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Eso que llamamos Lógica. Presentación.




Como buen informático del Neolítico que soy, soy bastante bueno en Lógica. De veras, bastante bueno, ya sabéis que no miento. … Casi nunca, al menos. ;)

Soy bueno quizá no en la lógica aristotélica, por llamarla de algún modo, pero sí, al menos, en la lógica que se debe usar en los algoritmos informáticos… de la lógica[1] por la que se rigen los humanos en sus acciones reconozco que entiendo más bien poco. Aunque, para ser precisos, era bueno en lógica: con el paso de los años cada vez entiendo menos mi profesión, mi pueblo, mi país, mi mundo… seguro que soy yo, claro, que son mis neuronas las que han perdido capacidad con el tiempo y ya no entienden montones de cosas que antes comprendían bien. Pero el caso es que en los años 70 y 80 del siglo pasado había que ser bueno en lógica informática si querías prosperar en mi profesión. Y yo lo era.

José Cuena Bartolomé, delante de su amada pizarra, en 1973

O sea que, además de tener una rara habilidad para desarrollar algoritmos eficacísimos para resolver complicados problemas de todo tipo, resulta que también soy bastante bueno en lógica formal. Y no es que lo sea por ciencia infusa, no, sino más bien porque disfruté en mi ya lejana carrera, allá por el principio de los setenta del siglo pasado, de las lecciones de uno de los mejores profesores que he tenido a lo largo de mi vida: Don José Cuena Bartolomé. El hecho de que cuarenta años después recuerde perfectamente su nombre, mientras que he olvidado el de la mayoría de los demás profesores que tuve, ya significa algo. Aunque por alguna oscura razón la asignatura no se denominaba “Lógica”, como era lógico, sino más bien “Metodología”, vaya Vd. a saber las razones de tal nombre, él nos enseñó la lógica formal de una manera tal que jamás la olvidaríamos ninguno de los alumnos que asistimos a sus lecciones. Nos enseñó que la lógica formal era sencilla. Sencillísima. Con cuatro conceptos básicos bien aprendidos[2] estabas ya preparado para enfrentarte al ominoso mundo de los silogismos y del cálculo proposicional sin el menor problema.

En definitiva: No hay nada más lógico que la lógica, valga la rebuznancia…

En estos artículos de la serie “Eso que llamamos Lógica” intentaré, antes simplista que incomprensible, hacer a los amables lectores de El Cedazo partícipes de estos conocimientos, siguiendo a rajatabla el método de Don José, apoyándome en mis tal vez maravillosos (aunque obviamente amarillentos, emborronados y encima escritos con una letra infame) apuntes de Segundo de Carrera que conservo como oro en paño.

Don José Cuena, después de haberme enseñado todo lo que sé sobre Lógica, a mí y a los compañeros que me siguieron en cursos subsiguientes, escribió un libro de culto para los informáticos de pro: Lógica Informática, publicado en 1985 por Alianza Editorial y en la actualidad debidamente agotado. Luego se dedicó al desarrollo de la Inteligencia Artificial, publicó artículos, más libros… Y nos dejó un mal día de 1999. Allá donde te encuentres, Pepe,[3] estos humildes artículos están dedicados a ti.

En realidad, al principio de mi desempeño profesional yo no sabía que lo que yo sabía sobre lógica era rara avis. Pensaba que todo buen informático dominaba sus misterios al menos igual que yo. Poco a poco me di cuenta de que no, no todo el mundo en mi mundo sabía lo que yo sabía. Es más, me di cuenta de que en realidad pocos colegas sabían lo que yo sabía de la forma que lo sabía. Que yo era un caso raro, vaya.

Luego, mucho tiempo más tarde, hace sólo cuatro o cinco años, me ocurrió un sucedido que definitivamente me convenció de que mi acervo lógico era como era simplemente por lo bien estructurado que estaba desde el principio (mérito de Pepe Cuena, desde luego). Un compañero de trabajo, más joven que yo (lo que no es muy difícil), pero ya con sus añitos, ante ciertos cambios drásticos en su vida decidió, entre otras cosas, comenzar la Carrera de Filosofía. Vocación tardía, pero intensa. En Primero de Filosofía las asignaturas eran algo así como Historia Histérica de la Filosofía, Ética Rimbombante, Ontología Crepuscular, Epistemología de la Semántica Asintótica y otros arcanos similares.[4] Y Lógica.

Parece que la Lógica era (seguramente sigue siendo) el coco de Primero en Filosofía. En realidad, es lógico. En un sistema educativo como el español, los alumnos deciden cursar estudios de “Ciencias” o de “Letras” (se llamen como rayos se llamen ahora; en mis tiempos era así y, con matices, así sigue siendo), y eso lo hacen muy pronto, algo así como con catorce años o quince.[5] En los estudios de Ciencias se enseña Matemáticas, Trigonometría, Física, Química y todas esas cositas; en los de Letras se da Literatura, Historia, Latín, Griego clásico, Filosofía, y cosas así. En los currícula de cada tipo de estudios hay alguna asignatura del otro tipo (por ejemplo, los de Ciencias dan un poco de Literatura y Filosofía, y los de Letras algo de Matemáticas, etc), pero por lo que he podido ver esas asignaturas “del lado oscuro” son consideradas como “marías”,[6] por lo que los conocimientos de matemáticas que tienen los alumnos que llegan a Primero de Filosofía son, por decirlo de una forma caritativa, escasos. Y no es lo peor que sean escasos, es que además están… cómo lo diría… mal vistos. Si vas a ser filósofo (o juez, o historiador, o académico de la Real Academia de la Lengua, igual da), parece que cuanto menos sepas de álgebra o de cálculo diferencial, mejor. Y lo mismo pasa al revés, desde luego: si estudias física, o una ingeniería naval o industrial o de lo que sea, está poco menos que prohibido que sepas una palabra de latín o griego clásico, o que sepas quién fue Ciro el Grande, Pedro el Cruel o Platón[7] Así nos va.

