Como mencionamos en este apunte, iniciamos hoy una nueva serie en El Tamiz, en la que nos dedicaremos a estudiar con “ojo científico” diversos asuntos, para determinar si se trata de creencias, pseudociencia o ciencia. Tras consultar con vosotros, de los 269 votos de la encuesta 158 se decantaron por el enfoque de “la lupa” frente a los 100 de “el hacha” y 11 que tenían mejores ideas que cualquiera de los dos enfoques.
De manera que la serie tomará el enfoque de “la lupa”, es decir, el análisis de las afirmaciones de los proponentes de la teoría de que se trate en cada caso para determinar si tienen fundamento científico, si no lo tienen ni pretenden tenerlo, o bien si pretenden tenerlo pero no lo tienen. Esto no quiere decir que templemos gaitas si algo es manifiestamente falso, simplemente que no vamos a tratar las cosas como en Falacias a priori. El título será el propuesto por Santi: La navaja de Occam, en honor a su principio de parsimonia, y porque pretendemos “diseccionar científicamente” afirmaciones o teorías para determinar su naturaleza. ¡Gracias, Santi!
Antes de nada, ¿por qué hacer esto? Algunos habéis mencionado excelentes sitios en los que se atacan pseudociencias, como Magonia, el Círculo Escéptico o la Sociedad para el avance del pensamiento crítico. Es evidente que casi cualquiera de los asuntos que tratemos habrá probablemente sido tratado por alguno de ellos (aunque no quiero leer sobre ello para mantener la mente sin más prejuicios de los que ya tiene). Son sitios muy necesarios, y precisamente por eso me he decidido –contra el probablemente buen juicio de Geli– a iniciar la serie: porque es difícil, porque es incómodo y no mucha gente lo hace, porque cuantas más voces racionales existan en la red mejor. Soy consciente de que es un pequeño grano de arena de apoyo a sitios mucho más eficaces y específicos, pero algo es algo. En fin, a la presentación de la serie, que será (ligeramente modificada) la página de descripción correspondiente cuando la serie avance.
Salvo que tengáis sugerencias mejores, la idea es la siguiente: antes de cada artículo (probablemente en el anterior en la propia serie) anunciaremos el tema que vamos a tratar – sí, eso significa que al final de éste verás el primero de los asuntos que diseccionaremos. De ese modo, si tenéis información en uno u otro sentido sobre lo que sea nos podéis mandar un correo y darnos datos/enlaces/etc. Durante el tiempo que tardemos en publicar el artículo en sí (normalmente entre un artículo de una serie y el siguiente pasa alrededor de un mes) recabaremos toda la información que podamos para llegar a una conclusión.
Cada artículo, por lo tanto, tratará en primer lugar de explicar en qué consiste básicamente el asunto en cuestión, y qué cosas hemos encontrado sobre él que tienen relevancia para llegar a una conclusión determinada. Esa conclusión será una suerte de veredicto personal sobre el tema tratado, que puede ser de tres tipos diferentes: ciencia, creencia o pseudociencia. También es posible, supongo, que acabemos sin una idea clara de lo que se trate, algo así como “sin suficiente información”, aunque intentaremos que esto suceda lo menos posible.
Ni qué decir tiene que algunos de vosotros podéis no estar de acuerdo con nuestra conclusión ni el sello que le pongamos al tema tratado. De hecho, estoy absolutamente convencido de que algunas personas estarán indignadas al leer que algo en lo que creen es considerado por nosotros una pseudociencia, pero eso es inevitable en una serie así. Afortunadamente, hay libertad de expresión y podemos opinar lo que nos dé la gana – desde luego, intentaremos proporcionar información para que cada uno se forme su opinión, pero dejaremos bien claro la nuestra.
Por otro lado, incluso aunque nuestros argumentos te convenzan de que el “sello” asignado a algo es correcto, lo que eso signifique es totalmente personal. Estoy seguro de que para algunos el hecho de que algo sea una creencia lo descalifica como conocimiento, mientras que otros piensan que limitarse al conocimiento científico es reduccionista y absurdo. No puedo evitar sentir que si calificamos a algo de pseudociencia eso implica un juicio moral sobre ello (pues pretende ser algo que no es), pero para gustos hay colores. En lo que no vamos a callarnos es en asuntos que supongan un posible perjuicio para la salud: si algo no está demostrado científicamente y se postula como una alternativa a ir al médico, colocaremos un aviso como una catedral (si la gente quiere ignorarlo, es asunto suyo).
