Regístrate | Conectar
El Tamiz Libros Recursos Series Únete 27 Users Online
Skip to content

Cayo Julio César (III)




De Bello Gallico. Escrito de César sobre la campaña en las Galias y la Guerra Civil

De Bello Gallico. Escrito de César sobre la campaña en las Galias y la Guerra Civil (Wikipedia)

La gran campaña en la Galia

Comenzamos hoy con la mayor campaña de César, su conquista de la Galia. Hasta ahora vimos cómo creció políticamente en Roma hasta ser cónsul  y cómo logró que le otorgaran legalmente la gobernación de Iliria, la Galia Cisalpina y Transalpina, también conocida como Narbonense. César tenía fe en  que podía mostrar su capacidad militar, y creía que sería en Iliria. Pero veremos cómo el destino le cambiará los planes. Además de fama militar, César necesita dinero para su campaña política.

César legará al mundo su famoso Comentarios de la guerra de las Galias, el relato más importante de dicha guerra, con el que fascinará a los lectores y enaltecerá varias veces sus propia figura. Así y todo, se lo considera, si se toman ciertas precauciones, bastante verídico.

Como siempre hago, aclaro que relato acontecimientos que sucedieron antes de la llegada de Cristo, por lo que las fechas mencionadas serán todas asumidas como a. C. Sólo aclararé con d. C. si algún hecho ocurrió después de Cristo.

¿Qué era la Galia?

La Galia era la suma de tribus celtas de origen indogermánico. Los celtas habían llegado también a la llanura del Po, los Balcanes e incluso a Asia Menor (por ejemplo, a Galacia). El territorio que nos atañe estaba limitado por el Canal de la Mancha al norte, el Océano Atlántico al oeste, el río Rin, al este, y al sur hacía frontera con las provincias romanas Transalpina y Cisalpina, la primera de las cuales fue conquistada durante el siglo II para unirla con las provincias en Hispania.  Del otro lado del Rin habitaban las tribus germanas. Los celtas históricamente sufrieron presión por parte de las tribus germánicas del norte de Europa.

En el noreste habitaban los belgas, al sudeste, la región de los aquitanos, y al centro, los galos propiamente dichos. Cada región tenía costumbres diferentes y estaban conformadas por muchas tribus que, a su vez, eran formadas por clanes. Que quede claro, no existía el concepto de nación gala; en realidad la tribu, formada por miles de hombres, era lo más cercano a un pequeño-estado, y muchas veces guerreaban entre ellos.

Las Tribus Galas

Las Tribus Galas (Wikipedia)(Click para ampliar)

Tómense un momento para mirar el mapa, ya que será de suma utilidad para ubicar nombres de tribus y lugares.

Los galos eran hombres bravos y duros, pero muy difíciles de dirigir en una batalla, debido a su falta de disciplina.  Básicamente eran una masa de hombres dispuestos a destrozar al enemigo. No tenían protecciones en el cuerpo, como los romanos, e incluso muchos peleaban a torso desnudo. Los galos más adinerados y parte de la nobleza de las tribus conformaban la caballería.

 

Antecedentes

Los arvernos eran históricamente la tribu gala más fuerte. Pero, últimamente, los eduos crecían en poder y deseaban expandirse. Otra tribu, los secuanos, también buscaban expansión y pidieron ayuda a Ariovisto, rey germano de los suevos, que aceptó la propuesta, y juntos vencieron a los eduos en el 62. Claro que esto implicó que Ariovisto y sus germanos cruzaran la frontera y se asentaran en la Galia, en la zona de Alsacia. Los eduanos pidieron en su momento ayuda a Roma, pero quedó en nada, y más aún cuando Ariovisto había sido nombrado amigo de Roma, como vimos en el capítulo anterior. La calma pronto sería interrumpida por los hoy pacíficos, pero otrora muy violentos helvecios.

En la aspereza de las Galias, César se enfrentará, entre los años 58 y 51, a 3 millones de enemigos, acabando con un millón y capturando a otro tanto, tal es así que se habla de genocidio… pero no entraremos en esa arena. Sin embargo, aún no tenía motivos aparentes para meterse con ellos.

