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¿Qué es el Problema de Gettier?




La parte de la Filosofía que estudia todo lo referente al conocimiento en general, su alcance, su naturaleza, su origen, etc. se llama Gnoseología (o también “Teoría del Conocimiento”). La pregunta por ¿qué es el conocimiento?, nació junto con la propia Filosofía y ha sido tratada por los más célebres pensadores de toda la historia.

En una de sus obras, llamada “Teeteto”, Platón narra una discusión entre Sócrates y Teeteto, en la que debaten sobre qué es el conocimiento. Allí se explica que la única forma de entender este concepto sin caer en ambigüedades, es definirlo como una creencia verdadera y justificada. Y aunque parezca difícil de creer, esta definición se mantuvo plenamente firme durante toda la historia –claro que surgieron variantes, desarrollos y demás; pero a ésta se la aceptaba como “la definición clásica”–, hasta que en el año 1963, el filósofo estadounidense Edmund Gettier desarrolló unos contraejemplos que intentaron demostrar que esta forma de entender el conocimiento no es completa. A estos contraejemplos o experimentos mentales se los denomina como Problemas de Gettier.

Gettier publicó un artículo muy breve con el título de “Is Justified True Belief Knowledge?” (“¿Es Conocimiento la Creencia Verdadera y Justificada?”), que le valió el reconocimiento y prestigio internacional. El impacto que tuvo ese célebre artículo fue tremendo, ya que con unas simples consideraciones que a primera vista pueden parecer ingenuas, demostró que una creencia verdadera y justificada puede resultar no ser conocimiento; lo que, obviamente, generó una amplísima polémica. Al final de la entrada voy a dejar un enlace al artículo y a una traducción al español. Ahora veamos despacio de qué se trata todo esto.

Supongamos que definiéramos al conocimiento simplemente como una creencia. Por ejemplo, si yo creo que ayer llovió, afirmo como consecuencia que tengo el conocimiento de que ayer llovió. Es fácil ver que esto no es consistente, ya que si estoy equivocado y mi creencia es falsa, no puedo aseverar que tengo un conocimiento. Si ayer no llovió, por más que esté convencido (falsamente) de que sí, esta creencia evidentemente no es conocimiento.

Entonces mejoremos un poco la definición así: el conocimiento es una creencia verdadera. Por ejemplo, si yo creo que ayer llovió y efectivamente así fue, sostengo por lo tanto que mi creencia es ahora un conocimiento. Pero aún así, esta forma de definir el conocimiento no sirve. Para ver por qué, más claramente, supongamos que arrojo un dado y que tengo la creencia de que va a salir el número uno. Imaginemos que, en efecto, sale el número uno. Mi creencia es entonces verdadera, pero no puedo afirmar que tenía el conocimiento de que saldría el número uno. Sí; mi creencia fue verdadera, pero por mero azar. Y en el caso de la creencia de que ayer llovió, yo pude haberla propuesto por instinto, y de hecho pudo ser cierta –por casualidad–; pero es evidente que mi creencia, aunque verdadera por azar, no constituye conocimiento firme.

De esta manera, la única forma (según se explica en el Teeteto) de que una proposición constituya conocimiento es que sea una creencia verdadera y además justificada con evidencia. Veamos. Sigamos con el ejemplo anterior pero agreguémosle algo más. Supongamos que Sócrates tiene la creencia de que ayer llovió y que tiene evidencia firme que lo justifica –como por ejemplo, que él mismo fue empapado por la lluvia–, por lo que la creencia es verdadera y justificada. Ahora sí podemos afirmar que él tiene conocimiento de que ayer llovió.

Se entendía que estas tres condiciones –creencia, veracidad y justificación– son necesarias y suficientes. Necesarias, porque solamente cuando todas ellas son válidas podemos hablar de conocimiento. Suficientes, porque basta con que sólo se verifiquen esas tres, y no se necesita nadas más.

