Cuando de pequeños veíamos las películas del futuro nos imaginábamos coches voladores, robots que limpiaran por nosotros, inmensas bibliotecas de conocimiento… y ver cómo el tiburón 3D de una película salía de la pantalla.
Pues bien, aunque aún está lejos de poder hacerse de forma cómoda, empezamos a ver los primeros productos, sobre todo de entretenimiento, que se ofrecen en 3D.
Pero, ¿cómo funciona eso? ¿Cómo es posible que nuestros ojos vean una imagen tridimensional cuando se representa en una televisión o una pantalla de cine que, obviamente, es bidimensional?
Dedicaremos este artículo a explicar los principios de estas tecnologías. Ya adelanto que no soy un experto en el campo y nunca he trabajado en un proyecto relacionado con ello, solo he leído al respecto, de modo que no profundizaremos en detalles que solo conocen los profesionales.
Paralaje
Antes de explicar los fundamentos ingenieriles de la tecnología, debemos explicar los fundamentos físicos y biológicos. Existen varios efectos que ayudan a la visión en 3D:
- El tamaño. Las cosas más lejanas se ven más pequeñas. Este es el efecto que hasta ahora había explotado la televisión, simplemente poniendo más pequeñas las cosas que querían parecer más lejanas. Este es, junto a la paralaje, el efecto más potente.
- La paralaje. Es en el que vamos a centrarnos, porque es el que intentan explotar los equipos 3D modernos.
- El enfoque del cristalino. El cristalino es básicamente una lente, que debe deformarse de forma distinta para enfocar cosas a distancia distinta. No se puede aprovechar esto para engañar al cerebro porque la tele realmente está donde está y enfocar es condición previa para ver bien.
- El difuminado atmosférico. Las cosas lejanas, en lugares y distancias donde la atmósfera no es despreciable, se ven más borrosas. Este efecto lo empezaron a utilizar los pintores renacentistas[1] y lo siguen usando los buenos efectos especiales hoy en día.
- El movimiento de paralaje. Solo sirve para objetos en movimiento, y consiste en que si nos movemos (o se mueven los objetos, da igual), las cosas que están más cerca de nosotros se mueven relativamente un ángulo mayor que las lejanas. Este efecto también se aprovecha desde hace mucho tiempo, no es necesaria una televisión 3D para apreciarlo.
Vamos a centrarnos en la paralaje, que es lo que explotan los sistemas de 3D modernos. La base de la paralaje, que ya ha explicado Antares, es muy sencilla: si estamos observando un objeto desde dos posiciones distintas, cada una de las observaciones se realizará desde un ángulo distinto, y a partir de ese ángulo podemos calcular la distancia.
Pues bien, nosotros podemos observar el objeto desde dos posiciones distintas: desde el ojo izquierdo y desde el ojo derecho. Por ejemplo, en el siguiente dibujo vemos cómo los ojos ven una vela a distancia distinta.
Nótese que en el dibujo a1 y b1 son deliberadamente distintos, y que la recta que mide d1 no es perpendicular al frente de los ojos. Es decir, el objeto no tiene por qué estar justo enfrente de nuestros ojos para que el efecto funcione.
Cuanto mayor sea la distancia d, menor será la suma de a+b. Así por ejemplo en el dibujo de la derecha, como d2>d1, tenemos que (a2+b2)<(a1+b1).
Fijaos en que con esto no sabemos la distancia exacta, solo sabemos que d2>d1, es decir, que la segunda vela está más lejos, aunque con tiempo y aprendizaje el cerebro acaba calculando más o menos cuál es la distancia al objeto.
Si queremos aprovechar este efecto para simular un efecto 3D, podemos imaginarnos que ponemos ambos objetos en una pantalla plana, pero que de algún modo los dos ojos siguen viendo cosas distintas:
Nótese que aún no sabemos cómo hemos hecho para que el ojo izquierdo solo vea la vela I y el derecho solo la D (eso ya lo veremos más adelante). Supongamos de momento que es gracias a un conjuro mágico.
