El Tamiz

Antes simplista que incomprensible

El Sistema Solar - Marte (IV)

Nuestro viaje por el Sistema Solar continúa. Nos encontramos, durante las últimas semanas, explorando Marte: en la primera entrega sobre el Planeta Rojo hablamos de generalidades y nuestras primeras ideas sobre él, en la segunda lo hicimos acerca de la impresionante geografía marciana y en la tercera nos centramos en las últimas misiones enviadas a Nirgal. Hoy nos dedicaremos a estudiar los indicios de vida presente o pasada en Marte y las interpretaciones y especulaciones que pueden hacerse, racionalmente, a partir de esos indicios.

La Guerra de los Mundos, de H. G. Wells

Ilustración de Henrique Alvim Corréa para La Guerra de los Mundos de Wells.

Especulaciones sobre vida marciana ha habido prácticamente desde siempre: ya hablamos en la primera entrega sobre Marte de las ideas de Percival Lowell y su civilización marciana, que había construido los “canales” para llevar agua desde los polos al resto del planeta que se deshidrataba lentamente. Las ideas de Lowell, aunque erróneas, eran muy sugerentes, y fueron la semilla de La Guerra de los Mundos de H. G. Wells, una obra maestra de la ciencia-ficción. Los marcianos de Wells trataban de invadir la Tierra precisamente tratando de encontrar un nuevo hogar, ya que su mundo estaba muriendo poco a poco.

Desgraciadamente para los más soñadores, las observaciones a lo largo del siglo XIX y especialmente a partir de comienzos del XX pusieron fin a las especulaciones racionales sobre una civilización marciana o siquiera formas de vida avanzadas. Como dijimos al hablar de Lowell, los telescopios de mayor calidad mostraron que sus “canales” no eran tales, pero lo que dio un aldabonazo a las teorías más aventuradas fue el auge de la espectroscopía: al analizar los gases de la atmósfera marciana se observó que no contenía apenas oxígeno ni vapor de agua. El resto de datos que fueron llegando a lo largo del siglo XX mostraron, sin lugar a dudas, que si existía vida en Marte tenía que ser vida microscópica – la tenue atmósfera, la ausencia de agua líquida en la superficie, la ausencia de un campo magnético…

Naturalmente, aunque la ciencia descartase los “hombrecillos verdes”, todavía seguimos cargando con las consecuencias de las ideas de Lowell y similares. Cuando una de las sondas Viking envió esta fotografía, algunos vieron en ella una cara, un mensaje de una civilización extraterrestre para la nuestra:

Cara de Marte

Crédito: NASA.

Cuando la Mars Reconnaissance Orbiter pasó por el mismo sitio sacó otra foto, pero claro, esta vez con una resolución mucho mayor, y se reveló el verdadero aspecto de ese “monumento extraterrestre”, que aquí puedes ver paulatinamente superpuesto con la primera foto, para que veas en lo que se queda la famosa “cara” (gracias a Cad por el montaje):

Verdadera cara de Marte

Crédito: NASA (fotos originales)/Cad (montaje).

Que la ciencia descartase formas de vida avanzadas no significaba, sin embargo, que perdiéramos el interés por buscar vida en Marte: en primer lugar, aunque el descubrimiento de vida microbiana en otro planeta no fuera algo tan revolucionario como el de formas de vida macroscópicas (o incluso inteligentes), nada hacía ese descubrimiento imposible. Tal vez la vida marciana estaba ahí, pero a tamaños y en cantidades tan pequeños que no pudiéramos detectarla desde aquí. Tal vez no existía en la superficie, pero sí bajo ella. Además, el hecho de que no hubiera vida ahora no quiere decir que no la hubiera habido antes. Como vimos en la entrada anterior sobre el planeta, hace millones de años Marte tenía agua líquida, el efecto invernadero era mayor debido a una atmósfera más densa e incluso tenía un campo magnético apreciable, antes de que su núcleo se enfriase.

El problema, claro está, es que detectar vida microscópica, especialmente si no hay mucha, está escondida bajo la superficie o ha estado muerta durante millones de años, es realmente difícil. El primer intento decidido y bien preparado para detectar vida microbiana presente en Marte lo llevaron a cabo las dos sondas Viking, de las que ya hablamos en la primera entrega del artículo. Las Viking realizaron cuatro experimentos diferentes, muy ingeniosos, diseñados específicamente para detectar indicios de vida microscópica.

Agujeros excavados por Viking 1

Agujeros excavados por Viking 1 para tomar muestras. Versión a 1042x512 px. Crédito: NASA.

