Esta entrada inicia una nueva serie, Esas maravillosas partículas, en la que (a sugerencia de Miguel y cruzki) vamos a hablar brevemente de una partícula en cada artículo, de más comunes a más “raras”. La de hoy es una de las más conocidas - el electrón.
¿Cómo definir un electrón? Voy a hacerlo de modo que introduzca algunos conceptos que nos serán muy útiles durante esta serie de artículos. Vamos a hablar de muchos nombres que encantan a los físicos cuánticos, de modo que prepárate para lo que tal vez sea un poco aburrido. En cualquier caso, muchos los repetiremos a lo largo de la serie.
En primer lugar, un electrón es una partícula elemental. Esto quiere decir que no está compuesto de partículas más simples (que sepamos, por supuesto). Pues claro, puede decir algún lector avezado. ¿Quién no sabe que un electrón es una partícula elemental? ¿Por qué lo dices como si fuera especial?
Bien, hago énfasis en esto porque mucha gente llama “partículas elementales” a cosas que no lo son. Por ejemplo, los protones y los neutrones (cada uno de los cuales tendrá su entrada particular en esta serie) no son partículas elementales. Ya veremos por qué otras partículas están constituidos cuando llegue la hora. Pero el electrón sí lo es - que sepamos nosotros, no tiene estructura interna.