El objetivo de los artículos de esta serie nunca ha intentado ser el de dar una respuesta conclusiva a la pregunta: ¿Qué es el tiempo? En su lugar, el objetivo ha sido hacer un recorrido a lo largo de la historia, para comprender cómo han cambiado las ideas que el ser humano tiene sobre el tiempo, ideas que probablemente nunca alcanzarán una completitud. Desde Tales hasta Boltzmann, desde Platón hasta Einstein, en lo amplio de dos milenios y medio de reflexión, el hombre aún no ha llegado a una conclusión unánime, acerca de qué es exactamente el tiempo.
¿Es la imagen móvil de la eternidad? ¿Es el número del movimiento según el antes y el después? ¿Es una extensión y cualidad única del alma? ¿Es algo verdadero, matemático y objetivo? ¿Es el resultado de las relaciones entre la materia? ¿Es la intuición a priori de la razón humana que hace posible el pensamiento? ¿Es la cuarta dimensión del espacio? ¿Por qué es tan complicado entender qué es el tiempo? ¿Cómo puede ser que algo tan familiar y corriente presente tantas dificultades para nuestro intelecto?
El enigma del tiempo representa uno de los quebraderos de cabeza por excelencia de todo filósofo y científico. Y no sin razón. Los incontables interrogantes aún sin resolver acerca del tiempo, de hecho, están profundamente vinculados con nuestra propia vida, con nuestro lugar en el Universo, con nuestro libre albedrío, y con los aspectos más fundamentales de nuestra propia existencia que nos afectan día a día, como se ha podido entrever a lo largo de esta serie de artículos, y como espero quede de manifiesto en los siguientes párrafos.
Las cosas cambian; es un hecho. Nacemos, envejecemos, morimos. Lo irreversible gobierna nuestras vidas. En el afán por comprender y describir este mundo cambiante, el hombre ha desarrollado la Ciencia. Y sin embargo, hemos visto que la Física nos dice cosas diametralmente distintas que nuestra percepción cotidiana del tiempo. Las Ciencias Físicas parecen no establecer una flecha del tiempo objetiva; las ecuaciones más fundamentales no distinguen entre el pasado y el futuro. La Relatividad no nos dice nada acerca del ‘paso’ o el ‘fluir’ del tiempo; por el contrario, refleja que el tiempo no es sino parte del espacio, del espaciotiempo estático, que se limita a estar ahí, sin más. De acuerdo con esto, nuestra extensión en el tiempo –vale decir, nuestra historia pasada y futura– está tan fija y determinada como lo está en el espacio.
Si la naturaleza del tiempo es como la describe la Relatividad, simplemente no nacemos ni morimos: en algunos puntos del espaciotiempo estamos vivos, en otros no, y eso es todo. Nuestra existencia se limita a ocupar estática y eternamente una porción del espaciotiempo. ¿Cómo puede ser que la Ciencia, la encargada de describir el mundo, nos diga semejantes desvaríos? ¿Cómo se reconcilia la noción del mundo cambiante y temporal que nos muestra la experiencia, con la idea de que todo está fijo e inmóvil en un espaciotiempo de cuatro dimensiones?
No lo sabemos. Como si volviéramos a la antigua discusión entre Heráclito y Parménides, nuestro sentido común parece apoyar al primero, quien sostenía que todo fluye, nada permanece. Mientras tanto, la Física relativista parece acreditar las ideas del segundo, quien argumentaba que el Ser es inmóvil y eterno, y que el movimiento es una ilusión. A Karl Popper le gustaba llamar, por este motivo, a Einstein con el nombre de Parménides.
Una buena pregunta que podríamos formularnos en relación a esto sería ¿hasta qué punto las matemáticas de la Física representan la realidad del mundo? La Matemática es una ciencia creada a partir de la abstracción, a priori, de forma apartada de la experiencia. La Física, por el contrario, es una ciencia empírica, que se vale de la experimentación. ¿Cómo es posible tan perfecta conjugación entre ciencias de tan distinta especie? Pareciera que, como creía Galileo, el libro de la Naturaleza fue escrito en el lenguaje matemático. Pero con el advenimiento de la Mecánica Cuántica, estas nociones sufrieron una sacudida tremenda. Como señaló Bohr, la Física ya no debe intentar describir cómo es el mundo, sino qué podemos decir sobre él, a fin de obtener resultados medibles. A Einstein no le gustaba para nada esta idea, y la rechazó quizá por considerarla incómoda, defendiendo en cambio la postura de Galileo.
