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Escipión el Africano (I)




Escipión el Africano

En la siguiente serie, intentaré no sólo complementar el primer capítulo sobre “Aníbal“, sino también describirles de forma amena e interesante al otro gran protagonista de la segunda guerra púnica: Escipión el Africano.

Para los que leyeron la otra serie, esta lectura les dará una visión más completa de lo sucedido entre Cartago y Roma y, por otro lado, ningún escrito sobre el tema puede ignorar y pasar por alto a este personaje. Gozando de menos publicidad de la que los autores modernos le dieron a Aníbal, sin él probablemente Roma hubiera tenido que rendirse con el tiempo ante Aníbal, ya que sus recursos y capacidad logística estaban siendo exigidos al máximo sin ningún tipo de resultado positivo, al menos en gran escala. Con esta serie tendremos una mejor idea de los hechos acontecidos en la segunda guerra púnica.

Publio Cornelio Escipión

Publio Cornelio Escipión (Wikipedia)

Para que no queden dudas, todas las fechas mencionadas se asumen que son antes de Cristo por lo que omitiré poner a.C. Sólo cuando la fecha sea después de Cristo lo indicaré expresamente con d.C.

Publio Cornelio Escipión, conocido después como “el Africano”, nace en el año 236. Se lo considera una persona carismática, proveniente de una de las familias más ilustres de Roma. Muy inteligente y culto, conocedor de la cultura helénica (cosa que le hizo ganar varios enemigos que consideraban lo griego opulento y decadente) y patriota hasta la médula, representa el ideal del político romano, entregado en cuerpo y alma a la república, y como buen romano nunca consideró la derrota como algo posible. Para él, el único final de la contienda es la victoria absoluta sobre el rival. Con este paradigma de vida, finalizará siendo el más grande general romano de la historia, sólo igualado dos siglos después por el gran Cayo Julio César.

Una de las fuentes primordiales sobre Escipión y las guerras púnicas es el gran historiador antiguo Polibio, griego él, quien acompañó a Escipión Aemiliano (nieto por adopción del Africano) en sus campañas en la tercera guerra púnica y en Hispania. Aemiliano le financiaba su trabajo, es por esto que muchos historiadores dicen que hay que tomar con cuidado sus palabras ya que Polibio es muy benévolo y endulza todas las acciones de los miembros de la familia Escipión, antepasados de su mecenas. Pero incluso aunque tengamos esto en cuenta llegaremos juntos a la conclusión que Escipión se merece estar en el Olimpo de los militares más grandes de la historia.

Escipión es un líder por definición, de grandes cualidades racionales y de una soberbia inteligencia. Solía arengar a sus tropas convenciéndolos de cómo los dioses le confiaron el plan de ataque en sueños, aunque no se sabe si realmente era un discurso para las masas o si creía fervientemente en eso; de todas formas, el efecto provocado en los soldados por tales arengas hacía que creyeran ciegamente en él.

Sus primeras batallas en la Segunda Guerra Púnica

Su bautismo de fuego lo recibe en pleno avance de Aníbal, como ya vimos. El primer enfrentamiento entre cartagineses y romanos de la segunda guerra púnica es en Ticino, donde la caballería romana, liderada por su padre (con quien comparte el mismo nombre, que es cónsul de ese año) es emboscada y aniquilada. En un momento de la escaramuza su padre está rodeado por el enemigo, pero cuenta la leyenda que el joven Escipión, su hijo, nuestro personaje, salva a su padre de ser capturado. Esta primer acción le dio mucho crédito y fama al joven Publio.

A continuación estuvo en la derrota de Trebia (diciembre 218) y probablemente fue testigo del desastre de Trasimeno en el 217. Finalmente en Cannas, como tribuno, fue testigo de la obra maestra de Aníbal. Allí logró escapar a la masacre y tuvo un importante rol en reagrupar las tropas que habían huido. Luego de la batalla de Cannas, muchos oficiales jóvenes del ejército romano, viendo el desastre que se le avecinaba a Roma, planeaban ya un futuro bajo las órdenes de un rey griego o de medio oriente, pero Escipión los frenó e, indignado, les dijo que él jamás daría la causa por perdida ni iría a permitir que nadie abandonara a La República.

