Aníbal Barca y la segunda guerra púnica
La intención de este pequeño escrito es introducir, para quienes no lo conocen, a este gigante entre gigantes, Aníbal Barca. Gran estratega, y táctico sobresaliente. Uno de los más grandes militares de la historia, de la talla de Alejandro Magno, Escipión y Julio César. Personaje principal de la Segunda Guerra Púnica, una guerra que llevó a dos viejos enemigos a luchar por su existencia hasta el final.
Aníbal revolucionó la forma de guerrear de la época, fue de los primeros en saber leer al enemigo, sus movimientos, sus debilidades y sus puntos fuertes. A su vez aprovechaba el terreno como nadie lo había hecho antes, solo superado en grandeza hasta ese entonces por el gran Alejandro Magno, a quien Aníbal admiraba y que un siglo antes había conquistado todo el mundo civilizado de la época. Nos embarcamos ahora a conocer este ilustre personaje desconocido por muchos, pero que estuvo a punto de cambiar la historia del mundo.
El origen de Cartago y Roma
Cartago fue fundada, donde hoy es Túnez, alrededor del año 800, por fenicios provenientes de la ciudad de Tiro, en una ubicación ideal para el control de las líneas comerciales marítimas. Recordemos que los fenicios ya habían fundado Gádir (hoy Cádiz, en España) en el año 1100. Eran un pueblo de mercaderes, dueños del comercio del mediterráneo occidental. Tenían una mentalidad comercial-expansiva, no bélica-expansiva, y solían contratar mercenarios para pelear sus guerras. Ellos consideraban las guerras una molestia, ya que interrumpen el comercio y solo sirven si generan botín y nuevas oportunidades de negocios.
En cambio Roma, fundada aproximadamente en el 750, siempre tuvo una mentalidad expansionista basada en conquistar al vecino ya que éste es a su vez un potencial enemigo que añora su destrucción. Es decir, Roma gustaba de realizar “ataques preventivos”. Claro que no podemos ignorar la ambición de senadores, cónsules y generales por conquistar territorio y hacerse de una fortuna con el botín y la venta de esclavos. Muchos probablemente hayan llegado incluso a forzar guerras para su propio beneficio.
Roma, aquella pequeña ciudad que creció poco a poco a las espaldas de los pueblos griegos hasta convertirse en uno de los amos, junto a Cartago, del Mediterráneo occidental. Para estas alturas, los herederos de Alejandro Magno (sus generales, conocidos como los “sucesores”) guerreaban mutuamente, iniciando el declive de los pueblos helénicos que culmina con la invasión romana, pero esto pasará más tarde. Más allá de todo, Roma conquistó el mundo civilizado de la época. Nada mal para una aldea de granjeros…
Niñez, Juventud y la familia Barca
Aníbal nace alrededor del año 247, durante la primera guerra púnica (púnico viene de poeni, nombre dado por los romanos a los cartagineses y fenicios). Es el hijo mayor de una familia de nobles cartagineses, los Barca. De allí viene el nombre de la ciudad Barcelona. Su padre, el gran Amílcar Barca, fue general y héroe durante la primera guerra púnica que terminó a favor de Roma, ya que Cartago perdió sus dominios en Cerdeña y Sicilia. Pero mantuvo sus posesiones en Africa e Iberia (nombre de la península según los griegos). La consecuencia mas importante de la primera guerra fue que por primera vez Roma se expande mas allá de la bota italiana y se posiciona como la primera potencia marítima del Mediterráneo, relegando a la otrora gran flota cartaginesa.
Luego de aquella guerra, Amílcar decide que Cartago necesita expandir las posesiones cartaginesas en Iberia para obtener de allí oro y plata. Aníbal pide a su padre acompañarlo en su campaña. Éste accede, pero hace jurar al pequeño Aníbal que hará lo posible por destruir a su gran y odiado enemigo: Roma. Amílcar odia a Roma y traslada su odio a sus hijos; ese mismo odio será la causa que lleve a Cartago a su total destrucción.
Aníbal tenía varios hermanos menores, todos personajes importantes, ya que eran del clan Barca. Entre ellos vale la pena destacar a Asdrúbal y a Magón.
Muerte de Amílcar (~229 AC), ascensión de Asdrúbal el Bello y posteriormente de Aníbal
Amílcar muere en un enfrentamiento en Hispania (nombre usado por los romanos con orígenes fenicios) durante el asedio a Héliké. Según cuenta la leyenda, Amílcar se enfrenta al enemigo íbero dándole tiempo a su hijo Aníbal para que escape de una emboscada. A la muerte de Amílcar le sucede al mando del ejército cartaginés el yerno de Amílcar, Asdrúbal el Bello –no confundir con el otro Asdrúbal, hermano de Aníbal y cuñado de éste–. Aníbal y su hermano aún eran muy jóvenes para el mando.