Algunos de sus Generales

Sus altos oficiales, como en todo ejército romano, serán los legados (en latín legatus, a quien se delega). El principal de todos y quien más libertad de acción tuvo fue Tito Labieno, quien era a su vez el de mayor experiencia.

A Balbo lo enviará a Roma como su principal agente de enlace. Publio Licinio Craso, hijo del triunviro Craso, será el comandante de la caballería; se desempeñará tan bien en la campaña que César lo promocionará a legado.

Otro que se destacará será Quinto Titurio Sabino. También podemos mencionar a Lucio Aurunculeyo Cota y a Décimo Junio Bruto Albino. No confundir a éste último con Marco Junio Bruto, que era sobrino de Catón e hijo de una de las amantes de César, como vimos y, por si fuera poco será uno de sus principales conspiradores.

Muchos se preguntarán por Marco Antonio. Pues éste aparece en la historia recién al final de la campaña de las Galias que veremos en próximos capítulos.

César aún no había demostrado en Roma su genio, y pocos le tenían fe, por lo que los mejores oficiales disponibles en Roma aún desconfiaban de una campaña en la Galia donde la probabilidad de éxito y botín eran sensiblemente menores que en Asia. Es por esto que muchos no le acompañaron, y tuvo entonces que improvisar un poco.

Inicialmente tenía César a su mando 4 legiones, la VII, VIII, IX y X, más distintos auxiliares de otras provincias. Cada legión sumaba aproximadamente 4.800 hombres. Una legión contaba con 60 centurias de 80 legionarios cada una, y cada centuria estaba al mando de un centurión. Con seis centurias se armaba una cohorte (480 hombres), que sería la unidad táctica. Para finalizar, con 10 cohortes formamos la legión. La primera cohorte de la legión era la más importante y le era asignada el cuidado del águila, el símbolo de orgullo de toda legión que se preciara. Los centuriones de la primera cohorte, por tanto, eran hombres de armas muy respetados. Los legionarios, como dijimos, provenían de la clase baja y recibían del estado el equipo y un magro sueldo, pero daban su vida por la legión, pues la legión lo era todo para ellos. Además, si la campaña tuviera éxito, probablemente recibirían como botín tierras donde asentarse.

Entre las tropas auxiliares se sabe que contó con galos de tribus aliadas, con los famosos arqueros cretenses y con honderos Baleares.

Año 58. Primera Guerra con los Helvecios

La oportunidad tan deseada por César no se dio en Iliria, sino en la frontera de la Galia Transalpina. Resulta que tribus de los helvecios estaban organizando desde el año 61 una migración desde lo que hoy es Suiza (Helvecia) hacia el oeste, pasando por el río Ródano en la provincia Transalpina. Los motivos de las migraciones solían ser varios: sobrepoblación, presión de otras tribus vecinas, etc. La migración comenzó en el 58. Ante la noticia, César partió desde Roma con las 4 legiones antes mencionadas. En la región ya se encontraba una de esas legiones en alerta, pero no podía hacer mucho. Los helvecios sumaban, según el mismo César nos contó en sus Comentarios, 368.000 personas entre hombre, mujeres y niños.

Una delegación de helvecios le solicitó el paso por su provincia. La respuesta de César tardó en llegar, pero al final se lo negó y los exhortó para que no pasaran. La tardanza tenía una justificación, pues necesitaba tiempo para preparar las defensas. Algunos helvecios intentaron, de todas formas, cruzar el Ródano, sin éxito. Con la asistencia del galo Dumnorix, de la tribu de los eduos  y aliado de César, redirige a los helvecios hacia el norte, a la región de los secuanos, donde cruzan por el río Arar (hoy Saone) por Lyon, evitando así cruzar por la provincia romana y evitándose problemas.

