El Tamiz

Antes simplista que incomprensible

Cuántica sin fórmulas - La hipótesis de Planck

En la primera entrada de la serie Cuántica sin fórmulas mencionamos los pequeños “flecos” que harían tambalearse a la física clásica hasta que algunas de las cosas evidentes e intuitivas que todo el mundo daba por sentadas demostraron ser totalmente falsas. Hoy vamos a dedicarnos al primero de estos “flecos”, y la semilla de la teoría cuántica, mientras que en la próxima entrada hablaremos del segundo.

Como veremos, ambos son relativamente similares: en ambos casos existe un fenómeno físico del que no tenemos una explicación coherente. En ambos se propone una explicación que se ajustaría perfectamente a la realidad, pero cuyas consecuencias lógicas acerca de cómo es el Universo son tremendas. Y ambos proponentes de estas explicaciones son muy reacios a aceptar esa nueva concepción del Universo, a pesar de ser ellos mismos los que las han planteado.

El primero de ellos, al que está dedicado este artículo, es la radiación de cuerpo negro y la hipótesis de Planck. Dicho mal y pronto, 6,63·10-34 ≠ 0… y el mundo es un lugar muy, muy raro como consecuencia de eso.

No hay “Durante la semana” esta semana

Esta brevísima entrada es simplemente para avisar de que el podcast de Durante la semana no va a tener episodio esta semana - no he tenido tiempo de grabar nada. Lo siento, y espero que la semana que viene vuelva a publicarse de manera normal.

Falacias - Es peligroso beber agua destilada

La Falacia de hoy es bastante común, y me sirve además para hacer un pequeño paréntesis. En primer lugar, si no conoces esta serie y piensas que el nombre de “Falacias” es incorrecto porque esa palabra tiene un significado diferente en el DRAE, o bien crees que me las doy de iluminado y nadie cree estas cosas, te pido que leas la descripción de la serie antes de seguir.

En segundo lugar, no me considero mejor que el común de los mortales por escribir esta serie de artículos, y esta Falacia sirve para ponerlo de manifiesto: yo mismo he creído que era cierta durante años, entre otras cosas porque hice justo lo que denuncio en la serie -repetir algo que he oído sin pararme a pensar si tiene sentido o no-. Afortunadamente, Geli (si no eres lector asiduo, la responsable técnica de El Tamiz y mi paciente mujer) no se la creía, y al intentar convencerla de que era algo lógico y evidente me di cuenta de que no era ni una cosa ni la otra. Ni siquiera tenía sentido.

¿A qué viene esto? A que todos, y me incluyo, creemos cosas evidentes que son falsas cuando pensamos sobre ellas. Esta serie es mi granito de arena, no porque sepa más que nadie y me crea muy listo, sino porque son las cosas sobre las que he pensado e investigado - y me encanta leer sobre otras en las que no he pensado, o de las que sé muy poco, y desterrar mis propias ideas falsas. Así nos avisamos unos a otros sobre posibles tonterías.

Dicho todo esto, la Falacia del día es la siguiente: es peligroso beber agua destilada, porque puede causar daños a tu organismo o incluso matarte. Existen diversas versiones con información adicional sobre la razón, y gravedades varias del peligro:

  • … porque tus células pueden absorber agua hasta reventar.

  • … porque es muy ácida debido al dióxido de carbono que se disuelve en ella desde el aire.

  • … porque no te proporciona las sales minerales que tu cuerpo necesita.

Recuerdo mirar el matraz de agua destilada del laboratorio de química de la facultad y pensar en lo aparentemente inocua que era pero, al mismo tiempo, qué peligrosa. Sin embargo, los terribles peligros del agua destilada no tienen ningún sentido. ¿El agua destilada puede matarte? Mentira.

Conoce tus elementos - El neón

Hoy seguimos recorriendo la tabla periódica de la serie Conoce tus elementos, en la que estudiamos cada elemento químico y las cosas que lo hacen especial, siguiendo la filosofía de El Tamiz, “antes simplista que incomprensible”. Después de hablar, en la última entrada de la serie, acerca del flúor, continuamos con el elemento de diez protones: el neón.

Rayos - El origen de los rayos

He recibido algunas peticiones acerca de información sobre los rayos, de modo que vamos a dedicarles una mini-serie, como ya anunciamos en este artículo. En principio, dedicaremos una entrada (la que estás leyendo ahora mismo) a su origen, otro a sus efectos y uno final a la protección contra los rayos.

De modo que, como a veces hago, tengo que pedirte dos cosas: por un lado, paciencia. Antes de hablar sobre la descarga en sí y los efectos (terribles, pero también fascinantes) de los rayos, debemos establecer una pequeña base teórica para ver por qué diablos ocurren. Y, por otro lado, si sabes del asunto, tengo que pedirte que busques algún tipo de pequeño palo o lápiz para poder morderlo mientras lees las abyectas simplificaciones que vamos a realizar - recuerda, antes simplista que incomprensible.

Dicho todo esto, ¿por qué se producen los rayos? ¿Por qué no simplemente llueve en las tormentas, y ya está?