Entre Trasimeno y Cannas en el 217, el Senado decide enviar a Publio Cornelio Escipión (su padre) a unirse con su hermano, llamado Cneo (tío de Publio), en Hispania, para enfrentar allí al hermano de Aníbal, Asdrúbal, con el objetivo de privar a Aníbal de suministros y refuerzos enviados desde allí. Su padre y su tío tienen un gran comienzo en la campaña, pero son finalmente derrotados y liquidados en el año 211. Uno de los motivos de su derrota fue la defección en el último momento de unas tribus hispanas aliadas que los traicionaron y cambiaron de bando. Acto que Publio no olvidará, como veremos.

Es entonces que el Senado envía a Cayo Claudio Nerón (no confundir con el famoso Nerón) a tomar el control de lo que queda del ejército en Hispania, junto a unos 12.000 infantes y 1.000 jinetes. Allí realiza pequeñas incursiones con éxito, pero del otro lado del Ebro, derrotando a algunas fuerzas de Asdrúbal Barca. Pero para fines del 210 Nerón vuelve a Roma y es reemplazado en Hispania por Publio Cornelio Escipión, nuestro héroe, con el título de procónsul (escalón menor a cónsul). Según cuenta la leyenda fue el propio Escipión quien solicitó el puesto. Hispania no era un destino tentador para los ambiciosos políticos de Roma, y tampoco daba mucho prestigio destacarse allí,  al menos eso es lo que se creía. Luchar contra Aníbal en suelo italiano o en Sicilia daría al vencedor una victoria más resonante y con mejores perspectivas políticas. Hispania, sin embargo, quedaba lejos, llena de tribus salvajes y con fuerte presencia cartaginesa. Sin embargo, Escipión, con astucia, solicita el mando de las fuerzas romanas situadas allí.

Cartago Nova

Legionarios en Hispania

Legionarios en Hispania

Escipión llega a Hispania, donde tiene a su mando un total de 28.000 infantes y 3.000 jinetes. Esta fuerza equivale sólo a uno de los 3 ejércitos cartagineses desparramados en Iberia. Uno, al mando de Asdrúbal Barca, otro, al mando de su hermano Magón Barca, y el tercero, al mando de un tal Asdrúbal Giscón (un noble cartaginés con el que nos cruzaremos en varias oportunidades). Esto le permite a Escipión moverse con cierta libertad, evitando el enfrentamiento. Es aquí cuando decide que la única salida es dar un golpe fuerte, atacar y tomar el corazón cartaginés en Hispania, la ciudad de Cartago Nova (actual Cartagena, en Murcia, en el Sureste español), y lidiar luego desde una posición de fuerza con los ejércitos enemigos. Estamos en el año 209.

Unos campesinos de la zona le cuentan que la ciudad está al mando de un tal Magón (pero no de los Barca) que dispone de 1.000 mercenarios y 2.000 civiles armados. Además, hablan a Escipión sobre una cierta cualidad en las mareas de la ciudad, dado que ésta se aposenta sobre una península en el mar Mediterráneo. Resulta que, cuando baja la marea, la bahía del lado norte (donde se forma una laguna) desaparece y se puede vadear caminando sobre el barro.

¿Mareas en el Mediterráneo?  os preguntaréis muchos… Nuestro compañero/editor Macluskey hizo llamar mi atención a este hecho, que yo desconocía. Me remarcó que las mareas en el Mediterráneo son en general imperceptibles, lo cual me llevó a leer un poco más sobre el asunto. Resulta que los libros actuales están basados en las fuentes antiguas, donde tanto Polibio (ver sección 10.14.2) como Livio (ver sección 26.45.8), hablan del reflujo debido a las mareas, liberando de agua la laguna al norte de Cartago Nova. Sin embargo, muchos de los historiadores cuestionan esta teoría, ya que las mareas son allí imperceptibles, como aprendí hoy. Existen estudios específicos sobre qué habrán querido decir Livio y Polibio. Los libros modernos evitan entrar en el tema. Sea como fuere, todas las fuentes coinciden en que los hombres de Escipión vadearon la laguna y tomaron la muralla norte.

BIen, con estos datos en mente, el plan de Escipión consiste en atacar la entrada principal, en el Este de la ciudad, con el grueso de las tropas, y atraer allí la atención de los defensores. Mientras, Laelius, general romano y amigo de Escipión, con unos barcos ataca por mar la ciudad desde el sur, y, por el norte, envía a escondidas, aprovechando la marea baja, a 500 infantes con escaleras para trepar los muros.

