El Tamiz

Antes simplista que incomprensible

Desafíos - Las colinas antarianas (pista)

Hace una semana publicamos el desafío de las colinas antarianas. Hemos recibido muchas respuestas correctas a la primera pregunta (no voy a decir aquí cuál es la respuesta correcta por si alguien quiere seguir atacando el problema), y bastantes respuestas a la segunda pero desgraciadamente ninguna correcta –salvo una cuyo resultado final es correcto pero no tiene un desarrollo suficiente–.

De manera que, como haría en clase, no voy a dar la respuesta correcta a la segunda pregunta, sino que voy a intentar explicar dónde está el error que habéis cometido casi todos los que habéis contestado, de modo que seáis vosotros mismos quienes logréis llegar al resultado correcto.

Si aún no has obtenido la respuesta a la primera pregunta, y no quieres que te reviente la diversión, por lo tanto, no sigas leyendo. Me es imposible explicar el error común sin revelar la segunda pregunta, que no deberías estar viendo si no has respondido correctamente a la primera. De todos modos, creo que si no estás a punto de obtener la respuesta correcta la “pista” no te servirá de nada, pero yo no seguiría leyendo por si te agua la fiesta.

Desafíos - Las colinas antarianas

Desafíos El Tamiz

Ya hace unos meses que os hicimos estrujaros las neuronas con el último desafío, el del péndulo estelar de diciembre. El de hoy es, una vez más, eminentemente físico, aunque se parece más a los del colegio que el anterior; de hecho, como verás, la primera parte es una pregunta típica en el colegio (la segunda no tanto).

Si no conoces estos Desafíos, son propuestas para hacerte volver al pasado –si dejaste los estudios hace tiempo, claro–, buscar un papel y un lápiz, tal vez una calculadora, y empezar a hacer trabajar las células grises para intentar encontrar una solución a las preguntas que hacemos. El objetivo de esta serie no es que llegues a la solución correcta, sino hacerte disfrutar pensando y alejarte de la hipoteca y el trabajo durante un rato.

Como siempre en el planteamiento de los desafíos, los comentarios de esta entrada están desactivados para que nadie agüe la fiesta al resto dando la solución. Si tienes alguna duda sobre el planteamiento, dínoslo por correo e intentaremos resolverla. También como siempre, daremos alrededor de una semana para que podáis enviar las soluciones antes de publicar las mejores que nos hayáis enviado, aunque de eso hablaremos tras plantear el desafío.

Dicho lo cual, viajemos al escenario de hoy…

Las colinas antarianas

Antares VII es un planeta helado que orbita una supergigante roja, y a lo largo de los milenios se ha convertido en uno de los destinos turísticos más populares de la Galaxia. En Antares VII la nieve no desaparece nunca y, además, se trata de una nieve de una blancura y una suavidad inigualables: no presenta fricción alguna ante el deslizamiento sobre ella, con lo que es un sueño para esquiadores y aficionados a los trineos.

La segunda peculiaridad de Antares VII, además de su magnífica nieve, son sus colinas. Los geólogos de la Galaxia entera no han sido capaces de explicar por qué son como son. Para empezar, todas las colinas antarianas son semiesféricas con una exactitud pasmosa – es imposible apreciar desviación alguna de la superficie de una semiesfera a simple vista. Esto ha sido considerado tan extraño que una hipótesis bastante aceptada es que las colinas de Antares VII fueron fabricadas por una especie inteligente en un pasado lejano, a pesar de que no se han encontrado otros restos en el planeta que sugieran inteligencia alguna.

La forma semiesférica de las colinas antarianas hace muy divertido esquiar sobre ellas, ya que inevitablemente un esquiador que se deslice sobre una de estas colinas tarde o temprano termina despegando del suelo. Dado que la gravedad antariana es bastante baja, estos saltos no son peligrosos y proporcionan gran diversión a los esquiadores.

Aquí tienes de hecho, estimado lector, la primera parte del desafío de hoy, que debería servirte de baremo para ver si estás preparado para atacar la segunda parte. Si un esquiador sobre Antares parte de la cima de una colina antariana con una velocidad minúscula (puedes suponer que es casi nula, lo suficiente para empezar a caer por la pendiente), ¿en qué punto se separará del suelo?

Tal vez una figura ayude a entender la situación:

Colinas antarianas 1

En términos de esta figura, la primera pregunta del desafío es el valor del ángulo θ en el que el esquiador, inevitablemente, perderá contacto con el suelo. Algunos datos para quien pueda tener dudas:

  • No existe rozamiento alguno, dada la magnífica suavidad de la nieve antariana y lo tenue de su atmósfera.

  • No son relevantes los valores de la masa del esquiador (m) ni la gravedad antariana (g) ni el radio de la colina (R), pero si usas estas letras para representarlos podrás comparar tus cálculos más fácilmente con los de otros.