Volviendo a mi colega, el filósofo de tardía vocación… No recuerdo qué estudios tenía antes de decidirse a estudiar Filosofía, probablemente algunos de la rama de ciencias, pero en cualquier caso seguro que con el tiempo los tenía satisfactoriamente olvidados. Se encontró, obviamente, en un curso donde sus compañeros eran en su gran mayoría adolescentes recién salidos del Bachillerato, que habían cursado por la “rama de Letras” y que, por tanto, hacía tiempo que no veían en serio nada que tuviera ver con matemática de ningún tipo.

Cuando empezaron las clases en la asignatura de Lógica… fue el desparrame. Nadie entendía nada. Lo que allí se contaba parecía chino capuchino para todos, incluido mi colega. No tenían armas ni bagajes como para entender la asignatura y, desde luego (y conste que hablo de oídas, pero no creo equivocarme), el profesor tampoco ayudaba, con explicaciones seguramente muy “filosóficas” pero muy poco didácticas.

Primer examen parcial, al final del primer trimestre. Suspenso general, o casi. Un desastre, vaya. Conste aquí que mi opinión es que cuando nadie en una clase entera de varias decenas (¡o centenares!) de alumnos es capaz de aprobar la asignatura, la culpa es exclusivamente del profesor.[8] Un tipo que, tras esforzarse en enseñar su asignatura, consigue semejante marca de suspensos, no merece dar clase ni en un parvulario. Y éste es un tipo de profesor que abunda muchísimo, sobre todo en la Universidad.

Y lo peor de todo es que esta gente, ¡encima se jacta de que su asignatura es taaan difícil que no aprueba nadie! Se pavonean: “Ja, ja… Mira qué duro soy y qué importante es mi asignatura, que sólo aprueban el 2% de mis estudiantes…”. ¡¡INÚTIL, que eres un inútil, hombre, ya!! A ver si te enteras que tú estás allí única y exclusivamente para enseñar a tus alumnos todo lo que sabes, y nada más. Si no lo consigues, no estás haciendo tu trabajo, por lo que te pagan. Por lo que te pagamos. Todos, pues de nuestros impuestos salen tus emolumentos. Pero no, no le echan. En realidad, luego, en vez de echarle a patadas de la docencia, que es lo único que se merece, encima el tipo está casi siempre bien considerado por sus superiores. Así nos va, ya digo.

Me vuelvo a ir por las ramas… ya vuelvo, ya. Bien, el caso es que tomando un café con mi colega, y tras comentar debidamente el tiempo y el resultado del partido de turno, le pregunté educadamente por su experiencia universitaria, y me dice: “la Epistemología, bien; la Ética, muy bien; la Historia de la Filosofía, muy de hincar codos y aprendérsela de memoria… lo que me va fatal es la Lógica: ¡no entiendo nada! ”. Yo me extraño: “¿la Lógica? ¡Pero si es sencillísima! ”. Y él se extraña más: “¿¿SENCILLÍSIMA?? ¿Tu café es alucinógeno, o qué? Pero si no la entendemos ni uno…”.

Cuando yo decía que estaban emborronados y amarillentos...

Evidentemente se trataba de una discusión completamente baladí. Por mucho que yo le contara y porfiara, agarrado a mi vasito de plástico con el brebaje que la máquina de la oficina hace pasar por café, que la Lógica formal era en realidad muy sencilla, no iba a convencerle a él, que la estaba sufriendo en sus carnes. Así que se me ocurrió una idea feliz (ya dije alguna vez que lo mío son las ideas felices): busqué en el desván mis semiapolillados apuntes de Lógica de Segundo, los fotocopié tal cual, y le pasé el tocho de fotocopias, disculpándome por mi mala letra, la que tenía entonces. Aunque intentó pagarme las fotocopias, no se lo permití… bastante tenía el hombre con descifrar mis añejas cagadas de mosca. Aceptó las disculpas… de hecho me aseguró que mi letra es ahora mucho peor que hace casi cuarenta años, y tiene razón. En fin. Tampoco le di muchas más indicaciones: sólo los apuntes, manuscritos, emborronados y amarillentos.

.

Aprobó. Con notable alto. Parece que los apuntes corrieron como la pólvora entre sus colegas estudiantes. Y parece que el profesor casi se suicida cuando, al final del curso, tuvo que aprobar a la mayor parte de la clase. ¡Con lo bien que lo llevaba el buen hombre al acabar el primer trimestre, con prácticamente todos sus alumnos suspensos…!

Posteriormente charlamos, con otro café en la mano, al que esta vez invitó mi colega (aunque estaba igual de malo que el primero) (el café, quiero decir), y me corroboró que, efectivamente, la Lógica es sencilla… siempre que se enseñara de la forma correcta, con la orientación correcta, y dando las bases apropiadas a los alumnos para ir comprendiendo lo que va viniendo a continuación.

.

El caso es que, conociendo cómo funciona la Universidad española, a mí no me extraña nada que en la Facultad de Filosofía siguieran contando la Lógica con silogismos y demás, como en el Siglo XVIII, pero al menos estaba seguro de que en las carreras “de ciencias”, y particularmente en las de ingeniería de informática,[9] la enseñanza de Lógica formal (cuyo dominio es básico para poder ser un buen ingeniero informático, o al menos lo era), se haría con todos los predicamentos de calidad, al menos igual de bien como a mí me lo contaron cuarenta años ha.

Ja! Pues va a ser que no.