De aquel modo de pensar de Bohr –y de algunos otros contemporáneos, como Heisenberg– surgió la postura de que el concepto del espaciotiempo es quizá un truco matemático para obtener resultados medibles, y que no necesariamente representa la realidad de la Naturaleza. En otras palabras, surgió la idea de que el tiempo en efecto fluye, aunque la Física necesite ‘pararlo’ y combinarlo con el espacio para estudiar con mayor facilidad los sucesos físicos de nuestro Universo. Si bien ésta parece una solución elegante a un problema insondable, no resuelve el núcleo de la cuestión: ¿acaso el ‘flujo’ del tiempo rebasa las posibilidades de la descripción de la Física? ¿Descubrirá algún día la Ciencia qué es realmente el tiempo?
Nada podemos argumentar acerca de esto, así que será mejor que retomemos lo que veníamos diciendo antes. Además de hacer tambalear esos conceptos de la Relatividad, hemos visto cómo la Mecánica Cuántica parece comprometer otras nociones fundamentales: ¿Cómo se reconcilia el futuro estático y determinista de la Relatividad, con el futuro abierto a posibilidades indeterminables de la Cuántica? ¿El futuro está escrito o no? De ser correcto del Determinismo, los seres humanos resultaríamos no ser más que aparatos mecánicos, no muy diferentes que relojes de engranajes, cuyo pensamiento, conciencia y voluntad serían simplemente ilusiones aparentes, como si nos engañáramos a nosotros mismos. No, esto es enserio.
Descartes consideraba que si ponemos completamente todo en duda (lo que nos muestran los sentidos sobre el mundo, nuestras creencias, etc.), lo único que podemos afirmar con certeza absoluta es el hecho de que estamos dudando, y por lo tanto pensando y ejerciendo consciencia. Pero si el Determinismo finalmente es cierto, deberíamos dudar de nuestra propia consciencia, dudar de nuestra propia duda, y caer así en un círculo que no conduce a ninguna parte. Ya no habría ningún principio irrefutable a partir del cual apoyarnos. Si nuestra consciencia fuese ilusoria, ¿habría algo de lo que podamos estar completamente seguros?
En cambio, si el Indeterminismo es cierto (en el sentido de que es algo propio del Universo y no de nuestra incapacidad de predecir los sucesos futuros con certeza arbitraria) el panorama sigue siendo turbio:
El Indeterminismo del que nos habla la Cuántica no implica necesariamente el libre albedrío. Alguien podría llegar a pensar que las partículas que conforman nuestro cerebro se comportan de manera aleatoria e impredecible, dando lugar a la “libertad de consciencia”. Yo lo pensaría dos veces. La mayoría de los procesos cerebrales son prácticamente macroscópicos en comparación con las partículas subatómicas en donde se da la indeterminación cuántica. Si arrojamos una roca al río, éste seguirá su curso indiferentemente. Sin embargo, alguien podría interrumpir aquí y argumentar que, por el efecto mariposa, una minúscula perturbación puede producir un efecto mayor, y así sucesivamente hasta alcanzar una consecuencia considerable, que tenga incidencia en nuestro pensamiento, tal como el aleteo de una mariposa en Brasilia puede desencadenar un tornado en Lisboa. Efectivamente es posible, pero esto resultaría ser un fenómeno muy poco probable, y por tanto insuficiente para justificar la libertad de la consciencia.
Asumamos, sin embargo, que nuestro cerebro fluctúa aleatoriamente: ¿cómo se supone que podríamos ‘controlar’ esas aleatoriedades, a fin de tener la voluntad de pensamiento? Con un cerebro fluctuante, ¿el pensamiento de la persona acaso no estaría más bien a merced de los caprichos cuánticos? Lo cierto es que en la actualidad comprendemos muy poco acerca del funcionamiento cerebral. De hecho, conocemos mucho más sobre nuestro Sol (que está a 150 millones de km. de distancia) que sobre nuestro propio cerebro. Y además, estas cuestiones exceden los propósitos de este artículo.
Continuemos con la discusión sobre el Indeterminismo. Es interesante señalar que el hecho de que el futuro esté indeterminado no implica que no exista como tal; o dicho más específicamente, que el hecho de que los sucesos futuros estén indeterminados quizá no significa que no forman parte del espaciotiempo, sino que al menos no pueden deducirse a partir de los sucesos presentes. De ser así, el Universo sería determinista pero no determinable, pues la cadena de la causalidad estaría entrecortada: los efectos no se derivarían de sus causas. Pero claro, si no son determinables, por definición escapan de los límites de la Ciencia, y en ese caso, muchos alegarían que no tiene sentido hablar sobre su existencia o no (nos referimos a los sucesos futuros).
