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Escipión el Africano (II)




Comenzamos ahora la última parte de la serie sobre Escipión. Recapitulando, en la entrega anterior vimos las grandes victorias de éste en Hispania, espero que les haya gustado y sorprendido a la vez. La campaña en Hispania es considerada una de las obras maestras de la historia militar. Ahora veremos, con un poco más de detalle que en la serie de Aníbal, las genialidades de este gran general romano en suelo africano, decidiendo de una vez la segunda guerra púnica.

Nuevamente me gustaría aclarar que todas las fechas mencionadas se asumen que son antes de Cristo, por lo que omitiré poner a.C. Sólo cuando la fecha sea después de Cristo lo indicaré con d.C.

El Príncipe Massinisa (Wikipedia)

El Príncipe Masinissa (Wikipedia)

Desembarco en Africa

Escipión vuelve a Roma y es recibido como un héroe por sus victorias en Hispania, el pueblo lo aclama y en el año 205 lo nombran cónsul a pesar de su juventud. Su nuevo plan es atacar la ciudad de Cartago para que Aníbal vuelva a su rescate y abandone la península itálica, plan muy osado pero muy inteligente a la vez, ya que Aníbal hace muchos años que deambula a sus anchas en suelo italiano, aunque sin grandes éxitos. Al principio el senado duda de la utilidad de la empresa, teniendo en cuenta que Aníbal y Magón (éste último se hallaba en el norte de Italia) eran aún una amenaza, y se le oponen firmemente ya que no quieren desviar recursos y además creen que en Italia tendría más éxito que en África. Uno de los principales opositores era el mismísimo Quinto Fabio Máximo (el dictador de la segunda entrega sobre Aníbal, ¿lo recuerdan?). Escipión argumenta sobre la conveniencia de amenazar las bases africanas, pero el asunto no queda muy decidido. Intenta de todas formas armar un ejército en Sicilia. Allí los entrena duramente. Finalmente el senado lo autoriza cuando Escipión lleva ya más de un año en la isla siciliana y logra juntar, con casi nada de ayuda del senado romano, 30.000 hombres para la enorme tarea de invadir África. Es importante recalcar este hecho, ya que muchas veces se compara la ayuda que recibió Aníbal del senado cartaginés y la ayuda que recibió Escipión del senado romano. En ambos caso fue nula o escasa. Mucha gente cree que Escipión contaba con el apoyo de la maquinaria bélica romana cuando en realidad no fue así, ni en Hispania ni tampoco en África.

Antes de embarcarnos junto a él hacia África vale la pena comentar sobre un pequeño enfrentamiento en la ciudad de Locri (sur de Italia) donde Escipión frustra un intento de Aníbal por recuperar la ciudad. Allí lo sorprende desde el flanco cuando Aníbal se disponía a atacar la ciudad desde afuera, viéndose obligado a cancelar el ataque.

Escipión cruza el mar, desde Lilibeo (hoy Marsala), con 400 barcos de transporte y 40 de escolta y desembarca bastante al este de Cartago, cerca de Utica (primer enclave Fenicio tiempo atrás en aquella región, anterior a Cartago). Hay que destacar el excelente trabajo que realizó organizando un puente de provisiones desde la isla de Sicilia hacia África. Escipión siempre le dio mucha importancia al aspecto logístico. Masinissa se le une allí con su excelente caballería númida. Luego de unas escaramuzas con tropas locales, escucha que cerca de allí hay un fuerte contingente de caballería enemiga, también compuesta por númidas (probablemente de Sifax). Escipión le dice a Masinissa que vaya a atacarlos y simule que huye hacia un lugar donde Escipión esperará oculto con su caballería. Los hechos ocurren a la perfección, la caballería enemiga es sorprendida y derrotada. Inmediatamente procede a poner sitio a la ciudad de Utica ya que necesita con urgencia una base de operaciones desde donde lanzar sus expediciones en suelo africano.

Enseguida se le acercan y le acechan a la distancia el ejército cartaginés de Asdrúbal Giscón, un viejo amigo de la casa, con 30.000 infantes y 3.000 jinetes. Sumando además a su aliado Sifax con 50.000 infantes y 10.000 jinetes, nuevamente las cifras parecen exageradas, pero diremos que el enemigo tenía amplia superioridad numérica sobre Escipión. Tanto Giscón como Sifax acampan en campamentos separados. Astutamente, Escipión simula querer entrar en negociaciones con Sifax y va a su campamento; en el fondo él y sus oficiales toman nota de la disposición del mismo, fuerzas, etc. Llegan a la conclusión que el campamento de Asdrúbal Giscón tiene mejores defensas que el del Libio por lo que Escipión pone en marcha su plan con Sifax.

