El Tamiz

Antes simplista que incomprensible

Desafíos - El palo deslizante

Sí, llega la nueva temporada de los desafíos de El Tamiz. Además, hay novedad: para variar habrá un premio para el ganador, pero de eso hablo al final, porque no es lo importante.

El desafío de hoy es de los que me gustan por lo simple del planteamiento y porque obliga a pensar con cuidado las cosas; espero que a vosotros también os haga disfrutar un rato con lápiz y papel. Aunque creo que no hace falta que lo repita, algunas ideas básicas sobre estos pequeños desafíos que planteamos:

  • El objetivo no es ganar sino pasarlo bien peleándose con ellos, independientemente de que llegues a la solución correcta o no.

  • Es aceptable atacarlos en equipo, siempre que se mencione a todos los miembros del equipo en la respuesta.

  • Es aceptable usar análisis numérico o programas de ordenador para obtener soluciones aproximadas, aunque si hay una solución exacta siempre es preferible obtener ésa.

  • Da igual cuándo se entregue la respuesta siempre que sea en plazo; lo importante es que sea correcta, clara y didáctica.

Dicho todo esto, aquí tenéis el desafío de hoy, cuya descripción es terriblemente corta y simple.

El palo deslizante

Imagina una pared y un suelo perfectamente lisos (no hay rozamiento), con el suelo horizontal y la pared vertical. Imagina también que hay un palo de longitud L y masa M (de grosor despreciable) apoyado en la pared. De estar colocado verticalmente, tocando la pared en todos sus puntos, se encontraría en equilibrio, pero imagina también que el extremo inferior se separa una distancia minúscula de la pared.

El palo ya no estará absolutamente vertical, y dado que no hay rozamiento, empezará a deslizarse hacia abajo y la derecha, al principio muy lentamente (parte del reposo) pero cada vez más deprisa.

Palo deslizante

Al cabo de cierto tiempo, la velocidad horizontal del palo será constante de ahí en adelante para siempre –esto te lo aseguro yo, para que luego te quejes–. Y la pregunta del desafío es: ¿cuál será el valor de esa velocidad horizontal “terminal” para el centro de masa del palo?

Podéis enviar las respuestas hasta el sábado 11 de octubre inclusive, dentro de una semana, a desafios@eltamiz.com, lo mismo que dudas sobre el planteamiento del problema –no sobre las soluciones, yo no ayudo nada–.

El ganador del desafío recibirá un juego de mesa que le enviaremos a casa, cortesía de Homo Ludicus. Ya concretaremos el juego entre el ganador, Pol –de Homo Ludicus– y yo.

¡Suerte y al toro!

Enviado el número de septiembre de 2014

Ayer enviamos la recopilación de artículos de septiembre a mecenas y colaboradores habituales. Este mes ha habido un pequeño cambio: el antiguo formato mobi para Kindle ha sido sustituido por el más moderno azw3. Quienes usais Kindle deberíais usar el azw3; si alguien tiene algún problema que me lo diga y lo resolvemos.

El resto de formatos es el de siempre: pdf, epub, fb2 y html. También como siempre, las versiones de libro electrónico son gracias a johansolo. La versión pdf de este mes tiene unas 45 páginas A4 y la descarga es especialmente pesada por las imágenes de Jápeto.

En el número de septiembre:

  • El Sistema Solar - Jápeto
  • ¿Has leído Memorias de un viejo informático, de Macluskey?
  • Conoce tus elementos - El rubidio

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¡Que lo disfrutéis!

Conoce tus elementos - El rubidio

Nuestro viaje por la tabla periódica continúa con la serie Conoce tus elementos. Hemos recorrido ya más de un tercio de la tabla; en el último artículo hablamos del elemento de treinta y seis protones, el kriptón, uno de los gases inertes –electrónicamente estables–. Como dijimos entonces, la estabilidad y la inestabilidad electrónicas están siempre muy cerca la una de la otra, de modo que hoy hablaremos de un elemento extraordinariamente inestable – el de treinta y siete protones: el rubidio.

¿Has leído Memorias de un viejo informático, de Macluskey?

Ya, ya sé lo que me vais a decir: hace unos meses de la última entrega de ¿Has leído…?, donde recomendaba una novela de Macluskey, y ahora voy y recomiendo otra vez un libro suyo. Pero tengo dos excusas.

La primera excusa: la culpa la tiene él. En poco tiempo ha publicado dos libros, tras mucho tiempo en el que muchos lo azuzábamos pero no lo hacía. Esta fiebre es asunto de Mac, no mío.

La segunda: el libro es excepcional. Sí, aquí tienes la versión corta de esta reseña – da igual si eres informático o no, compra el libro y léelo. Lo disfrutarás seguro. Es así de bueno, y llevo esperando años a que Mac se decidiese a publicarlo.

Así que por eso me tenéis aquí, reseñando otra vez otro libro de Mac: Memorias de un viejo informático. Vamos con él.

El Sistema Solar - Jápeto

A estas alturas estaba seguro de que su destino final era Jápeto.

Arthur C. Clarke, 2001: Una odisea en el espacio.

Estamos a punto de terminar nuestro viaje por el subsistema de Saturno en nuestro largo trayecto por El Sistema Solar. En el último artículo de la serie visitamos Hiperión, la caótica luna con aspecto de esponja. Hoy nos vamos mucho más lejos del gigante Saturno para conocer la última de las lunas principales de Saturno –aún nos queda un artículo más para explorar algunas pequeñas lunas exteriores–: Jápeto.

Por si no conoces El Sistema Solar, en esta serie recorremos cada objeto que orbita nuestro Sol, desde dentro hacia fuera. De paso, intercalando la información con artículos específicos sobre diversos objetos o dentro de los propios artículos, intentamos dar nociones de planetología sin aburrir demasiado. No puedo garantizar que salgas de aquí sabiendo mucho, pero sí que te llevarás a la mochila unos cuantos fondos de pantalla dignos de babeo profuso. Para muestra, un botón: una delicia de Cassini para abrir boca.

Jápeto, visto por Cassini
La superficie de Jápeto, fotografiada por Cassini [NASA].