El primero de ellos utilizó la cromatografía y la espectrometría de masas: calentaba muestras del suelo marciano a diferentes temperaturas, vaporizándolo y analizando a continuación los gases producidos con el espectrómetro. La sensibilidad de este aparato era enorme; era capaz de detectar elementos y moléculas presentes tan sólo en unas pocas partes por cada mil millones. Se detectaron incluso restos del jabón con el que se habían lavado las Viking en la Tierra, pero ni rastro de compuestos orgánicos en el planeta. Incluso las cantidades de átomos de carbono presentes eran menores aún que las obtenidas en muestras de rocas lunares.

El segundo experimento, el intercambio de gases, consistió en tomar muestras del suelo y encerrarlas en un recipiente con helio, un gas inerte. A continuación se proporcionaron a la muestra nutrientes orgánicos e inorgánicos y agua, y se utilizó la cromatografía para detectar la emisión de algún gas (metano, oxígeno, dióxido de carbono, lo que fuera) que mostrase la presencia de procesos metabólicos. Dicho mal y pronto, si alguien ahí dentro se estaba comiendo los nutrientes, probablemente emitiría algún gas de deshecho al cabo del tiempo. No se detectó nada.

Esquema del equipo de análisis de las Viking

Esquema del equipo de análisis biológico de las Viking. Crédito: NASA.

El experimento de desprendimiento pirolítico también me impresiona por su meticulosidad: las Viking llevaron a Marte monóxido de carbono (CO) y dióxido de carbono (CO2) que contenían carbono-14, un isótopo radiactivo del carbono que, al cabo del tiempo, se desintegra en carbono-12, que es estable. Tomaron muestras del suelo marciano y las encerraron en una “atmósfera” hecha de estos compuestos, similar a la marciana en composición pero con la peculiaridad de tener carbono-14 en vez del “normal”. Dejaron que pasara un tiempo con las muestras expuestas a la luz solar igual que estaban en el suelo: si había organismos fotosintéticos en la muestra, parte del carbono radiactivo sería absorbido por ellos. Al cabo de un tiempo retiraron la “falsa atmósfera” y calcinaron la muestra para analizar, con el espectrómetro de masas, el carbono que contenía. Se trataba de carbono-12: nadie había fijado el carbono de la “falsa atmósfera”.

Finalmente, el experimento de desprendimiento marcado trataba de detectar justo lo contrario: organismos heterótrofos. Lo lograba “marcando” diversos nutrientes biológicos con carbono-14. Este “caldo nutritivo” fue inyectado en la muestra de terreno: si había algo que se alimentase de ello, al cabo del tiempo y de que se produjesen procesos metabólicos se liberarían gases con carbono-14, especialmente dióxido de carbono. En este caso, al contrario que en todos los demás, sí hubo un resultado positivo: la primera vez que se inyectó el “caldo” en una muestra se observó, al cabo del tiempo, la presencia de carbono-14 en los gases sobre ella. El resto de las veces, por el contrario, no se detectó nada.

Algunos científicos consideraron, por lo tanto, que el experimento del “caldo” demostraba que existían organismos vivos en el suelo marciano: sin embargo, ¿por qué todos los demás experimentos dieron resultados negativos? ¿por qué sólo se detectó algo la primera vez que se realizó éste? Si había organismos vivos, ¿cómo es posible que el primer experimento no detectase absolutamente ninguna molécula orgánica en el planeta? Una posible explicación para el resultado positivo del experimento del “caldo nutritivo” sería que algún fuerte oxidante en el suelo marciano hubiera liberado el CO2 “marcado” sin necesidad de la presencia de organismos vivos, pero ¿qué oxidante?

Cuando la sonda Phoenix, de la que hablamos en la entrada anterior, detectó la presencia de ión perclorato (ClO4-) en el suelo marciano, nos dio una explicación bastante razonable de todo el embrollo: el ión perclorato es un fuerte agente oxidante, y pudo haber sido el responsable de la liberación de CO2 durante el experimento de las Viking. No lo sabemos, y no todo el mundo está de acuerdo en este asunto; algunos científicos siguen pensando que ese resultado de las Viking es una prueba de vida marciana. Mi opinión personal es que, mientras haya una explicación plausible que no exija la presencia de vida para explicar los resultados obtenidos, nuestra actitud debe ser de sano escepticismo. Puesto que, en este caso, es posible explicar el resultado positivo de ese experimento sin necesidad de recurrir a la presencia de vida pero, por el contrario, postular vida como la responsable de esos resultados lleva a contradicciones (por ejemplo, los negativos de los demás experimentos), mi opinión es que ese resultado, por sí mismo, no constituye la prueba de nada.

