Sí, llega la nueva temporada de los desafíos de El Tamiz. Además, hay novedad: para variar habrá un premio para el ganador, pero de eso hablo al final, porque no es lo importante.
El desafío de hoy es de los que me gustan por lo simple del planteamiento y porque obliga a pensar con cuidado las cosas; espero que a vosotros también os haga disfrutar un rato con lápiz y papel. Aunque creo que no hace falta que lo repita, algunas ideas básicas sobre estos pequeños desafíos que planteamos:
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El objetivo no es ganar sino pasarlo bien peleándose con ellos, independientemente de que llegues a la solución correcta o no.
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Es aceptable atacarlos en equipo, siempre que se mencione a todos los miembros del equipo en la respuesta.
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Es aceptable usar análisis numérico o programas de ordenador para obtener soluciones aproximadas, aunque si hay una solución exacta siempre es preferible obtener ésa.
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Da igual cuándo se entregue la respuesta siempre que sea en plazo; lo importante es que sea correcta, clara y didáctica.
Dicho todo esto, aquí tenéis el desafío de hoy, cuya descripción es terriblemente corta y simple.
El palo deslizante
Imagina una pared y un suelo perfectamente lisos (no hay rozamiento), con el suelo horizontal y la pared vertical. Imagina también que hay un palo de longitud L y masa M (de grosor despreciable) apoyado en la pared. De estar colocado verticalmente, tocando la pared en todos sus puntos, se encontraría en equilibrio, pero imagina también que el extremo inferior se separa una distancia minúscula de la pared.
El palo ya no estará absolutamente vertical, y dado que no hay rozamiento, empezará a deslizarse hacia abajo y la derecha, al principio muy lentamente (parte del reposo) pero cada vez más deprisa.
Al cabo de cierto tiempo, la velocidad horizontal del palo será constante de ahí en adelante para siempre –esto te lo aseguro yo, para que luego te quejes–. Y la pregunta del desafío es: ¿cuál será el valor de esa velocidad horizontal “terminal” para el centro de masa del palo?
Podéis enviar las respuestas hasta el sábado 11 de octubre inclusive, dentro de una semana, a desafios@eltamiz.com, lo mismo que dudas sobre el planteamiento del problema –no sobre las soluciones, yo no ayudo nada–.
El ganador del desafío recibirá un juego de mesa que le enviaremos a casa, cortesía de Homo Ludicus. Ya concretaremos el juego entre el ganador, Pol –de Homo Ludicus– y yo.
¡Suerte y al toro!