Si despreciamos todos los efectos que decíamos antes de tamaño, distorsión atmosférica y foco, en el primer dibujo el ojo izquierdo sigue viendo la vela igual. ¿Por qué? Porque lo importante para esta discusión es el ángulo con que ve la vela. Obviamente lo mismo aplica para el ojo derecho respecto a la vela D. Así, para el cerebro, que simplemente mide los ángulos y deduce, la vela sigue estando a la distancia d1.
Si nos fijamos ahora en el segundo dibujo, vemos que ocurre lo mismo. Como ahora las velas I y D están más separadas, al cerebro le parece que la vela está más alejada, a una distancia d2.
Nótese que es importante, imprescindible, que cada ojo vea solo su propia vela. No vale con poner una foto de la vela en la posición I y otra foto en la posición D, porque entonces el cerebro simplemente verá dos velas, en esas posiciones.
Casi lo tenemos. Casi, casi. Salvo por lo del conjuro mágico, claro. ¿Cómo podemos hacer que cada ojo vea una imagen distinta?
A eso dedicaremos el resto del artículo, pero antes quiero incidir en eso: si conseguimos que cada ojo vea una imagen distinta, ya solo tenemos que presentarle a cada ojo lo que queremos y con unos cálculos cuidadosos podremos conseguir el efecto 3D. ¿Sí? Si no lo tienes claro, repásalo, porque asumiremos de ahora en adelante que esto es lo único que nos falta.
Mientras preparaba este artículo he aprendido que este proceso se llama diplopía fisiológica. Toma palabro. Supongo que a todo el mundo le resulta obvio que este efecto es muy efectivo cuando los objetos están relativamente cerca, hasta unos cuantos metros de distancia. Cuanto más lejos estén los objetos menor es la diferencia del ángulo entre una profundidad y otra y por lo tanto menor precisión tenemos al deducir la profundidad. Por eso, cuando vemos un avión en el cielo, sin más referencias, nos cuesta mucho deducir a qué distancia está.
Barrera de paralaje
Probablemente el primer intento de lograr imágenes 3D fueron esas pegatinas que había para los niños, con personajes de dibujos animados y cosas así, que tenían como rayitas. No sé cuál era su nombre técnico. Si las mirabas de frente y a la distancia adecuada, parecía que tenían profundidad. No he conseguido encontrar ninguna foto de ellas, así que no os las puedo enseñar, pero espero que todo el mundo las recuerde. Dani nos ha pasado una fotografía de una postal de este tipo, que él tenía guardada en algún baúl, donde se ven las rayitas (pica para verla en grande y apreciar el detalle).
Lo que hacían era poner unos plásticos triangulares delante de las imágenes, de modo que cada ojo solo viera una cara del triángulo. En esa cara se dibujaba lo que se quería que viera ese ojo y listo.
En el dibujo vemos una versión con triángulos muy grandes. En la práctica tienen que ser mucho más pequeños, de forma que la vela ocuparía varios de los triángulos, pero espero que se entienda.
En las caras que-van-de-arriba-izquierda-hacia-abajo-derecha dibujamos la vela I, de modo que el ojo derecho no la ve. Del mismo modo, en las cara que-van-de-abajo-izquierda-hacia-arriba-derecha dibujamos la vela D, para que no la vea el ojo izquierdo.
En realidad, ópticamente es un poco más complicado (pero más sencillo de fabricar), con lentes de plástico en vez de con simples triángulos donde se dibuja, pero la idea era básicamente esa. La Wikipedia tiene una imagen muy buena con las lentes, así que no tiene sentido que intente hacer yo otra que seguro que será peor:
Bueno… como primera aproximación… vale… pero las imágenes eran estáticas, caras… Hacer una película a base de esta tecnología era imposible.