Ahí ves, de hecho, uno de los problemas al tratar de determinar la existencia o no de vida: muchos compuestos químicos que son productos del metabolismo de los seres vivos que conocemos también pueden producirse de otras maneras, y saber si vienen de uno u otro lado es complicado. Más fácil sería si pudiéramos detectar los organismos directamente: de ahí que también nos hayamos fijado mucho en los meteoritos de origen marciano, y hay unos cuantos en la Tierra.

Existen treinta y cuatro meteoritos de origen marciano en la Tierra de acuerdo con los archivos de la NASA. Por si te preguntas cómo diablos sabemos que vienen de Marte, sobre todos los meteoritos se realizan análisis de su composición química, isotópica y las características mineralógicas que poseen. Los 34 meteoritos a los que me refiero han sido etiquetados como “marcianos” porque sus características coinciden en un enorme grado con las del Planeta rojo, incluso hasta en las trazas de gases presentes en ellos tras su paso por la atmósfera marciana. Desde luego, alguno de ellos podría provenir de otro lugar química y geológicamente casi idéntico a Marte, pero dada la cercanía entre ambos planetas es muy probable que todos, o casi todos, provengan del Planeta Rojo.

De esos 34 meteoritos, 31 no tienen absolutamente ningún indicio de posible vida. Tres de ellos, sin embargo, sí los tienen: claro está, se trata de rocas que salieron de Marte hace millones de años, con lo que no sería vida presente sino pasada, pero seguiría tratándose de un descubrimiento sin precedentes si se confirmase. El problema es que, una vez más, es difícil, ¡incluso disponiendo de las rocas en la Tierra para experimentar a nuestro gusto con ellas!

Meteorito de Shergotty

Fragmento del meteorito de Shergotty. Crédito: NASA.

El meteorito de Shergotty se llama así porque cayó en Shergotty, en la India, en 1865. Se trata de una roca geológicamente joven (de “sólo” unos 165 millones de años) y lo que la hace interesante es que presenta estructuras que, en rocas terrestres, se producen como consecuencia de la presencia de biopelículas bacterianas. Naturalmente, de haber habido bacterias viviendo en el interior de la roca habrían desaparecido hace muchísimo tiempo, y no se han detectado restos concretos de ellas, de modo que, una vez más, se trata de un indicio sin confirmar.

El meteorito de Nakhla cayó en la región del mismo nombre de Egipto en 1911, y existen unos cuarenta fragmentos de él. Se han realizado diversas pruebas sobre este meteorito a lo largo de los años, desde observación con microscopios ópticos y electrónicos hasta pruebas cromatográficas y espectrométricas y la verdad es que la cosa “huele” a vida… pero otra vez sin confirmación. Existen estructuras en la roca que podrían ser nanobacterias fosilizadas –pero podrían no serlo–, y cantidades apreciables de moléculas orgánicas que pueden ser de origen marciano, o el resultado de su presencia en la Tierra y la contaminación biológica resultante. Para evitar este problema, la NASA consiguió en 2006 que el Museo de Historia Natural de Londres les proporcionase un fragmento de roca, que los científicos a continuación rompieron, para examinar el interior sin peligro de contaminación externa a lo largo de los años.

El resultado fue, no puedo llamarlo de otra manera, tentador: había carbono en estructuras dendríticas alargadas, algo inusual y que podría marcar los poros en los que hubieran vivido bacterias hace millones de años en la roca. Como digo, ninguno de estos indicios pasa de eso, de sospechas, porque ninguno requiere necesariamente de la vida para explicar su existencia, con lo que seguimos sin estar seguros.

Meteorito ALH 84001

Meteorito ALH 84001. Crédito: NASA.

Algo parecido sucede con el tercero de los tres, el meteorito ALH 84001. Éste es especial porque no fue encontrado hace muchísimos años en un lugar lleno de seres vivos, y no fue manipulado por multitud de personas antes de que los científicos pudieran examinarlo. ALH 84001 se encontró en 1984 en la Antártida (en las Colinas de Allan, Allan Hills, de ahí el nombre). Se trata, al contrario que el de Shergotty, de una roca antiquísima, de unos 4 600 millones de años, una de las más antiguas que se conocen en la Tierra o fuera de ella. Se piensa que cayó sobre la Tierra hace unos 13 000 años, y ha permanecido enterrado en el hielo antártico hasta que fue descubierto.

