Hace bastante tiempo que no dedicamos una entrada a la química, y ya es hora de hacerlo de nuevo - esta vez vamos a hablar de un compuesto muy famoso y que ha fascinado a los hombres durante muchos años: el ácido sulfúrico o tetraoxosulfato(VI) de hidrógeno. Preguntémonos juntos, querido lector: ¿Qué tiene que ver conmigo el H2SO4?
Como suelo decir en este tipo de artículos - probablemente más de lo que imaginas. A pesar de que el ácido sulfúrico es un compuesto muy popular, tendemos (en general) a no darnos cuenta de su importancia. Para que te hagas una idea: una manera sencillísima de conocer el desarrollo industrial de un país es simplemente mirar cuál es su consumo de ácido sulfúrico. La producción mundial cada año es de unos 165 millones de toneladas - no hay ningún otro compuesto químico producido en tal magnitud.
El ácido sulfúrico es uno de los ácidos minerales, es decir, que se obtienen a partir de compuestos no orgánicos mediante reacciones químicas (y muchísimo más corrosivo que cualquier ácido orgánico). De hecho, es un ácido relativamente reciente - su probable descubridor fue un alquimista del siglo octavo llamado Abu Musa Jabir ibn Hayyan, también conocido como “Geber”, que lo llamó aceite de vitriolo. Si lees Mortadelo y Filemón seguro que has oído antes lo de “vitriolo”.
1. ¿De dónde se saca?
El ácido sulfúrico existe en la naturaleza, pero el consumo mundial es tan gigantesco que (entre otros factores) lo producimos industrialmente. Como hemos dicho antes, lo producimos a un ritmo infernal. Básicamente, para hacerlo se coge azufre y se quema, obteniéndose un óxido de azufre. Al hacer reaccionar éste con agua, se obtiene el ácido sulfúrico.
De hecho, es tan fácil hacerlo que ocurre muchas veces sin que queramos: por ejemplo, cuando se quema carbón en una central térmica y el carbón tiene azufre (lo cual ocurre tanto más cuanto peor es el carbón), se liberan óxidos de azufre a la atmósfera, y cuando éstos reaccionan con el agua se produce lluvia ácida. También hemos detectado ácido sulfúrico en lugares como Venus y Europa - como hemos dicho, no es que no exista en la naturaleza, es que necesitamos tanto que lo tenemos que fabricar nosotros.
2. ¿Para qué sirve?
Tiene tantos usos que sólo vamos a centrarnos en unos cuantos. En primer lugar, la mayor parte del ácido sulfúrico se utiliza para producir ácido fosfórico. Aunque no vamos a hablar de éste en profundidad en este artículo, el ácido fosfórico se utiliza para fabricar cosas tan dispares como fosfatos fertilizantes y también detergentes.
El ácido sulfúrico se utiliza también para obtener muchísimos sulfatos: al reaccionar con metales el hidrógeno es sustituído por el metal, de modo que se obtienen compuestos como el sulfato de aluminio. Además, se emplea en el proceso para producir nylon, para obtener ácido clorhídrico, para refinar petroleo, para obtener sulfato de amonio (otro fertilizante), en las baterías de los coches…
Algunas de sus propiedades más peligrosas son, de hecho, las que lo hacen más útil: por ejemplo, cuando el ácido sulfúrico entra en contacto con agua, la reacción es muy violenta y exotérmica (libera gran cantidad de calor). Esto lo hace muy peligroso para nosotros - con todos los ácidos fuertes (como el clorhídrico) corremos peligro porque son corrosivos: pueden producir grandes heridas.
Pero el sulfúrico, además, al reaccionar tan rápido con agua produce dos efectos más: por un lado, como el agua reacciona, desaparece, de modo que el H2SO4 es un poderoso deshidratante. Por otro, la liberación de calor puede producir graves quemaduras.
Por ejemplo, las frutas deshidratadas muchas veces han perdido el agua gracias al ácido sulfúrico. Y su poder corrosivo se emplea a veces para desatascar tuberías. Sin embargo, para todos estos usos se emplea muy concentrado (hasta el 98%), de modo que las precauciones son enormes por su gran peligro.
En resumen - si usas fibras sintéticas en la ropa, comes verduras no ecológicas (es decir, cultivadas industrialmente), usas plástico, vas en coche, comes frutas o verduras deshidratadas…le debes mucho a este peligroso pero utilísimo compuesto. Nuestra civilización probablemente sería mejor si no dependiéramos tanto de él, pero sin el H2SO4 se derrumbaría.
Por cierto, con este artículo quiero empezar una nueva categoría llamada Hablando de, en honor a James Burke y su programa en la TV británica. Soy consciente de que, comparado con James Burke, El Tamiz es menos que nada, pero queremos dedicar esa sección a honrar su trabajo divulgativo (que continúa hoy en su Knowledge Web). Por si no conoces Conexiones, en esa serie Burke va enlazando un concepto con otro para mostrar cómo, al final todo está conectado.
En esta entrada hemos hablado de cómo creemos que Geber fue el descubridor y primer sintetizador de este peligroso ácido. En la primera entrada de _Hablando de _(que, por supuesto, tendrá un enlace aquí), continuaremos: Hablando de Geber…
Para saber más: Ácido sulfúrico (Wikipedia).