Lo que quiero poner en relieve es que el problema del Determinismo e Indeterminismo nos muestra cuán vinculada está la cuestión del tiempo con los aspectos fundamentales de nuestra propia vida, como el libre albedrío, la voluntad, la vida y la muerte, por mencionar algunos. En este ámbito, quizá cuesta trazar la línea que divide a la Física de la Filosofía. Como ha quedado de manifiesto en sucesivos artículos de esta serie, estas dos ramas del conocimiento guardan un profundo vínculo, y probablemente ninguna sería fructuosa sin la otra. Es importante, sin embargo, tener en cuenta que Filosofía no significa Metafísica. La Filosofía no es la encargada de continuar el camino, cuando la Física ya no puede hacerlo; de eso se trata la Metafísica. La Filosofía, en su sentido más puro, es más bien una compañera imprescindible de la Física –y claro está, de la Ciencia en general–, una compañera que no va adelante ni atrás, sino junto con ella, y que la ayuda a no desfallecer, a lo largo del escalonado trayecto que debe recorrer.
Antes de Galileo y sus contemporáneos, se entendía que la reflexión pura era un medio suficiente para comprender el mundo. Los antiguos consideraban que hallando el más alto grado de pensamiento, sería posible entender el funcionamiento del Cosmos en sus más íntimos detalles. Sin embargo, en ausencia de una ciencia experimental, empírica, el desarrollo de la Filosofía de la Naturaleza se vio entorpecido: no contaba con aquella compañera fundamental, que es la Física. ¿Quiere decir esto que las reflexiones de los antiguos son vanas? De ninguna manera. Es impresionante cuánta convergencia existe entre la Filosofía antigua y la Física moderna. Como mencionamos más arriba, el debate entre Heráclito y Parménides hoy continúa vivo y refulgente, por poner un ejemplo.
Pero a fin de cuentas, resulta curioso e inquietante el hecho de que las Ciencias Físicas no puedan dar una respuesta clara y concisa al enigma del tiempo. Estamos hablando de un concepto que oscila entre la Física y la Filosofía, o que abarca ambas a la vez.
Desde Galileo hasta hoy, en tan sólo cuatro siglos, los seres humanos hemos adquirido una cantidad de conocimientos sobre el funcionamiento del Universo, muchísimo mayor a la acumulada durante el resto de la existencia del hombre. Hoy comprendemos cosas que hasta hace algunos pocos años parecerían totalmente fantásticas, como la formación y el comportamiento de los planetas, las estrellas y las galaxias. Todo ello, conseguido sin siquiera salir de nuestro planeta, gracias a nuestra capacidad intelectual. Quizá, después de todo, los antiguos tenían razón al considerar que la herramienta última que el ser humano dispone para comprender el mundo, es su pensamiento.
Pero como decía Alberto Einstein, comparada con la realidad, nuestra Ciencia está en pañales. De hecho es eso justamente lo que nos mueve: el saber que todavía nos queda mucho por descubrir. Y el concepto del tiempo ilustra esta situación claramente. Allá por el siglo XVII, Descartes decía:
Nunca, por ejemplo, llegaremos a ser matemáticos por mucho que nuestra memoria esté en posesión de todas las demostraciones hechas por otros, si nuestro espíritu no es capaz de resolver toda clase de problemas; no llegaremos a ser filósofos por mucho que hayamos leído todos los razonamientos de Platón y Aristóteles, sin ser capaces de formular un juicio sólido sobre lo que se nos propone.
De tal manera, invito al lector a sacar sus propias conclusiones y reflexionar sobre estas cuestiones. Invito al lector a preguntar ¿qué es el tiempo? en una charla de amigos, en casa, o en cualquier otra parte, y le aseguro que se ganará una interesante conversación. De eso se trata.
En lo personal, quiero comentar que he disfrutado mucho haciendo esta serie: en el camino he aprendido muchas cosas, y me he enfrentado con interrogantes que de otro modo nunca habría considerado. Agradezco enormemente a Pedro por darme la oportunidad de colaborar en El Cedazo, y a todos los lectores por su impagable ánimo. ¡Muchísimas gracias!
Dentro de algunas semanas publicaré la serie completa en formato PDF –pulida, con algunas partes reelaboradas y con algún que otro bonus track–, que podrá descargarse gratuitamente.[1]
Y para concluir quiero compartir unas palabras que, a mi modo de ver, son dignas de relectura indefinida:
Negar la sucesión temporal, negar el yo, negar el universo astronómico,
son desesperaciones aparentes y consuelos secretos.
Nuestro destino no es espantoso por irreal;
es espantoso porque es irreversible y de hierro.
El tiempo es la sustancia de que estoy hecho.
El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río;
es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre;
es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego.
El mundo, desgraciadamente, es real;
yo, desgraciadamente, soy Borges.
— Jorge Luis Borges.