Mi hija, estudiante de ingeniería informática, me contó una anécdota lamentable cuando el profesor (o profesora, no recuerdo) de alguna asignatura sobre Lógica fue incapaz de explicar a la concurrencia por qué la implicación lógica tiene la fórmula que tiene…[10] Les venía a decir que “esto es así porque es así… es como la suma, ¿por qué dos más dos son cuatro?, pues porque sí, es así, y punto”.

Y punto. Sí, sí, habéis leído bien: ¡¡¡¡Y punto!!!! Toma ya. ¡En tercero o cuarto de Carrera! En fin.

Es completamente inadmisible que cualquier profesor universitario, y más en una asignatura que tiene que ver con la matemática, es más: ¡con la lógica!, diga que las cosas son así porque… ¡son así! En dos palabras: Im…presionante. Espero que Jesulín de Ubrique no me cobre derechos de autor por usar su mejor frase… Así nos va. Naturalmente, me senté con mi hija exactamente cinco minutos, le conté por qué la implicación lógica es como es (de veras: es una deducción lógica), lo comprendió perfectamente… y se indignó porque toda una profesora universitaria que, se supone, se gana la vida enseñando su asignatura, no fuera capaz de explicar algo tan sencillo. ¡Así nos va!

.

En definitiva, mi intención es ir repasando con vosotros, amables lectores, esos prodigiosos apuntes de Metodología (o sea, Lógica y adláteres) de Segundo, impartidos hace cerca de cuarenta años por ese gran profesor y gran profesional que fue Don José Cuena Bartolomé. No esperéis un curso completo de Lógica; para eso habrá que ir a alguna Universidad y aprenderla allí; más bien os contaré lo mismo que a mí me ha servido para ganarme la vida todos estos años. Y… antes simplista que incomprensible, of course!

Pero… aviso, y el que avisa no es traidor: Habrá fórmulas. Fórmulas matemáticas. No una, ni dos. Un puñao. En ninguna parte dije que la serie se llamaría “Lógica sin fórmulas“. Eso sí, aseguro por Snoopy que todas y cada unas de las fórmulas y pasos de cálculo que iremos viendo son sencillos, lógicos, casi inevitables en muchos casos.

No veréis más operaciones que sumas y multiplicaciones. No habrá integrales, ni derivadas, ni raíces cuadradas, ni series de Taylor, ni números imaginarios, ni numero e, ni PI, ni de . Con sólo los signos + y ·  (ni siquiera restar o dividir nos hará falta) nos apañaremos para descifrar cualquier intríngulis lógico que nos echen. En una palabra: Creo que podréis seguir bien las fórmulas. Si os ponéis a ello, claro.

Si os ponéis.

.

Y dicho esto, he de hacer igualmente una precisión: si sois lógicos, filósofos, matemáticos o, incluso, informáticos de carrera, igual esta forma de contar algo tan lógico como la Lógica os parece, cuando menos, naïf, ingenua, poco formal y escandalosamente simplista, incluso en algunos casos, errónea. Quizá. Hay que tener en cuenta que estoy contando una historia en buena parte olvidada basada en engorrinados apuntes de hace casi 40 años,[11] de una carrera sobre una disciplina, la informática, que por entonces se estaba definiendo día a día, y en la que la experiencia profesional de los profesores y su capacidad didáctica contaba mucho más que cátedras, programas, currícula y otros diversos rollos típicos de la excesivamente procedimentada Universidad actual…

Perdonad, pues, estas carencias evidentes del relato, todas ellas culpa mía y no de D. José Cuena, a cambio de poder observar por una mirilla algo sucedido 40 años atrás… es un raro privilegio que pocas veces se puede tener.

Aprovechadlo, pues. Si gustáis.

El primer artículo de la serie tratará, como no puede ser de otro modo, de lo que pasó el primer día de clase. Tratará del Álgebra de Boole.

Disfrutad de la vida, mientras podáis.

  1. Por llamarlo de alguna manera. []
  2. Cuatro. Literalmente. []
  3. Era así, Pepe Cuena, como era conocido en el mundillo. []
  4. Ejem… ¿Se nota que yo de filosofía no entiendo mucho? []
  5. Disculpad que no sepa cómo se llaman ahora las diferentes etapas educativas españolas; tenemos aquí la sabia costumbre de cambiarlo todo, casi siempre para peor, cada tres o cuatro años, así que hace tiempo, desde que mi hija pasó por el proceso, que no sigo estos procelosos asuntos. Si algún lector caritativo nos los quiere contar, se lo agradeceremos más de uno… []
  6. En España llamamos “marías” a las asignaturas que, aunque haya que darlas y aprobarlas para pasar el curso, no son muy importantes para lo que se denomina “el tronco” del currículo. Por ejemplo, la Gimnasia, la Religión, la Educación para la Ciudadanía y cosas así son marías. A menudo tienen fama de fáciles, aunque no siempre sea el caso. []
  7. Pongo los enlaces a la Wikipedia para aquellos poquísimos de vosotros que tampoco sepáis quiénes fueron estos personajes. []
  8. Esto es extensivo a si sólo aprueban dos o tres: siempre hay fieras que se buscan la vida para aprender la asignatura como sea. []
  9. Parece que ahora hay un intenso debate sobre si la informática debe ser una ingeniería o una licenciatura o qué… Yo soy Licenciado (de 1978), lo que entonces no se comprendía bien, pues todos queríamos ser ingenieros. Con el tiempo se consiguió que efectivamente Informática fuera una ingeniería más, pero yo, y otros muchos como yo, también con el tiempo, cada vez estamos más convencidos de que eso es un error y que en realidad debe ser nuevamente una Licenciatura… []
  10. Ya llegaremos a ver qué es eso de la implicación lógica, cuál es su fórmula y por qué es así y no de otro modo. []
  11. Y, diga lo que diga el tango, veinte años sí que son algo, y cuarenta… ¡mucho más! []

Sobre el autor:

Macluskey ( )

Macluskey es un informático de los tiempos heroicos, pero no ha dejado de trabajar en Informática y disfrutar con ella hasta la fecha. Y lo que el cuerpo aguante. Y además, le gusta la música...
 

