Iniciamos hoy una serie nueva - Inventos ingeniosos. Está muy bien hablar sobre los secretos últimos del Universo, pero también es interesante preguntarse por cosas más cotidianas, para cambiar de aires de vez en cuando. En esta serie hablaremos de inventos interesantes (la verdad es que casi todos lo son), de por qué las cosas que damos por sentadas son como son, de las personas que las inventaron, cómo evolucionaron hasta la forma de hoy, etc.
Sé que puedes ser escéptico al principio y pensar, Pedro, ¿vas a hablarnos del lápiz? Eso no es exactamente fascinante… _Bien, te pido que tengas paciencia: por un lado, estos artículos responden a la misma necesidad que los de los agujeros negros o los neutrinos - el mirar a nuestro alrededor y preguntarnos por qué las cosas que hay a nuestro alrededor son así y cómo funcionan. No siempre hubo lavadoras, y hubo alguien que inventó la primera, lo mismo que el semáforo, el papel higiénico o el lápiz. ¿Te has preguntado alguna vez quién lo hizo, por qué son así? La necesidad de saber _por qué y cómo es la misma, se refiera a la cuántica o al teléfono. De modo que está bien alternarlos.
Por otro lado, aunque suene pretencioso, confía en que puedo hacer interesante al lápiz, porque creo que puedo. De hecho, he querido empezar la serie con un objeto sobre el que, aparentemente, no hay mucho que decir para demostrar que los inventos son fascinantes prácticamente todos. Si al acabar de leer el artículo piensas que el lápiz es un objeto aburrido y su historia anodina, me como el sombrero. Creo, por el contrario, que aprenderás algo nuevo y entenderás mejor el mundo que te rodea - sí, los lápices también cuentan. Desde luego, si no os parece interesante, la serie se interrumpe y punto - hay muchas cosas de las que escribir.
Dicho todo esto, empecemos con el invento que estrena la serie - el lápiz.