“Nueva refutación del tiempo”.
- Nota del editor: dado lo interesante de esta serie de Lucas y dado que el autor no ha tenido la oportunidad de preparar su pdf, nos hemos tomado la libertad de hacerlo desde la edición. [↩]
The Eso que llamamos “Tiempo” – Consideraciones finales by Lucas Gabriel Cantarutti, unless otherwise expressly stated, is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 2.5 Spain License.
{ 51 } Comentarios
Cualquier cosa que diga se va a quedar corta… esta página es un lugar mucho mejor que antes de que llegaras.
Si algún día publicamos un manual de estilo de El Cedazo, esta serie será parte de él. Creo que no tengo más que decir
Ah, ¡sí que tenía una cosa más que decir! Nos vemos en la serie “Eso que llamamos “Espacio”", ¿no? ¡¡Muahahahaha!!
Todavía no leí este articulo pero si el resto de la serie y escribo porque no puedo creer que lo descubrí justo el día de su publicación!! Al fin me voy poniendo al día! Me pongo a leer…
Cualquier cosa que diga yo también se va a quedar igualde corta… esta página es, afortunadamente, un lugar mucho mejor que antes de que llegaras.
Ya sabés, viejo: ¿Cuándo y dónde publicás el libro? Si es menester, me ofrezco para corrección (aunque he detectado poquísimas erratas, no como en mis pobres artículos), para poner dinero para publicarlo, para comprar el primero (con permiso de Pedro, claro), por adelantado si hace falta, para seleccionar imágenes…
¡Queremos un libro tuyo, amigo LUcas!
Muchas gracias por compartir estos momentos con todos nosotros. ¡Y por compartir a Borges!
¡Nos vemos en el Espacio!!!!
Como de costumbre arranco con las erratas. Dos solas, chiquitas (como siempre). Cuarto párrafo dice: “vale decir, nuestra historia pasada y futura– tan está fija” se te piantó un “TAN”. Y después se equivocó Descartes, dijo: “leído rodos los razonamientos de Platón”. Dijo “RODOS”.
Y ahora si, me pongo de pie y aplaudo. Como si fuera poco la serie que escribiste ,vas y la cerrás con Borges. Perdón si soy muy meloso pero voy a reformular el ultimo verso de la serie y para mí será interpretado así: -Usted, (Lucas) afortunadamente, es Borges.
Ehhh… ¡termino una serie y ya me están obligando a empezar otra!
Todo a su tiempo… o mejor dicho, a su espacio.
¿Qué puedo decir? No quiero que este foro se convierta en un cardumen de cursilerías, pero nada, muchas gracias, Pedro, Mac, Seba. Me siento muy satisfecho habiendo colaborado en esta página (y lo seguiré haciendo, claro) y que mi trabajo les haya gustado.
Mac, si tienes tiempo y estás dispuesto a ayudarnos con el libro, fantástico. En algún momento nos ponemos en contacto.
Seba, corregido, y ¡sí, eres demasiado meloso!
¡Saludos y gracias a todos!
Día 1 D.L. (Después de Lucas -o después de “Eso que llamamos tiempo” si se prefiere-)…
Como cada mañana he cogido el coche para ir al trabajo. Antes del amanecer la carretera es un dragón misterioso y oscuro que serpentea entre valles y colinas. Cuando viajo de noche me gusta jugar a imaginar qué hay tras las sombras, más allá de dónde los faros de mi coche alumbran… He llegado inusualmente temprano, la piel del dragón estaba hoy muy limpia. Me he conectado a Internet y he leído los titulares de un par de periódicos, después he viajado hasta El Cedazo… Lucas andaba por ahí. El Cedazo es un lugar (o un estado, qué se yo) al que siempre merece la pena acudir.
Siempre he pensado que merece más la pena disfrutar del viaje que llegar al destino. Por eso disfruto cuando viajo de noche, pendiente de los que las luces del coche alumbran e imaginando aquello que no puedo ver pero que se me insinúa. Y eso mismo ha sido para mi la serie de Lucas, un misterioso y fresco viaje a lo largo de una noche estival, sólo que no era yo quien conducía… ¿Y qué más da si hemos llegado a algún sitio o estamos aún a mitad del viaje? En lo que a mi respecta espero que quede aún mucho camino por delante, poco me importa. Sé más que antes y eso me basta.
Gracias, Lucas, por hacer amenizar el viaje.
P.D.
“No quiero que este foro se convierta en un cardumen de cursilerías”
¡¡¡¿Cómo que no?!!! ¡Pero si son mi especialidad! ¿Qué esperabas? Al fin y al cabo tú has sido meloso con nuestro intelecto, y dónde las dan las toman.
