Algunos de vosotros me habéis pedido que dé mi opinión acerca de la supuesta demostración de fusión fría por parte de Yoshiaki Arata y su equipo en Japón. No es la primera vez que escribo sobre este asunto en general, puesto que la Marina estadounidense publicó un informe el año pasado que revisamos aquí mismo. En cualquier caso, en este artículo voy a describir lo que sabemos hasta ahora del experimento de Arata en particular, y luego analizaremos las posibilidades que tiene de ser, en efecto, una demostración con éxito de fusión fría.
Por si no has leído aún sobre el asunto, el día 22 de Mayo se realizó una demostración en la Universidad de Osaka en la que un equipo, liderado por el japonés Yoshiaki Arata (catedrático emérito de la Universidad) y el chino Yue Chang Zhang de la Universidad de Jiotong en Shanghai, realizó lo que según ellos es una reacción de fusión fría.
No voy a repetir aquí las explicaciones sobre lo que es la llamada fusión fría. Si quieres saber más en general te recomiendo que leas el artículo en Wikipedia, el que ha escrito Kanijo recientemente sobre este mismo asunto o el del año pasado en El Tamiz a raíz del informe del SPAWAR que he mencionado antes – aquí voy a centrarme en este experimento en concreto. Por cierto, mi enhorabuena a Kanijo porque nunca defrauda: no cae en sensacionalismos ni aunque lo maten, y mantiene una cabeza fría y racional como las que nos hacen falta en la red.
Pero vamos al grano – en esta demostración, el equipo de Arata y Zhang ha utilizado una muestra de dióxido de zirconio con nanopartículas de paladio (ZrO2-Pd), colocada en el interior de un recipiente de acero (que voy a llamar “botella” en el resto del artículo). A continuación han llenado la botella con deuterio (hidrógeno cuyo núcleo tiene un protón y un neutrón) de gran pureza y a una presión de unas 100 atmósferas. La temperatura ha ido aumentando según se ha ido introduciendo el deuterio en el recipiente (que empezó a temperatura ambiente) hasta alcanzar unos 70 °C – de acuerdo con Arata, en esta primera fase el aumento de temperatura se debe en parte a procesos no nucleares y en parte a la fusión del deuterio para formar helio.
La idea (que no es nueva, sino que es la base de casi todos los experimentos de fusión fría) es que el metal es capaz de absorber enormes cantidades de este isótopo del hidrógeno: tanta cantidad que la densidad del deuterio en el interior del metal se hace enorme, convirtiéndose en lo que Arata llama pyncodeuterio (deuterio extremadamente denso). La distancia entre los átomos de deuterio se llega a hacer suficientemente pequeña, según estos científicos, como para que se produzca la fusión entre algunos de ellos. Esta suposición es mucho suponer, y de ser cierta requeriría replantearnos muchas de nuestras ideas acerca del comportamiento de los átomos en esta situación: en la fusión caliente, los átomos se acercan lo suficiente porque la presión y la temperatura son absolutamente tremendas, como sucede en el núcleo del Sol, pero en este caso las condiciones son bien diferentes.
En una segunda fase se dejó de inyectar deuterio de forma masiva en la botella: la temperatura fue descendiendo, pero no hasta alcanzar la temperatura ambiente, sino que durante las 50 horas que duró la prueba se mantuvo una diferencia de temperatura con el exterior que no bajó de medio grado centígrado. De acuerdo con Arata, durante esta segunda fase el exceso de temperatura se debe a la fusión de deuterio en helio.
¿Por qué hablamos de un “exceso de temperatura”? Si la botella estaba caliente al principio, es lógico que siga más caliente que el ambiente mientras se enfría – pero la cuestión es que se mantiene caliente más tiempo del que debería. Además de este experimento se realizaron otros de control: en uno de ellos se utilizó hidrógeno-1 en vez de deuterio (hidrógeno-2), en otro deuterio sin el ZrO2-Pd y en un tercero hidrógeno-1 sin el metal. En el primer caso se produjo un aumento inicial de temperatura (recuerda que en esa primera fase Arata afirma que parte del aumento de temperatura se debe a procesos no nucleares), mientras que en los otros dos no. Y en ninguno de los experimentos se mantuvo la temperatura anómalamente alta que se observó en el que utilizaba deuterio y ZrO2-Pd.
Además, de acuerdo con Arata en el experimento “de verdad” –y sólo en ése– se observa una vez ha pasado el tiempo que aparece helio que no había antes, mientras que en los otros dos no. Desde luego, la atmósfera contiene helio como traza, pero la cantidad que aparece es –una vez más, de acuerdo con Arata y su equipo–, aunque no grande, sustancialmente mayor que la concentración típica de la atmósfera. Si realmente hay helio ahí que no había antes, no hay ninguna duda de que algo está pasando.