Todo era fantástico; nadie encontraba ninguna falla a esta definición, hasta que apareció el sin duda perspicaz Gettier, aunque algunos señalan que fue Wittgenstein quien había incitado antes el problema que sugiere esta forma de entender el conocimiento. De todas formas, fue Edmundo Gettier quien desarrolló unos célebres contraejemplos lógicos brillantemente sencillos y reveladores, que comprometen a la concepción tripartita del conocimiento, que estuvimos viendo.

El ejemplo que voy a poner aquí no es literalmente el mismo que el de Gettier, pero la estructura lógica –que es lo que nos interesa– permanece intacta. Igualmente, luego puedes leer el original.

Imaginemos que Platón se encuentra cara a cara con Gettier. Platón ha observado claramente que Gettier tiene un calzado color carmesí, y por otro lado ha corroborado rigurosamente que Gettier recibirá un reconocimiento, por parte del pueblo, por su gran labor como pensador. Es decir, Platón está justificado en afirmar:

(a) Gettier tiene calzado color carmesí y Gettier recibirá un reconocimiento por su labor como pensador.

De la proposición anterior, Platón infiere lo siguiente:

(b) El hombre que tiene calzado color carmesí recibirá un reconocimiento por su labor como pensador.

Atendamos a esto. Platón está totalmente justificado en aceptar a (b) como verdadera, a partir de los fundamentos que establece (a), para los cuales tiene, como vimos, evidencia firme.

Pero supongamos que, a último momento, y sin que Platón lo sepa, el pueblo decide destinar el reconocimiento a Platón y no a Gettier. Imaginemos, además, que Platón también tiene un calzado color carmesí, aunque en ningún momento se percató de ello pues no tenía importancia. Entonces, vemos que la proposición (a) es falsa, mientras que (b) sigue siendo verdadera. Aquí llegamos al quid de la cuestión. Platón tiene la creencia verdadera y justificada de que (b) y no por ello podemos decir que tiene conocimiento de que (b). En otras palabras, la proposición (b) cumple todos los requisitos necesarios para ser considerada conocimiento: es totalmente verdadera, Platón cree en ella y está justificado para hacerlo, pero vemos claramente que él no ‘sabe’ que (b), ya que la ha formulado en virtud de que era Gettier quien tiene calzado color carmesí, y que era también Gettier quien recibiría el reconocimiento.

Sí; yo también puse esa cara la primera vez que leí este argumento, pero adentrándonos un poco más veremos que el asunto es más profundo y complejo de lo que parece. Los problemas de Gettier tienen dos puntos o supuestos importantes, de los que el propio estadounidense hace mención en su artículo. Éstos son:

  • La evidencia y el razonamiento por el cual justificamos una creencia puede implicar inequívocamente que esa creencia sea verdadera, aunque de hecho no lo sea. Es decir, es posible justificar algo falso.
  • Si se acepta una creencia verdadera y justificada, también se acepta como verdadera y justificada otra creencia que derive o esté implicada por la primera.

Estos puntos fueron los que abrieron la polémica, y que, entre otros, se convirtieron en foco de discusión y críticas. Siguiendo con el ejemplo anterior, Platón está infiriendo una conclusión correcta (que un hombre con calzado color carmesí recibirá un reconocimiento), a partir una premisa errónea, aunque cierta en un principio (que Gettier usa calzado color carmesí y que Gettier recibirá un reconocimiento). Esto significa que su justificación falla, pero existe; y sólo eso es lo que se requiere para conformar conocimiento: que exista una justificación, según la definición tripartita. Entonces, para evitar toda esta dificultad, sería necesario que la justificación también sea totalmente verdadera y así poder hablar de conocimiento. Pero de este modo, necesitaríamos una justificación para la justificación, y una justificación para la justificación de la justificación, ad infinitum.

Tales son las dificultades que suscitan los contraejemplos de Gettier, sobre la “definición clásica” del conocimiento (que desde ahora voy a abreviar como CVJ). Pero las consideraciones anteriores no sugieren que la concepción CVJ no sea necesaria para constituir conocimiento, sino que, en última instancia, no es suficiente, esto es, que hace falta alguna condición más, o la sustitución de alguna de las que ya está por otra mejor.

