El Tamiz

Antes simplista que incomprensible

Michael Faraday (II)

En la primera parte de este artículo tripartito hablamos sobre la infancia y juventud de Michael Faraday: sus humildes comienzos como repartidor de periódicos y aprendiz de encuadernador, su viaje por Europa con Sir Humphry Davy, su trabajo como ayudante de laboratorio de la Royal Institution y el experimento fallido de Wollaston y Davy de construir un motor eléctrico. Como dijimos al terminar la historia, Faraday decidió seguir trabajando en el asunto después de que los otros dos –al menos en apariencia– se dieran por vencidos.

Pinceladas 2013/10/20

Como vengo haciendo con estas pinceladas, no tengo orden ni concierto: cuando tengo dos o tres cosas merecedoras de ser incluidas en un apunte, publico. Por casualidades de la vida las tres de hoy tienen que ver con la planetología, pero como digo no es nada planeado.

Michael Faraday (I)

Hablando de… es la serie caótico-histórica de El Tamiz. En ella hablamos más o menos de cualquier cosa de manera caprichosa y enlazamos cada artículo con el siguiente para poner de manifiesto que todo está conectado de una manera u otra; los primeros 32 artículos de la serie están disponibles, además de en la web, en forma de dos libros, pero esto tiene pinta de no terminarse pronto (al menos, mientras vosotros y yo nos sigamos divirtiendo).

En los últimos artículos hemos hablado del café, bebida protagonista de la Cantata del café de Johann Sebastian Bach, cuya aproximación intelectual y científica a la música fue parecida a la de Vincenzo Galilei, padre de Galileo Galilei, quien a su vez fue padre de la paradoja de Galileo en la que se pone de manifiesto lo extraño del concepto de infinito, cuyo tratamiento matemático sufrió duras críticas por parte de Henri Poincaré, el precursor de la teoría del caos, uno de cuyos padres, Sir Robert May, fue Presidente de la Royal Society de Londres, sociedad formada a imagen de la Casa de Salomón descrita en el Nova Atlantis de Francis Bacon cuando científicos de las siguientes generaciones leyeron sus escritos, como le sucedió a Robert Boyle, cuyo trabajo en óptica fue bienintencionado pero muy inferior al de otros estudiosos de la naturaleza de la luz, cuyo carácter de onda electromagnética nunca hubiéramos descubierto sin la ayuda de Michael Faraday.

Pero hablando de Michael Faraday…

Enviado el número de octubre de 2013

Este mes no voy mal de tiempo y ya está enviado el número de octubre, fundamentalmente faradiano o faradaico o como se diga, porque el tocho ha sido tal que lo he partido en tres pedazos digestibles (espero).

Acabo de enviarlo a mecenas y colaboradores. Como siempre hay formatos PDF, MOBI para Kindle, EPUB/FB2 para otros lectores y HTML para quien no tenga otro remedio.

En el número de octubre:

  • Desafíos - El cable colgante

  • Desafíos - El cable colgante (solución)

  • [Mecánica de fluidos I] Turbulencia

  • Michael Faraday (I) (aún sin publicar)

  • Michael Faraday (II) (aún sin publicar)

  • Michael Faraday (III) (aún sin publicar)

Que ustedes lo lean bien.

[Mecánica de fluidos I] Turbulencia

Hemos llegado, esta vez sí, al final del bloque [Mecánica de fluidos I]. A lo largo de sus diez capítulos hemos aprendido sobre el concepto de fluido y sus diferentes tipos (líquidos, gases y plasmas), hemos estudiado la presión y conceptos asociados –principio fundamental de la hidrostática y presión atmosférica–, hemos hablado del principio de Arquímedes y la flotabilidad y, finalmente, hemos metido el morro en asuntos más peliagudos como la tensión superficial y la viscosidad. Para terminar el bloque hablaremos acerca de otro asunto difícil pero interesante: la turbulencia.

No digo en broma que es difícil, y repito lo que dije cuando hablamos de viscosidad: aquí sólo podemos dar una idea cualitativa del asunto porque es endiabladamente difícil, y me empeño en hablar de turbulencia porque, como en el caso de la viscosidad, este bloque no quedaría redondo sin proporcionar una explicación básica sobre su origen y consecuencias. Para que te hagas una idea de lo puñetero del asunto, Sir Horace Lamb, matemático y físico de la segunda mitad del XIX y primera del XX, en un discurso ante la British Association for the Advancement of Science en 1934, dijo lo siguiente (que también ha sido atribuido con palabras diferentes a Werner Heisenberg):

Soy ya un hombre viejo, y cuando muera y vaya al Cielo hay dos asuntos que espero entender por fin. Uno de ellos es la electrodinámica cuántica y el otro es el flujo turbulento de los fluidos. Soy bastante optimista sobre el primero.

De modo que, empapados de la positiva actitud de Lamb, hablemos sobre el segundo asunto.