Y como no hay dos sin tres, no pierdas de vista esa serie sobre el espacio. Eso sí, con calma, cuando hayas pulido y publicado el libro y… si tienes tiempo, claro.
Sin palabras me quedo. Este post y los anteriores deberian ser de lectura obligatoria en el bachillerato (menuda barrila me dio mi hijo el año pasado con el “peñazo” de la filosofia, que para que servia eso, que no era de “letras”, que tenia que ver con la ingenieria que quiere estudiar y bla, bla) en vez , o mejor completar, las obviedades de la mayor parte de la asignatura llamada Ciencias para el mundo contemporáneo.
Daryl,
No entiendo lo de que la filosofía sea de letras… ¡que se lo digan a Aristóteles! La filosofía es… pues eso, de todo un poco
Respecto a las Ciencias para el Mundo Contemporáneo (para los del otro lado del charco, una nueva asignatura en España en la que se estudia un poco de todo en Ciencia en Bachillerato, especialmente cosas más o menos modernas), no estaría mal, no. Veremos si cuando lleguemos a ello mando a mis churumbeles a leer a Lucas. Pero lo de obviedad… espero no sonar chulo, pero depende de quién imparta la asignatura (lo digo porque yo la enseño)
Extraordinario, me he leído esta serie con muchísimo entusiasmo, y cada artículo me ha parecido buenísimo. Felicito al autor por su trabajo y agradezco a lo creadores de esta página por la difusión de estos temas. Saludos desde Chile.
el tiempo es una idea. No por mucho pensar en ella se va a hacer más real o tangible. Hay unas “leyes” que se cumplen cada vez que las probamos,lo cual nos ayuda a predecir lo que va a suceder, pero esa es la única certeza, no significa que el futuro exista, si no puede ser predecible. Para el pasado la única certeza real que tenemos de que existió es nuestra memoria. Vivimos en un continuo presente cambiante. Soy instantista convencido, que le voy a hacer. Me ha gustado la serie. Un saludo.
en el post anterior digo: “…que el futuro exista, si no puede ser predecible…” y realmente quería decir: …que el futuro exista, si no QUE puede ser predecible…”
@Mazinger,
… ¡Viva el frikismo!
Efectivamente, como dijiste, es una serie muy inconclusa y abierta; no llegamos a ningún destino, simplemente dimos un paseo. Me alegra mucho que aprecies esto (hay gente que abomina ingenuamente los textos que dan vueltas y no llegan a ninguna conclusión trascendental).
Lo dicho; no quiero contribuir al aumento del IDC (Índice de Densidad de Cursilerías), pero vos sabés… muchas gracias.
@Daryl, Pau, Javi, también les agradezco mucho, y como dijo Pedro, la Filosofía lo abarca todo; es algo imprescindible en la vida de cualquiera. Si alguien usara estos artículos en instituciones educativas, para mí sería todo un orgullo.
¡Saludos a todos!
Desde que me inscribí para recibir sus boletines por correo, siempre los espero con ansiedad, sólo soy un aficionado a estos temas, y la manera como son expuestos tiene un gancho muy poderoso que atrapa mi imaginación, si ese enfoque tan original lo usaran en los colegios, habría muchos enamorados de la ciencia. Muchas gracias, es usted un gran maestro, espero que mi ingenuidad no caiga en un IDC, gracias a Dios existe el evangelista de la ciencia para arrancarme de las tinieblas de la ignorancia.
Yo lo veo de la siguiente forma. El tiempo es como una pelicula formada por fotogramas. Pero aunque nos cueste asumirlo, la pelicula NO se esta proyectando. No hay un fotograma especial al que llamamos presente que se este proyectando en una pantalla. Todos los fotogramas son iguales.
Sin embargo los actores que aparecen en cada un de los fotogramas pueden pensar, recuerdan el pasado e imaginan en futuro y llaman presente a su fotograma…. Todos los fotogramas se autodenominan presente.
No existe un fluir, no hay nada que salte de un fotograma a otro fotograma.
Pero eso no significa que el universo sea inmovil, claro que hay movimiento, Pero el movimiente se define como la variacion de un objeto en el tiempo, es decir, que un objeto que en un fotograma esta en una posición, en el siguiente fotograma esta en otra.
Tampoco significa que las cosas sean eternas ni que no tengan principio ni fin. Nacemos en un momento/fotograma, y morimos en otro. Simplemente el tiempo no fluye, la pelicula no se proyecta. Por lo que llamar “Eternalista” a esta concepcion del tiempo creo que es erroneo.
El fluir del tiempo es solo una ilusion de nuestra mente. Estas constantemente leyendo este mensaje.