Claro que también están los de la opinión de que no hay que tocar nada en la definición CVJ, sino que el problema radica en una confusión de conceptos por parte de Gettier, y que en realidad no existe paradoja alguna. Los filósofos que sostienen esta postura dicen que en los contraejemplos de Gettier, de hecho, no se cumplen las tres condiciones requeridas en la definición CVJ. Los argumentos son diversos, y algunos son más o menos consistentes que otros; por ejemplo se propuso que como en (a) no se cumple la condición de veracidad, todo razonamiento posterior no tiene nada que ver con, ni compromete a, la concepción del conocimiento CVJ. Esto quiere decir que Gettier no habría encontrado una proposición que contradice tal definición, sino una proposición derivada, o sea (b), (aunque inferida correctamente) que resulta ser ambigua. Ambigua porque no especifica el sujeto al que se refiere: no sabemos si se trata de Platón, de Gettier, o de otra persona, quien tiene calzado color carmesí y recibirá el reconocimiento.

Pero este argumento no se aplica a otros ‘problemas de tipo Gettier’ –propuestos más adelante, por otros filósofos y lógicos– que tienen una estructura lógica diferente a la del ejemplo de arriba, pero que aún así sugieren que una creencia verdadera y justificada puede no ser conocimiento. Por ejemplo, Alvin Goldman propuso en 1976 otro interesante contraejemplo, que básicamente dice así:

Imaginemos que en una alejada región, existe una carretera en la que conduce Sócrates con su automóvil. Hacia los lados derecho e izquierdo, él observa una gran cantidad de lo que parecen ser graneros. Pero lo que Sócrates no sabe, es que esos graneros son en realidad fachadas de cartón, que están ahí digamos como decorado para una filmación. Desde la carretera, esos graneros de cartón son totalmente indistinguibles de los graneros de verdad. Si Sócrates llegara a afirmar que tiene el conocimiento que allí hay graneros, sería mentira, ya que no se cumple la condición de veracidad, aunque él crea y esté justificado para hacerlo. Pero supongamos que Sócrates señala un granero al azar que, por casualidad, sí es un granero auténtico, el único verdadero que hay, y dice la siguiente afirmación:

(c) Ahí hay un granero.

En este caso concreto, su creencia es verdadera y está firmemente justificada. Sin embargo ¿podemos afirmar que Sócrates sabe que ahí hay un granero? ¿Estamos ante un caso de conocimiento? Atendamos a que él hubiera dicho lo mismo, de haber elegido cualquier otro granero. De esta manera, Goldman presenta otro caso en donde se cumplen las tres condiciones de la definición CVJ y sin embargo no parece tratarse de conocimiento propiamente dicho. Lo que hay que rescatar de este contraejemplo es que, a diferencia del caso de Platón y su calzado, la proposición (c) no se infiere a partir de una premisa falsa. El observar al granero elegido representa una justificación verdadera para afirmar que (c).

Los filósofos que sostienen que la definición CVJ es incompleta, se preguntan entonces ¿qué condición hace falta agregar para constituir conocimiento? Respuestas hay de todos los tipos y para todos los gustos; y ninguna está libre de algún intento de refutación. La principal modificación posible, gira en torno a la condición de justificación. ¿Cuándo algo está realmente justificado? Una de las propuestas que ha recaudado varios partidarios, es la de introducir el principio de causalidad (que dice que a todo efecto precede una causa) del siguiente modo: una creencia se convertiría en conocimiento, si esta creencia está apropiadamente causada por aquello que hace que sea verdadera.

Por ejemplo, en el caso de Platón y su calzado, la creencia (b) (que “el hombre que tiene calzado color carmesí recibirá un reconocimiento por su labor como pensador”) es verdadera y está justificada, pero la razón por la cual Platón la cree no está causada por aquello que hace que sea verdadera. Es decir, Platón no la cree porque vio su propio calzado y porque el pueblo le dijo que le otorgaría a él un reconocimiento, sino por otra causa (que es que Gettier es el sujeto al que se refiere la proposición). De esta manera, se demostraría que esta definición que involucra la causalidad, explica mejor qué es el conocimiento, que la concepción CVJ.

No obstante, este argumento se ve comprometido por el contraejemplo de Goldman, de los graneros. Observemos que la creencia (c) (que “ahí hay un granero”) está causada por el hecho que hace que sea verdadera: que es que ahí hay un granero. Y por otro lado, este argumento de la causalidad recibe también fuertes críticas por quienes defienden a la definición clásica. Por ejemplo, si aceptamos que una creencia sólo se convierte en conocimiento luego de que exista una causa que la verifique, no podremos afirmar que las predicciones científicas y las verdades matemáticas son conocimiento. Por ejemplo, en la proposición: “1 + 2 = 3”, ¿de dónde hallamos una causa para creer que es verdadera? De tal manera, esta solución para los problemas de Gettier no se considera completa. Pero también, persiste la opinión de que dichos problemas en realidad no constituyen una amenaza a la definición clásica, sino que más bien son malinterpretaciones de los conceptos de creencia, veracidad y justificación.

Lo cierto es que los problemas de Gettier abrieron y enriquecieron enormemente los debates e investigaciones filosóficas sobre la cuestión de qué es el conocimiento, cuestión que aún hoy está exenta de consenso y que sin duda alguna nos involucra a todos nosotros, como seres pensantes que somos.


Artículo de Gettier: Is Justified True Belief Knowledge?

Una traducción al español: ¿Es Conocimiento la Creencia Verdadera y Justificada?

Para investigar más:

The Analysis of Knowledge – Enciclopedia Filosófica de Stanford

Un ensayo crítico sobre los problemas de de Gettier – Alejandro Tomasini Bassols (Instituto de investigaciones filosóficas de la UNAM)

Otro ensayo crítico – Carlos Emilio García (Universidad de Caldas de Colombia)


Sobre el autor:

lucas (Lucas Gabriel Cantarutti)

Existe una pregunta cuyos orígenes se remontan a tiempos inmemoriales. Una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez. Una pregunta para la que, quizá, la humanidad no tenga respuesta: "¿Por qué?"
 

{ 17 } Comentarios

  1. Gravatar Brigo | 16/07/2009 at 07:08 | Permalink

    Al principio donde escribes “La pregunta por ¿qué es el conocimiento?, ” creo que el por sobra, o algo así.

    Muy interesante, ahora tengo más claro qué es conocimiento.

    Pero no entiendo los problemas. En el primer ejemplo, Sócrates sabe, por ejemplo que ayer llovió, pero no sabe que mañana lloverá. Así mismo no entiendo por qué Platón puede deducir nada sobre el futuro de Gettire o él mismo.

    En el segundo ejemplo, el hecho de que existan distintos graneros falsos y que Sócrates crea que son verdaderos no le resta conocimiento a su afirmación. El problema es que nosotros damos por hecho que él o nosotros generalizaremos diciendo que los otros también son graneros. Es decir, creo que lo de este ejemplo es conocimiento, no creo que el entorno influya.

  2. Gravatar Macluskey | 17/07/2009 at 08:13 | Permalink

    Amigo Lucas: Cada vez que te leo, una cortina cae ante mis ojos, y el Conocimiento se abre paso hasta mis neuronas…

    No sabía quien era Gettier, no tenía la menor idea de que determinar qué es y qué no el conocimiento fuera tan controvertido… y sin embargo, después de leerte, me doy cuenta de lo abstruso que es todo, que nada de lo que parece es como parece, y que todo tiene una segunda vuelta.

    Yo, un pobre informático, no me llego a plantear ningún dilema filosófico: le damos a nuestro querido Cálculo Proposicional, y allí no hay duda alguna: “Si a entonces b”… está clarísimo: si A, entonces B. Y yastá. Pero ya veo que esto es mucho más complicado, demasiado para mí: menos mal que no acabé en Filosofía…

    A propósito, recuerdo haber leído en “¿Está Vd. de broma, Mr. Feynman?” (libro altamente recomendable, por cierto), que cuando él estaba en Princeton, los diferentes departamentos (Física, Química, Astronomía…) hacían sus solicitudes de caro equipamiento: ordenadores, telescopios enormes, máquinas extrañas… menos los matemáticos, que sólo pedían papeleras nuevas… y los filósofos, que ni siquiera papeleras necesitaban. Cosas de Mr. Feynman…

    Un excelente artículo (aunque me lo haya tenido que leer un par de veces para asimilarlo; no doy más de mí, qué le voy a hacer).

    Un saludo a cuarenta grados a la sombra.

  3. Gravatar lucas | 17/07/2009 at 11:09 | Permalink

    @Brigo, no entiendo qué es lo que no entiendes. En ese ejemplo, Sócrates sabe sólo que ayer llovió, y no se menciona absolutamente nada sobre “mañana”.

    En el ejemplo de los graneros, la esencia es que Sócrates elige uno al azar, y que hubiera dicho exactamente lo mismo sobre cualquier otro. El artículo no pretende que admitas la idea de Goldman; estamos para discutirlas. Es posible que estés en lo cierto.

    @Cedacero legendario, y es que el mundo es mucho más enmarañado de lo que hoy podemos concebir, ¡¿cómo no van a surgir problemas de los conceptos que usamos para entenderlo?! La filosofía es el deseo inextirpable del hombre por conocer el Universo; pero el hombre usa un Lenguaje; y el lenguaje que usamos no fue construido con la finalidad comprender el Universo, sino comunicarnos fácilmente con nuestros semejantes: de ahí que surjan estos pasmosos problemas conceptuales, como se dan por el “conocimiento”, la “verdad”, el “bien”, el “tiempo”, etc. Leibniz quería construir un lenguaje universal, más preciso y abarcador que el matemático… pero no lo consiguió.

    No sé en dónde, pero recuerdo haber leído esa anécdota de Feynman. Y ese libro que mencionas está en mi lista de “conseguir ya” desde hace bastante… ¡mejor me apuro! :)

    Saludos a todos.

  4. Gravatar Brigo | 18/07/2009 at 12:08 | Permalink

    Quiero decir que en el primer ejemplo Sócrates habla del pasado, no del futuro, pero en el segundo Platón sí habla del futuro de ahí que pueda errar. El mismo ejemplo en pasado no tendría sentido (no habría lugar al error). En este ejemplo Platón no tiene conocimiento justificado de nada (de hecho falla).

    En el primer ejemplo Sócrates podría haber fallado también, alguien le podría haber respondido: aquello no fue lluvia, es que se rompió una presa y te mojaste, o algo por el estilo.

    En el caso de Sócrates es bastante difícil que esto ocurra, pero en el de Platón no, sería como fiarse de las encuestas pre-electorales. :-D Por eso digo que en el caso de Platón no veo yo conocimiento justificado en (a).

    A ver si así se me entiende :-)

  5. Gravatar Camilo | 18/07/2009 at 12:35 | Permalink

    Supongo que muchos filósofos han discutido sobre el asunto, pero entiendo que la crítica de Gettier se basa en dos puntos: - La lógica humana es falible y por lo tanto se puede probar algo que es falso. - La realidad cambia y por lo tanto el conocimiento puede dejar de ser válido.

    Hay un punto adicional, respecto al significado de “justificado”, pero en el artículo aclara que los posibles reemplazos del término (“tener evidencia adecuada” y “tener derecho a”) sufren del mismo problema.

    Veamos de nuevo el ejemplo del granero: - Sócrates vio un granero en una carretera. - Sócrates afirma “ahí hay un granero”.

    La afirmación de Sócrates adolece de un defecto lógico y científico. De una sola muestra hace una afirmación general, algo que solo los cazadores de mitos aceptarían como válido. Lo que Sócrates sí sabe es que “la última vez que pasó por esa carretera vio allí un granero”. Es decir, su creencia no está firmemente justificada, aunque sea verdad, y por lo tanto no entraría dentro de CVJ.

    El problema de Gettier lleva mas a reflexionar sobre los alcances de “creer”, “verdad” y “justificación”. Se cree “mientras no haya evidencia en contrario”, las cosas son verdad “hasta donde sabemos” y se justifican “con los medios disponibles”.

    La definición abstracta de línea recta sigue siendo útil, aunque en un universo curvado por la gravedad sea imposible que exista cosa tal como una línea recta. Un ideal de conocimiento tal vez nos siga siendo útil, aunque nunca nada de lo que sabemos encaje dentro de ese ideal.

