. A ser posible, escuchando música.
The Historia de un ignorante, ma non troppo… Beatles go Baroque. Concerto grosso al estilo de Vivaldi. by , unless otherwise expressly stated, is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 2.5 Spain License.
{ 4 } Comentarios
Me gusta mucho los Beatles, en especial las canciones mas comerciales (?): Hey Jude, Let It be, Imagine, Twist n Shout, etc….. ¿Porqué éstas no están por acá?
Saludos.
@Juan Carlos:
Algunas estarán en el resto de la miniserie (quedan dos episodios todavía con otros dos compositores barrocos).
Pero “Imagine” no puede estar: no es de “The Beatles”, sino de John Lennon, compuesta después de la separación en 1969.
No obstante… ¡qué gran canción! Un icono.
Saludos
Mac
Te juro que a mí los Beatles no me gustaban. Y desde que estoy escuchando tu serie, estoy empezando a enamorarme de ellos
¡¡De verdad los Beatles no te gustaban???
Claro, es que eres joven. En mi generación estaba simplemente prohibido que no te gustaran. Pero la verdad es que estas versiones dan mucho juego, desde luego que sí, porque sobre todo Lennon y MacCartney, además de icónicos autores, eran excelentes músicos (Lennon era, MacCartney lo sigue siendo, supongo).
Gracias por tu comentario
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