Lucas, ahora soy más sabio pero me siento más ignorante. Por ello te doy las gracias (supongo) uniéndome al coro de aclamaciones que me precede.
Me gustaría indicar que estos no han sido textos que “dan vueltas y no llegan a ninguna conclusión trascendental”. Es un texto que nos da un gran paseo por los altares más sagrados de la historia de la ciencia, dándonos las armas para que tengamos postura propia, cosa que a mucha gente aterra.
@Mazinger, ha sido bello.
@Pedro “Nos vemos en la serie “Eso que llamamos “Espacio””, ¿no? ¡¡Muahahahaha!!” Y si cuela cuela! jejeje
Jejeje… un síntoma claro de haber aprendido de verdad
Pues para mí es una gran satisfacción el que estos artículos hayan enseñado algo. Dije antes que estos textos no llegan a una conclusión trascendental, en el sentido de que los argumentos no apuntan a un mismo sitio, sino que divergen completamente, de modo que el lector disponga de las herramientas para adquirir una postura propia, como bien dijiste, Brigo.
@alb, tu analogía es muy buena, pero ten en cuenta que el concepto de eternidad no atañe únicamente a lo infinito, sino a lo atemporal. Es decir, la eternidad no sólo se opone a la finitud, sino también al tiempo, a la movilidad, como se explicó en un artículo de la serie . De ahí que el “Eternalismo” se llame así.
A propósito, sobre “Eso que llamamos espacio”, estaba pensando ponerle un nombre diferente, como “Los Enigmas del Espacio” o algo así… ¿A ustedes se les ocurre algún buen nombre? ¡Se aceptan sugerencias!
¡Saludos y gracias a todos!
Hombre, puestos a hacer juegos de palabras,¿por qué no…
“Perdidos en el Espacio” ?
… Qué quieren, a mí Will Robinson me caía simpático…
A mí me sigue gustando “Eso que llamamos espacio”, pero es porque tengo un problema obsesivo-compulsivo con la simetría
desde principios del siglo pasado los pocos filósofos que se han preocupado por la metafisica en general solo han abordado un problema, si era lícito o no el intentar obtener algún conocimeinto de esta, en definitiva, si la metafísica servia para algo o no, creo que con la física alguien deberia plantearse algo parecido.
Daniel,
Hmm… ¿la radio, los rayos X, la corriente eléctrica, el motor de combustión interna… ? Sí, yo creo que algo de conocimiento bastante útil sí que hemos obtenido
Mac, ese es muy bueno, pero estaba pensando que el título debe sugerir que se trata de algo de divulgación científica/filosófica. Ya sabes cómo es la gente cuando navega… si el título no sugiere lo que ella está buscando, ni se molesta en hacer clic… Pero, por otro lado, Pedro, ¿no quedaría un poco monótono dejarlo como “Eso que llamamos espacio”? Mmm…
Cuando uno usa la palabra “espacio”, generalmente se imagina una región remota (o no tanto) del Universo. Pero en la serie vamos a hablar del espacio en un sentido más amplio; por ejemplo del problema del espacio vacío (cómo es posible que exista, si por definición es nada), el problema de las dimensiones adicionales (¿el espacio tiene a priori tres dimensiones? ¿somos hormigas de un mundo cuadridimensional?), las investigaciones de Hinton sobre el misterioso teseracto, el problema de la inercia (cómo “se da cuenta” el espacio vacío de que un cuerpo se está acelerando), o hasta las dimensiones fractales…
¿Todo esto sugiere algún nombre?
@Daniel, ¿con qué fin práctico un pintor confecciona un cuadro, un escritor narra una historia, o un músico compone una canción? Kant creía que la metafísica es imposible como ciencia pero inevitable como deseo humano; nunca cesará ese afán de preguntarnos por las cuestiones más recónditas del Universo, que quizá escapan de los límites de la Física. Pero eso sí, en tanto aplicación, la Física es indiscutiblemente provechosa. Si no fuera por la Mecánica Cuántica, por ejemplo, no estarías sentado frente a tu pantalla leyendo esto.
Saludos y gracias a todos.
Hice lo que siempre hago cuando no se que título ponerle a un guión que quiero escribír. Una especie de diagrama donde en el centro pongo las palabras principales de la historia que quiero contar y luego de ahí saco otras definiciones lo mas acotadas posible de los diferentes conceptos que pueden derivarse. En este caso puse Espacio en el centro y fui completando con Espacio Vacio – Definiciones de Espacio – Dimensiones Espaciales – Espacio según la ciencia – Espcacio según la Filosofía. Pero mas que eso, no se me ocurre que agregar. Te lo comento por si te ayuda. Quizá puedas completarlo con más cosas y sacar de ahí un Título más interesante. A mí el único que se me ocurrió es, “El Espacio en todas sus dimensiones”. Otra cosita es que cuando yo leí por primera vez el título “Eso que llamos Tiempo” me tiré de cabeza a leerlo. Asi que quizá debería recomendarte que dejes “Eso que llamamos Espacio”.