Sin embargo, los helvecios hacen estragos durante el camino, en la región de los eduos, y estos, al ser aliados de Roma, le solicitaron ayuda a César, quien inmediatamente aprovecha la oportunidad y, al mando de sus legiones más dos legiones de refuerzo recientemente alistadas (XI y XII), hace un ataque relámpago a la retaguardia de la columna migratoria, donde estaban los odiados helvecios de la tribu de los tigurinos. Estos, en el año 107, habían dado dolores de cabeza a Silanus durante las guerra entre cimbrios y romanos que vimos anteriormente en la época de Cayo Mario. Los tigurinos son sorprendidos por las legiones de César, y masacrados.

Campaña contra los Helvécios

Campaña contra los Helvécios (Wikipedia)

La persecución no terminó, sino que con todas sus fuerzas le pisa los talones al resto, pero sufrirá un revés: la caballería helvética le da una paliza a su caballería auxiliar en una escaramuza. Los helvéticos, envalentonados, le ofrecen entonces batalla a César, pero éste declina y se limita a acecharlos desde la distancia. Mientras, los helvecios continúan con su marcha. En ese momento César empieza a quedarse sin suministro de cereales, pues su aliado eduo, Dumnorix, no estaba cumpliendo con lo pautado. César se reúne con él, dándole aviso de la situación, aunque de todas formas ya sabe que Dumnorix no es de fiar, puesto que desea él mismo obtener poder entre los galos y en realidad simpatiza más con los helvecios.

Le llega a César la noticia de que los helvecios han parado una noche en una llanura dominada por una colina. Con la necesidad de apurarse a terminar la campaña por la escasez de suministros, decide mandar a su general Labieno con dos legiones a tomar esa colina. Él se dirigiría con el resto del ejército una o dos horas más tarde y sorprenderían a los helvecios. Sin embargo, una confusión en su servicio de información le hizo creer que Labieno no había podido tomar la colina, por lo que César canceló el ataque. Resulta que Labieno sí había capturado la colina, pero la oportunidad se perdió. Los helvecios ignoraban todo esto que sucedía, y continuaron su marcha.

César, falto de suministros, decide parar la persecución y desviarse hacia Bibracte en la tierra de sus aliados eduos. Pero unos galos auxiliares de los romanos que cambiaron de bando, creyendo que César tenía miedo de los helvecios,  le llevan estas noticias a los propios helvecios, quienes toman esta medida como signo de debilidad y cambian inmediatamente de dirección hacia César. Con los helvecios mordiéndole los talones, César se dirige entonces a una colina, enviando a su caballería para que haga de cortina y permita a la infantería formar en la misma colina. Sus cuatro legiones veteranas (VII, VIII, IX y X) forman en primera fila y las novatas (XI y XII) en segunda línea. Detrás de ellos se encuentra el tren de provisiones con los auxiliares. Los guerreros helvecios forman frente al ejército de César, con sus familias mirando detrás. César tenía ventaja de estar situado en terreno elevado. Comienza entonces la batalla de Bibracte, la primera gran batalla de la campaña.

Los helvecios atacan, los romanos arrojan sus jabalinas (llamadas pilum) y causan graves bajas entre los bárbaros. El pilum estaba diseñada para quebrarse una vez clavada, de esta manera, clavada en el escudo, se torcía y entorpecía el uso del mismo. Los helvecios retroceden y los romanos cargan hacia los mismos (Fase 1). Sin embargo, la fortuna le da una mano a los helvecios, pues otras de las tribus helvéticas de ellos, los boyos (Boii) y tulungi se unen a ellos, y estaban formando aún sus líneas cuando comenzó la batalla, y ahora se encontraban en el flanco de los romanos.

Situación desesperada. Las cohortes de la tercera línea son retiradas del frente para proteger el nuevo flanco, mientras las dos delanteras siguen enfrentando a la línea principal helvética (Fase 2). La batalla fue feroz, los romanos presionaron al enemigo hasta sus propias carretas y bagajes. Las bajas romanas fueron cuantiosas, las helvéticas, de a millares (Fase 3).