Ataque a Cartago Nova

El primer ataque es repelido. Las fuerzas defensoras salen fuera de la ciudad y se enfrentan con las legiones. Luego de un duro enfrentamiento, con bajas en ambos lados, los defensores se retiran hacia la ciudadela. El segundo ataque romano es más violento aún. Escipión, como buen general, coordina todas las tropas desde una posición avanzada protegido por los escudos de sus guardias. Los barcos atacan por el Sur y, sin que los defensores se percataran, los 500 infantes avanzan por el barro de la laguna hacia las murallas del Norte. Cuando los defensores reaccionaron, los romanos ya habían tomado posición en las paredes y se dirigen hacia las puertas, que son abiertas, y esto permite la entrada en la ciudad del resto del ejército.

Cartagena hoy (Google)

Cartagena hoy (del Autor sobre imágen de Google)

Escipión da la orden de saquear la ciudad y de eliminar a todos los hombres. De las 10.000 personas capturadas, algunos ciudadanos fueron liberados, algunos hechos esclavos. Se encontraron entre los prisioneros 300 personas de la nobleza cartaginesa e hispana. Escipión fue clemente con ellos, ya que le servirán como rehenes para entablar negociaciones con las tribus y lograr que se pasen al bando romano. Escipión se encargó de que recibieran el mejor trato posible, ya que serían potenciales aliados.

La Clemencia de Escipión (Wikipedia)

La Clemencia de Escipión (Wikipedia)

Luego de la victoria, envía a Laelius a Roma a dar noticias de la victoria, y permanece en Cartago Nova adiestrando su ejército. Muchas tribus Iberas se pasan al bando romano.

Aquí podremos ver un mapa de Cartago Nova en el Siglo 1 d.C. bajo dominio romano

Batalla de Baecula

En el 208 los ejércitos de Escipión y de Asdrúbal Barca se encuentran cerca de Baecula. Luego de días de quedarse mirando unos a otros, Escipión decide atacar ante la posibilidad de que arriben los dos restantes ejércitos cartagineses y lo enfrenten de forma conjunta. El campamento de Asdrúbal Barca está en una posición elevada, lo que suele facilitar la defensa. Con el grueso del ejército de Asdrúbal en el campamento, Escipión, manda una primer ola de ataque contra quienes defendían el campamento. El ataque tiene éxito, ya que los defensores empiezan a ceder. Asdrúbal empieza a formar al resto de su ejército fuera del campamento, y Escipión divide sus fuerzas en dos, Laelius por la derecha y él por la izquierda, buscando flanquear al ejército cartaginés. Los cartagineses no tienen tiempo de posicionarse para enfrentar el doble flanqueo y evitar la catástrofe. Al ver que está a punto de ser rodeado, Asdrúbal da la orden de retirada, aunque de todas formas pierde 10.000 hombres, y se reagrupa más al Norte con los sobrevivientes, donde decide irse de Hispania y dirigirse a Italia a reunirse con Aníbal. Pero allí es derrotado y le dan muerte en la batalla de Metauro, como ya vimos en su capítulo correspondiente.

Si bien no fue una batalla librada hasta el final, Escipión demostró que se podía vencer a los cartagineses en el campo de batalla. Su victoria logró aún más alianzas con tribus Iberas que lo consideraban ahora Rey de Iberia, término que él odiaba, como buen romano, y por tanto republicano, que era.

Al año siguiente, en el 207,  Asdrúbal Giscón, consciente de la amenaza que representa Escipión, empieza a asegurarse de cuidar sus alianzas y envía destacamentos a todas las ciudades que puede. A su vez, rehúsa astutamente cualquier propuesta de batalla a campo abierto con Escipión mientras no vea una clara ventaja de su parte.

Batalla de Ilipa

Al otro año, en 206, Asdrúbal Giscón y Magón Barca reúnen un enorme ejército de entre 50.000 y 70.000 infantes, mas 4.000 jinetes y 32 elefantes. Acampan por Ilipa (cerca de Sevilla) en un terreno elevado como es costumbre. Escipión reúne 45.000 infantes (la mayoría romanos y aliados italianos, el resto aliados hispanos) y 3.000 jinetes y acampa cerca del campamento cartaginés también en un terreno elevado. Las hostilidades comenzaron con una pequeña escaramuza entre las caballerías de ambos bandos, donde la caballería númida de Giscón, mientras atacaba a los romanos que construían el campamento, es sorprendida por la caballería romana que estaba oculta. Luego, durante varios días, los ejércitos formaron en el campo de batalla sin que ninguno tomara la iniciativa. Asdrúbal Giscón formaba su mejor infantería Libia en el centro y los aliados hispanos en los costados, con la caballería y los elefantes en las alas. Escipión formaba de manera similar sus mejores legiones romanas en el centro, los aliados italianos en los flancos y los aliados hispanos a los costados de los mismos, junto a la caballería.