Lucas, “Eso que llamamos espacio” cumple claramente con los requisitos que exigías: sugiere divulgación científico-filosófica.
Por otro lado presenta la ventaja de que los que ya están familiarizados con “Eso que llamamos tiempo” saben de qué va el asunto y se lanzarán a su lectura de inmediato. Pero es que además, los que no saben de qué va, cuando lean una de las dos series y caten su calidad (quedarán encantados), les bastará leer el título de la otra para asociarla directamente contigo y lanzarse compulsivamente también a su lectura.
Yo mantendría el título “Eso que llamamos espacio”.
Pero para que no se diga que no aporto una novedad, aquí va mi alternativa: “El espacio en el espacio”. Me lo ha sugerido una de las obras menos conocidas de Michael Ende, “El espejo en el espejo”, un libro de cuentos en el que cada relato es una especie de encrucijada intelecto-fantasiosa en el laberinto que compone la estructura del propio libro. Creo que también cumple con el requisito de sugerir divulgación científico-filosófica, además de insinuar el hecho de que se dará vueltas al concepto de espacio (podría decirse que es un título fractal).
Excelente serie de artículos, un paseo por el pensamiento, un fluir de pensamientos en el tiempo…
Felicitaciones al autor, es de estos artículos que leeré más de una vez porque es inevitable divagar por el pensamiento y abstraerse en las ideas y teorías expuestas ¡Me ha encantado!
Después de leerme toda tu serie sólo me queda felicitarte, ha sido estupenda!
Me ha encantado y he aprendido y disfrutado con cada entrada.
Enhorabuena Lucas!
Pues felicidades Lucas, la verdad es que me ha gustado leerte. Sin duda volveré a leerlos, especialmente alguno que me sigue teniendo intrigado.
Me alegro de que les dieras ese enfoque abierto, pues así supongo que después de leerte seremos un poco mas libres y menos borregos (sin ánimo de ofender que hablo por mi claro).
Un saludo
Congratulaciones Señor Lucas, he leído la serie completa y me ha gustado mucho. Espero poder seguir leyendo más de usted sobre estos misterios tan apasionantes. Saludos
¡Muchas gracias a todos! Me alegra enormemente que hayan disfrutado la serie.
Perdón si no llego a poder cumplir con mi promesa, y las “semanas” dentro de las que dije que publicaría el pdf se convierten en “meses”… Pero ya veremos.
Ah, y sobre el otro tema: ¿Lo dejamos en “Eso que llamamos espacio” o a alguien se le ocurrió algún otro nombre divertido?
Saludos.
Excelente, Lucas!! Mi sugerencia de nombre para “Eso que llamamos espacio” es: “Te animas a transitar por el espacio?” Va un fuerte abrazo desde la Argentina!!
Hola! Para el cole he tenido que hacer un ensayo sobre el viaje en el tiempo y esta serie me ha sido de gran ayuda. Es muy amena de leer y muy interesante así como “objetiva”, me dejaste pensando toda la semana. GRACIAS!
Esperando todavia la serie en PDf…
El titulo podria ser: “El Tiempo y porque el Doc Emmet Brown estaba equivacado” jejejej
Interesantisima serie, realmente amena y “entendible”, jajaja
Justo he acabado la serie hoy, ni que decir, ha sido sublime, me ha encantado. Lucas, ¿Has pensado en publicar un libro? Lo adquiriría sin dudar, no será la última vez que lea la serie. En cuanto al PDF, ¿todavía no se ha elaborado, verdad?
Christian, no, Lucas lleva una temporada sin apenas tiempo y todo está en pausa. Esperemos que pronto pueda volver al tajo
¡Enhorabuena Lucas!! Me ha gustado mucho la serie. Muy interesante, sin duda. Este tipo de textos son de los que siembran semillas que florecen durante mucho tiempo… Como casi todo lo que leo en “El Tamiz” o “El Cedazo” (usando el “casi” por el mero hecho de evitar el extremismo).
¡Saludosa todos!
eso que llamamos Tiempo la Materia-Energía por ser Materia ocupa simultánea y recíprocamente un Espacio y por tener Energía desarrolla una actividad que necesita del transcurso del Tiempo, o sea que Espacio < Materia-Energía > Tiempo constituten una Trilogía de tres sustancias distintas, simultáneas y recíprocas que dan lugar a la Existencia del Universo.