Los helvecios se retiraron a otra región, pero la falta de alimento hizo que pidieran la paz a César. Este les ordenó que se retiraran a su país de origen y les da provisiones para ello. La tribu de los boyos fue asentada, por petición de los eduos, en la región de los mismos, para poblarla. Se dice que 110.000 helvecios volvieron a sus tierras para evitar que los germanos se apropiaran de ellas durante su ausencia. De los restante 258.000 se supone que, o bien murieron en batalla, o fueron esclavizados.

Batalla de Bibracte. Año 58. (Wikipedia)

Batalla de Bibracte. Año 58. (Wikipedia) (Click para ampliar)

 

Ahora, contra los germanos.

Luego de lo anterior, los germanos al mando de Ariovisto que se habían asentado en la Galia, como vimos arriba, comenzaron a molestar y armar jaleo contra los galos aliados de César, los eduos y secuanos, quienes le solicitaron asistencia. Recordemos que los germanos eran recientes declarados “amigos” de Roma por César mismo, por lo que entablar un conflicto con ellos le traería problemas en el senado más adelante. Para colmo de males, llegaban rumores del otro lado del Rin sobre más guerreros germanos dispuestos a cruzar y juntarse con Ariovisto. Con la excusa de proteger a sus aliados galos y proporcionar la estabilidad a la zona, él, como procónsul, le advierte a Ariovisto de que los deje en paz y que corte con la migración germana en territorio galo.

Centurión romano de la época. (Serie Roma, HBO)

Centurión romano de la época. (Serie Roma, HBO)

Ariovisto rechaza el pedido, argumentando, con cierta validez por cierto, que él no estaba molestando a Roma ni invadía provincia romana alguna, por lo que César no tenía por qué inmiscuirse en sus planes de expansión. Astuta respuesta… Claro que tener un poderoso rival en tu frontera era muy preocupante, y César le respondió que los eduos y secuanos eran aliados de Roma, por lo que no podía dejar pasar el asunto. El punto máximo del conflicto llegó cuando Ariovisto arrestó a unos delegados de César que iban a seguir negociando en su nombre. Se acabaron las conversaciones.

Los germanos eran famosos guerreros y los oficiales de César empezaron a estar temerosos, pues había muchas leyendas detrás de estas tribus germanas en las Galias. César, consciente del temor de los oficiales, les dice en conferencia que se marchen si lo desean, que él, solamente con la Décima legión, los enfrentaría. Naturalmente, ese comentario se propagó rápidamente por todas sus legiones. La X legión (su favorita y tropa de elite) le envió un agradecimiento por su apoyo y confianza. Las demás legiones insultaron a sus oficiales por cobardes. Ellos también deseaban estar a la altura de la X, y ardían de entusiasmo por entrar en batalla. Un genio, César: problema de la moral de la tropa solucionado, así que marcharon contra los germanos.

Ariovisto tomó la iniciativa dando una vuelta, y se colocó entre César y su ruta de provisiones, donde acampó. César, para garantizar el flujo de provisiones, dividió sus fuerzas y creó otro campamento frente al de Ariovisto por donde podrían controlar a los germanos y proteger los preciados suministros al mismo tiempo. Además, le ofreció batalla.

Ariovisto, viendo que se acercaba César, titubeó un poco. Para colmo de males, las “mujeres sagradas” de los germanos presagiaron malos augurios si batallaba antes de la luna nueva. César se dio cuenta de ese rumor y se lanzó al ataque aprovechando la duda germana. Esta vez puso las legiones novatas XI y XII en primera línea en lo que se conoce como la batalla de los Vosgos.

César observó que el flanco izquierdo germano era el más débil y concentró allí sus tropas. Sin embargo, su propio flanco izquierdo quedó expuesto ante la presión de los germanos. Estaba al borde de ser quebrado ese sector cuando apareció Publio Licinio Craso, hijo del triunviro, al mando de la caballería, y cargó en ese sector a los germanos, restableciendo las fuerzas. César fue el vencedor, y reconoció la importancia de la acción del joven Craso. A Ariovisto le persiguió hasta el Rin, huyendo a la cabeza de sus tropas. Se dice que las bajas germanas fueron 80.000. Los delegados que habían sido apresados anteriormente por Ariovisto fueron recuperados con vida.