Campaña Africana

Campaña Africana (del Autor sobre imagen de Google. Se muestra la mejor aproximación de la posición de las dos batallas)

Al día siguiente le dice a su tropa que la negociación falló. ¡Ya de noche, sigilosamente, Laelius y Masinissa prenden fuego al campamento de Sifax con todos adentro!, mientras Escipión espera oculto que desde el campamento de Asdrúbal abran las puertas y salgan a socorrerlos. Ahí es cuando los sorprende y los ataca con sus fuerzas. Estando la puerta abierta y la confusión reinando en el campo cartaginés es un juego de niños para los romanos y también prende fuego el campamento. El caos es total, aquellos que logran escapar del incendio son masacrados. ¡Una genial movida de Escipión, que con amplia inferioridad numérica destruye los dos ejércitos con mínimas bajas propias!

Asdrúbal logra escapar de todas formas pero con solamente 2.000 infantes y 500 jinetes. Sifax también logra escapar del incendio y proporcionalmente con más soldados, dado que inicialmente su ejército era enorme. Posteriormente Escipión retoma con satisfacción el sitio de Utica.

Batalla de los Grandes Campos y el fin de Sifax (203)

Es aquí que Cartago decide mandar a llamar a Aníbal para que venga en su auxilio y logre parar a Escipión. Mientras, Sifax y Asdrúbal Giscón arman un nuevo ejército de 30.000 hombres, en su mayoría, mercenarios íberos. Escipión decide enfrentarlos inmediatamente en lo que se conocerá como la batalla de los Grandes Campos, antes de partir deja un pequeño destacamento continuando con el sitio de Utica y se dirige con el grueso del ejército a la batalla. No se sabe de cuantos hombres disponía pero seguro que eran menos que el enemigo, como le solía suceder. Al comienzo de la batalla Masinissa, con su caballería númida en el bando romano, echa a correr a la cartaginesa y el resto de los africanos huyen en desbandada. Menos los íberos, que se quedaron firmes esperando el avance de la infantería romana. Ésta envuelve a los íberos y en una durísima pelea, donde los íberos hicieron gala de su fama de bravos, logran derrotarlos. Sifax huye en dirección a Cirta, la capital Númida (hoy Constantina en Argelia) y Asdrúbal a Cartago. Escipión vuelve al sitio de Utica y destaca a Masinissa y a Laelius con el fin de perseguir a Sifax. En Utica rechazará un intento de la marina cartaginesa de desbloquear el asedio romano.

Enseguida Sifax logra nuevamente armar un pequeño ejército, pero es derrotado y capturado por los dos lugartenientes de Escipión. A continuación Masinissa y Laelius avanzan hacia Cirta. Allí Masinissa, mostrando a Sifax prisionero, reclama el trono y la ciudad se lo concede. Masinissa se enamora y se casa con Sofonisba, pero al enterarse luego Escipión,  y ver lo importante que es ella en la nobleza cartaginesa, obliga a Masinissa a que la entregue como rehén. Masinissa se niega, pero viendo que esto perjudicaría la relación de su pueblo con Roma y, sin poder soportar la idea que Sofonisba sea mostrada en Roma como trofeo de guerra, la convence, luego de prometerle su amor eterno, a que se comporte como una verdadera dama cartaginesa de la nobleza y que tome un veneno quitándose así la vida (esta historia inspiró a poetas y autores posteriores). Bueno pues Masinissa es nombrado por Escipión, en nombre de Roma, Rey de Numidia. Inmediatamente Cartago, presa del pánico, firma un tratado con Escipión, pero al pisar Aníbal suelo africano en el 202 (desembarca en Hadrumetum, hoy Susa en Túnez) el tratado es roto por los púnicos, que se han envalentonado una vez que el legendario Aníbal está de nuevo en su casa.

