En el anterior artículo de La vida privada de las estrellas hablamos acerca del camino más “pacífico” de una estrella hacia su fin, la transformación en una enana blanca. Probablemente recuerdes cómo la estrella (de un tamaño reducido) se contraía más y más una vez que había consumido el hidrógeno del núcleo, hasta volverse una especie de pequeña “brasa” en el espacio, la fusión ya terminada, enfriándose y brillando cada vez más tenuemente durante eones.
Betelgeuse, una supergigante roja.
Hoy vamos a tratar un proceso bastante más violento: la formación de las gigantes rojas, un asunto especialmente interesante para nosotros porque nuestro Sol se convertirá en una de ellas en unos 5.500 millones de años. Es además un proceso muy común, ya que todas las estrellas medianas recorren el camino que vamos a describir.