En la serie Conoce tus elementos, tras un largo trecho en el que sólo había metales de transición (los elementos de la “zona media” de la tabla) hemos entrado en la pequeña región de metaloides o semimetales de este período. Lo hicimos en la última entrega de esta larga serie al hablar del germanio, y hoy conoceremos el segundo metaloide de este cuarto período, uno mucho más siniestro que aquél. Entre sus mórbidos apodos se encuentra el de el rey de los venenos, veneno de reyes o el más significativo de todos, polvo de sucesión. Hablaremos del elemento de treinta y tres protones: el arsénico.
A diferencia de elementos como el germanio del que hablamos en el anterior capítulo de la serie, el arsénico es un viejísimo conocido de la humanidad por su gran abundancia en la Tierra, aunque durante muchos siglos lo utilizamos fundamentalmente en compuestos y no puro. Y cuando digo “lo utilizamos” quiero decir fundamentalmente “matamos con él”, porque es un elemento de una toxicidad tremebunda para todos los organismos pluricelulares.