En este blog de El Cedazo hace mucho tiempo, diez años ya, que Gustavo nos deleitó con una serie llamada “La memoria“. Nos explicaba, desde una faceta conductual, los misterios de esta habilidad vital tan útil e imprescindible. Lo desarrolló a lo largo de cuatro entradas, el mismo número que, por ahora, conforma la serie que propongo, también sobre la memoria pero complementaria a la de Gustavo, ya que la mía se va a centrar más en su biología y el relato neurológico. No os oculto, como ya he comentado en todas mis otras series publicadas aquí, que son el resultado de un trabajo autodidacta y que la lógica exigencia de su escritura me ha servido para asegurar mi grado de comprensión sobre este tema. Como dice mi admirado neurólogo y fantástico divulgador del cerebro Joseph LeDoux, de quien esa serie casi podría ser instigador: “La mejor manera de darse cuenta de lo que uno sabe -y de lo que no sabe- acerca de su campo de conocimiento es escribir acerca de él”.
Ya que hablo de LeDoux recomiendo alguno de sus libros (la verdad, son los que yo he leído aunque ha publicado más):
“El cerebro emocional“, editorial Planeta, 1999.
“Synaptic self: How our brains become who we are“, Viking, 2002.
“The deep history of ourselves: the four-billion-year story of how we got conscious brains“, Viking, 2019.
Los artículos de esa miniserie son los que siguen:
¡Hablemos de la memoria! 1 De corto plazo.
¡Hablemos de la memoria! 2 De largo plazo.
¡Hablemos de la memoria! 3 Memoria explícita.
¡Hablemos de la memoria! 4 Memoria de trabajo.
¡Hablemos de la memoria! 5 Memoria emocional.