Hologramas
Cuando me puse a escribir este artículo sabía que necesitaba contar algo sobre los hologramas. Aunque no existen televisiones que exploten el efecto de holograma, me gustaría contar por qué. El problema es que, aparte de que se hacen con un láser, poco más sabía yo sobre los hologramas. Así que le pedí a Pedro que escribiera un par de párrafos al respecto… pero me debió entender mal y en vez de un par de párrafos en El Cedazo escribió un par de artículos en El Tamiz Aquí veremos una explicación rápida y poco rigurosa, así que, si quieres entender la base física, tendrás que leer sus artículos aquí y aquí.
La base de la holografía es la interferencia y la difracción. Cuando estudias la propagación de ondas, uno de los puntos más importantes en que se hace hincapié es en que se puede analizar todo el fenómeno como si cada punto excitado por una onda fuera a su vez el generador de una nueva minionda, y la propagación fuera la suma de todas esas contribuciones de todos y cada uno de los puntos excitados.
Fíjate en los dibujos de al lado, sacados de la Wikipedia.
En el primer dibujo tenemos 2 ondas, una, la que viene plana desde la izquierda y otra la que se “refleja” en la bola blanca. Al interferir, forman un cierto patrón de interferencia. Fijaos que no es que un muro negro impida el paso de la onda y por ello tengamos valles y picos de interferencia. No, no. Los valles y picos ya están ahí, por culpa de la interferencia. Con la línea negra representamos dónde hay valles y dónde hay picos (en esa línea vertical dada). Pero insisto, no hay ningún muro ahí. Esto sería la grabación del holograma: registramos dónde hay picos y dónde valles.
En la segunda imagen, ahora sí, la raya negra es un muro, que es iluminado desde atrás por un haz de ondas (pero ya no está la bola blanca). Como es un muro con agujeritos, solo deja pasar esa onda por esos agujeritos.
La gracia, como decíamos antes, es que se puede estudiar la propagación de una onda como si cada punto excitado por la onda fuera a su vez una fuente de una nueva onda. Por lo tanto, no hay diferencia teórica entre la onda que hay en el primer dibujo de la raya hacia la derecha y la onda que hay en el segundo dibujo desde el muro hacia la derecha. Luego al ojo que hay dibujado le llegan las mismas ondas; luego él sigue viendo la bola blanca.
Fijaos en cómo el ojo, que está en esa determinada posición, recibe esa onda, pero si estuviera en otra posición recibiría otra distinta. 3D resuelto. Bueno, luego en la práctica hay muchos temas de ingeniería que resolver, porque estamos hablando de distancias micrométricas, pero la base ya está ahí.
¿Podemos aprovechar esto de forma práctica? Pues hoy en día, solo limitadamente. Para que todo esto funcione, el haz de luz que ilumina a la bola blanca debe ser monocromático (típicamente un láser), lo que limita todas nuestra grabaciones a un solo color. Además, el proceso de grabación debe hacerse en una cámara oscura, para evitar que otras luces no-monocromáticas molesten, de modo que las dotes creativas del director de la película se ven muy limitadas. Y por si fuera poco, el proceso es complicado y caro, así que grabar 150.000 fotogramas así para cada copia de una película no parece abordable. Por eso se usan hologramas para autentificar tarjetas de crédito, licencias de software, billetes grandes y cosas así. Pero si algún día se consigue reducir el coste, el efecto es impresionante, y creo que los temas de monocromía podrían resolverse (por ejemplo, combinando tres colores distintos, como en las teles actuales).
Si queréis profundizar un poco más, os remito a los artículos de Pedro, que son no solo más rigurosos científicamente, sino más completos, llenos de referencias históricas, con distinción entre los “hologramas de verdad” y “hologramas de Benton”, con curiosidades sobre la paloma holográfica de VISA, con un impresionante vídeo de un holograma “de verdad”, etcétera.