Guerreros germanos, siglo I a.C.- siglo I d.C.

Guerreros germanos, siglo I a.C.- siglo I d.C.

Se aproximaba el invierno, por lo que dejó César las tropas en el país de los secuanos y bajó a la Galia Cisalpina para saber qué ocurría en Roma por esos días y ponerse al día con tareas administrativas. Recordemos que no podía cruzar más al sur del rió Rubicón con sus tropas, como dice la ley. Allí se acercó la población local y lo saludaron y agradecieron por sus logros en mantener a raya a los siempre temibles galos. El norte del imperio siempre fue hostigado por los galos y se había creado un odio hacia ellos. César también les hizo regalos con los despojos de la campaña.

Durante este descanso armó dos legiones nuevas: la XIII y la XIV. Promocionó nuevos oficiales y los mezcló con algunos veteranos de otras legiones e inmediatamente comenzó el entrenamiento físico y militar para mantener la disciplina y seguir órdenes durante una batalla. Son las claves en el éxito del ejército romano. Recordemos que en el actual modelo de Mario los legionarios eran reclutados de las clases más pobres y marginadas de la sociedad.

En el año 57 César y Pompeyo permitieron que Cicerón volviera del destierro. En el capítulo anterior, Cicerón había sido forzado al exilio. Este acto es bien recibido y a Cicerón el senado lo recibió con los brazos abiertos.

Año 57. El Turno de los Belgas.

La Galia Belga era una región enorme en aquella época. Los belgas eran, según César,  “los galos más poderosos”. A los belgas les había inquietado ver que al sur de sus tierras los romanos no tuvieran problemas en cruzar sus fronteras y realizar campañas contra helvecios y germanos en territorio galo. Por temor a que César decidiera ese año expandirse al norte (y ése era justamente su plan), tomaron la iniciativa y armaron un gigantesco ejército belga que quedaría al mando de Galba, de la tribu belga de los suesiones. César, aún en la Galia Cisalpina, comenzó a organizar los suministros que le proveerían sus aliados galos y se preparó para este nuevo desafío.

Rápidamente pasa a la acción, y en dos semanas llegó a la región de los primeros belgas: los remos, quienes no quieren tener problemas y le garantizan a César su buen comportamiento dejándole rehenes. Además, le informan de que los demás belgas han juntado alrededor de 289.000 hombres. Cifra exagerada sin dudas, pero que da una idea del tamaño de la coalición belga. César se da cuenta que debe enfrentarlos por separado.

Campaña contra los belgas

Campaña contra los belgas (Wikipedia)

Parte del gigantesco ejército belga atacó Bibrax (se cree que hoy es Vieux-Laon), ciudad de los remos, su nuevo aliado belga. Lógicamente, le pidieron ayuda, ya que la ciudad no podría soportar mucho tiempo tal embate. César acudió en su ayuda y rechazó el ataque. Los belgas se reagruparon y acecharon desde la distancia. Se enfrentaron finalmente en el río Aisne.

César colocó sus tropas en una colina que miraba hacia los belgas. Los belgas, para atacar, deberían cruzar un arroyuelo con pantanos y subir luego la colina. Prudentemente, viendo su desventajosa posición, los belgas no atacaron y se quedaron en sus posiciones. Más allá de alguna escaramuza entre las caballerías aliadas de César contra la belga, no sucedió nada, por lo que acamparon para la noche. Hubo algunos intentos de saqueos aislados poco importantes de los belgas,  que César controló con la caballería númida y sus tropas ligeras.

El gran ejército belga se quedaba sin alimentos. Además, la posibilidad de que los aliados galos de César aprovecharan y atacaran sus tierras mientras ellos enfrentaban a César hizo que decidieran dar por concluido el asunto por el momento y volvieran a proteger a los suyos. Si era necesario, ya se juntarían de nuevo contra César más adelante.