Dicho todo esto, ¿en qué se basará que nos decantemos por uno u otro veredicto? La diferencia entre los dos primeros (creencia/ciencia) es bastante clara, pero no tanto la diferencia entre esos dos y el tercero. Una vez más, en estas definiciones hay diversidad de opinión, pero aquí utilizaremos los siguientes criterios (algunos de ellos borrosos, de ahí que se trate de una opinión personal):
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Calificaremos algo como creencia cuando se trate de algo que no es científico ni tampoco pretende serlo: es decir, puede no ser falsable (pero no pretende serlo), no existir experimentos rigurosos que demuestren que es cierto (pero tampoco puede existir ninguno que demuestre que es falso), pero no utiliza lenguaje científico para tratar de engañar a nadie sobre su verdadera naturaleza ni nada parecido. Un ejemplo de afirmación de esta categoría: Dios existe. Es indemostrable empíricamente y no es falsable – pero no pretende ser una afirmación científica.
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Calificaremos algo como pseudociencia cuando incumpla algún requisito para ser ciencia pero pretenda serlo, explícita o implícitamente, por ejemplo con uno o más de los siguientes rasgos (¡hay muchos síntomas!): carezca de definiciones operacionales objetivas; utilice lenguaje científico de manera errónea (intencionada o inintencionadamente); utilice el argumentum ad ignorantiam para pretender que es verdadero; no sea falsable, pero pretenda ser científico; no tenga condiciones de frontera (un modo claro de saber en qué situaciones no permite predecir resultados experimentales); carezca de experimentos reproducibles y reproducidos (no anécdotas ni testimonios) que lo confirmen, pero no busque activamente esos experimentos ni deje bien claro que no existen; carezca de un método sistemático de autocorrección y perfeccionamiento; no comparta el conocimiento libremente con otros investigadores… Probablemente hay más síntomas de pseudociencia, pero éstos deberían bastar para cazar las más extendidas. Un ejemplo de esta categoría: Los seres humanos entrenados pueden mover objetos con la mente porque los campos magnéticos creados por sus neuronas originan un flujo energético que modifica el estado cinético de las cosas que los rodean.
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Calificaremos algo de ciencia cuando no pertenezca a ninguna de las dos categorías anteriores, es decir, cuando afirme ser científico y cumpla los requisitos necesarios (reproducibilidad, falsabilidad, capacidad de progreso, etc.). Un ejemplo de ciencia: El ADN de un ser humano y el de un caballo son diferentes. Es falsable, ha sido demostrado empíricamente, los conceptos involucrados tienen definiciones operacionales, etc.
Finalmente, respecto a los comentarios: es inevitable que haya personas que escriban comentarios encendidos o insultantes al sentirse atacados en sus convicciones, y estoy seguro de que habrá censura de comentarios. Yo tengo muy poco tiempo para responder preguntas en comentarios, y este tipo de artículos me superan en ese aspecto, de modo que (como habéis hecho, por ejemplo, en el de la llegada del hombre a la Luna) os agradeceré enormemente a los “habituales” si tenéis la paciencia y la cabeza fría de responder a los comentarios indignados de los defensores de los asuntos que acaben siendo definidos como pseudociencias. De vez en cuando meteré baza, pero no estar solo defendiendo el bastión es muchísimo más agradable psicológicamente. Eso sí, ¡recordad la educación, paciencia, cabeza fría y argumentos razonados! Es realmente doloroso tener que censurar comentarios de personas que tratan de ayudar.
Dicho todo esto, como siempre, si tenéis comentarios o sugerencias nos encanta hablar con vosotros, de modo que adelante. Si tenéis algún asunto en el que la duda os corroe, o bien os parece interesante que tratemos, no dudéis en decírnoslo (en este caso preferimos que, más que en un comentario, lo hagáis por correo para no crear debates antes de tiempo).
En la primera “disección” utilizando la navaja de Occam, dentro de unas semanas, el Reiki.