Gafas anaglifo
Pongámonos en situación. 1991. Pesadilla Final: La muerte de Freddy.[2]
Al entrar al cine te daban unas horrorosas gafas de cartón que en vez de cristales tenían un plástico trasparente rojo en el ojo izquierdo y azul en el derecho (o al revés, no me acuerdo). En una determinada escena del final de la película, en que la protagonista se duerme para derrotar a Freddy Krueger, te ponías las gafas (iguales a las que se ponía la protagonista) y veías toda la escena en 3D, las garras de Freddy salían de la pantalla y casi te rajaban a ti. El no-va-más del terror.
A todos nos habían dicho que con esas gafas la peli se veía en 3D, así que muchos nos poníamos las gafas al entrar al cine, consiguiendo únicamente marearnos hasta que nos creímos que nos habían engañado y nos quitamos las gafas. Cuando por fin llegaba la famosa escena, que por lo visto costó rodar casi tanto como el resto de la película, el efecto era acojonante.
¿Cómo lo lograba?
Como delante del ojo izquierdo tenías un plástico rojo, todo lo que fuera rojo ese ojo no lo veía. Así que la vela D la pintan de color rojo, y, el ojo izquierdo ya no la ve. Análogo razonamiento respecto al azul para el otro ojo.
Aquí te dejamos una foto con estas tinturas, para que si es que eres capaz de encontrar algunas gafas es este estilo pruebes tú mismo (en su día las regalaban hasta con las cajas de cereales). Creo que Photoshop, Gimp y otros programas de tratamiento de imágenes tienen procedimientos para crear estas imágenes a partir de dos imágenes separadas.
Si has podido hacer el experimento, o si lo recuerdas de aquella época, o si simplemente le echas un poco de imaginación, te darás cuenta de que con esta técnica los colores quedan muy distorsionados. No es solo que con el ojo izquierdo no se vean los rojos, es que casi no se ven los naranjas ni los marrones, y además algo parecido ocurre con los verdes y violetas en el ojo derecho, así que al final no ves bien ningún color. Al final, para 3 ó 4 minutos que duraba la escena en cuestión vale, pero para más tiempo… a mí me mareaban. Y además, si se te ocurría apartar la vista de la pantalla, el mundo que veías era muy, muy feo.
Existieron versiones con distintos colores, como rojo/cian, amarillo/añil, violeta/verde y cosas así (siempre colores complementarios), pero el principio de funcionamiento y sus defectos eran los mismos.
Gafas polarizadas
La versión más extendida hoy en día se basa en cristales polarizados.
Por si no lo sabías, las radiaciones electromagnéticas, la luz entre ellas, tienen polarización. Las polarizaciones más intuitivas para nosotros son la horizontal y la vertical, aunque también existen otras (por ejemplo clockwise y counterclockwise; como-el-reloj y contra-el-reloj[3] ). La gracia es que se puede construir un cristal de forma que permita pasar completamente una polarización pero impida el paso a su opuesta.
Bien, pues aprovechemos este efecto:
La imagen que queremos ver en el ojo izquierdo la transmitimos con polarización vertical. Luego ponemos unas gafas con cristales distintos en cada ojo: el del ojo izquierdo deja pasar la luz vertical y el del ojo derecho deja pasar la luz horizontal. Ya hemos conseguido que la vela I se vea solo en el ojo izquierdo. Si hacemos lo propio con la vela D, ya tenemos la emulación de la paralaje.
Las ventajas de este método son dos:
- La mayor parte de la luz que recibimos en nuestra vida diaria (del Sol, de las bombillas, de las teles normales…) es no polarizada. Mejor dicho, lleva parte de ambas polarizaciones. Por lo tanto, si la haces pasar por un cristal vertical, simplemente se perderá la mitad de la luz. Así que si apartas la vista de la pantalla para mirar otra cosa, como esa otra cosa probablemente será luz sin polarizar, simplemente se verá oscurecida, como a través de unas gafas de sol, pero se verá.
- La polarización es independiente del color. Así, podemos hacer la película 3D sin el horroroso efecto decolorante de las gafas azul-rojo.