Posibles nanobacterias fósiles en ALH 84001

Posibles nanobacterias fósiles en ALH 84001. Crédito: NASA.

Al examinarlo con el microscopio electrónico, se observaron en él estructuras que bien podrían ser nanobacterias fósiles. También se detectaron moléculas orgánicas dentro de la roca que podrían ser restos de vida bacteriana. Este descubrimiento dio la vuelta al mundo y muchos echaron las campanas al vuelo, pero desgraciadamente, aunque suene aguafiestas, no creo que debamos hacerlo aún: se han obtenido estructuras similares en laboratorio sin la presencia de organismos vivos, con fenómenos de química puramente inorgánica. Además, aunque la Antártida sea un mejor lugar que la India o Egipto para mantener el meteorito libre de la influencia de la vida terrestre, también hay bacterias allí.

Como puedes ver, se trata de muchos indicios diferentes, ninguno de los cuales es concluyente pero todos juntos hacen que sospechemos –tan sólo sospechas, pero no son absurdas– que sí puede existir vida microscópica en Marte: y no hemos terminado. En el siglo XXI se han seguido produciendo observaciones diversas que van en la misma dirección. Una de las más significativas es la detección de cantidades apreciables de metano en la atmósfera marciana: lo observaron la Mars Express europea y telescopios terrestres, en cantidades de unas diez partes por cada mil millones (para que te hagas una idea, en la Tierra preindustrial la concentración era unas setenta veces mayor que en Marte).

Esto puede parecer muy poco, pero es sospechoso porque el metano no dura mucho tiempo en la atmósfera marciana: en unos años es “roto” por la radiación solar y desaparece. Por lo tanto, la presencia de metano en la atmósfera marciana indica necesariamente que hay fuentes que lo producen según hablamos. Los modelos actuales indican que, para mantener esa concentración de forma estable, deben estar produciéndose unas 270 toneladas de metano al año en el Planeta Rojo, y algunas de las fuentes de metano que conocemos en la Tierra son seres vivos, como tú mismo, estimado lector (tanto es así que suele oírse por ahí que nuestros pedos huelen mal porque contienen este gas, algo totalmente falso).

Pero el problema es que hay otras fuentes no biológicas de metano atmosférico, como procesos geológicos y especialmente volcánicos. ¡Estamos en lo de siempre! Una vez más, hay una observación que nos hace sospechar la presencia de vida… pero no la garantiza. Hemos seguido observando el metano marciano con interés, y recientemente la Agencia Espacial Europea anunció que el metano de Marte no está uniformemente distribuido por el planeta, sino que hay regiones en las que está especialmente concentrado, y en esas regiones también hay una mayor concentración de vapor de agua. ¡Mas sospechas!

Concentración de metano en Marte

Concentración de metano en Marte. Crédito: NASA.

Afortunadamente, existen diferencias observables en los procesos biológicos y no biológicos que producen metano. Por un lado, cuando los seres vivos emiten metano esa emisión suele estar acompañada de la de etano. Por otro lado, el metano biológico, al contener carbono absorbido probablemente de la atmósfera, tendrá una proporción de carbono-14 que no puede tener el metano producido por procesos puramente geológicos. De modo que seguimos mirando con cuidado y en unos años, tal vez, tendremos la respuesta a este particular dilema. El Mars Science Laboratory que mencionamos hace un par de semanas dispone de un espectrómetro de masas capaz de distinguir entre metano biológico y no biológico, pero todavía tenemos que esperar para eso.

Por otro lado, fíjate que he dicho “suele estar acompañada” y “absorbido probablemente de la atmósfera”. La observación de etano asociado al metano, o la observación de proporciones altas de carbono-14 en el metano, serían pruebas casi seguras de la existencia de organismos vivos productores del gas, pero es posible que esos organismos existan pero que no emitan etano, o que sean bacterias extremófilas que vivan a gran profundidad bajo el suelo y que no obtengan el carbono de la atmósfera, con lo que no exista apenas carbono-14 en el metano que emiten y que acaba saliendo a la atmósfera. ¡Es difícil estar totalmente seguros!

Manchas en las dunas de Marte

Imagen tomada por la Mars Global Surveyor. Crédito: NASA.

