La Universidad de Arizona está elaborando un estudio encargado por el NASA Institute for Advanced Concepts (Instituto de Conceptos Avanzados de la NASA) para construir un telescopio líquido gigante en la Luna, que podría ser cientos de veces más sensible que el Hubble.
Los telescopios líquidos no son nuevos - la idea fue propuesta por primera vez en 1850 por el astrónomo italianio Ernesto Capocci. El más grande del mundo (6 metros de diámetro) se encuentra en Canadá.
Estos telescopios funcionan de la siguiente manera: en vez de tener un espejo primario sólido (un espejo parabólico construido de un metal pulimentado), se llena un “plato” con mercurio y se pone a girar. Como ya predijo Newton, el líquido en rotación dentro del campo gravitatorio terrestre toma forma de paraboloide de revolución - la forma de un espejo parabólico sin el coste y la precisión de pulir un metal hasta el extremo.