La única desventaja de este método es que las gafas son aún incompatibles casi siempre con gafas correctoras (para entendernos: de miopes, hipermétropes y cosas así). Hasta hace unos meses eran pesadas, incómodas, grandes, molestas… pero en los últimos meses han dado un salto espectacular.
Gafas alternas o de obturador
Existe otro mecanismo más. Ya sabemos que la televisión no es una imagen continua, sino que son un montón de fotografías que se ponen una detrás de otra (unas 25 veces por segundo), dándonos sensación de continuidad.
Podemos aprovechar algo así para darle fotogramas distintos a cada ojo. En vez de emitir 25 fotogramas por segundo, emitimos 50: uno para el ojo derecho, uno para el izquierdo, otro para el derecho, otro para el izquierdo, otro y otro… Usamos unas gafas que pueden abrirse y cerrarse, y luego usamos una señal de sincronismo para que el cristal izquierdo se abra en los fotogramas pares y el derecho en los impares.[4]
Sus ventajas e inconvenientes son los mismos que para las gafas polarizadas (salvo que además estas gafas necesitan alimentación para su electrónica, pero vamos, con el tamaño de la electrónica y baterías de hoy en día, eso no es nada), así que supongo que lo que se impondrá será lo que más barato resulte de fabricar (tanto gafas como el sistema de proyección). Creo que de momento en el cine van ganando las polarizadas y en las teles las obturadas, pero es un mercado que no sigo de cerca, así que seguramente alguien pueda dar más información.
Batallita [por Macluskey]: La primera película (más bien documental, duraba unos veinte minutos) de este tipo que se hizo fue realizada por Fujitsu para la Exposición Universal de Sevilla de 1992. La película en sí era bastante bodrio, con teatro kabuki japonés hecho con marionetas y cosas así, pero la sensación de 3D era realmente impactante, lo mejor que haya visto nunca. Decían que había costado producirla mil millones de pesetas de la época (6 millones de euros), pues habían tenido que crear toda la tecnología y utilizar un superordenador Fujitsu de la época para procesar las imágenes de cada ojo. Fue (junto con el pabellón de Canadá) la sensación de la Expo92 (sí, la de Curro), lo que mayores colas tenía siempre… Por cierto, también en la Expo92, en el Pabellón del Medio Ambiente (los sevillanos siempre bromeaban con dónde estaba el otro medio), se proyectaba otro documental muy espectacular que requería gafas polarizadas, sobre todo cuando un tipo que recogía chapapote movía el artefacto que usaba y te ponía los pantalones perdidos de petróleo… Pero esto no era novedad. Ya habíamos podido ver alguna película comercial que necesitaba de gafas polarizadas a mediados de los ochenta… Fin de la Batallita.
Nintendo 3DS
El caso es que de un modo u otro, parece que tenemos que ponernos unas gafas delante de la cara… pues no.
Nintendo acaba-de-sacar al mercado o sacará-en-breve o está-sacando-ahora-mismo (depende de la fecha en que publiquemos esto) una nueva versión de su consola, con efecto 3D sin gafas: la Nintendo 3DS.
¿Cómo? Pues parece ser que volviendo a la prehistoria: con las lentes de plástico de la barrera de paralaje. Solo que claro, no son plásticos como los de 1980, sino como los de este siglo. Al parecer existen compuestos que, cuando se les aplica corriente, pueden formar aquellas lentes que veíamos al principio, de modo que ya se puede controlar electrónicamente su forma. No estoy seguro de si realmente modifican esas lentes o si simplemente tiene las lentes fijas y solo cambian la imagen de detrás, pero vamos, la idea es la misma: llevar imágenes distintas a cada ojo.
Parece ser que la limitación de esta tecnología es que hay que estar frente a la pantalla y a una distancia determinada para que el efecto sea el adecuado (aunque al parecer permite un pequeño ajuste). Eso no es suficiente para una televisión, que quieres poder ver desde todo el salón, pero no es impedimento para una videoconsola portátil que siempre vas a tener frente a ti y a 35-40cm de distancia.