Finalmente, mi indicio favorito de vida marciana (no por su relevancia científica, sino simplemente porque mola) lo constituyen unas curiosas manchas oscuras en ciertas dunas. Fueron observadas en primer lugar por la Mars Global Surveyor, la sonda que realizó el mapa topográfico que fue la base de la segunda entrega de la serie, y son bastante misteriosas.

Estas manchas aparecen cada año en ciertas regiones entre 60º y 80º de latitud sur en el planeta, a principios de la primavera. El hielo empieza a fundirse y en determinados lugares aparecen manchas oscuras. El 70% de ellas aparecen cada año en el mismo sitio, y al cabo de un tiempo su color cambia de gris a negro. En la entrega anterior mostramos una foto de dunas con hielo de CO2 sublimándose y revelando la superficie basáltica por debajo, y esto es similar… sólo que la forma de las manchas es muy peculiar, como puedes ver en la foto de arriba y en ésta otra:

Manchas en las dunas de Marte

Imagen tomada por la Mars Reconnaissance Orbiter. Crédito: NASA.

Un equipo de astrónomos del observatorio húngaro de Konkoly propusieron en 2001 que estas manchas pueden ser colonias de organismos fotosintéticos. De ser así, las manchas se producirían de la siguiente manera: cuando se acerca la primavera, estos organismos (que están en la superficie de separación entre el suelo y el hielo) empiezan a recibir una mayor cantidad de radiación solar a través del hielo. Realizan la fotosíntesis y se multiplican, calentando el hielo a su alrededor levemente y haciendo que parte de él se funda. Normalmente, como dijimos ya al hablar de la atmósfera del planeta, las condiciones de presión en Marte hacen que el agua esté en forma sólida o gaseosa, pero no líquida, pero la capa de hielo que la cubre en este caso permite su existencia en forma de líquido y favorece el desarrollo de estos organismos.

Según pasa el tiempo los organismos –de existir, insisto– prosperan, pero llega un momento en el que el hielo desaparece completamente, exponiéndolos a la atmósfera marciana y haciendo que el agua se evapore. Los organismos se secan y mueren, o entran en estado vegetativo, hasta el siguiente año marciano. Desde luego, sucede lo mismo que en el resto de indicios que he mencionado en el artículo: existen procesos que no involucran seres vivos que pueden producir manchas similares, aunque algunos científicos no están convencidos de que los modelos propuestos puedan explicar exactamente estas estructuras. Además, ¿cómo logran sobrevivir estos organismos a la radiación cósmica? La capa de hielo que los cubre no es suficiente para detenerla.

Desgraciadamente, no hay ninguna misión planeada a estas regiones “manchadas”, de modo que tendremos que esperar para saber cuál es el origen de esas manchas. Siento que todas las historias de hoy acaben igual, pero así son las cosas…

Actualmente, las teorías más aceptadas sugieren que, de haber vida en Marte, ésta se encuentra muy probablemente a una profundidad de al menos 7,5 metros bajo la superficie y seguramente aún más abajo. La razón es doble: por un lado, la ausencia de un campo magnético en Marte supone que la radiación cósmica produciría graves daños sobre los ácidos nucleicos de posibles organismos vivos en la superficie o cerca de ella, mientras que a más de ocho metros de profundidad bajo el suelo éste sirve de “escudo” que protegería los núcleos celulares de los rayos cósmicos.

La segunda razón es que, a mayor profundidad la temperatura es mayor, y es posible la existencia permanente de agua líquida. Por lo tanto, no es descabellado pensar en la existencia de formas de vida extremófilas asociadas a lugares volcánicos, capaces de vivir sin la luz del Sol, como sucede con algunas formas de vida de nuestro propio planeta. Es probable, por tanto, que si en el futuro encontramos vida en Marte, sea vida microbiana, aferrándose con uñas y dientes (o flagelos y cilios, o lo que sea) a su existencia en condiciones extremas, arrancando la energía de fuentes precarias y sobreviviendo a duras penas en un planeta hostil. Tal vez no sea lo mismo que los hombrecillos verdes de Lowell, pero ¿no sería algo maravilloso verlo?

Sagan y una Viking

Carl Sagan junto a una réplica de las Viking. Versión a 3678x2468 px. Crédito: NASA.

