Los últimos días se han publicado varios avances en el campo de los biocombustibles que son muy prometedores. Los dos más interesantes son los siguientes: por un lado, lograr mediante ingeniería genética extraer etanol de desechos vegetales sería una solución a la reciente polémica del etanol y el maíz. Por otro, fabricar plástico con aceites vegetales y luego convertirlo en biodiésel reduciría en una gran medida el problema de los desechos plásticos (toneladas diarias en las sociedades occidentales).
1. El dilema del etanol, ¿resuelto?
Antes de entrar en la noticia, recordemos algunas cosas sobre el etanol. Son relevantes, de modo que ten paciencia: el etanol es un biocombustible excelente por varias razones. La primera es evidente una vez ves la reacción de combustión que sufre:
C2H5OH + 3 O2 → 2 CO2 +3 H2O Como puedes ver, los únicos dos compuestos generados son dióxido de carbono y vapor de agua. De hecho, salvo quemar carbono puro (que sólo generaría dióxido de carbono) no existen dos residuos de una combustión menos malos que éstos.
Molécula de etanol: sólo tiene C, H y O - ningún residuo de azufre ni nitrógeno.
Pero no sólo eso - mucha gente se queja de la combustión del etanol para producir energía porque “genera CO2 y por lo tanto produce efecto invernadero”. Pero miremos hacia atrás en el tiempo: la planta de la que procede el etanol (en general, plantas anuales de crecimiento rápido para una gran producción) ha crecido realizando la fotosíntesis: extrayendo CO2 del aire para obtener de él carbono, lo mismo que ocurre al quemar el etanol pero al revés.
Dicho de otra manera: al quemar etanol se desprende el mismo dióxido de carbono que extrajo la planta del aire al crecer el año pasado (más el que se pierde en el proceso: regar la planta, transportar y procesar la materia vegetal, etc.) Sin embargo, la mayor parte de la gente olvida que el grueso del dióxido de carbono fue extraído en su día de la atmósfera.
¿Por qué existe entonces un dilema con el etanol? Más allá de polémicas políticas, generar etanol requiere una gran cantidad de materia vegetal, lo cual supone un doble problema: por un lado, existe el peligro de la deforestación para crear grandes plantaciones. Por otro, convertir plantas antes baratas en fuentes de energía renovable puede hacer que sus usos anteriores desaparezcan y su precio suba mucho.
¿Cuál es la posible solución? Generar etanol a partir de desechos vegetales que, ahora mismo, suponen un problema. Por ejemplo, existe una gran polémica con el etanol procedente del maíz, pero ¿qué sucedería si pudiéramos extraer etanol no de los granos de maíz, sino de la vaina que se desecha al sacar los granos? Estaríamos utilizando plantaciones de maíz ya existentes sin afectar al precio ni la producción del maíz en sí. Lo mismo se aplica a otras materias vegetales de desecho, como las que se producen al obtener semillas de cereales o, incluso, los de las industrias madereras.
La técnica que puede proporcionarnos esta solución parece ser la ingeniería genética. Existen numerosos equipos científicos trabajando en el problema. Por ejemplo, la empresa DuPont está tratando de integrar genes de un parásito del ágave (que fermenta la celulosa de la planta con una enzima) en bacterias para crear una planta industrial de producción de etanol a partir de las vainas del maíz. Esperan tener la fábrica en producción en 2010, y tienen financiación no sólo privada, sino también por parte del Departamento de Energía de los EE.UU.
El año pasado, el gobierno americano proporcionó casi 400 millones de dólares a proyectos así. Los más prometedores ya funcionan hoy: mediante la inserción de ADN de varios parásitos vegetales en bacterias comunes (como la E. coli) es posible ya la generación de etanol a partir únicamente de celulosa, lo cual solucionaría gran parte de los dilemas anteriores. ¿El problema para su comercialización? El precio: sigue siendo demasiado caro. Sin embargo, la tendencia es muy clara - un litro de estas enzimas costaba $1.25 hace no mucho tiempo, y ahora cuesta 5 céntimos. Mientras tanto, el precio del petróleo sube. En muy pocos años (especialmente con las subvenciones públicas) esta solución probablemente sea económicamente viable.
**2. ¿Quemar plástico? **
La segunda solución que hemos conocido esta semana es también muy interesante. Consiste en lo siguiente: en vez de fabricar plástico a partir del petróleo (lo cual, además de ser contaminante al producirlo genera residuos que son difíciles de tratar después si no son reciclables), podríamos fabricar plástico a partir de aceites vegetales. De esa manera, no dependeríamos del petróleo para ello. Pero la segunda parte de la solución es también fascinante: estos plásticos pueden después retornar a ser aceites y ser utilizados como combustibles biológicos.
_¿El biocombustible del futuro? _
Aunque pueda parecer sorprendente, el Pentágono está muy interesado en este proceso: Un soldado en activo produce más de tres kilos de residuos plásticos al día. Tres kilos que, de funcionar el sistema, en vez de ser un problema pasarían a ser combustible para los vehículos que los transportan. La agencia responsable de la financiación dentro del Pentágono, por supuesto, es _DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency), _de la que ya hemos hablado en otras ocasiones.
Los científicos encargados del proyecto se dividen en dos grupos: por un lado, la Polytechnic University of Brooklyn ha diseñado un sistema para poder producir bioplásticos, es decir, plásticos (rígidos o flexibles) a partir de aceites vegetales como el de colza, girasol o palma. (¿Generarías tú plásticos con aceite de oliva virgen extra? No, los americanos tampoco).
Por otro lado, la empresa de ingeniería genética DNA 2.0 está utilizando (como en la solución anterior) genes de un parásito que se come las superficies de las hojas de las plantas y utiliza para ello una enzima llamada cutinasa. _Han embebido los genes del parásito en los de la bacteria _E. Coli, de modo que pueden cogerse los plásticos, echarlos en un cubo con agua templada y la bacteria, y en poco tiempo la bacteria “mutante” los ha convertido en aceites de nuevo: al ser inmiscibles con el agua, pueden extraerse fácilmente y usarlos como biodiésel en vehículos o plantas de energía eléctrica.
De hecho, el aceite generado por la bacteria ya puede verterse directamente en el depósito de un coche. Sin embargo, la agencia de protección medioambiental de los EE.UU. quiere que se realice algún otro tipo de procesado antes de que se utilice en las carreteras, para que contamine menos - recuerda, ésa era la ventaja fundamental del etanol. Los aceites vegetales sí que producen residuos indeseables, aunque no tanto como el petróleo. En cualquier caso, convertir todos los envoltorios de la comida rápida en una fuente de combustible renovable me parece una idea excelente.
La razón de que últimamente estemos oyendo hablar tanto de los biocombustibles y se desarrollen nuevas tecnologías para producirlos no se debe a un repentino salto en nuestro conocimiento científico - más bien se trata de un salto en la financiación de los gobiernos, que parecen preocupados por el aumento de precio del petróleo y la dependencia geoestratégica que les supone. Cualquiera que sea la razón, si la financiación continúa podremos ver una nueva generación de biocombustibles en la calle en no mucho tiempo.
Para saber más: _A plastic wrapper today could be fuel tomorrow (NY Times), Biotechs try to take corn out of ethanol (Physorg), Etanol (Wikipedia en español). _