{ 32 } Comentarios

  1. Gravatar Palimp | 03/10/2011 at 10:28 | Permalink

    No estoy del todo de acuerdo con:

    cuando nadie en una clase entera de varias decenas (¡o centenares!) de alumnos es capaz de aprobar la asignatura, la culpa es exclusivamente del profeso

    Hay asignaturas que son difíciles y que no están al alcance de cualquiera, independientemente del profesor. Y hay alumnos a los que les pongas el profesor que le pongas no van a hacer la O con un canuto.

    Pero que hay parte de culpa, seguro.

  2. Gravatar Angel | 03/10/2011 at 12:04 | Permalink

    ¡Bienvenida sea una serie como esta! Yo estudie lógica formal en el instituto en 3º de BUP (lo que vendría a ser ahora 1º de bachiller), en la asignatura de filosofía (obligatoria para todo el mundo, tanto de ciencias como de letras). Recuerdo que me resulto bastante sencilla, aunque creo que muchos de mis compañeros de entonces no estarían de acuerdo conmigo ;-)

    PD: Una anecdota respecto a los profesores “duros” que tanto abundaban en la universidad española: en la escuela de ingenieros de caminos de la Universidad de Cantabria habia uno de estos que tanto alardeaban de su asignatura como “dificil” porque su tasa de aprobados era infinitesimal. A lo largo de los años su asignatura pasó a ser optativa y el número de matriculados en ella fue cayendo en picado hasta que llegó el absurdo día en la que solo tuvo un alumno en su clase. Pues bien, ¡suspendió! ¿Cómo es posible que puedas dedicar todos tus recursos docentes a una sola persona y aún así suspenda? ¿No le resultaba claro que su capacidad para la enseñanza era nula? ¡Que va! ¡El tipo todavía presumía de ello!

  3. Gravatar Argus | 03/10/2011 at 02:46 | Permalink

    Genial relato Macluskey. Prometedora introducción.

    Respecto a los profesores “hueso” en las asignaturas “coco”, estoy de acuerdo en la culpa exclusiva del profesor. No en el porcentaje de suspensos, pues algún alumno habría suspendido hasta con Carl Sagan de maestro, sino en la actitud chulesca propia de gallo de corral que lucen algunos catedráticos: “Que apruebe quien sepa más que yo”. ¡Cómo no van a jactarse de su cuota de suspensos por todas partes!

  4. Gravatar Macluskey | 03/10/2011 at 03:09 | Permalink

    Sé que esta afirmación de “cuando nadie en una clase entera de varias decenas (¡o centenares!) de alumnos es capaz de aprobar la asignatura, la culpa es exclusivamente del profesor” de que se queja amargamente Palimp puede ser, cuanto menos, controvertida.

    Por eso he esperado 35 años para hacerla. Yo he sido alumno muchas veces y también he sido profesor. Y ahora lo puedo decir sin ambages, y sin género alguno de duda: cuando nadie en una clase entera de varias decenas (¡o centenares!) de alumnos es capaz de aprobar la asignatura, la culpa es exclusivamente del profesor.

    El trabajo de un profesor de cualquier cosa no es quedar bien delante de nadie. Su trabajo es enseñar todo lo que sabe a su alumnado. Y si su alumnado en pleno no aprende lo que le enseñan, no es culpa del alumnado, sino del profesor. Estoy convencido.

    No me estoy refiriendo a que haya quizá un 50% de suspensos, o incluso un 60%, si la asignatura es especialmente dura y exigente, pero si se sobrepasa este porcentaje, algo falla. Quizá sea un fallo del currículum (si se obliga a enseñar cuántica CON fórmulas en Cuarto de la ESO, lo normal es que no se entere ni el potito, por muy bien que el enseñante haga su trabajo), pero si el currículum es correcto y está bien definido, la culpa es sólo del profesor, que no sabe enseñar su asignatura.

    Recuerdo con horror, por ejemplo, una asignatura de Tercero: Análisis Numérico. Jamás he estudiado tanto para aprobar (con 5 raspado) la asignatura. Pensaba que era el recojo-hueso (y no me acuerdo nada de nada de lo que tanto estudio me costó). Pero no.

    Después me enteré que en otros grupos la asignatura, la misma asignatura, la daba otro profesor. Y sus alumnos aprobaban casi en bloque la asignatura… ¡Siendo el mismo examen que el mío! Ergo algo fallaba, y no éramos los alumnos, precisamente: digo yo que en Tercero de Carrera no habría grandes diferencias entre unos grupos y otros. Era el profesor.

    Pero bueno, todo esto es accesorio, señores…

    ¡¡¡Aquí hemos venido a hablar de Lógica!!!!!! ;)

    Gracias por vuestros comentarios

  5. Gravatar Pedro | 03/10/2011 at 03:11 | Permalink

    Mac, esta serie va a ser grande… sigo diciendo –aunque te lo haya dicho ya en la intimidad del hogar– que lo que más me gusta de tus series es la forma en la que estableces una relación de tú a tú con el lector, con una cercanía extraordinaria. ¿Te has planteado ser profesor? Nos hacen falta buenos :)

    Palimp,

    Hay asignaturas que son difíciles y que no están al alcance de cualquiera, independientemente del profesor

    Que no estén al alcance de cualquiera, desde luego. Que no estén al alcance de ninguno, eso ya es otra cosa, salvo que sea una clase de algarrobos, claro, pero estadísticamente eso es muy improbable. Como profesor, me saltarían todas las alarmas.

