Esta breve entrada es la respuesta a una pregunta de Javi sobre cristales del coche empañados, en el artículo sobre las ollas a presión. Podría haber contestado en otro comentario, pero es algo relativamente común y que aparece de vez en cuando, así que he preferido hacerlo en un artículo (muy breve, pero bueno).
La pregunta de Javi sobre los cristales empañados en el coche es doble. Por un lado:
Entiendo (o eso creo) que al enfriarse la atmósfera interior, deje de condensarse el vapor de agua que entre (a partir de ese momento) en contacto con el cristal “frío” porque ya no cede tanto calor a dicho cristal, pero ¿que es lo que hace que las gotitas condensadas vuelvan al estado gaseoso?
Y por otro:
Y en caso de usar el aire acondicionado para deshacer el empañamiento, ¿qué sería lo correcto, aire frío para enfriar el interior del coche o caliente para ayudar a evaporar el agua condensada?
De modo que tratemos de atacar estas dos preguntas juntas, ya que tienen mucho que ver la una con la otra. Por cierto, por si sabes del asunto, no, no voy a mencionar ni la presión de vapor, ni el punto de rocío, ni nada parecido. Esto es para legos en la materia y, si conoces y entiendes esos términos, entonces sabes perfectamente las respuestas a las preguntas de Javi y seguramente no te haga ninguna falta leer este artículo. Así que, si sigues leyendo, ponte el casco, porque voy a simplificar con el machete a diestro y siniestro, como siempre.
Efectivamente, los cristales del coche se empañan cuando el aire está húmedo y el cristal está suficientemente frío para que el vapor de agua se condense sobre él. Si el interior del coche está más caliente que el exterior, el cristal se puede empañar por dentro –esto es lo más habitual–, y si sucede al contrario, puede hacerlo por fuera –algo bastante más raro, que suele suceder cuando el día es húmedo y el aire acondicionado del coche está funcionando a todo trapo–.
Como dice Javi, y como hemos comprobado todos en algún momento, al abrir las ventanas del coche el cristal suele desempañarse, aunque no siempre demasiado rápido. Sin embargo, esto no sucede porque el aire de dentro del coche se enfríe: como bien intuye Javi, ¡cuando el aire se enfría, el vapor de agua se condensa, no se evapora! De modo que la explicación no puede ser el cambio de temperatura del aire.
No, la explicación tiene que ver con la concentración de vapor de agua en el aire, y es bastante simple. Aunque sea un día húmedo, el aire de fuera va a estar prácticamente siempre más seco que el de dentro. La razón somos básicamente nosotros: cuando respiramos, perdemos agua continuamente, porque el aire que entra en nuestro sistema respiratorio se pone en contacto con mucosas húmedas y calientes, de modo que al salir se lleva una buena cantidad de vapor de agua. Nuestro cuerpo rehidrata la mucosa todo el tiempo, y todo el tiempo seguimos perdiendo agua de este modo.
Por eso, cuando entras en el coche en un día húmedo, el aire de fuera y el de dentro son húmedos. Pero luego, si las ventanas están cerradas, según pasa el tiempo y respiras, cada vez hay más vapor de agua dentro del coche, tanto más cuanta más gente haya dentro (seguro que has notado que, cuando viajas en un coche bien poblado, los cristales se empañan más). Además, puesto que dentro del coche el aire está más caliente que fuera, el agua líquida que puede haber sobre nosotros o nuestras ropas –si es un día lluvioso, en el paraguas, el abrigo, los zapatos…– se evapora dentro del coche, aumentando aún más el vapor de agua dentro del vehículo. Y, como el coche es un espacio pequeño, la concentración alcanza valores bastante grandes.
Si la temperatura del cristal del coche es suficientemente baja, ese vapor de agua se condensará sobre su superficie. Pero, si abres la ventana y el aire de fuera (que tiene menos concentración de vapor de agua casi seguro, por húmedo que sea el día) se mezcla con el de dentro, el interior del coche se seca, la cantidad de vapor de agua disminuye y esto facilita la vaporización (si esto te suena raro, lee la entrada sobre las ollas a presión).
De modo que la respuesta a la primera pregunta de Javi es bastante prosaica: abrir las ventanas desempaña el cristal porque el aire se seca.
Respecto a la segunda, hacer que el coche sople aire acondicionado sobre el cristal siempre lo desempaña porque está más seco, pero ¿qué es mejor para desempañar rápidamente, aire caliente o aire frío?
Si has entendido la primera parte, creo que entenderás la segunda: no importa demasiado. La temperatura importa mucho menos que la concentración de vapor de agua.
A veces, la gente responde “aire frío” porque siguen empeñados en que lo más relevante en el problema es la diferencia de temperatura, pero no lo es: es la concentración de vapor de agua, aunque la diferencia de temperatura influya. Un ejemplo debería servir para comprender cuál es el factor fundamental: en invierno, en un día húmedo, los cristales de tu coche se empañan mucho más fácilmente que los de tu casa, a pesar de que la diferencia de temperatura dentro/fuera es mucho mayor en la casa que en el coche. Si la temperatura fuera la clave, ¡debería ser justo al revés! No, lo más relevante es la concentración de vapor de agua: en el coche hay mucho menos espacio, y el vapor de agua que respiras, o que se evapora de tus ropas o pelo, alcanza una concentración mucho mayor que en tu casa, en la que hay mucho más aire. Lo importante no es enfriar, es secar.
Ya que lo importante es secar el aire, esto puede conseguirse trayendo aire de fuera (por ejemplo, abriendo las ventanas o encendiendo el ventilador del coche), secando el de dentro… o haciendo ambas cosas a la vez: tanto la calefacción como el aire acondicionado del coche (enfriando o calentando como bomba de calor) disminuyen la humedad del aire.
Mi primer impulso ha sido responder “aire caliente”, porque en mi entorno y con mi coche funciona mejor, y estoy acostumbrado (en Madrid) a que esto pase cuando hace fresco, y encender el aire acondicionado en frío o abrir las ventanas no es cómodo, mientras que la calefacción o la bomba de calor hacen que esté más a gusto. Pero Guillermo, más abajo, dice muy bien dicho que cuando tanto la humedad relativa como la temperatura de fuera son bastante altas, el aire caliente es incómodo, con lo que ahí el aire acondicionado enfriando, ya que extrae humedad del aire en el proceso, es una buena solución. A él, además, parece no funcionarle tan bien para esto la bomba de calor como a mí, probablemente por las distintas condiciones – si alguien tiene más información, ya sabéis, porque tengo curiosidad.
De modo que la respuesta a esta segunda pregunta es: haz lo que más cómodo haga el viaje, lo que importa no es que sea aire frío o caliente sino que sea lo más seco posible.
Finalmente, un consejo extra sobre el empañamiento de cristales: mantén el interior de los cristales limpio. El agua se condensa muchísimo mejor cuando hay partículas que actúen como núcleos de condensación de las gotitas. Sobre el interior de los cristales del coche suelen pegarse, con el tiempo, partículas de polvo, y estas partículas son excelentes núcleos de condensación, es decir, tus enemigos acérrimos si quieres mantener los cristales limpios. A veces se venden incluso soluciones de limpieza que forman una película muy lisa sobre el cristal, disminuyendo las posibilidades de que el vapor encuentre núcleos de condensación sobre los que formar gotitas.
Espero, Javi, que esto haya resuelto tus dudas en vez de crear otras nuevas. Me vuelvo a la Mazmorra a escribir artículos largos.