  6. Gravatar Cristhian | 18/07/2009 at 07:29 | Permalink

    Lo que dice Gettier al comienzo del artículo es exactamentte lo mismo que dice el ejemplo de la shuvia

  7. Gravatar Cristhian | 18/07/2009 at 07:38 | Permalink

    Por ejemplo, en la proposición: “1 + 2 = 3”, ¿de dónde hallamos una causa para creer que es verdadera? De tal manera, esta solución para los problemas de Gettier no se considera completa.

    Solución:

    “tres unos son tres” = “3 = 3″ “1 + [1 + 1] = 3″ “1 + 2 = 3″

    Solucionado, che lucas, mejor dedicate a la filosofía…

    1 + 1 + 1 = 3

  8. Gravatar Cristhian | 18/07/2009 at 07:42 | Permalink

    A camilo: aquí está una línea recta

  9. Gravatar lucas | 19/07/2009 at 02:49 | Permalink

    @Brigo, esa misma cuestión de la diferencia entre conocimientos de hechos pasados y futuros es la que se plantea en el ensayo de Tomasini (por el final), del que dejé un enlace. Es una observación muy interesante. Por otro lado,

    En el primer ejemplo Sócrates podría haber fallado también, alguien le podría haber respondido: aquello no fue lluvia, es que se rompió una presa y te mojaste, o algo por el estilo.

    Lo que se quiere decir en ese ejemplo es que Sócrates tiene evidencia muy firme para justificar su creencia. El que se haya mojado lo puse simplemente como un ejemplo ilustrativo, pero puedes pensar que tomó una muestra del agua de lluvia y analizó su composición química, obteniendo como resultado que los componentes allí disueltos únicamente pueden darse en esas proporciones en el proceso meteorológico de precipitación líquida, etc.

    @Camilo,

    De una sola muestra hace una afirmación general, algo que solo los cazadores de mitos aceptarían como válido.

    :) Totalmente de acuerdo.

    @Cristhian, por favor no confundamos lo que es una Causa, con lo que es una Demostración (aunque, en este sentido, tu solución no es una demostración).

    Lo que se está queriendo decir es que es imposible hallar causa a los axiomas matemáticos.

    Gracias por sus comentarios. Saludos.

  10. Gravatar xab | 18/08/2009 at 02:49 | Permalink

    creo que el conocimiento no reside en la creencia sino en la justificacion de la misma. Es decir, “ahi hay un granero” es una creencia injustificada, aunque sea una creencia verdadera, por lo tanto el conocimiento sin causa/justificacion no es tal.

  11. Gravatar jonathanjhosue | 05/01/2011 at 05:10 | Permalink

    la paradoja de ¿como definimos que es Definir?, bueno no sabemos pero comencemos a definir todo lo demás. jaja

  12. Gravatar josecb | 19/07/2011 at 11:22 | Permalink

    Interesante artículo, ya había leído algo parecido pero no profundizaba tanto en el problema.

    De todas formas el conocimiento como bien decía Platon no deja de ser creencia (ahí tienes Matrix, Nivel 13 o si nos ponemos más serios la filosofía de Descartes) por lo que una justificación válida es aquella que por convención se acepta como válida. En la ciencia sería por ejemplo aquella que sigue el método científico.

    Un saludo

  13. Gravatar Sergio B | 19/07/2011 at 12:33 | Permalink

    Es curioso esto de Gettier, yo creo que definiría mas lo de creer, vamos, si uno va por el desierto y ve un granero, pues supondra que no lo es, ¿que demonios haría un granero en el desierto? Vamos creo que no hay que olvidar que son herramientas humanas y nosotros no funcionamos como ordenadores o como formulas entonces creo que la primera parte de las condiciones no debería ser despreciada. Para que alguien tenga conocimiento de algo se ha dicho que tienen que creérselo, ademas de ser justificado y verdad, por lo tanto dependería de a quien le pones los granero de cartón al lado del verdadero, cuantos, en donde estan, engañaras a socrates, ¿engañarías a un campesino?

