Buenas y malas noticias desde la NASA. Por un lado, una misión que va a resultar muy interesante y que seguimos en El Tamiz, la de la sonda Dawn al cinturón de asteroides para visitar Ceres y Vesta (artículo sobre Dawn) se ha retrasado hasta Septiembre.
Por otro lado, las buenas noticias son que parte de la culpa la tiene otra misión (que estaba demasiado cerca del lanzamiento de Dawn, debido a pequeños retrasos en esa misión) que promete ser fascinante: la de la sonda Phoenix a Marte. Tal vez tengamos que esperar algún tiempo para ver las fotos de Dawn (cuya misión, por otro lado, va a durar tanto tiempo que un par de meses no son una gran diferencia), pero por otro tenemos el lanzamiento de Phoenix a la vuelta de la esquina: el 3 de Agosto.
Visión artística de Phoenix sobre la superficie marciana.
Esta nueva misión al Planeta Rojo está exclusivamente dedicada a estudiar el hielo y la climatología del Ártico marciano, y tiene dos objetivos fundamentales:
1. Estudiar la historia del agua en todas sus fases en Marte.
Aunque no hay agua líquida sobre la superficie de Marte, existen casquetes polares en los que hay hielo permanente. La sonda Phoenix estudiará ese hielo, la interacción con el vapor de agua de la atmósfera y las rocas del Ártico. De ese modo, los científicos tendrán más información sobre el clima pasado de Marte (cuándo y dónde existió agua líquida, por ejemplo) y la posible evolución del clima: por ejemplo, se piensa que debido al bandeo del eje de rotación del planeta, cada 100.000 años puede existir agua líquida en los polos debido al calentamiento de la superficie.
2. Buscar indicios de vida y estimar el potencial biológico de la frontera tierra-hielo.
La sonda tiene instrumentos capaces de detectar compuestos del carbono en la zona entre el suelo y el hielo (en la que se piensa que puede haber vida). En esa zona hay agua (aunque sea sólida) y existe cierta protección contra los rayos ultravioleta del Sol, de modo que podría tener las condiciones necesarias para la existencia de vida primitiva o, al menos, indicios de que algún día la hubo.
Para cumplir estos dos objetivos, la pequeña sonda se posará en la frontera entre el casquete de hielo y la tierra seca. De ese modo, los científicos esperan encontrar hielo a unos pocos centímetros de profundidad, en la zona protegida de la radiación solar por el suelo. El brazo robótico de la sonda es capaz de penetrar hasta un metro bajo la superficie.
Phoenix inspeccionada por técnicos de Lockheed Martin Space Systems.
Puede que esta misión no sea tan emocionante como la del Mars Science Laboratory, pero es relativamente barata y complementaria: ambas son pasos iniciales del objetivo a largo plazo de la NASA, la visita de seres humanos al Planeta Rojo.
Si tienes tiempo, puedes también ver un pequeño video de animación de la llegada de Phoenix a Marte (Quicktime .mov): video.
Para saber más: Página de la misión Phoenix de la NASA.
Nota: El crédito de todas las imágenes es de NASA/JPL.