El Tamiz

Antes simplista que incomprensible

El Sistema Solar - Marte (III)

Hoy continuamos disfrutando de Marte, el Planeta Rojo, dentro de la serie El Sistema Solar. En la primera entrega del artículo nos dedicamos a dar algunas ideas generales sobre el planeta y los datos que las primeras misiones nos fueron revelando, mientras que en la segunda hablamos sobre los accidentes geográficos más relevantes de Marte.

Hoy seguiremos acercándonos al conocimiento actual del planeta, fundamentalmente con imágenes. Las misiones más recientes nos han regalado fotografías que, francamente, necesitan de pocas palabras: fotografías que revelan un planeta complejo, cambiante y tentador. Espero que, más allá de lo que aprendas con esta entrada, te lleves unas cuantas fotos de las que no se olvidan y fondos de pantalla para soñar despierto.

Tras el éxito de la misión Mars Pathfinder que mencionamos en la entrega anterior, la NASA envió una misión doble a Marte en 2003, la Mars Exploration Rover (MER). En ella se lanzaron dos sondas diferentes que colocaron sendos vehículos robotizados gemelos sobre la superficie marciana, MER-A (más conocido como Spirit) y MER-B (Opportunity). Aunque el concepto de la misión era similar, el tamaño de los robots era mayor que el de su predecesor, igual que sus capacidades físicas y su software.

Spirit y Opportunity

MER sobre la superficie marciana (imagen artística). Versión a 3000x2400 px. Crédito: NASA.

Vida corta, by Manín

Vida corta, by Manín

Gracias a Manín por el regalo y el permiso de publicarlo aquí; las partículas que aparecen en la tira (si no la entiendes, hala, a leer, que esto hay que currárselo):

Un punto para quien coja la broma en general, dos puntos para quien pueda identificar todas las partículas que aparecen sin necesidad de leer los artículos y cinco puntos para quien no se avergüence de todo lo anterior ante conocidos y compañeros de trabajo.

Cuántica sin fórmulas - El gato de Schrödinger

Tras una pausa más larga de lo que hubiera deseado, hoy seguimos buceando en las brumosas aguas de la mecánica cuántica, en la serie Cuántica sin fórmulas. Es muy difícil entender este artículo sin tener claros los tres últimos de la serie, de modo que una recomendación: si eres un tamicero añejo, relee esas tres entradas (estados cuánticos, eigenestados y superposiciones cuánticas), pues hace bastante tiempo y tal vez no las recuerdes demasiado bien; si eres un recién llegado, creo que sería aún mejor que empezases la serie por el principio o te va a parecer aún más inaccesible de lo que ya es de por sí.

Afortunadamente, este artículo es menos denso que los tres que lo precedieron, y no introduce conceptos nuevos, con lo que no hace falta que recomiende aspirinas para leerlo. De hecho, como alguna otra entrada de la serie, funciona bien como baremo: si no te pierdes al leerlo es que has entendido las últimas entradas de la serie. ¡Ojo! Te prevengo contra el peligro contrario: si el experimento te parece una estupidez con una solución obvia es que no has entendido la serie hasta ahora.

Es mucho más profundo de lo que parece, y tantos físicos insignes no han estado discutiendo (y aún siguen) sobre él durante décadas porque sean unos imbéciles de mente obtusa. Es un experimento mental en el que se mira, cual espejo, toda interpretación que se precie de la mecánica cuántica. Empezaremos a hablar del gato de Schrödinger. Esta primera entrada será una introducción al problema, que atacaremos desde distintas interpretaciones y nos llevará a lugares bastante raros de la cuántica. Pero paciencia, como siempre.

Imágenes - Corona en eclipse

La imagen de hoy es, como no podría ser de otra forma (o no la compartiría con vosotros), de las que me quitan el aliento. Como casi todas las otras que muestro, está entre las muchas imágenes astronómicas que aparecen aleatoriamente en mi fondo de pantalla, pero por muchas veces que la vea, me sigue maravillando. Pero, antes de mostrarla, quiero contarte brevemente lo que vas a ver.

Si has leído La vida privada de las estrellas, sabes que la superficie de nuestro Sol está a algo menos de 6 000 K, pero que la corona solar está muchísimo más caliente que ella: entre uno y tres millones de kelvins, una temperatura gigantesca. Es una temperatura tan grande que no existen moléculas en la corona, ni siquiera átomos, y los iones que constituyen el plasma que la forma se mueven a velocidades astronómicas.

El Sistema Solar - Marte (II)

La semana pasada empezamos a acercarnos a Marte, el Planeta Rojo, dentro de la serie El Sistema Solar. En la primera parte hablamos acerca de nuestras primeras ideas sobre Marte y las sondas que lograron llegar hasta él por primera vez, tocarlo y enviarnos los primeros datos sobre su atmósfera. Como recordarás, hicimos especial énfasis en la Mars Global Surveyor y su mapa del planeta. Ese mapa nos será muy útil hoy para continuar aprendiendo sobre ese pequeño vecino de la Tierra, ya que hoy nos centraremos en la geografía marciana, una de las más extremas del Sistema Solar.

Por comodidad, aquí tienes de nuevo el mapa de la MGS. Cuando hable de lugares concretos, haré referencia a la latitud y longitud en el mapa para que puedas localizar el sitio en cuestión. Cuando acabe esta entrada deberías ser capaz de reconocer las estructuras más importantes del planeta:

Mapa topográfico de Marte

Versión a 2497x2221 px. Crédito: NASA.

Antes de nada, hablemos brevemente de lo primero que llama la atención al mirar ese mapa fotográfico, algo que ya mencioné en la primera entrega del artículo: la enorme diferencia entre el hemisferio norte y el sur. Como puedes ver en el mapa, el hemisferio norte de Marte es muy plano, con poca elevación y sin apenas cráteres de importancia. Sin embargo, el hemisferio sur es muy abrupto, con cráteres gigantescos y una miríada de cráteres más pequeños. Desde hace décadas los astrónomos se han hecho la misma pregunta que tú y que yo: ¿por qué ese contraste tan grande?