Aunque estamos de vacaciones y no tengo tiempo de extenderme mucho, no puedo dejar de compartir con vosotros esta imagen, tanto por su belleza como por su importancia: se trata del cauce de un río y su delta en la superficie de Marte. Ah, pero, antes de la imagen, una breve explicación de lo que vas a ver.
Hemos hablado unas cuantas veces en El Tamiz de la sonda Mars Reconnaisance Orbiter, y la imagen de hoy ha sido obtenida por ella. Entre los instrumentos que lleva a bordo se encuentra el Compact Reconnaissance Imaging Spectrometer for Mars (CRISM). Este espectrómetro es el más preciso (tanto en su resolución espacial como en la espectral, es decir, en las longitudes de onda que puede distinguir) que se ha llevado a Marte, y junto con otros instrumentos de la sonda ha permitido construir la imagen que vas a ver.
El espectrómetro de la sonda es capaz de identificar minerales con una minuciosidad asombrosa, y entre los que ha encontrado en la superficie de Marte se encuentran varios que sólo pueden darse como el resultado de la erosión del agua. Ya sabíamos, por supuesto, que ha habido agua líquida sobre la superficie marciana en el pasado, pero el CRISM ha encontrado grandes cantidades de arcillas y otros minerales que demuestran que esa agua existió en grandes cantidades y fluyó durante largo tiempo en algunas zonas, como el delta de un río que vas a ver.
Esta erosión se produjo en la juventud del Sistema Solar y el propio Marte, entre 4600 y 3800 millones de años atrás. Desgraciadamente, las coladas de lava posteriores enterraron todos los cauces secos de los ríos, y los lagos quedaron también llenos de lava… pero afortunadamente para nosotros, algunos han vuelto a la superficie desde entonces.
¿Cómo? Gracias a los impactos de meteoritos, que en algunos lugares han arrancado la capa de materiales que cubría estos accidentes geográficos, mostrándonoslos en todo su esplendor, aunque sólo sean algunos. En la foto vas a ver, aparte del relieve que muestra el cauce del río ancestral y el delta, una serie de colores que han sido añadidos por el espectrómetro – las arcillas se muestran en color verde, y los otros colores (excepto el gris) representan otros minerales transportados y depositados por el río.
La sonda ha determinado los espesores y distintas capas de material, y no hay duda de que ese cauce de agua fluyó durante al menos miles de años, y probablemente millones. El lago era seguramente un cráter de unos 42 kilómetros de diámetro, dentro del cual desaguaba el río a través de este delta. Lo más interesante de todo es que las arcillas suelen atrapar y conservar la materia orgánica, de modo que lugares como éste pueden ser de una importancia enorme para la futura exploración del Planeta Rojo en busca de señales de vida en el pasado.
Como siempre, puedes encontrar un enlace a la versión a máxima resolución en el pie de foto. Espero que la disfrutes tanto como yo:
Versión a 1865x1495 px. Crédito: NASA/JPL/JHUAPL/MSSS/Brown University.
Para saber más: