Iniciamos esta serie de Hablando de… con el ácido sulfúrico, sintetizado por primera vez por Geber, cuyas ideas inspiraron la búsqueda en la Edad Media de la piedra filosofal por los alquimistas, el más grande de los cuales fue Paracelso, que eligió ese nombre para compararse con Celso, que se pensaba era un médico romano pero realmente era un tratadista que escribió una de las primeras grandes enciclopedias, la mayor de las cuáles es el Siku Quanshu, que contiene tesoros científicos, literarios y filosóficos como los tres textos clásicos del Taoísmo Filosófico, que tenía un concepto de la realidad muy diferente del occidental hasta la llegada de la “realidad cuántica”, puesta en cuestión por algunos físicos, que se enzarzaron en interesantes debates como las discusiones entre Einstein y Bohr._ Pero hablando de las discusiones entre Einstein y Bohr…_
A pesar de que él mismo había establecido algunos de los fundamentos físicos que más adelante construirían la mecánica cuántica (como el concepto de fotón), la teoría cuántica nunca gustó a Albert Einstein - todo lo que dijimos en el artículo anterior de esta serie acerca del desmoronamiento de la realidad objetiva disgustaba al ilustre físico profundamente. Para él, debía existir una realidad objetiva que la mecánica cuántica no podía describir por limitaciones de la propia teoría, y no por la naturaleza del Universo.