Zama

A continuación transcribo el texto describiendo esta batalla del artículo de Aníbal. No encontré motivos para modificarlo y no agregaría ningún aporte nuevo. Pido disculpas por reutilizarlo. Así pues, veámoslo nuevamente:

En la llanura de Zama (202) se enfrentarán, decidiendo la guerra, Aníbal y Escipión, el viejo león contra el joven león. Aníbal envía unos exploradores a espiar a las fuerzas romanas, pero estos son capturados y llevados ante Escipión. En un acto de arrogancia para mostrar su propia seguridad de victoria, les muestra todo el campamento, les detalla todas sus fuerzas a los espías y les pide que le cuenten todo a Aníbal. ¡Algo nunca visto!

Dice la leyenda que, previo a la batalla, se produce un encuentro personal entre ellos. Aunque no se sabe bien qué fue lo que hablaron, uno puede imaginarse el diálogo.

Reunión entre Escipión y Aníbal (Wikipedia)

Reunión entre Escipión y Aníbal (Wikipedia)

Aníbal desplegó entre 37.000 y 50.000 infantes, y 5.000 jinetes, entre ellos varios de la excelente caballería númida que aún le eran fiel. A su vez contaba con 80 elefantes y según algunas versiones había 4.000 soldados macedónicos enviados por Filipo V. Pero Masinissa esta vez luchó del lado romano, por lo que muchos más de sus jinetes númidas estuvieron con Escipión (alrededor de 4.000), quien desplegó alrededor de 20.000 infantes.

Los soldados de Escipión eran en su mayoría veteranos de la campaña de Hispania y África, en cambio Aníbal disponía de una mayoría de novatos recientemente alistados y muy pocos de sus veteranos de la campaña itálica del 218-216.

Escipión coloca a la izquierda su caballería romana e itálica, al mando de Laelius, y la númida de Masinissa a la derecha. En el centro las legiones romanas e itálicas. Normalmente, por convención, los ejércitos romanos despliegan la infantería en tres líneas. La fila de atrás tapa los huecos que deja la de adelante, como los escaques en un tablero de ajedrez. En este caso Escipión cambia la táctica y decide poner la infantería en columnas, dejando pasadizos entre medio para que pasen los elefantes sólo en el caso de que estos ataquen.

Aníbal coloca su caballería númida frente a Masinissa y la caballería cartaginesa frente a la romana. En el centro coloca su infantería en tres líneas paralelas al enemigo, al estilo romano. La primera (hombres de Magón) consiste en Ligures, Galos y honderos Baleares y moros (de la zona de Maure), la segunda línea está compuesta por tropas nuevas de Libia, Macedonios y ciudadanos cartagineses, mientras que la última línea consiste en los veteranos de la guerra en Italia que pudo traer consigo. Viendo que no contaba con superioridad en la caballería, descartó la posibilidad de envolver a los romanos como hizo en Trebia y Cannas. Llega entonces a la conclusión de que su única alternativa es atacar el centro primero con elefantes y luego con infantería para aprovechar el desorden y confusión del enemigo. Dadas las circunstancias era el mejor plan.

Así pues, la batalla empieza mal para Aníbal. Envía a sus elefantes del flanco izquierdo, pero algunos entran en pánico por los ruidos de las trompetas que Escipión hace sonar (debido al poco entrenamiento que tuvieron los paquidermos), y causan desorden entre los jinetes númidas de Aníbal. Masinissa observa esto y los ataca inmediatamente, causando que huyan y se lanza a perseguirlos. Aníbal entonces envía los restantes elefantes contra el centro romano. La disciplina romana, tan bien impuesta en los entrenamientos por Escipión, da sus frutos nuevamente y su plan se cumple a la perfección. Los romanos abren los pasadizos en sus filas por donde puedan pasar los elefantes y al hacerlo los atacan por los costados lanzando proyectiles de todo tipo. ¡Nuevamente entran en pánico los elefantes y dan la vuelta a toda marcha contra la caballería cartaginesa del flanco derecho!. Laelius copia la acción anterior de Masinissa y, aprovechando el desorden de los jinetes enemigos, los ataca y les da caza.

Avanze de los elefantes (Wikipedia)

Avance de los elefantes (Wikipedia)

Quedan, pues, solamente las infanterías de ambos lados. Las dos primeras filas de Aníbal se lanzan, dejando a sus veteranos como reserva. Luego de un largo y durísimo combate las dos líneas de Aníbal ceden y huyen, siendo algunos de ellos frenados y contenidos por sus veteranos de la tercera línea.