La existencia de vida en Marte, si se confirma, nos crearía un dilema moral: el Planeta Rojo es un destino natural para nosotros en la exploración y colonización del Sistema Solar, por su cercanía y similitud con el nuestro. Pero, de haber vida allí, nuestra presencia la alteraría e incluso, tal vez, la haría desaparecer. Algunos científicos, como Carl Sagan, han hecho pública su preferencia por dejar Marte en paz si existe vida en él. Sin embargo, se trata probablemente del lugar del Sistema Solar que más fácilmente podemos hacer similar a la Tierra… ¿renunciaríamos a algo así para proteger la vida nativa? Conociendo al ser humano, mi impresión es que, si hay un posible beneficio al colonizar el planeta, no renunciaríamos a ello, aunque tiendo a estar de acuerdo con Sagan en lo que me gustaría que pasara.

Y de eso hablaremos precisamente en la última entrega dedicada a Marte: de una posible colonización y terraformación del Planeta Rojo. ¿Cómo hacer un cuasi-gemelo de la Tierra?

Para saber más:

Astronomía, Ciencia, El Sistema Solar

30 comentarios

De: Manín
2009-03-30 18:43:39

¡Quinta entrega, quinta entrega! (pataleo desenfrenado) xD

Genial artículo, como siempre, Pedro. Me quedo en especial con lo de las manchas negras, cosa que ignoraba por completo. Es increíble como por mucho que exploremos y cartografiemos, y desterremos los mitos que corren sobre este planeta (los "canali", la "cara"...) siempre consiga sorprendernos e intrigarnos con algo nuevo. =O

Reporto lo que creo es un pequeño desliz. En el párrafo que hay sobre la primera foto de manchas, pone "...existan pero que no emitan etano...". ¿Ese "etano" no sería "metano"?

Y nada más, lo dicho. Muchas ganas de leer el quinto. ^^ La última foto me ha dado ganas de buscar "Cosmos" en mi estantería, desempolvarlo y volver a leerme el capítulo de "Blues para un planeta rojo". xD ¡Nos vemos!


De: Pedro
2009-03-30 19:14:09

Manín,

No es un error en el sentido de que he querido decir "etano" y no "metano", aunque tal vez no haya sido demasiado claro: si tratamos de discernir si el metano marciano es de origen biológico detectando etano, pero no detectamos etano, es posible que no sea porque el metano no sea biológico sino porque los organismos marcianos que lo produzcan, de existir, no emitan etano asociado al metano. Lioso, ¿eh? :) Si se te ocurre una forma más clara de decirlo, modifico el artículo.


De: ki
2009-03-30 21:07:49

Nooooooooo, Pedro, me tienes en vilo esperando la entrada de la terraformación de Marte un mes xD, menos mal que me entretengo leyendo la entrada de venus (:-P) y viendo cosmos (genial sagan)...

Pero hablando de sagan....
Llevo algunos días pensando en hacer un post de recopilación de documentales en el foro xDDDDD (tipo cosmos y universo elegante)

Saludos!


De: Manín
2009-03-30 21:21:25

Vale, acabo de leerlo de nuevo y ahora lo he entendido. ¡Zas, en toda la boca! xD Supongo que me lié con los dos gases al leerlo tantas veces en el mismo párrafo, pero la verdad es que creo que está escrito de la forma más clara posible, simplemente es así de complicado... Sorry... ^^u

@ ki

Lo del post de recopilación de documentales sería algo grande. Yo me trago "Cosmos" una y otra vez cada cierto tiempo porque es una mina, y me gustaría conocer algunos más del estilo. :D


De: meneame.net
2009-03-30 22:24:04

Un paseo por los indicios de vida en Marte...

Hoy nos dedicaremos a estudiar los indicios de vida presente o pasada en Marte y las interpretaciones y especulaciones que pueden hacerse, racionalmente, a partir de esos indicios....


De: nitroglicerino
2009-03-30 23:12:59

He leído con interés todos los artículos de Marte, y confieso que los he compartido todos en Google Reader. Éste va directo a Facebook también, porque me he ilusionado no sabes de qué manera al ver las manchas sobre la superficie de Marte. ¡Se parecen tanto a esos musgos terrestres que sólo aparecen en tiempos más cálidos!

Muchas gracias por hacer divulgativo un tema tan interesante como el de Marte. Supongo que ya la conocerás, pero la trilogía de Kim Stanley Robinson sobre Marte es fabulosa, y me hizo desde que era pequeñito a amar este planeta casi más que la Tierra.

Y gran tema de debate abierto al final. Yo personalmente creo que no deberíamos renunciar a la colonización, pero de tal manera que podamos preservar esa vida tal y como la conocemos ahora mismo. Sé que sería difícil, pero si en aquel tiempo tenemos los medios para llegar a Marte seguro que no nos será tan complicado crear unas condiciones óptimas para que esos ecosistemas no se vean alterados.

