El Tamiz

Antes simplista que incomprensible

Conoce tus elementos - El arsénico

En la serie Conoce tus elementos, tras un largo trecho en el que sólo había metales de transición (los elementos de la “zona media” de la tabla) hemos entrado en la pequeña región de metaloides o semimetales de este período. Lo hicimos en la última entrega de esta larga serie al hablar del germanio, y hoy conoceremos el segundo metaloide de este cuarto período, uno mucho más siniestro que aquél. Entre sus mórbidos apodos se encuentra el de el rey de los venenos, veneno de reyes o el más significativo de todos, polvo de sucesión. Hablaremos del elemento de treinta y tres protones: el arsénico.

A diferencia de elementos como el germanio del que hablamos en el anterior capítulo de la serie, el arsénico es un viejísimo conocido de la humanidad por su gran abundancia en la Tierra, aunque durante muchos siglos lo utilizamos fundamentalmente en compuestos y no puro. Y cuando digo “lo utilizamos” quiero decir fundamentalmente “matamos con él”, porque es un elemento de una toxicidad tremebunda para todos los organismos pluricelulares.

Los agujeros negros, en vídeo

Pues sí, hemos llegado al décimo y último capítulo de La vida privada de las estrellas en vídeo. El final de la serie está dedicado a los agujeros negros, el disco de acrecimiento, el radio de Schwarzchild, el horizonte de sucesos y cosas así, y corresponde con el último episodio de la serie en texto.

Os recuerdo, ya que es el último capítulo, que la conversión de esta serie a formato de vídeo es el resultado del trabajo magnífico de dos de vosotros: David Moñivas ha sido el narrador y Pedro F. Pardo el editor. Aunque sé que me repito, no tengo suficientes palabras de agradecimiento para los dos. Durante el próximo mes nos pondremos de acuerdo sobre qué otras series atacar a continuación.

Os dejo con el vídeo, recordando además que lo veáis en HD (720p) si es posible, porque se nota la diferencia: https://www.youtube.com/watch?v=i4gT9q5H5xc. También como siempre, aquí tenéis el enlace más “compartible” para dar a quienes no conozcan la serie, ya que es una lista de reproducción de la serie completa (eso sí, es una panzada vérsela entera de golpe): enlace a la lista.

¡Que lo disfrutéis!

El número de julio, disponible pour tout le monde

Portada El Tamiz 201307

Junio y julio han sido meses difíciles, de modo que este número de nuestra “revista” es aún más esquelético de lo normal. Por lo tanto, está disponible para todo el mundo y no contará en las suscripciones puntuales. Aún queda por publicar una cosa, pero es un vídeo de modo que no aparecerá en la revistilla.

Gracias, como siempre, a johansolo por su conversión a formatos de libro electrónico, y espero que más de uno lo disfrute durante las vacaciones… podéis descargarla haciendo click en la portada de la derecha o directamente aquí.

Aprovecho también para deciros que mañana nos largamos de vacaciones. Imagino que la mayor parte del tiempo podré conectarme sin problemas y seguiré escribiendo, pero probablemente algunos días esté perdido en las Rocosas viendo las estrellas y parezca que he desaparecido del mapa… es sólo temporalmente.

En el número de julio:

  • [Mecánica de fluidos I] Tensión superficial

  • La naturaleza de la luz (III)

La naturaleza de la luz (III)

En las dos primeras entregas de este artículo hemos recorrido la historia de nuestro conocimiento sobre la naturaleza de la luz hasta mediados del siglo XIX. En la primera parte fuimos desde Empédocles de Agrigento hasta Galileo Galilei, y en la segunda entramos en el meollo de la cuestión: la controversia onda-partícula. Habíamos dejado este asunto en el triunfo de los ondulatorios, especialmente Young con su experimento de la doble rendija: no había duda de que algo que no fuera una onda no interferiría de este modo consigo mismo. Newton había sido derrotado.

Pero, como dijimos al terminar ese artículo, había problemas con la hipótesis ondulatoria. Uno de ellos se debía a algo muy simple: al hecho de que el ser humano tiende a concebir las cosas en términos de lo que ya conoce, y nos cuesta mucho salir de esa caja de conocimiento adquirido para aprender cosas nuevas. Dado que todas las ondas conocidas –sonido, olas, ondas en una cuerda de guitarra– consistían en la vibración de partículas materiales, prácticamente nadie podía concebir que pudieran existir ondas de otro tipo. Y el problema, como ya vimos, era ¿qué oscilaba en el caso de la luz?

Si eres viejo del lugar, casi toda la física que voy a explicar hoy ya la conoces de sobra. De hecho, aquí hablaremos en tres o cuatro párrafos de asuntos a los que hemos dedicado series enteras. Es posible, por tanto, que no aprendas nada nuevo en este artículo y prefieras saltártelo. Por otro lado, de vez en cuando me gusta atacar las cosas por otro lado y de otra manera, y a veces es agradable simplemente ser consciente de que sabes más de lo que creías. Espero que así te resulte.

Podría haber enlazado en cada cosa que ya hemos estudiado antes al artículo correspondiente sin explicarla, pero prefiero que cada capítulo de esta serie sea coherente por sí mismo. Así, quien la lee no necesita empapufarse de series enteras para entender los conceptos básicos: algunas de las que harían falta hoy son nada menos que las ecuaciones de Maxwell, Relatividad sin fórmulas y Cuántica sin fórmulas, ¡tela marinera!

[Mecánica de fluidos I] Tensión superficial

En los dos últimos capítulos del bloque [Mecánica de fluidos I] hemos visto lo que le sucede a un cuerpo sumergido en un fluido dependiendo de la relación entre la densidad de uno y la de otro. Se trataba de algo conocido desde antiguo, y estudiado en bastante profundidad por el genial Arquímedes de Siracusa. Como vimos entonces, si un cuerpo es meno denso que el fluido que lo rodea flota, y si sucede al contrario, se hunde. Creo que tras dos artículos enteros dedicados a ello, esto ha quedado suficientemente claro.

Lamentablemente, hay un pequeño problema: no es verdad.