Escipión hace una pausa y reorganiza su ejército, desorganizado por el avance, ya que cedieron las dos primeras líneas cartaginesas, antes de atacar a los veteranos de Aníbal, que esperaban ansiosos la pelea. Además, quería darle tiempo a su caballería para que vuelva luego de perseguir a la caballería de Aníbal. La nueva organización de los romanos es la siguiente: Escipión decide enfrentar la tercera línea enemiga formando sus tropas en una sola línea también. En el centro queda lo que era la primera fila original, y a los costados lo que era la segunda y la tercera.

Comienza nuevamente la sangrienta batalla entre ambas infanterías. Ningún lado cede, los veteranos de Aníbal y los romanos de Escipión luchan duramente, hasta que vuelven las dos caballerías de Escipíon que se habían echado a perseguir a su contraparte enemigo. Laelius y Masinissa caen por la retaguardia de los veteranos de Aníbal y les dan tremendo castigo. Es en este momento cuando se define finalmente la batalla.

Aníbal sufrió su propia táctica. La victoria cae del lado romano. Escipión aprendió del maestro. Los cartagineses tuvieron 20.000 muertos y otros tantos capturados, mientras que apenas 1.500 romanos fueron muertos.

Escipión vence a Aníbal en África y se gana el mote de “el Africano”. Cartago se rinde antes de que la arrasen (más tarde, Escipión reconocería que sería extremadamente difícil el asedio) y pide la paz. Roma accede a la paz pero el tratado que le aplica es durísimo. Debe pagar un enorme tributo a Roma además de perder los territorios en Hispania y Europa. También deben reconocer a Masinissa como rey de Numidia y tienen prohibido iniciar guerra alguna fuera de África sin el permiso de Roma. Su flota es diezmada y la una vez orgullosa nación cartaginesa pasa a tener status de “aliado subordinado” de Roma. Aníbal, viendo que podría haber sido peor el castigo, recomienda al senado cartaginés que acepte el tratado.

Descansemos un rato viendo un extracto de una película que recomendaré ver más abajo. Contiene sólo la batalla de Zama. Si les gusta, véanla completa, que no tiene desperdicio.

Batalla de Zama (Wikipedia)

Vida luego de la segunda guerra púnica

Escipión el “Africano” vuelve a Roma nuevamente como un héroe y recibe el “triunfo” que le habían negado luego de la campaña de Hispania. De todas formas sus enemigos del senado están enojados con Escipión, especialmente Catón el Grande, por no haber arrasado la capital púnica cuando pudo hacerlo. A su vez rechaza los honores ofrecidos de ser cónsul de por vida o dictador que le ofrecían, comportándose como debe un romano ejemplar. Como dijimos, Roma vuelve a saldar cuentas con Filipo V de Macedonia y en el año 197 lo derrota en la batalla de Cynoscephalae. Finalmente firma una alianza con Filipo V, finalizando la Segunda Guerra Macedónica y ya empieza a mirar de reojo a su próximo rival, Siria, otrora aliado de Macedonia. El rey de Siria es Antíoco III; Siria es el resto del imperio que heredó Seleuco I, compañero de Alejandro Magno, al fallecer éste.

Retrato de un joven Publio Cornelio Escipión

Retrato de un joven Publio Cornelio Escipión

Mientras, en el año 193 Escipión participa como mediador en un conflicto entre los númidas de Masinissa y los cartagineses, sin mucho éxito. Aníbal a estas alturas estaba al servicio como asesor de Antíoco III, y se dice que estaba preparando un nuevo ataque a Roma, aunque las pruebas de esto son muy dudosas. En el año 191 Roma decide frenar la expansión de Antíoco III y envía a Lucio Cornelio Escipión, hermano del “Africano”, quien solicita acompañarlo. Lucio vence a los sirios en la batalla de Magnesia (190) y se gana el mote de “el Asiático” para no sentirse menos que su hermano. No se sabe muy bien cuál fue la participación de Aníbal y del “Africano” en esta batalla. Se cree que ninguno de los dos participó en la misma.

