El Tamiz

Antes simplista que incomprensible

Páginas de libros actualizadas

Esta brevísima entrada es sólo para deciros que tanto El Tamiz como El Cedazo estrenan sendas “bibliotecas” actualizadas en las que encontrar todos los libros publicados en cada sitio. Gracias al trabajo de J y de Geli, creo que ahora es mucho más fácil ver exactamente qué está disponible y llegar a cada libro en el formato deseado de un modo muy rápido.

Podéis llegar a ellas a través del enlace “Libros” en sus barras de navegación respectivas o directamente desde aquí: la de El Tamiz y la de El Cedazo.

Enviado el número de mayo de 2012

Portada El Tamiz 201205

Ya está enviado el número de mayo en los formatos habituales: html, pdf y en los tres más comunes de libro electrónico (epub, mobi y fb2) gracias a la ayuda de johansolo, como siempre. Además, durante unos pocos días de este mes superamos los 100 mecenas activos –luego han expirado tres y nos hemos quedado de vuelta en 98, pero la emoción ahí ha quedado de todos modos–.

En el número de mayo:

  • Desafíos - Las habitaciones de la muerte

  • Desafíos - Las habitaciones de la muerte (solución)

  • El Sistema Solar - Saturno (II)

  • Mecánica Clásica I - Energía potencial

  • Premios Nobel - Física 1911 (Wilhelm Wien) (aún sin publicar)

Que ustedes lo disfruten.

[Mecánica Clásica I] Energía potencial

Nuestro recorrido por la Mecánica Clásica newtoniana lleva un par de meses sumergido en el mundo del trabajo y la energía, y allí seguimos hoy –así de útiles son estos conceptos para estudiar sistemas físicos–. En el anterior capítulo de la serie nos dedicamos a estudiar el concepto de energía mecánica en general, y el de energía cinética –la vis viva de Leibniz– en particular. Hoy hablaremos sobre la otra cara de la moneda de la energía cinética: la energía potencial.

Sin embargo, como siempre, antes de entrar en materia, la solución al Desafío 7 del anterior artículo.

Solución al Desafío 7 - Energía cinética

La primera pregunta del desafío tenía truco; se nos pedía la energía cinética del Ferrari, de 1 500 kg, moviéndose a una velocidad de 30 m/s. Era posible, desde luego, utilizar la fórmula de la energía cinética para obtener el resultado:

$$ E_c = \frac{1}{2} \cdot 1500 \cdot 30^2 = 675~000~J $$

Sin embargo, no hacía falta hacer tal cosa. Como recordarás, hablamos del trabajo como un intercambio de energía: si el coche, que estaba parado –sin energía cinética– ahora se mueve –tiene una energía cinética no nula–, alguien tiene que haberle proporcionado esa energía. ¿Quién? El motor, por supuesto: por lo tanto, la energía que tiene el coche debe coincidir con el trabajo realizado por el motor, que calculamos en el Desafío 6: 675 000 J. De modo que no hacía falta calcular nada, aunque nunca está de más para asimilar la relación entre ambos conceptos.

Respecto a la segunda pregunta, ¿cuál será su energía cinética si duplica su velocidad?, la manera más fácil de responder es mirar la expresión de la energía cinética: es proporcional a la velocidad al cuadrado, de modo que aumenta con el cuadrado de la velocidad. Si duplicamos la velocidad, la energía se hará 22 veces más grande, es decir, cuatro veces mayor: cuatro veces 675 000 J, o 2 700 000 J. Podríamos haber usado la fórmula con velocidad 60 m/s, pero tampoco en este caso hacía falta.

Finalmente, se nos pregunta qué velocidad debería tener el coche para que su energía cinética fuese el doble que cuando tiene 30 m/s. Una vez más, la manera más fácil de hacerlo es pensar que, puesto que la energía cinética es proporcional al cuadrado de la velocidad, la velocidad lo es a la raíz cuadrada de la energía cinética, luego para que la energía cinética sea el doble la velocidad debe ser $\sqrt{2}$ veces mayor, es decir, $\sqrt{2}\cdot 30 = 42,43 m/s$. Es posible, desde luego, despejar en la fórmula con el doble de la energía calculada antes, pero debería salir el mismo resultado.

Una consecuencia interesante de todo esto es la siguiente: la energía cinética de un vehículo es proporcional al cuadrado de la velocidad, lo que significa que ir al doble de velocidad no implica el doble de energía, sino el cuádruple. Cuando impactamos contra algo –un atropello, un accidente– la energía cinética se convierte en otros tipos de energía, generalmente destructiva. Por lo tanto, aunque sea una manera de andar por casa de decirlo, cuanta más energía cinética más peligro para un mismo vehículo. Esa relación cuadrática significa que cambios pequeños en la velocidad se traducen en cambios muy grandes en la energía cinética, es decir, que lo que nos puede parecer simplemente un poquito de velocidad extra puede suponer un aumento grande del riesgo.

Desafíos - Las habitaciones de la muerte (solución)

Me alegro de que hayáis disfrutado tanto pensando sobre el siniestro desafío de las habitaciones de la muerte: no sólo hemos recibido un montón de respuestas –casi un centenar–, sino que en muchas nos decís precisamente lo que os habéis divertido pensando sobre ello. Yo he disfrutado como un loco no sólo resolviéndolo por mi parte –de una manera mucho más burda que vuestras mejores soluciones– sino, sobre todo, leyendo las vuestras.

Casi la mitad de ellas llegan a la solución correcta, lo cual es estupendo pero, por otro lado, ha hecho muy difícil elegir finalistas y ganador. La elección será necesariamente injusta pero, si has llegado a la solución buena –sea como sea–, ¡enhorabuena! Incluso aunque tengas la solución correcta, te recomiendo que eches un vistazo a las otras soluciones y especialmente a los “extras” que habéis enviado algunos de vosotros.

Antes de nada, el meollo de la cuestión. La respuesta correcta es que la probabilidad de morir en A es de 1/6, la de morir en B es 1/3, la de morir en C es 1/6 y la de morir en D es 1/3. Pero ¿cómo llegar hasta aquí? Vuestras soluciones lo hacen básicamente de tres maneras distintas (con algún detalle diferente dentro de cada grupo, pero eso no es importante), de modo que analicemos cada tipo de solución.

El Sistema Solar - Saturno (II)

En la primera entrega dedicada a la estrella de Tammuz, el gigante Saturno, conocimos los aspectos básicos sobre este planeta exterior: su órbita, su tamaño y densidad, además de recorrer la historia de su conocimiento desde la Antigüedad hasta la segunda mitad del siglo XX –aunque hoy retornaremos en cierta medida al pasado cuando empecemos a conocer mejor sus anillos–. Terminamos hablando de la llegada de las primeras sondas al subsistema Saturniano a finales de los años 70: Pioneer primero, Voyager después.

Fue entonces cuando nuestro conocimiento, prácticamente estancado durante un siglo y medio, avanzó una vez más a pasos agigantados. La primera sonda en llegar fue Pioneer 11, en septiembre de 1979; pasó a tan sólo 20 000 km de la cima de las nubes saturnianas y nos proporcionó las mejores imágenes del planeta hasta el momento. Claro, después de ver imágenes más recientes, la verdad es que resultan poco impresionantes, pero se trata de las primeras fotografías tomadas in situ del gigante anillado:

Saturno por la Pioneer 11

Saturno, visto por la Pioneer 11 (NASA).