En la página de la NASA me he topado con algo que me ha llamado mucho la atención. Se trata de varios archivos de sonido relacionados con el espacio – algunos son sonidos reales, otros han sido tratados de alguna manera o incluso son ondas electromagnéticas convertidas en sonido mediante software. Pero todos son interesantes, y algunos incluso algo desasosegadores.
Aunque al final dejaré el enlace a la página original para que puedas echarles un ojo a todos, quiero hablar aquí de los que más me han entusiasmado, ya sea por el sonido en sí o por la causa que lo produce. Escucharlos me ha hecho pensar en qué fuerza emotiva tienen los sonidos: no tiene nada que ver, por ejemplo, oír hablar de las tormentas eléctricas en Saturno que escuchar una. Parece que los sonidos despiertan zonas más primitivas y menos racionales de nuestro cerebro que la lectura, al menos en mi caso.
Atmósfera de Júpiter. Imagen tomada por la sonda Voyager 1.
En 1979, la sonda Voyager 1 atravesó la magnetopausa de Júpiter, la frontera entre el viento solar y la magnetosfera del planeta. En el archivo puedes escuchar la “traducción sonora” de los datos obtenidos por el detector de ondas de plasma de la sonda. La grabación dura unos 44 segundos: al principio puedes escuchar unos sonidos cortos y agudos, como de un grillo, que son las ondas de choque generadas por los electrones que abandonan la magnetosfera del gigante gaseoso y se encuentran de cabeza con el viento solar a velocidades supersónicas.
Esos sonidos desaparecen pronto, y luego hay un breve intervalo bastante silencioso hasta que la sonda se encuentra con el frente de choque y la intensa turbulencia de la magnetosfera joviana. No es que escuchar el archivo proporcione un mayor entendimiento de nada, pero me ha encantado “sentir” la onda de choque como si estuviera en la sonda. No hay como echarle imaginación a la cosa:
El segundo archivo es otra traducción a sonido de los datos obtenidos por una sonda, en este caso la Cassini, durante una tormenta en Saturno entre los días 23 y 24 de Enero de 2006. Cassini no estaba dentro de la atmósfera de Saturno, de modo que no grabó ningún sonido, sino más bien las emisiones de radio de los rayos: algo parecido a lo que pasa si estás escuchando la radio y oyes los chasquidos de los rayos durante una tormenta. En cualquier caso, una vez más es emocionante escuchar una tormenta…¡en Saturno! Genial:
Superficie de Titán. Imagen tomada por la sonda Huygens.
El tercero es una grabación (esta vez sí, sonora desde el principio) tomada por el micrófono de la sonda Huygens mientras descendía hacia la superficie de Titán. Se han combinado los sonidos grabados por el micrófono en varios momentos durante el descenso, para mostrar lo que se escucharía durante aproximadamente un minuto de caída por la atmósfera de Titán. Como los anteriores, el valor es simplemente la sensación que causa (al menos a mí) sabiendo que es otro mundo a millones de kilómetros de nosotros, y que un artefacto construido por nosotros ha grabado el sonido del viento de esa atmósfera extraterrestre:
Saturno. Imagen tomada por la sonda Cassini.
Para terminar, el que más impresión me ha causado de todos. Son las señales de radio captadas por los instrumentos de la Cassini cuando estaba cerca de Saturno, y están relacionadas con las auroras del gigante gaseoso. Básicamente se han transformado las ondas electromagnéticas en sonoras, y se ha disminuido la frecuencia para que esté dentro del intervalo audible por nosotros.
Vale, sé que es simplemente el resultado de la interacción del campo magnético de Saturno con las partículas que llegan a él, y que ni siquiera era originalmente sonido, sino radioondas… pero si yo estoy trabajando en un observatorio de la NASA, de noche y solo, y escucho esto con lo gallina que soy, me largo corriendo y me hago corredor de seguros. Cthulhu total:
Si quieres disfrutar del resto, puedes hacerlo en la página correspondiente de la NASA. Yo he pasado un buen rato con ella.