Al regresar a Roma victoriosos, nuevamente gana Escipión muchos enemigos, ya que sus éxitos y su pasión por la cultura griega generan odios entre los senadores romanos. Dos tribunos enjuician a su hermano Lucio por malversación de fondos de la campaña en Siria. Publio, enojado, no comprende cómo el senado se preocupa por cómo fueron gastados 3.000 talentos (una enorme fortuna) cuando los Escipiones le entregaron a las arcas del gobierno ¡15.000 talentos! que había pagado Antíoco III como indemnización. El senado absuelve a Lucio, avergonzado de haber dudado de él.

En el 185 Escipión el Africano es acusado de haber recibido soborno del rey Antíoco. Escipión, en su discurso de defensa, astutamente les recuerda que es el aniversario de la victoria de Zama, con lo que logra poner a todos a su favor y que la multitud lo aclame pidiendo a los dioses que haya más romanos como “el Africano”. De todas formas aún hubo otros intentos de sus enemigos de enjuiciarlo.

Enojado con el senado, Escipión se retira, ya viejo, a la costa, en Campania, donde pasa el resto de sus días. Se cree que murió de fiebre aunque no se descarta la posibilidad de suicidio. Uno de sus pedidos fue que no lo sepultaran en Roma, la terminó odiando por el trato que recibió después de todo lo que hizo por ella. Se dice que dijo “Ingrata patria, no te llevaras ni mis huesos“. No se sabe bien donde está su tumba. Ese mismo año Aníbal, bastante mayor que Publio, se quita también la vida.

Hemos finalizado el relato. Espero que ahora tengan una visión completa de lo sucedido en la segunda guerra púnica. Aníbal y Escipión, dos titanes que se enfrentaron en un conflicto a todo o nada. Quiso el destino que la leyenda de Aníbal creciera más que la de Escipión. Pero seguro que esto se debió a una afinidad intrínseca de los hombres hacia el bando perdedor pero que estuvo muy cerca de la victoria… ¿acaso Napoleón y Rommel, por nombrar algunos, no se convirtieron en leyendas a pesar de la derrota?

Hasta la próxima …

Material Adicional Recomendado (el mismo que en la serie de Aníbal)

  • Película: “Aníbal El peor enemigo de Romaver aqui
  • Website: “Historialago.com” El portal personal de José Ignacio Lago
  • Libro: “The Fall of Carthage: The Punic Wars” por Adrian Goldsworthy
  • Libro: “In the Name of Rome: The Men Who Won the Roman Empire” por Adrian Goldsworthy
  • Libro: “Scipio Africanus: Greater Than Napoleon” por B. H. Liddell Hart
  • Libro: “Warfare in the Classical World: An Illustrated Encyclopedia of Weapons, Warriors and Warfare in the Ancient Civilisations of Greece and Rome” por John Gibson Warry

Sobre el autor:

chapu77 ( )

entusiasta de la Historia y la astronomía pero decidió trabajar de ingeniero informático.
 

{ 5 } Comentarios

  1. Gravatar sebacine | 26/03/2010 at 02:27 | Permalink

    Una historia impresionante, muy bien narrada y llena de acción. ¡Hasta el próximo artículo!

  2. Gravatar chapu77 | 28/03/2010 at 12:23 | Permalink

    Muchas gracias Sebacine…

  3. Gravatar Malvin Cardozo | 18/10/2010 at 08:52 | Permalink

    Escipión y Aníbal dos Generales-Personalidad grandiosos, lamentablemente fueron víctimas de los debiluchos e incidiosos políticos de sus respectivas Repúblicas, que impotencia se siente conocer el ocaso de estos estrategas, traicionados por las ínfulas y envidias, que tal como sucede hoy en día, no supieron apreciar en su justa medida el talento y brillantez única e irrepetible de esos tipos que nacen cada cien o quinientos años, esta Historia debería enseñarse en las Escuelas, antes que vengan las fastuosas producciones cinematográficas y tergiversen la mejor de las épicas, Víva Aníbal…Víva Escipión, abajo las tontas comparaciones

  4. Gravatar chapu77 | 09/02/2013 at 09:58 | Permalink

    Muy de acuerdo contigo Malvin!

  5. Gravatar roberto | 07/08/2014 at 07:11 | Permalink

    EDXELENTE ARTICULO SOBRE EL DESARROLLO DE LAS BATALLAS EN AFRICA Y LA FINAL BATALLA DE ZAMA..GRACIAS

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