Desgraciadamente, el efecto 3D se pierde al grabar con una cámara o tomar una fotografía, de modo que es imposible verlo más que en directo, pero parece ser que quienes lo han probado están asombrados de lo bien logrado que está.
Y también parece que otros fabricantes están pensando en lo mismo (o incluso mejorado), así que quizá no falte tanto para aquella escena de Star Wars…
- Velázquez lo llevó a la perfección. Si no lo crees, ve corriendo al Museo del Prado de Madrid y fíjate bien en Las Meninas. [↩]
- Macluskey cuenta que tan atrás como en 1965 o así ya emitieron por la tele (la tele, solo había una: lo que hoy es la 1 de TVE) una peli con este efecto. [↩]
- Si tienes más curiosidad, hace poco surgió en el foro una pregunta al respecto. [↩]
- Ese abrir y cerrar no es mecánico, que sería demasiado lento, sino electrónico, con un sistema parecido al de las pantallas LCD: al darle corriente a determinados compuestos, dejan pasar o no la luz. [↩]
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{ 18 } Comentarios
Gran articulo J. Un misterio menos en mi cabeza
Impresionante!
Una aclaración, las gafas azul-rojo me parece haberlas usado en libros a principios de los 80′s
Recordar que los efectos mostrados en Back To The Future II es en 2015… a la vuelta de la esquina…. llegaremos a eso en 4 años???
Muy interesante, ahora ya se algo nuevo.
Recuerdo en 1988 los album de figuritas de los Super Amigos traia una sección en 3D que se tenía que ver con las gafas azul y roja. No era muy bueno el efecto que digamos… jeje
Una anotación más. Una de las grandes desventajas de las salas que tienen 3D polarizadas es el coste de la pantalla puesto que tiene que ser especial. ¿Especial en qué? Pues que debe conservar la polarización de la luz que le llega (si no el invento no funciona) y por lo visto son bastante caras. La ventaja es que las gafas son ridculamente baratas y MUCHO más cómodas que los mamotrochos de alternas.
Sospecho que por eso en cine se imponen las polarizadas: por el precio de las gafas. Simplemente los dos ejemplos de gafas que he puesto: la polarizada de Pixmania cuesta 10€; la obturada, también en Pixmania, 150€ (precios al público). Multiplicado por 300 personas que puedas tener en una sala de cine, son 3000€ frente a 45000€. Y no te digo nada sobre la posibilidad de que los clientes las rompan accidentalmente o las roben.
Qué gran trabajo J!!!
Seguro que el futuro traerá avances tecnológicos mucho más impresionantes. Una cosa más de las cientos que he aprendido con ustedes. Muchas gracias por la iniciativa!
Una duda. He utilizado gafas polarizadas y observado la pantalla LCD de mi computador. La verdad no sé como explicarlo pero aparecen algo así como lineas similares a las de interferencia pero mucho más espaciadas. Deberías intentarlo y me cuentas.
PD: Gracias por la referencia. Aunque no hago dibujos tan claros como los de acá.
¡Muy ilustrativo! Ya llevaba tiempo preguntándome cómo iba lo de las teles en 3D, pero da tanta pereza ponerse a buscar información… Estupendo artículo, en resumen. “Nunca te acostarás sin saber dos o tres cosas más”
J, dices: “La única desventaja de este método es que las gafas son aún incompatibles casi siempre con gafas correctoras (para entendernos: de miopes, hipermétropes y cosas así).”
Te refieres a incompatibles por la forma física de las gafas ? (poner unas encima de otras) o por algún motivo óptico ?
Lo digo porque yo llevo gafas y en las pelis 3D las gafas son suficientemente anchas para poner unas encima de las otras. Sí es cierto que en Avatar 3D, en un cine de gafas polarizadas, no la vi muy bien, como si alguno de los parámetros estuviera desajustado.