Asdrúbal el Bello funda, en 227, la ciudad de Qart Hadasht (Ciudad Nueva) mas tarde conocida como Cartago Nova, hoy Cartagena. Luego firma el tratado del río Ebro con los romanos. Este tratado estipulaba que Cartago puede conquistar del río hacia el sur y Roma puede expandirse del Ebro hacia el Norte.
Asdrúbal el Bello es asesinado por causas poco claras; se dice que a manos de un guerrero hispano que había jurado vengar la muerte de su jefe luego de que Asdrúbal lo ejecutara. Sin mando, el ejército cartaginés en Hispania resuelve declarar al joven Aníbal, de 25 años, comandante, ya que éste había demostrado en varias ocasiones ser digno hijo del gran Amílcar (notar aquí una similitud entre Aníbal y Alejandro Magno, ambos con padres poderosos y de gran capacidad militar que sirvieron como ejemplo a sus hijos). Comienza entonces Aníbal una serie de conquistas sobre el sur de Hispania, consolidando el dominio cartaginés iniciado por Amílcar y por Asdrúbal el Bello.
Asedio de Saguntum y ¡la guerra!
Roma hace tiempo había firmado una alianza con Saguntum (hoy Sagunto), ciudad de origen griego que está al sur del Ebro (en Valencia, concretamente), dentro del área de influencia cartaginesa según el tratado. Esta ciudad siempre generó conflicto entre Cartago y Roma desde los tiempos de Asdrúbal el Bello. Aníbal, con el argumento del tratado del Ebro y para dirimir unas disputas entre Saguntum y otras tribus lindantes, asedia la ciudad y la saquea. Vale la pena aclarar que en aquella época el saqueo de una ciudad normalmente consistía no solamente en robar todo lo que hubiera de valor, sino también en pasar por las armas a todos los hombres adultos, ultrajar a las mujeres y luego esclavizarlas junto a los niños. Este último era el caso mas extremo. Cuanto más se resistía una ciudad a un asedio, más violenta era la represalia: esta cruel forma de guerrear era tomada como ejemplo para las ciudades vecinas de las consecuencias de resistirse. Normalmente cuando una ciudad se entregaba pacíficamente, el conquistador la trataba con respeto.
Roma advierte lo sucedido y le exige a Aníbal que retire el asedio de aquella ciudad, argumentando que Saguntum es su aliada. Aníbal desoye el pedido. Roma envía un emisario a Cartago preguntando si Cartago busca la guerra, a lo que el senado cartaginés responde “… que sea Roma quien lo decida!“; ante esto, Roma le declara la guerra. Vale la pena aclarar que Aníbal procedió sin autorización del senado cartaginés. Éstos, mientras Aníbal envíe parte del botín a la metrópoli, no le ponen objeción.
El plan de Aníbal era debilitar a Roma y así lograr por una parte el apoyo del rey de Macedonia, Filipo V (que nunca vio con buenos ojos la amistad entre Roma y algunas ciudad costeras de Iliria, reino lindante con Macedonia) y por otra, la rebelión de los pueblos itálicos, y a su vez aliarse con tribus de bárbaros de la Galia cisalpina (norte de Italia) que históricamente guerreaban con Roma; éstos incluso la llegaron a saquear dos siglos antes. Con todos estos aliados, Aníbal buscaba aislarla y darle así la estocada final. Pero, como veremos, no tuvo el resultado esperado.
La gran travesía
Comienza aquí una de las epopeyas más grandes de la historia. En el 218, desde Cartago Nova, parte Aníbal junto a 90.000 soldados de infantería, 12.000 jinetes y 37 Elefantes, dejando en Iberia 20.000 al mando de su hermano Asdrúbal. Un verdadero ejército multinacional: Númidas, Libios, Púnicos e Iberos (estos últimos eran la mayoría), que tienen como destino la península itálica. La opción de desembarcar directamente en Italia fue descartada, ya que después de la primera guerra púnica Cartago había perdido el dominio del mar. En el camino por Iberia muchos aliados íberos desertan, además Aníbal deja en la zona de los Pirineos un destacamento. Para cuando cruza la frontera con las Galias, su infantería se reduce a 50.000. Avanza por el sur de las Galias donde se cruza con tribus galas. Algunas le son hostiles, provocándole bajas.
Aníbal se enfrenta con el primer obstáculo natural, el río Rodano. Del otro lado lo esperan tribus galas hostiles, ansiosos por atacarlo. Para cruzarlo manda a construir una serie de balsas de 60 metros de largo por 15 de ancho. A éstas se les puso tierra y ramas para que los elefantes se sientan “como en su casa”. Con el fin de evitar que su ejército sea atacado al cruzar, manda la noche anterior una avanzadilla con tropas hispanas para que cruce el rio y a la señal convenida de forma simultánea atacan a los galos. Estos, al ver el grueso del ejército cruzar y que al mismo tiempo son atacados por la avanzadilla hispana, deciden huir.