Lucas: recien hoy terminé de leer la serie, por falta de tiempo no podia seguirla. Realmente es como dicen arriba.. un antes y despues en el Cedazo. Algo tan cotidiano como el tiempo, que se da por sentado, y sin embargo cuendo se lo medita 10 segundos surgen todas esta inquietudes que nos asombran… excelente el escrito… una joya de la internet… Pedro, tienes competencia seria : ) fíchalo antes que se vaya del club
No, si está fichadísimo… pero hace bastante que no dice ni mu, y creo que está liado
Brutal la serie, de lo mejor que he leido desde relatividad y cuántica sin fórmulas de Pedro, que no es poco.
Da gusto que haya gente que se dedique a crear este tipo de artículos que te hacen pensar y plantearte lo extraño que es el universo en el que vivimos y lo poco que conocemos. Es una gran lección de humildad.
Por desgracia no los suele leer mucha gente, prefieren ver a la Esteban pero bueno, ellos se lo pierden xD.
Saludos
ESO QUE LLAMAMOS LUCAS
Hay quien dice que la piratería informática ha ocasionado la ruina del tejido empresarial artístico y un menoscabo en la calidad de las creaciones musicales, escénicas y literarias.
Hay quien dice que internet ha matado al artista.
Hay quien dice que la belleza solo subyace en lo antiguo.
Hay quien no conoce esta web…
¡Buenos días, tardes o noches! Primero que nada, quiero felicitar a Lucas por el fantástico trabajo que ha hecho con esta serie. Soy apenas una adolescente que buscaba información sobre este tema y me terminé leyendo la serie completa. Prestando mucha atención, apenas me ha costado. Así que muchas felicidades e infinitas gracias por compartir este material. Como lo leo mucho después del último comentario, tengo curiosidad, ¿la compilación en PDF de la serie llegó a hacerse?
Que estén bien.
Muy trabajado, Lucas. Yo tampoco sé lo que es el tiempo, y si me atrevo a decir algo es más bien lo que no es. Si es una tontería, me gustaría que alguien me diera razones para rechazarlo. Pienso que la “t” que aparece en las ecuaciones de la relatividad general no es tiempo, es lo que de verdad se mide, como por ejemplo el número de oscilaciones de átomos de cesio. Siempre se ha considerado al tiempo como una magnitud fundamental en física, pero es tan subjetivo y propenso a paradojas que todo lo que interpretamos ya no tiene absolutamente nada que ver con lo que medimos. Sin embargo, es precisamente lo que medimos lo que da tanta credibilidad a la relatividad general.
Interesante. Tengo dos novelas cortas que se vincula con este tema. Podría enviársela en formato adobereaders, si me remite su correo personal, y así podrá tener otra visión de esta atrayente temática. saludos y éxitos.
Saludos,
Le he hechado una lectura a la serie entera, por eso de refrescar cosas y he notado que hay muchos codigos sueltos, sobre todo en los primeros articulos. No se bien si haceis un trabajo de revision aparte del autor, que hace bastante que no aparece, pero si se puede, pos podeis hecharle un vistazo. Como suelen aparecer al principio de los parrafos, resulta un poco molesto tener que ver donde empieza de verdad el texto. Pense que era mejor comentarlo aqui al final que en cada articulo que veia algo, por que hay bastantes.
Aprovecho para volver a reclamar algo sobre la firewall de los agujeros negros, a lo mejor la relatividad general es un puf y estamos aqui tan tranquilos! Y tambien a celebrar el aniversario de la ISS, que este es un sitio tan bueno como otro cualquiera.
Gracias.
Ayer estuve viendo el Real Observatorio de la Armada en San Fernando, Cádiz. Allí es donde se establece la hora exacta en España. Tienen 6 relojes de cesio y uno de hidrógeno
Es una visita muy interesante porque además tienen uno desmontado y te explican cómo funciona
Un saludo
En especial para Lucas. Te envío el artículo “Una revisión del tiempo” para que me des tu opinión. Saludos: Alejandro Álvarez http://simbiotica.wordpress.com/2014/03/24/una-revision-del-tiempo-alejandro-alvarez-silva-3/
Alejandro:
Me temo que Lucas hace tiempo que no se pasa por aquí. Dudo mucho que vea este comentario tuyo y pueda ayudarte.
¿Alguien sabe algo de Lucas?
No, hace mucho tiempo que dejó de dar señales de vida. Es una lástima, porque era un tipo excepcional. Espero que le haya ido muy bien en la vida (seguro que sí).
Maravilloso, magistral. Sin duda excepcional.
El Café Gijón no era mas que un café pero quienes lo frecuentaban hicieron que todos lo conozcamos…. El Tamiz y el Cedazo… ¿ …Son solo páginas web?
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