    De los pequeños seres inseguros que se enorgullecen de suspender a todo quisqui, mejor ni hablar :)

  6. Gravatar helq | 03/10/2011 at 05:43 | Permalink

    Excelente, esto es lo que me faltaba, muy buen artículo y espero (y sé) que el resto de artículos de la serie van a ser increíbles (como no, es Macluskey).

    Ya que he visto que han empezado a hablar de educación, quisiera yo meterme un poco. En mi país, Colombia, la educación es bastante distinta según leo (lo que ustedes escriben), ya que aquí se puede dividir de la siguiente manera: - Primaría: Son cinco años y va desde primero a quinto - Secundaria: Son seis años, desde sexto hasta once Independientemente de si estás en primaria o en secundaria la educación consiste en lo mismo, un grupo de materias base que nunca cambian (Matemáticas, Religión, Ciencias, Educación Física …) y otras que cambian y se añaden o quitan con los años (Algebra, Filosofía, …) [En realidad no me acuerdo de todas las materias ya que son bastantes, cerca de catorce se ven por cada año escolar]. Todas son siempre obligatorias, y no se puede elegir (Hay sin embargo excepciones, colegios Públicos y Privados que tienen metodologías distintas pero no tanto). En esta etapa siempre hay estudiantes que son excelentes y les va bien en todo, pero hay otros, sin embargo, que son un desastre, y desafortunadamente son mayoría.

    Siendo así que no son muchos los que llegan a tomar un estudio universitario, bueno y esa es la situación en el Colegio. En la universidad es bien distinto, todos entran a lo que quieren (o eso se supone) y es cuando todos tienen buenas calificaciones y aprenden un montón. Pues, NO, así no es la cosa, muchos siguen teniendo la misma actitud que cuando estaban en el colegio y no hacen nada, y otros tantos tienen el infortunio de tomar clases con malos profesores, aquellos que varios habéis mencionado aquí.

    Pues resulta que yo he sido de aquellos, me ha tocado más de una vez con profesores que se jactan de ser los duros y rajar el 90% de los alumnos, de alguna forma yo siempre he pasado con notas no muy altas pero lo he hecho, y los considero malos profesores. Hay otros profesores a los que sólo les importa la paga, y no explican nada, llegan tarde, y se creen los duros.

    Así que para terminar sólo quisiera dejar en claro que estoy parcialmente de acuerdo con la frase de Macluskey, ya que si bien muchas veces los profesores no son capaces de reconocer su incompetencia y jactarse de ser los duros, o son unos peleles. También hay muchos que siendo muy buenos profesores tienen resultados pésimos con los estudiantes, estudiantes perezosos que no desean sino aprobar y pasarla bien haciendo cualquier otra cosa.

    Espero que mi entrada no sea simplemente Spam, y que haya dicho algo productivo en estos renglones. No siendo más, espero con ansias el próximo artículo. :D

  7. Gravatar Pedro | 03/10/2011 at 07:09 | Permalink

    helq,

    Espero que a Mac no le moleste que nos vayamos por las ramas de la enseñanza… no puedo evitar contestar, como profesor :)

    Aquí la cosa empieza parecida a lo que cuentas, pero luego cambia. Seis años de primaria y seis de secundaria, pero (idiomas y religión aparte, que se eligen antes) en el último año de secundaria ya se escoge un “itinerario” con asignaturas determinadas que van más o menos agrupadas dependiendo de hacia donde dirigen al alumno (por ejemplo, Latín, Francés y Cultura Clásica, o bien Física, Biología y Tecnología, cosas así).

    Después hay dos años de bachillerato, donde la elección se hace mucho más fina, especialmente teniendo en cuenta el actual sistema de acceso a la Universidad, en el que la elección de materias en el bachillerato es crucial. En general, en mi humilde opinión, se elige demasiado pronto, lo que se elige determina demasiado el camino y se eligen demasiadas cosas — o, más bien, se dejan de dar demasiadas cosas.

    Respecto a profesores, sólo puedo hablar por mí, pero que un profesor hable de sí mismo no dice nada, porque todos pensamos que somos cojonudos :)

  8. Gravatar josecb | 03/10/2011 at 07:11 | Permalink
    No estoy del todo de acuerdo con: cuando nadie en una clase entera de varias decenas (¡o centenares!) de alumnos es capaz de aprobar la asignatura, la culpa es exclusivamente del profeso Hay asignaturas que son difíciles y que no están al alcance de cualquiera, independientemente del profesor. Y hay alumnos a los que les pongas el profesor que le pongas no van a hacer la O con un canuto. Pero que hay parte de culpa, seguro.

    Discrepo totalmente, esas asignaturas a las que te refieres tienen un 10-15% de aprobados, pero una asignatura en la que solo han aprobado 3 personas es culpa del profesor sí o sí.

  9. Gravatar josecb | 03/10/2011 at 07:14 | Permalink

    Por cierto, me he olvidado felicitarte por la serie, me leí hace tiempo la de historia de un viejo informático y me quedé con ganas de más. Encima la lógica siempre me ha interesado, por desgracia en filosofía me la explicaron poco y mal, preferían ponerse enseguida con los autores.

  10. Gravatar Jacobo Tarragón | 03/10/2011 at 08:10 | Permalink

    A mí me da que es usted un poco prepotente. Todo su texto me suena a «los jóvenes de hoy en día no saben nada, y es culpa de que sus profesores no son como yo». A mí, alguien que va atribuyéndose gratuitamente cualidades tan apreciadas —como la especial habilidad para la algorítmica— y decidiendo a su vez qué es lo que le hace mejor que al resto de ingenieros… no tiene nada que enseñarme.

