El Tamiz

Antes simplista que incomprensible

Versión Kindle de Relatividad sin fórmulas

Los tiempos avanzan que es una barbaridad. Acabamos de poner a la venta Relatividad sin fórmulas en la tienda Kindle de Amazon:

¿Cómo podéis ayudar a darle más visibilidad, de modo que gente que nunca ha oído hablar de El Tamiz pueda descubrirlo allí?

Si teníais pensado comprar el libro en formato electrónico y os viene bien esta versión, nos ayudáis si lo compráis en Amazon porque le da más visibilidad, lo mismo que si se lo regaláis a alguien que tenga un Kindle. Incluso si ya habéis comprado el libro antes, también nos ayudaréis si lo valoráis y escribís una reseña en Amazon, porque es algo que la gente mira mucho antes de comprar un libro. ¡Al ataque!

Imagino que poco a poco iremos sacando versiones para Kindle de otros libros, de modo que si alguien tiene un Kindle y quiere esperar para comprarlos no tendrá que esperar mucho en vez de comprarlos ya en Lulu en formato epub.

P. S. Si alguien está pensando en publicar algo en Kindle y tiene dudas, (formato de subida, portada, etc.) podéis preguntar a gusto donde siempre. La experiencia es la madre de la ciencia.

Premios Nobel - Física 1915 (William Henry Bragg y William Lawrence Bragg)

En la serie de los Premios Nobel seguimos inmersos en la terrible Gran Guerra. Seguimos sin tener discursos de entrega de verdad, y los científicos continúan sin acudir a recibir sus galardones (¡uno de los dos científicos de hoy estaba luchando en la guerra cuando se enteró de que lo había ganado!). Sin embargo, como dijimos en la anterior entrega de la serie, durante la contienda la Real Academia Sueca de las Ciencias trató de continuar su labor de la mejor manera posible y, sobre todo, de mantenerse neutral –aprovechando el hecho de que Suecia lo fue durante la guerra–. Así, el Nobel de Física de 1914 al que dedicamos aquel artículo fue entregado al alemán Max von Laue, mientras que el de 1915 del que hablaremos hoy fue otorgado a dos británicos, William Henry Bragg y William Lawrence Bragg, en palabras de la Real Academia Sueca de las Ciencias,

En reconocimiento a sus servicios a la investigación de las estructuras cristalinas a través de rayos X.

Sí, además del hecho de que los dos premios consecutivos de 1914 y 1915 fueran entregados –no sé si por casualidad o intencionadamente– a científicos de bandos opuestos durante la guerra, hay otra conexión entre ellos que seguro que has notado ya si leíste el artículo sobre von Laue: ambos suenan casi igual, puesto que ambos tienen que ver con los rayos X y los cristales.

Sin embargo, existe una diferencia fundamental entre los dos galardones, como dijimos ya al hablar de von Laue:

Curiosamente, como veremos dentro de algunos meses, en poco tiempo el descubrimiento se utilizó al revés: en vez de utilizar cristales para desentrañar la naturaleza de los rayos X, otros físicos usarían rayos X para “observar” el interior de cristales. Pero de eso hablaremos en su momento, ya que significó otro Nobel de Física.

Ese momento ha llegado hoy: los dos Bragg hicieron exactamente eso, utilizar rayos X para determinar la naturaleza microscópica de los cristales, revertiendo el proceso que von Laue empleó para desentrañar el secreto de los rayos X. Ni qué decir tiene, por cierto, que si no has leído el artículo anterior te recomiendo que lo hagas antes de seguir con éste.

Listo para descarga el número de agosto

Portada El Tamiz 201308

Como pasó en julio, el número de agosto es escaso, con lo que una vez más está disponible para todo el mundo. Puedes descargarlo en la imagen de la derecha o directamente aquí. Como siempre las conversiones a fb2/mobi/epub son gracias a johansolo y también como siempre aprovecho para dar las gracias, además de a él, a todos los que nos seguís haya muchos artículos o pocos. ¡Que disfrutéis la pobre revista!

En el número de agosto:

  • Conoce tus elementos - El arsénico

  • [Mecánica de fluidos I] Viscosidad

De vuelta

Brevísima entrada: sólo quiero avisaros de que ya estamos de vuelta de vacaciones, y también del hecho de que mi “recámara” de artículos está completamente vacía (entre otras cosas, han sido vacaciones un poco complicadas por asuntos familiares con los que no voy a aburriros). Aunque subiré el esquelético mes de agosto en los formatos habituales en cuanto pueda, y me pondré a escribir ipso facto, pasarán unos días hasta que haya algún artículo nuevo en la web.

Para más desgracias, estas vacaciones no he leído varios libros de ciencia-ficción como suelo hacer. Cayó en mis manos Auge y caída del Tercer Reich de Shirer y, aunque he leído como un poseso todo el tiempo, sólo he conseguido leer algo más de la mitad de este monstruaco, con lo que no habrá ninguna recomendación post-vacacional de lectura… ¡lo siento!

Hala, de vuelta a la mazmorra a escribir…

[Mecánica de fluidos I] Viscosidad

Nos encontramos ya entrando en la recta final de nuestro bloque introductorio a la Mecánica de fluidos. Después de establecer las bases más clásicas de esta disciplina en los primeros siete capítulos, en el último empezamos a desviarnos hacia cosas algo más complicadas hablando de la tensión superficial. Como seguro que recuerdas, la razón de su existencia era algo no considerado por la mecánica clásica de fluidos –las atracciones intermoleculares–. Hoy continuaremos nuestro camino hacia la mecánica de fluidos moderna teniendo en cuenta otra cosa más: el movimiento de los fluidos.

La primera parte del bloque ha estado dedicada al estudio de los fluidos en equilibrio, es decir, la estática de fluidos. Ya dijimos en la introducción al bloque que el estudio de los fluidos que no lo están es mucho más complicada, y tardamos bastante tiempo en comprender su comportamiento de manera razonable. Hemos visto, por ejemplo, que Arquímedes ya era capaz de predecir aspectos del comportamiento de los fluidos antes de nuestra era, y que Pascal hizo lo propio en el siglo XVII. Pero todos ellos estudiaban fundamentalmente fluidos en equilibrio: dicho mal y pronto, porque no vamos a entrar aquí en sutilezas, fluidos que no se mueven ((Estrictamente hablando, que no tienen aceleración)).