Es posible que este problema te suene, ya que variantes de él son relativamente comunes en el colegio al estudiar conceptos como la fuerza normal, la aceleración centrípeta o la conservación de la energía. El valor del ángulo θ en el que el esquiador pierde el suelo es concreto, como por ejemplo 32,1º (sólo que no es ese valor, claro). Obtenerlo debería servirte de entrenamiento para atacar luego la segunda parte del desafío.

¿Cuál es la segunda parte? Ah, eso no te lo voy a contar aquí porque tienes que ganártelo. Si respondes correctamente a esta primera parte, enviándonos el valor de θ a desafios@eltamiz.com (no hace falta incluir una explicación, con el resultado basta), te mandamos la segunda pregunta del desafío.

La duración de este desafío (no sólo la primera pregunta, sino en total) es hasta el domingo que viene inclusive, de manera que tampoco esperes demasiados días para empezar o puede que al final te pille el toro.

¡Que lo disfrutéis!

Premios Nobel - Química 1914 (Theodore W. Richards)

En la serie sobre los Premios Nobel seguimos en los comienzos de la Primera Guerra Mundial. El último artículo de la serie estuvo dedicado a Max von Laue por su Nobel de Física de 1914, recibido por su trabajo en difracción de rayos X utilizando cristales. Antes de eso hablamos del Nobel de Química de 1913, recibido por Alfred Werner en honor a su descubrimiento de los compuestos de coordinación.

Dado que hoy volvemos a la química, yo debo volver a mis avisos habituales: soy físico, no químico, y mi ignorancia en química es tremenda. Por lo tanto no sólo agradezco las posibles correcciones que podáis hacer, sino que además tengo que disculparme de antemano por la menor profundidad e interés de este tipo de entradas. Uno hace lo que puede.

Dicho esto, hoy hablaremos del Premio Nobel de Química de 1914, entregado al año siguiente –luego veremos por qué– al estadounidense Theodore William Richards, en palabras de la Real Academia Sueca de las Ciencias,

En reconocimiento a la determinación exacta de los pesos atómicos de un gran número de elementos químicos.

Sé que la descripción puede sonar soporífera, pero incluso yo puedo intentar mostrar por qué no lo es tanto, sino que el trabajo de Richards supuso un cambio en nuestra comprensión de la naturaleza atómica de la materia y nos permitió realizar descubrimientos posteriores revolucionarios. Investigadores como Richards, que se dedican a la minuciosa determinación de cosas ya conocidas, tienen la mala fortuna de que su trabajo no es tan interesante en sí mismo como el de otros, pero sin Richards y otros como él no existirían los “interesantes” que crean ciencia nueva. ¡Pobre Theodore!

El Sistema Solar - Tetis

Nuestro recorrido por los satélites de Saturno nos ha llevado primero a conocer Mimas, la “estrella de la muerte”, y luego Encélado, el bellísimo satélite de rayas de tigre y criovolcanes. Hoy sobrevolaremos la tercera de las principales lunas saturnianas, Tetis, además de conocer a sus dos minúsculas lunas “vasallas”, Calipso y Telesto. Os aviso de que Tetis no es un satélite tan fascinante como otros y, aunque siempre hago lo posible por hacer interesantes los artículos, éste no será muy largo comparado con otros de la misma serie.

Si no conoces esta serie, El Sistema Solar explora los planetas y satélites de nuestro sistema estelar. A diferencia de otras series de El Tamiz, aquí solemos profundizar un poco más, ya que lo básico ya lo aprendimos todos en la escuela: por eso hablamos de puntos lagrangianos, resonancias orbitales o calentamientos de marea (y los lectores viejos a veces no se dan cuenta de lo mucho que saben ya). Además tratamos de mostrar la belleza inmensa de los objetos celestes que nos rodean, de modo que al menos salgas de cada artículo con un fondo de pantalla inolvidable. Hablando de lo cual… ¡zasca!:

Tetis frente a Saturno

Tetis frente a Saturno, fotografiada por Cassini (NASA).

Enviado el número de abril de 2013

Portada El Tamiz 201304

Ya está enviado el número de abril mecenas y colaboradores. Como siempre, se trata de la compilación de artículos del mes en formatos FB2/EPUB/MOBI/PDF/HTML. Para variar, las versiones de libro electrónico son gracias a johansolo.

En el número de abril:

  • [Mecánica de fluidos I] - Principio de Arquímedes

  • ¿Has leído “Navegante solar”, de David Brin?

  • El Sistema Solar - Tetis (aún sin publicar)

Que ustedes lo disfruten. Además, ya está casi a punto de caramelo el siguiente libro (el segundo volumen de Hablando de….) Os daremos un aviso cuando esté a la venta.