  11. Gravatar Pedro | 03/10/2011 at 08:22 | Permalink

    Jacobo, has clavao a Mac, ¿eh? De verdad, lo has clavao… como si lo tuvieras delante, vamos ;)

    Ahora en serio: dale una leída a Historia de un viejo informático, tal vez cambies de opinión y hasta le cojas cariño. No creo que este artículo sea para sacar conclusiones sin leer lo anterior, porque habla a “viejos conocidos”, y no a recién llegados.

    También es posible que leas lo anterior y sigas pensando igual, claro… Mac tiene un estilo muy suyo que puede gustar o no, y para gustos hay colores (yo me he casado, por ejemplo).

  12. Gravatar chapu77 | 03/10/2011 at 08:45 | Permalink

    Coincido con Pedro, quien no conozca a Mac de otros artículos quizás encuentre un poco fuerte su introducción por lo que es comprensible la actitud de Jacobo… pero Mac es Mac… de lo mejor en El Cedazo y antes de prejuzgar hay que conocerle como autor…

  13. Gravatar chemist | 03/10/2011 at 10:19 | Permalink

    He salivado cual perro de Pavlov pensando en lo que está por venir

  14. Gravatar Juan Carlos | 03/10/2011 at 10:38 | Permalink

    Yo empecé a estudiar algo de lógica allá por el año 95 (parece tan lejano, a pesar de que solo han pasado 16 años) y me encantaría volver a “recordarla”.

    Claro que es mejor aprenderla, y de manos de Mac, mucho mejor!

    Saludos

  15. Gravatar Macluskey | 03/10/2011 at 11:02 | Permalink

    @Jacobo:

    Pues sí, ya lo creo que soy prepotente…

    …bueno, no. Pospotente, más bien. Es lo que dan los años, que le quitan a uno los pelos de la lengua.

    Matizo:

    1) Yo no he dicho nunca, nunca, que “los jóvenes de hoy en día no saben nada”, faltaría más… ¡Pero si saben mucho más de lo que yo supe nunca! Ay, si hubiera existido internet en mis años…

    ¿Se imagina Vd. lo que costaba enterarse de cualquier novedad de lo que fuera en los años setenta? ¿En los años setenta en España? ¿En la España de Franco? ¿Habiendo estudiado francés como idioma moderno, y sin hablar ni una palabra de inglés? Aseguro que saber lo que sé me ha costado mucho. Mucho, mucho. Y no sé demasiado, desde luego. Apenas llego a vislumbrar un infintésimo de lo que ignoro…

    2) No, yo no soy profesor. Nunca lo he sido. El que haya dado ponencias (siempre de informática) en algún que otro master suelto (nunca más de ocho o diez horas al año, y la última hace lo menos diez) no me convierte en profesor. En absoluto.

    No creo que yo pudiera ser un buen profesor, no tengo ni la paciencia ni la capacidad de ponerme en la piel de los alumnos.

    Pero, caballero, sí que sé reconocer un buen profesor cuando lo sufro. Y pienso lo que pienso y dudo que alguien me vaya a hacer cambiar de opinión.

    3) Y sí. Aunque suene a autobombo, soy un informático excepcional. Cojonudo. Con ideas obsoletas, anticuadas y formas de ver las cosas un tanto demodés, vale. Pero como informático, soy la bomba, de veras. Eso sí, reconozco que pueda haber informáticos mejores que yo. Es más: estoy seguro de ello: conozco a unos cuantos informáticos que me dejan a la altura del betún, de hecho. Incluso conozco a uno que trabaja en el CERN y todo…

    Encantado de conocerle.

    Un saludo

    Mac, el pospotente.

  16. Gravatar Elias | 04/10/2011 at 09:54 | Permalink

    No entiendo eso de considerarse excepcional , cojonudo o la bomba uno mismo. No sé que tiene de bueno ser prepotente. Tal vez no capte la ironía o el sarcasmo.

  17. Gravatar Mari Luz | 04/10/2011 at 10:21 | Permalink

    Querido Jacobo, estamos tan acostumbrados a la falsa modestia que cuando nos encontramos con alguien que habla bien de sí mismo pensamos que es un prepotente. Habrá casos en los que sí lo sea pero tal vez cuando termine la serie tengas que pedir perdón por dejarte llevar por los prejuicios.

    Después de leer Historia de un viejo informático, estoy segura de que no me va a defraudar. La lectura fue muy amena y edificante y no espero menos de esta serie que estoy deseando leer.

  18. Gravatar Sergio B | 04/10/2011 at 10:56 | Permalink

    Suena interesante la serie, bueno, como yo también quiero meter, yo la verdad es que no creo que tuviera muchos profesores en la universidad, tenia colegas, examinadores o nada. No creo que la universidad sea lugar para que el profesor te lleve de la manita para aprender y quizá no sea malo que te suelten a la aventura a tus recursos. Yo he visto profesores que leían un libro en clase, pero que te ayudaban lo que hiciera falta en las tutorias. Vamos, obviamente cada profesor es un mundo, pero el procedimiento de exponer lo que se tiene que aprender y si tienes problemas ven a pedirme ayuda, me parece estupendo. Yo he aprendido cosas de las que no me he examinado y examinado de cosas que no me he aprendido, pero vamos, no creo que los exámenes sean el mejor método de calificación, pero bueno, es el menos peor de los posibles. Eso si, trabajos, deberes, mil parciales, vamos hacer de la universidad un colegio, no me parece una mejor solución, si la mas fácil para aprender, para nada con la que saldrás mejor preparado, que hay que tener en cuenta que en el mundo después de la universidad no hay nadie que te explique nada, ni nadie que te diga si lo que haces esta bien (no cuando te gustaría saberlo) asi que si te espolean a ser autodidacta y autocritico, no es mala idea.

