Tras conocer las reflexiones de Slid, la historia de hoy es sombría, más aún que la de Sish y su sabueso, el Tiempo, pues versa sobre Mung. Y cuando Mung hace el signo de Mung ante tus ojos, eso será lo último que veas.
LAS OBRAS DE MUNG
(Señor de todas las Muertes entre Pegāna y el Borde)
En una ocasión, mientras Mung viajaba a lo largo y ancho de la Tierra y por sus ciudades y a través de sus llanuras, Mung se encontró con un hombre que se asustó cuando Mung anunció: “¡Soy Mung!”
Y Mung dijo: “¿Han sido los cuarenta millones de años antes de tu aparición intolerables para ti?”
Y Mung dijo: “¡Pues no menos tolerables serán los cuarenta millones de años siguientes!”
Entonces Mung hizo sobre él el signo de Mung y la Vida del hombre dejó de estar atada a manos y pies.
Al final del vuelo de la flecha está Mung, y en las casas y las ciudades de los Hombres. Mung camina por todas partes todo el tiempo. Pero lo que más le gusta es caminar en la oscuridad y el silencio, por las nieblas de la ribera cuando el viento se calma, momentos antes de que la noche se encuentre con la mañana en el camino entre Pegāna y los Mundos.
A veces Mung entra en la cabaña del pobre; Mung también se inclina profundamente ante el Rey. Y entonces las vidas del pobre y del Rey los abandonan y vuelan entre los Mundos.
Y Mung dijo: “Muchas vueltas da la senda que Kib ha otorgado a cada hombre para que camine sobre la Tierra. Tras una de estas vueltas descansa Mung.”
Un día, mientras un hombre caminaba por la senda que Kib le había otorgado para caminar por el mundo, se encontró de pronto con Mung. Y cuando Mung anunció: “¡Soy Mung!”, el hombre exclamó: “¡Ay, qué lástima que tomé esta senda, pues si hubiera ido por otro camino no me hubiera encontrado con Mung!”
Y Mung dijo: “Si hubiera sido posible que fueras por otro camino, entonces el Designio de Todas las Cosas hubiera sido diferente, y los dioses otros. Cuando MANA-YOOD-SUSHAI se olvide de descansar y cree nuevos dioses, tal vez Ellos te envíen de nuevo a los Mundos; y entonces podrás elegir algún otro camino, y no encontrarte con Mung.”
Entonces Mung hizo el signo de Mung. Y la Vida de aquel hombre escapó con los remordimientos del ayer y las penas del pasado y las cosas olvidadas — a dónde, sólo Mung lo sabe.
Y Mung siguió con su tarea de separar la Vida de la Carne, y Mung se encontró con un hombre que se postró, víctima del pesar, cuando vio la sombra de Mung. Pero Mung dijo: “Cuando, ante el signo de Mung, tu Vida se aleje de ti, también desaparecerá tu desgracia por abandonarla.” Pero el hombre exclamó: “¡Oh, Mung! Espera un poco, no hagas aún el signo de Mung sobre mí, pues tengo una familia sobre la Tierra para la que sí permanecerá la desgracia, aunque la mía desaparezca bajo el signo de Mung.”
Y Mung dijo: “Para los dioses siempre es Ahora. Y antes de que Sish haya desterrado muchos años, el pesar de tu familia por ti habrá seguido el mismo destino que la tuya.” Y el hombre vio a Mung hacer el signo de Mung ante sus ojos, que ya no vieron más.
The Los dioses de Pegāna – Las obras de Mung by Pedro Gómez-Esteban, unless otherwise expressly stated, is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 2.5 Spain License.
{ 4 } Comentarios
Simpático, Mung…
Sí que es simpático el Mung, sí… Me encantó esta historia con el toque siniestro y tétrico además del gesto del tal Mung.
Una pequeña añadidura: En la frase donde dice “— a dónde, sólo Mung lo sabe.”, ¿no quedaría mejor “— ¿a dónde?, sólo Mung lo sabe.” (entre signos de interrogación) o si no es una pregunta tan directa, “— a dónde; sólo Mung lo sabe.” (con punto y coma)? No lo sé, me parece que da más sentido, aunque quizá sea a mí que al que le falta sentido.
Hmmm… yo lo veo correcto. La tilde del dónde indica precisamente eso, una interrogación indirecta, ¿no?
Mi favorita hasta ahora, junto con la de Skarl. El dibujo de Mung en sí me parece la cosa más escalofriante que he visto en mi vida (aunque el sapo mutante que tiene tumbado debajo le quite parte del toque).
Escribe un comentario