Aprovechando que el ejército belga comenzaba a desorganizarse, César planeó desmembrarlo. Primero atacó una importante ciudad de los suesiones, vecinos de los remos. Al principio opusieron resistencia, pero cuando César dispuso sitiarla y tomarla con máquinas de asedio se rindieron, entregando rehenes para garantizar su buen comportamiento. Entre ellos había dos hijos del líder belga, Galba.

Destino similar tuvieron las próximas dos tribus belgas: los belóvacos y la pequeña tribu ambioni, quienes le juran amistad. Hábilmente César se deshizo así de la tercera parte del ejército belga.

Los nervios. Los últimos belgas peligrosos.

Le quedan pendientes, sin embargo, los nervios (Nervii) al noreste. Los informes de belgas capturados le informaron que había entre 60.000 y 85.000 nervios y aliados de otras tribus esperándolo del otro lado del río Sambre y ocultos en el bosque. Estos eran los más poderosos de los belgas. César contaba entre sus legiones con 30 o 40 mil hombres, más varios miles de aliados, tropas ligeras y caballería.

Los belgas sabían que César no podía maniobrar sus tropas en el cruce del río, y más aún cuando llegara el tren de bagajes. Ése era el momento apropiado para atacar al disciplinado ejército de César. Las noticias sobre la presencia de los belgas del otro lado del río llegaron a sus oídos, por lo que mandó a la caballería y a las tropas ligeras como pantalla. Mientras, sus tropas construían fuertes para acampar y pasar la noche.

Al día de hoy se debate sobre la decisión de poner sólo esas pocas tropas como cobertura mientras las legiones trabajaban frente a un poderoso enemigo que él sabía que estaba esperando atacar. Esto demostró ser un riesgo enorme, y una de las críticas hacia César en la posteridad. Algunos le defienden con argumentos sobre la confianza de sus hombres y su propia convicción en la victoria.

Bueno, la caballería aliada y las tropas ligeras se entretenían en escaramuzas con los belgas. Pero cuando se aproximó el tren de bagajes romano a la zona, los belgas salieron de su cobertura y marcharon en formación de batalla contra los romanos. Tomados por sorpresa los romanos, pues aún estaban trabajando, dieron la alarma y trataron de armar una línea. Por suerte, la férrea disciplina y el entrenamiento dio sus frutos, y pudo armarse una especie de frente improvisado en muy poco tiempo.

El ala izquierda quedó conformada por la famosa X legión y por la IX. El centro, por la VIII y la XI. A la derecha quedó la XII y la VII. Luego de arengar a la X, César fue hacia la derecha.

Comenzó la batalla. El ala izquierda no tenía problemas en repeler el ataque belga, e incluso se lanzó hacia adelante. El centro mantenía sus líneas, pero el ala derecha soportaba lo peor del peso del ataque y comenzaron a ceder. Sin embargo, César logró organizar a las mismas y arengó a sus hombres. Con la ayuda de sus oficiales logró estabilizar la frágil ala. Con escudo en mano, que le quitó a un soldado de la última línea, les influyó valor y organizó una línea. La batalla estaba en tablas, pero se tornó a su favor cuando Labieno, quien había quedado al mando de la exitosa ala izquierda, envió la Décima Legión contra la retaguardia enemiga que estaba frente al ala derecha de César. Al mismo tiempo se sumaron las legiones novatas, la XIII y la XIV. Esto definió la contienda. La batalla fue también durísima. Miles de belgas murieron.

César no era un comandante como Pompeyo o el mismo Alejandro Magno, quienes peleaban en primera fila espada en mano, sino que César estaba, es cierto en primera fila, pero se concentraba en mantener el orden y mantener el ánimo en sus hombre. Analizaba fríamente la situación y no se dejaba llevar por las emociones. Simplemente, estilos diferentes.