    Mac ya hace bien en llamarse pospotente, cuando uno es joven ser prepotente es una estupidez, ¿y si te quedas corto? (soy bueno, cuando eras la ostia) pero llegada la perspectiva pues uno puede ver como ha ido el mundillo y que ha sido el en el mundillo y si es la bomba, pos es lo que hay. Yo nunca he entendido la generalizada modestia, sobre todo cuando apesta a orgullo ante cualquiera que parezca no ser “modestos” como ellos , “yo soy el mas modesto del mundo, a ver que pasa, y los que no lo son pues no saben lo que dicen”, en fin. El amor propio para mi se basa en saber lo que haces bien y lo que haces mal, no en la cantidad de seres todos iguales en todo que tu que tengas de amigos en inet, pero en fin, las cosas cambian.

  19. Gravatar Voro | 04/10/2011 at 03:30 | Permalink

    Pues nada, Macluskey el “posponente”, lo malo de hacer estas entradas introductorias tan sabrosas, es que nos dejas muertos de ganas por empezar a leer los artículos de la serie.

    Yo soy de los nuevos en el Cedazo y estoy “mal” acostumbrado a leer las series completas del tirón, así que no estoy acostumbrado a esperar las entradas. Pero estoy seguro de que cada entrada que escribas será tan buen que me dejará con la misma sensación que ahora mismo.

    espero con ansias cometar contigo esos apuntes de lógica a los que tanta estima tienes.

    Para finalizar, soy adulto pero no tengo 40 años desde la universidad, y lo que más valoro de sitios como éste es poder aprender de la gente que, como tú, no tiene pelos en la lengua para contar cómo han sido las cosas para ellos y emitir juicios a través de la experiencia.

    Sigue así, le guste a quien le guste.

  20. Gravatar Laertes | 04/10/2011 at 10:08 | Permalink

    ¡Qué bien! ¡Otra serie de Mac!

    Creo que al igual que hay (muchos) jóvenes prepotentes también los hay entre los mayores (evidentemente no es el caso de Mac, como nos ha demostrado con sus magníficas series). Y es que el tener muchos años aporta poco por sí mismo, hay que haberlos utilizado provechosamente.

    Mac, puede que no tengas nada que enseñarle a Jacobo, pero te puedo asegurar que a mí sí tienes muchas cosas que enseñarme. Así que espero ansioso a que tus próximos artículos aparezcan en mi lector de feeds.

  21. Gravatar Oldman | 05/10/2011 at 09:24 | Permalink

    Queridos Jacobo y Elías (como veis aquí todos nos queremos mucho)

    Cauno es cauno aunque sea viejuno. Mejor verlo con humor separando el grano de la paja.

    -¡espéjito! ¡espéjito! ¿quién es el lógico mac lógico de todos los lógicos? / -¿porqué dices espéjito, si soy espejito? / -Para que rime, pues… Pero déjate de pajas, vete al grano y contesta la question. / -Pues lógicamente, al bote pronto, el mac lógico es Mac.

    Saludos a los dos y a ver si le pilláis cuando la cosa se ponga más seria.

    Gracias monsieur Macluskey. Después de esta obertura con tanto bombo y platillo, esperamos que en los próximos movimientos conviertas el grano en buen polvo para que lo podamos asimilar.

  22. Gravatar Macluskey | 05/10/2011 at 11:15 | Permalink

    Señores… Me ruborizo… Muchas gracias por sus comentarios, pero…

    Tengan Vds. en cuenta lo que ya he avisado al final del escrito de introducción, y que ahora repito: La serie no va a ser del tipo de Lógica SIN fórmulas, como las que Pedro nos tiene acostumbrados. No.

    Será Lógica CON Fórmulas.

    Tengan Vds. en cuenta que casi casi voy a rescatar una asignatura completa de Segundo de Carrera. Vale, de Segundo de Carrera de hace 40 años, pero no dejará de ser una asignatura de una Carrera universitaria.

    Aseguro que sólo aparecerán dos operaciones matemáticas (mejor, algebraicas): ‘+’ y ‘·’. No habrá integrales, ni cosenos, ni series de Fourier, ni PI, ni siquiera e. Sólo sumas y multiplicaciones. Pero fórmulas sí que habrá. A cascoporro. Son fáciles de asimilar y seguir para el que esté medio acostumbrado, o al menos eso creo, pero habrá fórmulas.

    Prometo hacer lo que pueda para que la lectura de los artículos sea lo más grata e interesante posible, y así facilitar la lectura a los que los que estén menos habituados, pero ya voy avisando de que no habrá mucha batallita de abuelo Cebolleta. Bueno, alguna sí, claro, que si no, reviento, pero no muchas.

    El que avisa…

  23. Gravatar Sergio B | 05/10/2011 at 12:29 | Permalink

    Yo no te creo Mac, seguro que tendremos que bucear entre las historias de abuelo cebolleta para descubrir las formulas, no me creere que vayas al grano hasta que no lo vea ;)

  24. Gravatar Laertes | 05/10/2011 at 06:07 | Permalink

    ¿Hay algún lector de “El Cedazo” que le tenga miedo a unas formulitas de nada?

  25. Gravatar un lector más | 05/10/2011 at 07:33 | Permalink

    Lo primero, las gracias a Mac por el tiempo que nos va a dedicar en esta serie que ya estoy deseando comenzar a leer.

