No acostumbro a comentar noticias por varias razones. La principal es que no tengo tiempo de escribir sobre ellas en el momento, y para cuando puedo hacerlo ya están por todas partes, y en muchos casos muy bien escritas, de modo que no tiene demasiado sentido. Sin embargo lo he hecho de vez en cuando, como cuando se confirmó la existencia del bosón de Higgs, y como voy a hacer ahora.
En estos casos la situación es diferente: no intento dar la noticia, porque seguramente todo el mundo la conoce ya, sino analizarla con más profundidad de la que proporcionan los medios tradicionales –en gran medida porque la mayor parte de su público no tiene interés en eso–, y no me importa haber tardado tiempo porque lo esencial no es que hable del asunto pronto.
Lo que intentaremos, por tanto, no es tanto conocer juntos la noticia sino entenderla juntos. Eso sí, no te creas que va a ser fácil – yo me he esforzado como un cosaco por explicarlo lo mejor que sé, pero tú vas a tener que hacer lo propio para zamparte un ladrillo muy abstracto.
La noticia, dicha en una sola frase, es la siguiente:
Se han detectado signos muy claros de la inflación cósmica del Universo temprano, a través de la polarización de la radiación de fondo de microondas.
¡Avisos antes de empezar!
El primero es que, para variar, voy a emplear analogías absurdas y simplificar las cosas más de lo aceptable para cualquier persona decente.
El segundo es que no entiendo todos los detalles del asunto, pero intentaré avisar de los puntos en los que soy consciente de que se me escapan cosas.
El tercero es que este artículo será mucho más comprensible si has leído Las ecuaciones de Maxwell. Hay propiedades de las ondas electromagnéticas que tardaría demasiado en explicar aquí con la suficiente calma; por tanto, si no has leído aquella serie puedes elegir entre dedicarle tiempo primero, o salir de este artículo con una explicación probablemente más superficial. Tú decides.
En cualquier caso, para entender esta noticia –hasta donde podemos los mortales corrientes– debemos empezar por el principio: no por el descubrimiento, al que llegaremos luego, sino a los años 60, cuando descubrimos la radiación de fondo de microondas. Vamos paso a paso.