Pero en cambio usé gafas polarizadas en un monitor de ordenador 3D y ajustando posición y distancia (algo que no puedes hacer en el cine ya que te toca donde te toca) y ajustando parámetros de la tarjeta 3D (paralaje, profunidad, etc.) conseguí un efecto 3D brutal, indescriptible. Más realista que en cualquier cine (todo ello con gafas polarizadas encima de gafas graduadas).
Sorrillo: me refería a la forma física. Recuerdo a un amigo con el que fuimos a ver alguna peli 3D y que se enfadaba porque tuvo que quitarse sus gafas para ponerse las polarizadas. Él veía relativamente bien, pero imagina alguien que tuviera un trillón de dioptrías…
Pero también decía “casi siempre” y “aún”, porque imagino que dependerá del modelo concreto y que cada vez más lo tienen en cuenta ya los fabricantes. Así que si me confirmas que hoy en día eso ya es al revés (es decir, que casi siempre sí valen), lo cambio.
Creo que el tema de la forma física ya está superado. Nunca he tenido problemas en el cine con las gafas 3D al ponerlas encima de las gafas normales, de hecho gente con quien he ido y no lleva gafas me ha dicho que se siente un poco como un payaso por lo grandes que son algunas
El caso es mi hermano se dedica a temas de publicidad y ha generado anuncios en 3D para cines. Y en casa tiene una colección de gafas polarizadas de todos los cines a los que ha ido y las regalan y de las pruebas que ha ido a hacer por motivos de trabajo. Me las acabo de probar y todas encajan bien con las gafas normales, unos 5 modelos distintos.
Incluso he encontrado unas de anaglif “modernas”, no esas de cartón, que también están pensadas para llevarlas con gafas. Curioso cuanto menos.
En cambio las ancestrales de cartón sí son un problema ya que son demasiado cortas por la parte de las orejas.
Ala, corregido. Gracias por la aportación.
Muy bueno el artículo
Respecto a las distintas tecnologías, recuerdo haber ido hace años a Futurescope y había proyecciones en Imax de varios tipos. Sin duda las que más calidad daban eran las de obturador.
No he vuelto a probarlas desde entonces, pero juraría que no reducían la luz a la mitad como las polarizadas. Y es que lo que más me echa para atrás del actual cine en 3D es lo oscura que está la imagen y que acabo forzando la vista.
Aunque algo tarde…… ¿como funciona (o funcionaría) las teles 3D que NO utilizan gafas?
Juan Carlos Giler: creo que como la Nintendo 3DS. Pero en realidad solo solo me suena, no podría confirmártelo…
¡Qué curioso! Acabo de encontrarme, en ThinkGeek, unas gafas 2D, para que si vas al cine en 3D puedas quitar el efecto 3D si no te gusta. Lo que inventan los frikis…
http://www.thinkgeek.com/product/e9b4/
Una preguntilla que se me ha ocurrido. El hecho de tener un daltonismo galopante, ¿puede influir en ver peor el 3D con las gafas polarizadas?
Ninguna de las pelis 3D que he visto me han acabado de convencer. Han sido en cines diferentes y con gente diferente. Puedo percibir bien el efecto, pero con las imágenes bastante desenfocadas y al final acabo con una sensación extrañisima, como si estuviera sin gafas (de las de ver), pero tener, las tengo puestas.
Como bien indicáis en el artículo, a las polarizadas no les debería de afectar las modificaciones del color, pero igual existe alguna sutileza que se me escape. Pero es que es la única peculiaridad que tengo con respecto al resto de los mortales que podría hacer que yo no viese bien el puñetero efecto 3D.
Battosay: que yo sepa, no tiene nada que ver, pero si algún otro daltónico puede contar su experiencia…
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[...] Si ves una tele 3D por polarización, por ejemplo –y si no sabes de qué hablo, lee el artículo de J que originó éste–, tu cerebro tiene la impresión de profundidad porque cada ojo recibe una imagen distinta. Hay [...]
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