¿Sabes qué es lo que más me jode de todo esto Pedro?. Que posiblemente estemos muertos cuando empiece lo interesante :(


De: serxio
2009-03-31 00:11:48

Recuerdo que cuando salió a la luz el meteorito de la Antartida encontraron cristales de magnetita que podían tener origen biológico. En la tierra son producidos por las bacterias, estas los usan para orientarse en el campo magnético y, como bien dices en el articulo, el de Marte fue más potente en otra época. El caso es que comparando los cristales del meteorito con los generados por las bacterias terrestres no terminó de haber acuerdo sobre si eran lo suficientemente parecidos.


De: xx32
2009-03-31 02:27:53

El problema de la vida en marte es que, si descubrimos un compuesto de desecho no sabremos si es biológico, si descubrimos un fósil no sabremos si fué algo vivo, y si descubrimos un ser vivo no sabemos si vino con nosotros como polizón


De: Manuel
2009-03-31 08:58:07

Enhorabuena, has montado un gran artículo. Sigue así!

Manuel


De: Sergio Hernandez
2009-03-31 12:14:45

En la segunda entrega -creo- comentabas que quizás todo el norte sea un gran cráter... pues mira tu por donde hoy leo una noticia que dice confirmarlo:

http://www.dailygalaxy.com/my_weblog/2009/03/mars-discovery.html


De: Carlos
2009-03-31 13:37:35

Muy interesante estos artículos, pero no dispongo de ADSL y la carga de las páginas son muy lentas, imágenes demasiado "pesadas".

No pude guardar algunas páginas, para leerlas off-line, porque sólo se cargan los directorios "nombre_files", no el archivo html en sí.

Uso Linux y navegador Iceweasel. Ya probaré con otros navegadores, a ver si tengo más suerte.

Muy buenos artículos. Gracias.


De: kemero
2009-03-31 16:27:36

Pedro Presidente!

Muy bueno!! la verdad me encanto el artículo, pero como no van a mandar una navecita a ver que son esas manchas!!?? me muero de la intriga.

Pedro, sera posible que en alguna de las entradas venideras puedas meter un pequeñísimo párrafo donde tires una idea de como es que se datan las fechas de las rocas? porque lo de los 4600 millones de años te lo creo porque sos vos... =)


De: Daniel
2009-03-31 19:37:32

Interesante el caso de marte que nunca lo olvidare, ya que la tecnologia nos ofrece mas de detalle de marte y muy pronto los seres humanos pisaremos en marte y colonizaremos.


De: kemero
2009-03-31 21:14:21

Ojo que viendo de nuevo la cara de marte en alta resolución, no parece la cara de una persona sino la de un Decepticon! no se que es peor... :S


De: Pedro
2009-03-31 21:19:39

kemero, ¡hombre, no hay color! ¿Tu qué prefieres como mensaje de la cara?

Opción A: "Observad esta cara de aspecto humano, estamos aquí fuera y somos como vosotros. ¡Uníos a la familia galáctica, hermanos, todos somos uno!"

Opción B: "Ésta es mi cara. Soy Megatron. Estamos aquí fuera y os vais a cagar, escoria humana."

Yo, al menos, saludo a nuestros nuevos Señores Decepticons :)


De: Manín
2009-03-31 22:12:22

No pasa nada. Ya vendrán Optimus Prime y sus colegas a salvarnos... xD


De: Garcius
2009-04-01 02:26:50

¡¡¡¡Como mola, vamos a empezar el debate entre los rojos y los verdes, pero en la vida real!!!!, yo me apunto al bando de Sax, si hubiese vida animal en la superficie o provabilidades de que prosperase, pues seria otra cosa, pero por bacterias y unos pocos musgos......creo que mas que destruir creariamos mas vida. Como dicen por ahi, pena que no vamos a verlo.


De: Qfwfq
2009-04-01 10:32:39

Desde el Observatorio Astronómico de Madrid, también se investigó la vida en Marte. He aquí un documento de la época:

http://www.youtube.com/watch?v=HYXnJHpKpdo


De: Naeros
2009-04-01 11:38:40

@kemero: sobre la datación te recomiendo que eches un vistazo al libro Una breve historia sobre casi todo, donde hablan del tema =)

Pedro, otro artículo genial. Como amante de la ciencia-ficción, me encanta esta serie y en especial la parte de colonización de planetas. A ver si al menos llegamos a ver una base estable en la Luna, sería increíble :D


De: Pedro
2009-04-01 17:17:36

@ kemero, aparte de lo que dice Naeros, no dudes que, si logro explicarlo con sencillez, habrá una entrada dedicada a responderte, ¡me lo ponéis fácil cuando preguntáis cosas, porque así estoy -seguro- de que a alguien le va a servir la entrada :)


De: Brigo
2009-04-02 20:21:03

También podríamos convivir, y transportar esta forma de vida a lugares del Universo donde pueda prosperar y que no nos sirvan a nosotros.

