En la edición de hoy de Qué tiene que ver conmigo… quiero hablar brevemente de un compuesto humilde, extraordinariamente útil para muchas cosas, y que puede resolver algún día parte de nuestros problemas energéticos: el dióxido de titanio u óxido de titanio (IV). Puedo asegurarte con un 99% de certeza que hoy mismo has tocado TiO2.
_Dióxido de titanio. _
1. ¿De dónde se saca?
El dióxido de titanio ocurre de forma natural, de manera que se obtiene directamente de minas o de arena. En general, no es puro, con lo que hay que eliminar otros compuestos con los que está mezclado, pero es relativamente barato extraerlo. El mineral del que más comúnmente se saca es el rutilo, que tiene una apariencia muy peculiar:
Rutilo. El cristal central es cuarzo: el rutilo es el “haz de paja” que sale de él.
2. ¿Para qué se usa?
La verdad es que para bastantes cosas. El dióxido de titanio tiene tres propiedades fundamentales que lo hacen muy útil: muchos compuestos químicos tienen una característica que los hace útiles, pero el TiO2 lo consigue por triplicado.
En primer lugar, el dióxido de titanio es una de las substancias químicas más blancas que existen: refleja prácticamente toda la radiación visible que le llega. Y mantiene este color pase lo que pase (otros compuestos se decoloran con la luz). ¿Es esto útil? Mira en tu pasta de dientes - te aseguro que lo verás en los ingredientes. De hecho, lo verás en casi cualquier cosa que se quiere que sea muy blanca sin serlo de forma natural…¡incluso comida! Si ves E171 en una salsa…sí, sí, óxido de titanio (IV). (Si estás al otro lado del charco de mí, entonces lo verás como CI 77891).
Pero sus propiedades ópticas no acaban ahí: es una de las substancias con un índice de refracción más alto (2.4, como el diamante), incluso pulverizado o mezclado con otras cosas. Y por la misma razón, es muy opaco. ¿Para qué sirve esto? Para proteger algo de la luz del Sol: el TiO2 refleja prácticamente toda la luz, incluso ultravioleta, y la que no refleja la absorbe…no deja pasar nada. La próxima vez que te pongas crema solar, mira los ingredientes: es prácticamente seguro que tiene dióxido de titanio.
Además, este compuesto tiene otra propiedad que lo puede hacer fundamental para nuestro futuro: es un fotocatalizador muy eficaz. Esto quiere decir que acelera mucho las reacciones químicas provocadas por la luz. Hay varios proyectos en marcha para conseguir alternativas a los paneles solares fotovoltaicos, y todos ellos utilizan tintes mezclados con TiO2 para producir una especie de fotosíntesis artificial. Aunque el rendimiento de estas células solares aún es inferior al de las fotovoltaicas, tienen muchas ventajas respecto a ellas: no se contamina tanto al producirlas ni librarse de ellas, son mucho más baratas, y además funcionan muy bien a cualquier temperatura y sin luz solar directa (las de silicio funcionan mal al calentarse, lo cual es desafortunado pues funcionan al darles el Sol). Pueden, por ejemplo, tintarse ventanas y producir fotoelectricidad en ellas, o incluso en tejados pintados…muy prometedor, ¿no?
De manera que es omnipresente en nuestra vida diaria en el presente, y probablemente de manera vital en el futuro. Barato, inocuo, blanco blanquísimo y fotocatalizador. ¡Nuestro más sentido homenaje al TiO2!