Científicos japoneses han conseguido fabricar unas tijeras-pinzas de unos tres nanómetros de longitud: bastante más pequeñas que la mayor parte de las moléculas biológicas, como el ADN. Las nanotijeras están hechas de unas pocas moléculas (el “tornillo” del fulcro es un único átomo de hierro entre dos capas de átomos de carbono), y son capaces de manipular moléculas individuales: por ejemplo, de cortar ADN o de introducir un compuesto (como un medicamento) en una sola célula.
Además, lo interesante es que estas tijeras no requieren una fuente de energía interna. Si recuerdas el reciente artículo sobre diodos nadadores, un gran problema de los dispositivos nanotecnológicos es que, al ser tan pequeños, no pueden acarrear pilas ni otras fuentes de energía macroscópicas. ¿Cómo se consigue entonces que las nanotijeras se abran y se cierren?