Formaríamos una alianza con un ¿moho? marciano. Si fuese inteligente ya lo veríamos protestando por las condiciones de vida de los de aquí.


De: Bastonivo
2009-04-05 19:39:21

Una entrada genial, como siempre. ^_^

Lo de las manchas no lo había oído. Je. Parece que marte es algo mucho más de lo que aparenta a simple vista, como bien se indica.

Respecto al tema de si hay vida, respetarla, mi opinión al respecto sería variada.

1- Si no hay vida: nunca podremos estar seguro de ello, Marte es muy grande. Y si aplicamos un "principio de precaución" ¿Tendríamos que estar, no solo en marte, si no en todos los astros, aguantandonos las ganas de ir? Así tampoco se avanza.

2- Si hay vida: Dependiendo de las necesidades. Marte no es un sitio fácil para vivir, incluso con una terraformación extrema. Más difícil que la vida en la Antártida, lugar que al menos pueden ir a buscarte si algo sale mal). Una colonización que destruya una vida autoctona no la veo plausible. Además, que microorganismos son más adaptables (en terminos terrestres) que los organismos macriscópicos como nosotros. Así que a saber si se adaptarían a la nueva situación (y nosotros seríamos los perjudicados xD). No me preocuparía por ello. Además, si hubiesen valiosos recursos en Marte para la gente, en mi escala de valores, las personas humanas son más importantes que otro tipo de vida, aunque vengan de Saturno. Eso sí, sin ser destructores y/o devastadores a nuestro paso. Hay que marcar un límite para evitar el malgastar.

De todas maneras, aunque antes de salir las sondas son estelirizadas, y que el ambiente de marte es todo menos "acogedor", a saber si alguna bacteria en singular se ha escapado de las naves... o vete a saber si la panspermia se ha dado al reves (de la Tierra a Marte)...

Como para saber si Marte esta vivo o no, y comopara saber si esta vida es autóctona. Cuando todavía no sabemos definir qué es "Vida", cuando nuestro único referente somos nosotros mismos, cómo para saber si existe o no, o incluso, como para saber si es realmente autóctona.

Andaría con miramientos. Pero no excesivos.

Perdón por el tostón que he soltado :-(


De: Sergio
2009-04-08 01:57:42

Pedro: Con respecto a los meteoritos que se encontraron en la Tierra, y que se cree que son de origen marciano: ¿cómo se supone que se pueden haber desprendido de la superficie de Marte para llegar hasta aquí?


De: Pedro
2009-04-08 06:38:39

Sergio, por el impacto de otros meteoritos sobre la superficie marciana, que "arrancan" trozos y los lanzas al espacio. También hay meteoritos lunares que han caído sobre la Tierra y se han producido de la misma manera.


De: Loly
2009-04-14 16:16:37

Que buena serie de artículos de Marte... Pedro cuando mas o menos tendremos la entrada Marte V ?


De: Pedro
2009-04-14 16:21:47

Loly, hace unos minutos :)


De: Loly
2009-04-14 17:36:12

Pedro, acabo de entrar a ver, y ya has publicado lo que te pedía ... más rápido imposible... :) empiezo ahora mismo a leer.
Saludos y Gracias por el tiempo que dedicas a estos artículos...


De: Marte, en el Tamiz | CyberHades
2009-04-17 16:31:05

[...] Marte (IV): Indicios de vida pasada o presente en Marte [...]


De: josell
2010-07-12 06:12:59

Yo creo que si cambiamos el clima de marte, estas bacterias seguirán viviendo aunque cambiarían su "estilo de vida"; tal vez podrían convivir con vida "importada" de la tierra, ¿no?

Y además, esa vida le proporcionaría un ambiente más cómodo para su evolución.


De: Luis
2011-03-31 21:15:01

Muy interesante está el reportaje, los felicito, pero no hablan de los túneles de oruga que una vez se vieron en imágenes enviadas por un satélite que orbita en marte. También me parecería muy bien que alguna de las Viking tomara fotos de la pirámide y la esfinge desde el raz del suelo marciano.


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