El cónsul Publio Cornelio Escipión con su hijo (del mismo nombre y quién será el verdadero rival de Aníbal mas adelante) salen a interceptarlo en Massilia (hoy Marsella), pero Aníbal los esquiva astutamente evitando un conflicto tan lejos de su objetivo principal, pues además deseaba cruzar los Alpes antes del invierno. Para aclarar, en la época de la República de Roma se elegían 2 cónsules en el año, ambos como máxima autoridad civil y militar, algo que cambiará con Sila, Mario, César y finalmente se establecerá con Octavio Augusto como “Imperio”… pero volvamos a nuestra época donde Roma aún es una república y Publio Cornelio Escipión es uno de los dos cónsules.
Llega Aníbal al cruce de los Alpes, tarea nada fácil con un ejército tan grande. Le llevará varias semanas cruzarlo, donde perderá muchos hombres. Al llegar a las planicies Aníbal queda solamente con 20.000 hombres (de los 90.000 originales) y con pocos elefantes… muchos hombres murieron de frío, otros por emboscadas de las tribus galas, otros simplemente se perdieron en riscos y precipicios… imaginen el ejército avanzando en la montaña con frío, hambre y detrás de ellos, no muy lejos, otro “ejército”, pero de civiles que siempre acompañan a los grandes ejércitos en sus campañas, buscando suerte, fortuna, oportunistas de negocio, prostitutas, mercaderes, etc., eso sí, todos compartiendo los mismos peligros y sufrimientos.
Ya en la llanura, Aníbal empieza a recorrer la zona buscando aliados galos con muy poco éxito. Estos prefieren mantenerse cautos. Finalmente ocurre el primer enfrentamiento con Roma, una escaramuza en el rio Ticino, afluente del Pó, donde las caballerías se enfrentaron. Escipión padre e hijo estaban allí y son emboscados por la caballería de Aníbal. El cónsul (Escipión padre) es herido y su hijo valientemente lo rescata antes que los enemigos de Roma lo capturen.
Vamos a dejar aquí la aventura. Hemos tenido una pequeña muestra de las cualidades de Aníbal: su capacidad de organización, su liderazgo frente a soldados de distintas nacionalidades que hablan idiomas distintos y su genio para sortear obstáculos. ¡Hasta la próxima entrega, donde veremos enfrentamientos a gran escala entre cartagineses y romanos!
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{ 11 } Comentarios
Muy buen artículo!
La verdad es que estoy muy corto de tiempo así que no lo leí completo todavía, pero cuidado que faltan unos “A.C.” en la fechas. Ni bien pueda lo leo tranquilo porque me parece interesantísimo el tema
Que tal sebacine. Desde el inicio pensé en colocar los AC. Pero todas las fechas son AC por lo que no tenia sentido. Por lo que solo aclararé si las fecha es DC. Saludos!
Sí, sebacine, yo también me dí cuenta de que faltaban los A.C. Y también me dí cuenta de que todas las fechas del realto son antes de Cristo, así que se podía obviar.
Claro que yo soy español, y de una generación muy, muy anterior a la LOGSE. Igual mucha gente de ahora no tiene muy claro cuándo pitaban los cartagineses, los romanos, los griegos, los godos y los árabes… porque, claro, todo eso pasó hace taaanto tiempo…
¿Y no sería una solución poco repetitiva pero clara el poner el a. C. en la primera fecha que aparezca, y luego no poner nada hasta que haya un d. C.? A mí me da lo mismo, es una sugerencia; pero suele ser mejor, si no molesta en un artículo, no dar por sentado cosas que el lector puede no saber (esta entrada no está dirigida a catedráticos de Historia, al fin y al cabo). Tú mismo, chapu.
Bueno ahora si que lo leí y ya estoy seguro que voy a leer el próximo. Lo de las fechas, está claro que se entiende, pero yo igual le agregaría los “A. C.” Pero es solo un detalle. Me alegro mucho por tu llegada como autor a El Cedazo y espero ansioso más artículos como este.
Si, estoy trabajando en la segunda entrega donde pondre las aclaraciones necesarias. @Sebacine. Muy bueno tu artículo sobre Troya.
Creo que sería maravilloso hacer una serie que enlaze desde la guerra de troya pasando por la eneida la historia de Roma hasta este tema.
@Cristhian: Me alegro el entusiasmo y excelente sugerencia armar una serie sobre Roma… habria que agregar unos artículos sobre la expansón en Italia y otro sobre la invasión de Pirro rey de Epiro… pero bueno mientras finalizo este tema, estoy empezando una serie sobre Escipión el Africano, tambíen desde el ambito de las guerras púnicas pero profundizando sus logros ya que en la serie de Aníbal los comento sin mucho detalle.
me ha gustado el articulo, pero tengo una pequeña duda, donde pone: “Amílcar muere en un enfrentamiento en Hispania (Iberia para los romanos)” No sería : “Amílcar muere en un enfrentamiento en Iberia (Hispania para los romanos)”
Si, tienes razón, ya hice los cambios al documento. Gracias petro!
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