Batalla del Sambre. Año 57

Batalla del Sambre. Año 57. (Wikipedia) (Click para ampliar)

La campaña contra los belgas finalizó. Solo quedó un foco rebelde en una ciudad de los aduáticos, que fue sitiada. Se rindieron e hicieron las paces. Sin embargo, algunos se arrepintieron y cargaron contra algunos romanos en la noche. La rebelión fue reprimida y como castigo todos fueron ellos vendidos como esclavos. Parte del botín lo reparte entre sus hombres y legionarios. Otra parte fue a su cuenta personal.

La noticia de la victoria llegó a Roma y se celebraron festividades en su honor. Este acto de celebración demostró legitimidad por parte de Roma sobre sus cuestionados actos. Recordemos que César atacó a los germanos (aliados romanos) y a los belgas fuera del territorio de su provincia. Al fin y al cabo, César era un procónsul nada más, y muchos decían que se había excedido en su cargo… y sí, lo había hecho.

Veamos este mapa que nos muestra las conquistas del año 58 y los movimientos durante el 57.

Territorio conquistado y los movimientos durante el año 57.

Territorio conquistado y los movimientos durante el año 57 (Wikipedia).

Finalizamos aquí esta entrega, ya que llegó nuevamente el invierno y César vuelve al Po. En la próxima entrega continuaremos con nuestro recorrido en las Galias, que aún no se dan por vencidas.


Sobre el autor:

chapu77 ( )

entusiasta de la Historia y la astronomía pero decidió trabajar de ingeniero informático.
 

{ 5 } Comentarios

  1. Gravatar Sergio B | 15/09/2011 at 09:07 | Permalink

    Muy entretenido, este va a ser bastante completito. Por cierto, ¿aun no es que haya habido ninguna batalla muy impresionante o solo no me lo han parecido a mi? Bueno este cesar tenia que saber lo que se hacia por que despreciar a 5 sextas partes de tu ejercito así de golpe, es un poco arriesgado. Aunque bueno, supongo que en esa época no era aun como en el imperio, que las legiones eran mucho mas peligrosas.

  2. Gravatar FAR | 15/09/2011 at 10:02 | Permalink

    Solo por incordiar… ¿no te dejas entre los legados al hermano de Cicerón, Quinto Tulio Cicerón? Si no recuerdo mal, a pesar de que su hermano era rival políticamente de César, Quinto aguantó solo al mando de una legión un asedio de los nervios en Bélgica

  3. Gravatar chapu77 | 15/09/2011 at 01:23 | Permalink

    Sergio B: Las batallas impresionantes ya vendrán en próximas entregas. De todas formas la característica principal de César será su velocidad a la hora de encarar un problema sorprendiendo al enemigo que recién se organizaba. No comprendo eso que dices de despreciar 5/6 partes de su ejército.

    FAR: Hola, exacto, al hermano de Cicerón lo veremos en acción en próximas entregas… quizás se me haya escapado en la mención pero recién en el año 53 hace notoria su aparición. Veo que tendré un lector con conocimientos, el desafío de no defraudarte sera mayor!!!

    saludos a ambos!

  4. Gravatar Sergio B | 15/09/2011 at 03:39 | Permalink

    Me referia a cuando dice que se queda solo con la X Legion contra los germanos, podia haber mandado al cuerno a los oficiales sin meters a los soldados, pero vamos es una prueba de conocer a sus hombres, si reaccionaron con “queremos ser como los de la X”, podian reaccionar “que se vaya a morir el solo con sus queridos de la X”, vamos, de hay que diga que sabia lo que se hacia.

  5. Gravatar chapu77 | 15/09/2011 at 05:33 | Permalink

    Claro, ese era el golpe de efecto que quería lograr entre los oficiales de las otras legiones. Que se sientan avergonzadas y por su orgullo peleasen como la X legión… Y lo logró!

Escribe un comentario

Tu dirección de correo no es mostrada. Los campos requeridos están marcados *

Al escribir un comentario aquí nos otorgas el permiso irrevocable de reproducir tus palabras y tu nombre/sitio web como atribución.