Desgraciadamente, en la demostración y la explicación no se mencionan muchos detalles – por ejemplo, ¿dónde están los neutrones? Salvo que la reacción que se está produciendo sea una conversión directa de dos núcleos de deuterio en uno de helio, deben salir neutrones de la botella. Incluso si se tratase de ese tipo de fusión –algo muy, muy improbable– deberían emitirse rayos X. Sin embargo, parece ser que Arata no mencionó nada de esto en la demostración.
Sin embargo, si leemos los artículos publicados por él en el pasado, en los que sí describe mucho más en detalle los experimentos realizados (que son muy parecidos a éste), allí si se mencionan los neutrones, y se afirma que se han detectado neutrones en una proporción que no es compatible con neutrones atmosféricos, por ejemplo. De hecho, leer esos artículos me ha hecho plantearme por qué diablos ha hecho esto – al fin y al cabo es lo mismo que lleva haciendo años, pero sin publicarlo como artículo “serio”. Sólo se me ocurre que esté intentando lograr eco y financiación.
En cualquier caso, lo que tenemos hasta el momento no es mucho: básicamente es la palabra de Arata. No he leído una transcripción de la demostración de modo que no sé exactamente lo que dijo allí, pero en los artículos anteriores (que enlazaré al final) realiza afirmaciones muy claras sobre la detección de neutrones y el exceso de energía. En la propia demostración no parece tener dudas de que se están produciendo procesos nucleares, pero no tenemos forma de saberlo hasta que alguien reproduzca el experimento.
¿Cuánto vale la palabra de Yoshiaki Arata? Desde luego, todo el mundo puede mentir o equivocarse, pero al menos este individuo no es ningún mindundi: por ejemplo, la demostración se realizó en una de las salas de la Universidad de Osaka… el Hall Arata, nombrado en su honor. Tiene una carrera científica bien sólida a sus ya maduritas espaldas, y de hecho en 2006 recibió la Orden de la Cultura –el galardón científico más prestigioso del Japón– en el Palacio Imperial de Tokio. No tiene nada que demostrar y sí mucho que perder si lo que dice no es cierto.
Afortunadamente, en Ciencia no vale el principio de autoridad, de modo que todos los galardones del mundo no van a hacer que Arata tenga razón si su experimento es un fraude o un error monumental, pero la rotundidad de sus afirmaciones y la manera de actuar sólo parecen dejar espacio para esas dos posibilidades – o a un avance sustancial en el campo de las LENR (Low Energy Nuclear Reactions, Reacciones Nucleares de Baja Energía). Ojalá, porque aunque haga falta mucha más experimentación para afinar las teorías y producir resultados prácticos, sería una verdadera revolución.
Pero como Kanijo, soy algo escéptico, entre otras cosas porque el escepticismo racional es en mi opinión la base de una actitud realmente científica. Nadie tiene que demostrar que lo que dice Arata y su equipo es imposible, es al revés: ellos deben demostrar que sus experimentos tienen algo detrás. Habrá que esperar a una publicación más detallada de las condiciones del experimento (que de acuerdo con él es perfectamente reproducible) en una revista con revisión por pares, y la posible reproducción –o no– por parte de laboratorios independientes de los resultados de Arata y Zhang.
También creo que el fiasco de Fleischmann y Pons ha hecho que muchos físicos no quieran oír ni hablar de este asunto, y que muchos teman por su reputación si no lo descartan como un fraude o una estupidez; este marcar como “herejes” a quienes proponen algo que puede corroborarse con experimentos es tan perjudicial como aceptar cosas por el principio de autoridad. Esperemos con un sano escepticismo, y nada más.
Espero no haber defraudado a quienes pedísteis mi opinión por mi falta de contundencia en las conclusiones, pero realmente la cosa es así: lo que dicen los científicos es clara y meridianamente que han conseguido la fusión fría, y no hay nada en lo que dicen que demuestre que es falso. Por otro lado, lo único que tenemos es su palabra (“hay helio que antes no había”, “hay un exceso de energía no explicable por el electromagnetismo”, “se detectan neutrones indiscutiblemente”), y sólo con eso no podemos estar seguros. Una vez más, bendita la ciencia que requiere que otros comprueben con más experimentos lo que uno dice sin importar quién sea.
Esperaremos pacientemente – desde luego, si os enteráis de más noticias relacionadas con el asunto mandad un correo y seguiremos el asunto con interés.
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