Durante muchos días el proceso se repitió. Hasta que una noche Escipión decide tomar la iniciativa, y da orden a los tribunos de que se encarguen que los caballos estén listos y que los soldados coman y duerman bien, y desayunen fuerte. Porque esa mañana atacarían.

Al día siguiente cambia la formación, pone en el centro a la infantería hispana, y a ambos flancos las legiones romanas e italianas, y la caballería en los extremos. Cuando le informaron a Asdrúbal Giscón que los romanos salían de su campamento su propia infantería aún no había desayunado y formó de forma apresurada de la misma forma en que lo venía haciendo. Es decir, con la infantería fuerte en el centro y a los costados la infantería más liviana. Cuando se percató del cambio en la formación romana ya era tarde para cambiar su propia formación.

Comienza la batalla con intercambio de lanzas. Escipión luego ordena a su centro (formado ahora por los hispanos) que avancen lentamente, y a su alas, formadas de romanos e italianos más la caballería, que se abran a los costados en columna y avancen respectivamente hacia el flanco enemigo como los cuernos de un toro, es decir, ¡contra la infantería liviana hispana de Asdrúbal! El resultado fue letal, pues la infantería pesada romana infligía gran daño a la liviana cartaginesa de los flancos, mientras el centro cartaginés no podía ir en su auxilio ya que enfrente avanzaba el centro hispano de Escipión y, de hacerlo, corrían el riesgo de ser atacados por los flancos mientras asisten a la infantería liviana cartaginesa.

Mientras tanto, la caballería romana atacaba a la púnica con éxito. Al ceder el flanco cartaginés, el centro se vio forzado a retroceder hasta que finalmente rompen filas y huyen. No se sabe muy bien el número de víctimas, pero la victoria fue contundente. Escipión, con menor ejército, venció a los cartagineses. Su genial táctica de acostumbrar al enemigo a una formación y repentinamente cambiarla produjo sus frutos. Sus tropas bien alimentadas ese día y excelentemente entrenadas pudieron ejecutar a la perfección su plan. Muy pocos ejércitos de la antigüedad tuvieron la disciplina que siempre caracterizó al ejército romano de Escipión.

Batalla de Ilipa (Osprey)

Batalla de Ilipa (Osprey)

Orden en Hispania

Luego de su victoria en Hispania, Escipión decide privar a Anibal de su provisión de infantes libios. Entonces envía a Laelius a que firme una alianza con el rey libio, Sifax, pretendiente al trono númida. Pero éste se niega a tratar con nadie que no sea el propio Escipión. Al desembarcar, Escipión se da cuenta de que Asdrúbal Giscón también está allí para convencer a Sifax de que se pase al bando cartaginés. Se origina una situación muy curiosa, ya que Escipión y Asdrúbal Giscón se vuelven a ver las caras compartiendo mesa, y tratando de convencer cada uno por su lado a Sifax. Éste decide inicialmente formar una alianza con Escipión, pero luego, con el tiempo, se decantará por los cartagineses, ya que Asdrúbal Giscón le ofreció a su propia hija, Sofonisba, para que contraiga matrimonio. Esto termina de convencer a Sifax, ya que, aparentemente, era muy bella. Escipión entonces forma una alianza con Masinissa, príncipe de Numidia que en Iberia peleó junto a los Barca, y que ahora se considera traicionado por ellos, ya que formaron una alianza con Sifax (su eterno enemigo), y se pasa al lado romano. Además, según cuenta la leyenda, Masinissa tiene unos asuntos, no sólo políticos, sino también de pollera[1] con el rey libio. Sifax ahora está casado con Sofonisba, quien está enamorada de Masinissa y viceversa. Novelas aparte, tenemos por un lado al grueso del ejército libio aliado a los cartagineses, y a Escipión y Masinissa con sus númidas por el otro.