    En segundo lugar,la controvertida afirmación de “cuando nadie en una clase entera de varias decenas (¡o centenares!) de alumnos es capaz de aprobar la asignatura, la culpa es exclusivamente del profesor”, creo que está ligada a una que “mi primer jefe” me dijo una vez (y entoncés discrepé): Si de un tema entiendes perfectamente, entonces eres capaz de explicarlo a un tercero, si no eres capaz de transmitirlo, es que realmente tú no lo entiendes.

    saludos

  26. Gravatar LLorT | 07/10/2011 at 11:13 | Permalink

    Se ve que va a estar muy interesante, y que mejor viniendo de alguien con experiencia. Para mi la lógica matemática es facilísima, pero ya veo por aquellos pares de apuntes que mis conocimientos sobre la lógica son incompletos. Ya estaba esperando algo que desafíe lo fácil que me parece la lógica, así que espero tus siguientes artículos. Saludos.

  27. Gravatar pinusman | 08/10/2011 at 09:34 | Permalink

    Nosporná, pero esa forma de contar que tiene Macluskey- si me permites llamarte Mac mejor, por ahorrar- me suena, ya creo que me tocó probarla en la cosa la evolución. Sin embargo estoy muy de acuerdo en lo que dice, es verdad que la prepotencia está, pero como no parece que lo hagas sin darte cuenta, creo que es aceptable. De todas formas a él le va a tener sin cuidado lo que a mi me parezca, eso lo tengo claro. ¡Ay! Cuanta razón tienes en eso que dices de los profesores. A un servidor le tocó por edad conocerlos en los años sesenta, setenta, y mira por donde el recuerdo que tengo de la mayoría de ellos coincide con lo que dices. Si he hablado de adoctrinamiento en el tamiz no ha sido de oídas, lo puedo jurar por mi primo Paco, es que lo sufrí en carnes propias y lo he visto reflejado en ¿algunos? profesionales que me ha tocado conocer de cerca, de todos los palos. Si eres el más mejor en lo que dices pues mejor para ti, espero que continues con lo que has empezado. Siempre me han deslumbrado, y creo que los venero, esos hombres o mujeres que en otras épocas manejaban de igual manera la filosofía y las matemáticas ( quizás mi favorito sea Bertrand Russell ), porque yo pensaba que nada tenían en común ambas disciplinas, así crecí y así me fui haciendo mayorcito hasta que el azar, jejeje y la selección natural, me llevó a conocer por mi cuenta y fuera ya de las necesidades de procurarme las habichuelas a estos personajes, que me fascinaron. De manera que tienes a uno esperando, y sigue de manera que yo pueda seguirte. En alguna parte he leído que no es lo mismo entender una cosa que comprenderla. Ahora con la cosa la especialización me decía mi primo Paco: ¡ Chico, si hay especialistas en apretar tornillos y otros pa aflojarlos ! Tu vas a que te apreten un tornillo y llaman al especialista de guardia porque el que está allí sólo sabe aflojarlos. No sé si exagera pero ahora hay gente joven muy especializada en un tema muy concreto, que no sé yo si tanto acercarse no le impide ver el conjunto y sin verlo …asi nos va! Una anécdota que presencié: fui acompañando a un familiar a la consulta de un cardiólogo de mucha fama y creo que bien merecida, en la capital del reino. Le axaminó sólo con el fonendoscopio,- que hay que ver lo que se ha avanzado en instrumentación y ahí lo tienes- y le dijo tiene usted tal y tal válvula pachucha, y el paciente le dijo eso ya lo sabía. ¿ Como que ya lo sabía, quien se lo ha dicho ?. El médico de mi pueblo, hace ya más de cuarenta años. Tonses el cardiólogo dijo : es que los médicos de antes sabían mucho más que ahora. Pero bueno vamos a ver si empieza ya o qué.

  28. Gravatar Saul_IP | 08/10/2011 at 09:53 | Permalink

    Bueno, bueno, bueno…

    Entre los antecedentes de Macluskey, lo jugoso de esta presentación y lo apetitoso del tema de que se trata, mucho me temo —me juego un brazo, y no lo pierdo— que esta serie va a ser más adictiva, si cabe, que las anteriores.

    He de decir que, modestia aparte, yo era también relativamente bueno en Lógica… pero, claro, en la Lógica de 1º de Bachillerato, en aquella Lógica de Proposiciones y Lógica de Clases que dábamos en la asignatura de Filosofía. Y lo mejor es que me encantaba, aún recuerdo cómo me ponía a hacer ejercicios de Proposiciones cuando tenía un rato libre. Así que, con esta introducción, se me está haciendo la boca agua. En fin, que espero con ansiedad y ardor el próximo capítulo.

    P.D.: ¿Que va a haber fórmulas? Mejor que mejor. Yo coincido plenamente con Laertes: ¿qué lector de El Cedazo teme unas formulillas de nada? ;)

  29. Gravatar Compotrigo | 10/10/2011 at 07:53 | Permalink

    ¡Oléééééééé! No he podido leer aún el artículo, pero la idea de una serie sobre Lógica me parece genial. Congratulations.

  30. Gravatar Zoidberg | 30/05/2013 at 06:43 | Permalink

    Si todo el mundo aprendería bien lógica, habrían menos problemas en el mundo.

    Un enlace al final de cada articulo que apunte al siguiente articulo sería útil.

  31. Gravatar Macluskey | 30/05/2013 at 07:56 | Permalink

    @Zoidberg:

    De acuerdo, el mundo actual no tiene mucha lógica… ;)

    Sobre lo de los enlaces que comentas, ten en cuenta que tienes la página de la serie en la que están enlazados todos los artículos… ¡incluso un PDF final con la suma de todos ellos!

    Por si te resulta complicado encontrar el enlace, aquí está: http://eltamiz.com/elcedazo/eso-que-llamamos-logica/

    Saludos

  32. Gravatar manuel | 20/10/2014 at 11:30 | Permalink

    Ah!, y me olvidaba… Sí que igualmente me sirvió. De hecho usé algunos de los ejemplos y ejemplificaciones…! Sldos. m.-

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