  14. Gravatar vale | 30/09/2011 at 05:05 | Permalink

    Hola, mi pregunta es más directa. Cómo me explicarías vos, en cuanto a las Meditaciones Metafísicas de Descartes, se les puede aplicar los contraejmplos de Gettier, es decir, Descartes propuso en su concepción de conocimiento creencias que no son verdaderas ni están bien justificadas??, gracias.

  15. Gravatar gis | 12/08/2012 at 10:49 | Permalink

    Querido Lucas, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!! Has escrito la explicación más clara de los casos Gettier que he leído en mi vida, y mira que he intentado entenderlos leyendo miles y millones de artículos pero siempre ha habido algo que no me queda del todo claro. Me gusta mucho tu explicación porque es muy completa y detallada, llevas al lector de la mano en todo momento, y para gente que comienza a estudiar epistemología creo que es fundamental explicar con facilidad para ahorrar a los alumnos confusiones y frustraciones innecesarias. Aprovecho para hacerte un par de preguntas, a ver si puedes ayudarme: 1. No entiendo bien la relación entre el principio de cierre y los casos Gettier: no entiendo por qué es válido que de una premisa falsa se siga otra premisa que es verdadera. Creo que el Caso II de Gettier se parece mucho al que pones sobre Platón, (el caso en el que Smith (supuestamente) tiene CVJ de que Jones tiene un Ford, no sabe dónde está Brown y al azar dice que está en Barcelona y acierta… y resulta que al final Jones no tiene un Ford). - Me cuesta entender que haya justificaciones de cosas falsas y que aún así Gettier cumpla con el principio de veracidad; si se supone que se trata de una creencia VERDADERA justificada, ¿por qué aceptar como válidos ejemplos en los que se justifican creencias falsas? ¿cual es el razonamiento lógico que permite que eso sea posible?

    Me gusta mucho el ejemplo del graneo de Goldman, es mucho más “elegante”: cuestiona la definición clásica de conocimiento sin meterse en tinglados de justificaciones de creencias falsas.

    Aunque Gettier me da algún dolor de cabeza, el peor de mis males es que no consigo entender la solución de Nozick al problema de Gettier, su “teoría condicional del conocimiento”, (solución que mi profesor tiene el hábito de preguntar en el examen todos los años). ¿Tienes alguna cosa escrita al respecto o sabes de alguna explicación clara?

    Saludos!!!

  16. Gravatar Jose | 04/09/2012 at 06:09 | Permalink

    Hola a todos ¿Qué os parece resolver el problema hablando de la validez del conocimiento o de las investigaciones? En el ejemplo de Sócrates y los graneros, tendría una gran validez externa (todos son graneros) a costa de poca validez interna (no ha examinado las muestras con detalle). Si aumentase la validez interna, asegurándose de que cada granero es de pega, no estaría justificado decir que el granero real lo es, aunque fuese verdad que era un granero. Saludos

  17. Gravatar manuel | 09/11/2013 at 01:05 | Permalink

    me parece muy importantes estos problemas yo como estudiante de filosofía valoro enormemente el trabajo del prestigioso filosofo gettier, pues este filosofo plantea un problema epistemológico de que todo lo que uno cree no es conocimiento a mi me paso un caso muy particular, ej yo tenia una novia llamada Camila, pero no sabia que mi novia tenia una hermana gemela llamada mariana. ambas son iguales pues no hay formas de distinguirlas mariana, me beso pues yo tenia la creencia verdadera de que mariana era mi novia pues tenia testigos de que era mi novia yo creía que tenia conocimiento pero es real lo que tenia era una creencia verdadera aunque justificada pero no era conocimiento

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  1. Gravatar meneame.net | 20/07/2009 at 11:32 | Permalink

    ¿Qué es el Problema de Gettier?…

    En una de sus obras, llamada “Teeteto”, Platón narra una discusión entre Sócrates y Teeteto, en la que debaten sobre qué es el conocimiento. Allí se explica que la única forma de entender este concepto sin caer en ambigüedades, es definirlo como una cr…

  2. [...] *Problema de Gettier (Wikipedia) [...]

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