Inmediatamente Escipión vuelve a Hispania, ya que algunas tribus se rebelaron cuando él se fue, y decide además vengar la traición de las dos tribus que traicionaron a su padre y a su tío años atrás, los Iliturgi y los de Cástulo (ambas en la actual provincia de Jaén, al Norte de Andalucía). Escipión divide sus fuerzas en dos, se dirige con uno de los dos grupos a Iliturgi y le da asedio a la ciudad, que se defiende ferozmente. Viendo que no tenía éxito el asedio decide formar parte él mismo del ataque, provocando una enérgica respuesta en sus propios soldados, que no pueden permitirse la vergüenza de que su comandante tenga que arriesgar su vida. La ciudad cae y Escipión, a modo de ejemplo, pasa por las armas a todos los ciudadanos y la arrasa. El efecto tuvo eco inmediato en Cástulo, ya que, cuando les llegó la noticia de lo sucedido en la otra ciudad, se rinden inmediatamente sin ofrecer resistencia, cosa que Escipión deseaba.

Luego se corre el rumor de que Escipión enferma y fallece. Inmediatamente, varias tribus se rebelan, e incluso algunos soldados se sublevan aduciendo que no estaban recibiendo el pago por sus servicios. Escipión desmiente los rumores, aplaca la rebelión de las tribus y la sublevación de los soldados, perdonando a la mayoría pero ejecutando a modo de ejemplo a los cabecillas, por traicionar la patria. Más tarde avanza hacia el Norte para aplacar otra rebelión de otra tribu. Allí, con su ejército, se enfrenta con ellos en un valle donde lo esperaban. Escipión avanza con la infantería y manda la caballería a dar la vuelta por la colina y que ataquen por detrás a los rebeldes. La lucha es durísima, con grandes bajas, pero finalmente vence.

Finalizan sus campañas en Hispania. Allí, el joven Escipión mostró sus enormes cualidades como comandante. La velocidad de sus movimientos en el plano estratégico por toda Hispania no daba respiro a los cartagineses ni a las tribus rebeldes. En las batallas siempre sorprendió al enemigo, triunfó con inferioridad numérica, haciendo uso de su capacidad de mando y del entrenamiento de sus soldados, que a estas alturas eran las mejores tropas de la contienda y obedecían a la perfección sus instrucciones. Estos conceptos tan comunes hoy en día eran revolucionarios para la época, muy pocos, como Alejandro Magno y Aníbal, habían realizado algo similar hasta ese entonces. Solamente por la campaña en Hispania muchos historiadores  consideran a Escipión incluso superior a Aníbal.

Finalizamos aquí la primera entrega sobre este otro monstruo de la antigüedad. Logró en pocos años echar a los cartagineses de allí, cuando la relación de fuerzas era de 3 a 1 en su contra. Su genial estrategia de atacar rápidamente el bastión cartaginés, Cartago Nova, y hacerse de una fuerte base, es digna de admiración. Su punto más alto se produce en Ilipa, donde le da clases de táctica al general Giscón.

Hasta la próxima entrega, donde veremos más en detalle la campaña africana, puesto que en la serie de Aníbal tan sólo profundizamos en la batalla de Zama.

Notas:

  1. Faldas []

Sobre el autor:

chapu77 ( )

entusiasta de la Historia y la astronomía pero decidió trabajar de ingeniero informático.
 

{ 6 } Comentarios

  1. Gravatar Pedro | 26/02/2010 at 05:53 | Permalink

    Cada artículo es mejor que el anterior; ¡sigue así! :)

  2. Gravatar Christian Sola | 26/02/2010 at 11:19 | Permalink

    Felicidades por el artículo Manuel, todavía no lo he leído, pero mañana lo haré sin falta.

    Saludos,

  3. Gravatar sebacine | 27/02/2010 at 05:45 | Permalink

    Un lujo el artículo y las imágenes realmente lo complementan. Espero con ansiedad el próximo.

  4. Gravatar chapu77 | 04/03/2010 at 01:41 | Permalink

    Me alegro les haya gustado!

  5. Gravatar Venger | 24/11/2012 at 05:26 | Permalink

    Fantástica serie Chapu77, muy interesante y muy bien escrita. Muchas gracias por tu esfuerzo. El gran Indro Montanelli estaría muy orgulloso de ti.

  6. Gravatar chapu77 | 09/02/2013 at 09:56 | Permalink

    Muchas gracias Venger. Indro Montanelli es un gran escritor por lo que tu comentario me hace muy feliz.

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